La sorprendente relación entre el microbioma intestinal y el nivel de colesterol

Por el Dr. Joseph Mercola, 18 de diciembre de 2024

articles.mercola.com

Cada vez hay más pruebas de que las enfermedades cardiovasculares (ECV) están asociadas a un microbioma intestinal alterado. El análisis integrado reveló vías microbianas implicadas en la ECV, como el metabolismo de los flavonoides, la γ-butirobetaína y el colesterol. Las especies del género Oscillibacter se asociaron con una disminución de los niveles de colesterol fecal y plasmático. Mediante la predicción funcional y la caracterización in vitro de múltiples aislados representativos de Oscillibacter del intestino humano, descubrimos capacidades conservadas de metabolización del colesterol, como la glicosilación y la deshidrogenación. Estos hallazgos sugieren que el metabolismo del colesterol es una amplia propiedad de Oscillibacter spp. filogenéticamente diversas, con beneficios potenciales para la homeostasis lipídica y la salud cardiovascular.

Un estudio reciente del Framingham Heart Study muestra que el microbioma intestinal influye significativamente en los niveles de colesterol, y que bacterias como Oscillibacter ayudan a descomponer el colesterol mediante enzimas y procesos metabólicos específicos.

Los científicos han identificado enzimas de colesterol deshidrogenasa (genes ismA) en bacterias intestinales que convierten el colesterol en coprostanol, una forma menos fácil de absorber por el organismo.

Bacterias intestinales específicas influyen directamente en los niveles de colesterol no HDL: Eubacterium rectale ayuda a reducirlo, mientras que Clostridium sp CAG_299 lo aumenta.

El colesterol interviene en funciones corporales esenciales, como la estructura de las membranas celulares, la producción de hormonas, la síntesis de vitamina D y la transmisión de señales nerviosas, por lo que su optimización es el objetivo.

Un enfoque holístico de la salud cardiaca requiere mantener un intestino libre de oxígeno para las bacterias beneficiosas, evitar los alimentos procesados, controlar el estrés y mantenerse activo.

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Puede que no se dé cuenta, pero su salud intestinal desempeña un papel fundamental en el bienestar de su corazón. Investigaciones recientes del prestigioso estudio Framingham Heart Study han arrojado luz sobre cómo influye la intrincada comunidad de microbios del aparato digestivo en los niveles de colesterol.1

Mediante el análisis meticuloso de muestras de heces y perfiles metabólicos de 1.429 participantes, los científicos han podido trazar un mapa de las complejas interacciones entre el microbioma intestinal y la salud del corazón. Este exhaustivo estudio tiende un puente entre las bacterias intestinales y los niveles de lípidos en sangre, revelando que la composición de la microbiota intestinal influye significativamente en los niveles de colesterol, lo que abre nuevas vías a estrategias sanitarias personalizadas para una salud óptima.

Las bacterias metabolizadoras del colesterol, protagonistas

Entre la miríada de bacterias que habitan en el intestino, un género llamado Oscillibacter es clave en el metabolismo del colesterol. El estudio reveló que las personas con niveles más altos de Oscillibacter tienden a tener niveles más bajos de colesterol tanto en la sangre como en las heces.2 Esto sugiere que estas bacterias ayudan activamente a descomponer el colesterol, reduciendo su acumulación en el organismo.

Mediante búsquedas homológicas y redes moleculares, los investigadores identificaron enzimas específicas producidas por Oscillibacter que facilitan el metabolismo del colesterol. Estas enzimas intervienen en procesos como la glicosilación y la deshidrogenación, que ayudan a modificar el colesterol para que desempeñe sus funciones esenciales en el organismo.

Esta importante investigación pone de relieve el potencial de aprovechar estos aliados naturales del intestino para optimizar los niveles de colesterol de forma natural. De hecho, imagínese tener un equipo de guardianes microscópicos dentro de su intestino, trabajando incansablemente para mantener el equilibrio del colesterol. Las especies de Oscillibacter están demostrando ser exactamente eso.

El estudio no sólo identificó sus capacidades para metabolizar el colesterol, sino que también confirmó que estos rasgos se conservan en diferentes cepas de Oscillibacter.3 Esto significa que, independientemente de la especie específica de Oscillibacter presente en su intestino, comparten la capacidad de procesar el colesterol de forma beneficiosa.

Al reducir los niveles de colesterol fecal y plasmático, estas bacterias contribuyen a mejorar la homeostasis lipídica. La incorporación de estrategias dietéticas o probióticos que promuevan el crecimiento de Oscillibacter podría ser un método natural y eficaz para apoyar su salud cardiovascular.

Además, la identificación de vías microbianas específicas implicadas en el metabolismo del colesterol ofrece dianas para nuevas estrategias terapéuticas. A medida que la investigación sigue desentrañando las complejidades del microbioma intestinal, la perspectiva de mantener un corazón sano a través de la salud intestinal se hace cada vez más asequible, permitiéndole dar pasos proactivos hacia una vida más sana y larga.

Descubrimos las enzimas que descomponen el colesterol

En el intestino existen diminutas máquinas moleculares diseñadas específicamente para descomponer el colesterol. Recientes descubrimientos han permitido identificar estas enzimas, conocidas como colesterol deshidrogenasas, codificadas por bacterias intestinales que hasta ahora no se habían cultivado.4 Los investigadores exploraron los mapas genéticos del microbioma intestinal y analizaron millones de genes para identificar los responsables de transformar el colesterol en coprostanol, una forma que el organismo no absorbe bien.

