Es hora de acabar con la guerra contra la tierra

Por Vandana Shiva, 7 de noviembre de 2010

Cuando pensamos en los guerras actuales, nuestras mentes se dirigen a Iraq o a Afganistán. Pero la mayor guerra actual es la guerra contra el planeta. Esta guerra echa sus raíces en una economía que no respeta los límites ecológicos y éticos, aumentando la desigualdad, la desigualdad, la avaricia y la concentración económica.

Un puñado de corporaciones y de poderosos países quieren controlar todos los recursos de la tierra y transformar el planeta en un gran supermercado en el que todo está en venta. Quieren vender nuestra agua, los genes, las células, los órganos, el conocimiento, la cultura, y hasta el mismo futuro.

Las persistentes guerras en Afganistán e Iraq no son solamente sangre por petróleo. A medida que avancen, veremos también sangre por comida, sangre por el patrimonio genético y la biodiversidad, y sangre por agua.

La mentalidad guerrera es la base de esta agricultura militar e industrial, que incluso se hace evidente en los nombres que pone Monsanto a los herbicidas: Rodeo (Roundup) , Machete (Machete) , Lazo ( Lasso).. American Home Products, que se ha unido a Monsanto, también da a sus herbicidas nombres agresivos: “ Pentágono ( Pentagon), “Escuadrón” ( Squadron). Es el idioma de la guerra. La sostenibilidad está basada en la paz con la tierra.

La guerra contra la tierra comienza en la mente. Los pensamientos violentos llevan a la violencia. Las categorías violentas fabrican instrumentos violentos. Y en ningún otro sitio es esto más patente que en las metáforas y métodos en los cuales esta basada la industria, la agricultura y la producción de alimentos. Las fábricas producen venenos y explosivos para matar a la gente durante las guerras, que luego se ven transformadas en fábricas que producen productos agroquímicos.

Desperté en el año 1984 a la terrible realidad de cómo son producidos los alimentos. Con la violencia en el Punjab y el desastre de Bhopal, la agricultura se convirtió en una guerra. Cuando escribí La violencia de la Revolución Verde fue también cuando inicié Navdanya, un movimiento por una agricultura sin venenos ni tóxicos.

Los pesticidas, que comenzaron como productos químicos de guerra, han dejado de controlar a los parásitos. Se suponía que la ingeniería genética proporcionaba una alternativa a los productos químicos tóxicos. En cambio, ha supuesto un aumento en la utilización de pesticidas y herbicidas, desatando una guerra contra los agricultores.

Los alimentos caros y los costosos productos químicos atrapan a los agricultores endeudándolos , y la trampas de las deudas empujan al suicidio a muchos agricultores. Según datos oficiales, más de 200.000 agricultores de la India se han suicidado desde 1997.

Alcanzar la paz sobre la tierra es un imperativo ético y ecológico. Pero también se ha convertido en un imperativo para la supervivencia de nuestra especie.

La violencia ejercida contra el suelo, la biodiversidad, el agua, la atmósfera, a las granjas y los agricultores, produce un sistema de alimentos bélicos que son incapaces de alimentar de forma adecuada a las personas. Mil millones de personas pasan hambre. Dos mil millones sufren enfermedades relacionadas con la alimentación: obesidad, diabetes, hipertensión y cáncer.

Hay tres niveles de violencia implicada en un desarrollo no sostenible. El primer nivel es la violencia contra la tierra, que se expresa en la actual crisis ecológica. El segundo nivel es la violencia contra las personas, que se expresa en pobreza, emigración y vida precaria. El tercer nivel es la violencia propia de las guerras, en un afán de apropiarse de los recursos presentes en otros países por un ansia ilimitada.

Cada uno de estos aspectos de la vida está comercializado, la vida se encarece, la gente se hace más pobre, con dificultades para conseguir un dólar al día. Pero por otro lado, las personas pueden tener abundancia material, en una economía no basada en el dinero, con unos suelos fértiles, unas ríos de aguas limpias, con una rica cultura, preservando las tradiciones, con hermosas casas y comida saludable, con cohesión social, solidaridad y un espíritu de vida en comunidad.

El aumento de la esfera del mercado, la creación artificial de capital, y el deseo de alcanzar los estratos más altos de la sociedad como única medida del bienestar, han llevado a minar los procesos que mantienen y sostienen la vida en la naturaleza y en la sociedad.

Cuanto más ricos nos hacemos, más pobres nos hacemos ecológicamente y culturalmente. El crecimiento de la riqueza, medida en dinero, lleva a un aumento de la pobreza a nivel material, cultural, ecológico y espiritual.

La verdadera riqueza de la vida es la vida en sí misma: ¿cómo nos sentimos en este mundo?, ¿Qué suponen para mí los demás? ¿Somos solamente una máquina de consumir recursos? ¿No tenemos otro ideal más alto?

Creo que la democracia en la tierra nos debe permitir crear democracias vivas basadas en el valor intrínseco de las especies, de todos los pueblos, de todas las culturas, un reparto justo e igualitario de los recursos vitales de la tierra, y compartiendo las decisiones sobre el uso de los recursos de la tierra.

La democracia de la tierra protege los procesos ecológicos que mantienen la vida y los derechos humanos fundamentales, que son la base del derecho a la vida, el derecho al agua, la comida, la salud, la educación, el empleo y el sustento.

Hay que tomar una postura: ¿ obedeceremos las leyes del mercado de la avaricia corporativa o las leyes de Gaia para el mantenimiento de los ecosistemas de la tierra y la diversidad de sus seres?

La necesidad que tienen las personas de alimento y agua sólo puede ser mantenida por la capacidad de la naturaleza de proporcionar alimento y agua es buenas condiciones. Los suelos muertos y los ríos muertos no pueden producir ni alimento ni dan agua.

La defensa de los derechos de la Madre Tierra es por tanto uno de los derechos humanos más importantes, junto con la lucha por la justicia social. Es el movimiento por la paz más amplio de nuestro tiempo.

La doctora Vandana Shiva es una física hindú, ecologista y Premio de la Paz 2010 de Sydney. Esto es una versión corregida de su discurso en la Ópera de Sydney el 3 de noviembre de 2010.

http://foodfreedom.wordpress.com/2010/11/07/time-to-end-war-against-the-earth/#more-5052