Estas enzimas, designadas como genes ismA, desempeñan un papel importante en este proceso de conversión. Mediante la integración de vastos datos metagenómicos con perfiles metabolómicos, los científicos pudieron predecir y validar estas enzimas metabolizadoras del colesterol. Incluso expresaron estos genes en bacterias de laboratorio para confirmar su actividad, asegurando que estas enzimas son realmente las que reducen los niveles de colesterol.

Este meticuloso descubrimiento no sólo revela las herramientas específicas que utilizan las bacterias intestinales para controlar el colesterol, sino que también pone de relieve la sofisticada interacción entre el microbioma y el metabolismo lipídico del organismo. La comprensión de estas enzimas abre la puerta a terapias específicas que podrían potenciar o imitar su actividad, ofreciendo una forma natural de mantener niveles saludables de colesterol.

Conoce a los guerreros ocultos del colesterol de tu intestino

En las profundidades de su sistema digestivo reside un grupo de bacterias que ejercen el poder de controlar sus niveles de colesterol. Estas bacterias, aunque aún no se han cultivado en laboratorio, han sido identificadas mediante técnicas avanzadas de secuenciación genética. Son portadoras de los genes ismA, que codifican las enzimas colesterol deshidrogenasa esenciales para convertir el colesterol en coprostanol.

Estas bacterias, sorprendentemente prevalentes en diversas poblaciones, son un componente común pero ignorado del microbioma intestinal humano. Algunos estudios han demostrado que hasta el 92% de los individuos de determinadas cohortes albergan estas especies metabolizadoras del colesterol, lo que las convierte en un aliado natural muy extendido para mantener el equilibrio lipídico.5

Además, su abundancia está inversamente relacionada con afecciones inflamatorias como la enfermedad de Crohn, lo que sugiere que un entorno intestinal sano favorece su actividad beneficiosa. Al prosperar en las condiciones de ausencia de oxígeno de los intestinos, estas bacterias trabajan continuamente para reducir la absorción de colesterol, disminuyendo así los niveles séricos de colesterol.6

Aumentar la presencia de estas bacterias a través de la dieta, los prebióticos o los probióticos podría ser un enfoque estratégico para aprovechar sus capacidades naturales de optimización del colesterol, ofreciendo una vía personalizada para mejorar la salud.

Vínculos causales entre las bacterias intestinales y el colesterol no HDL

Las bacterias específicas del intestino también influyen directamente en los niveles de colesterol no unido a lipoproteínas de alta densidad (colesterol no HDL-c). Un estudio reciente publicado en eBioMedicine descubrió que una disminución de Eubacterium rectale y un aumento de las bacterias conocidas como Clostridium sp CAG_299 están causalmente relacionados con niveles más altos de colesterol no HDL-c en el torrente sanguíneo.7

Esto significa que estas bacterias no sólo se correlacionan con los niveles de colesterol, sino que contribuyen activamente a su variación. Empleando técnicas sofisticadas como la aleatorización mendeliana, los investigadores pudieron establecer que estos microbios intestinales desempeñan un papel directo en la regulación del colesterol. El Eubacterium rectale parece reducir el colesterol no HDL-c, mientras que el Clostridium sp CAG_299 hace lo contrario.

Los resultados sugieren que el ajuste de la flora intestinal puede ser una forma sencilla de mantener de forma natural unos niveles óptimos de colesterol. El estudio también reveló que las actividades metabólicas de las bacterias intestinales están estrechamente relacionadas con los niveles de colesterol no HDL. En concreto, el ciclo del ácido tricarboxílico (TCA), una vía metabólica fundamental, desempeña un papel fundamental.

Cuando el Clostridium sp CAG_299 es abundante, suprime el ciclo reductor del TCA, lo que conduce a una menor producción de metabolitos beneficiosos como el ácido 3-indolpropiónico y la N-metiltriptamina. Estos metabolitos son importantes para mantener niveles saludables de colesterol y podrían convertirse en postbióticos, compuestos derivados de bacterias beneficiosas que pueden consumirse directamente para conferir beneficios para la salud.

Por otro lado, Eubacterium rectale favorece el ciclo TCA, fomentando la producción de estos compuestos protectores. La supresión del ciclo TCA por parte de las bacterias nocivas se traduce en una disminución de los niveles de estos metabolitos y, por tanto, en un aumento de la concentración de colesterol no HDL-c en la sangre. Esta interacción bioquímica demuestra que la microbiota intestinal no sólo reside pasivamente en el sistema digestivo, sino que participa activamente en procesos metabólicos que tienen efectos de gran alcance sobre la salud.

El colesterol es su amigo, no su enemigo

A medida que se aclara el papel que desempeña el microbioma intestinal en el colesterol, es importante comprender que el colesterol es una de las sustancias más vitales del organismo. Esta sustancia cerosa es un componente fundamental de las membranas celulares, a las que aporta integridad estructural y fluidez. Actúa como precursor de varias hormonas esenciales y es vital en la producción de vitamina D cuando la piel se expone a la luz solar, contribuyendo a la salud ósea y a la función inmunitaria.

En el sistema digestivo, el colesterol contribuye a la formación de ácidos biliares, necesarios para la absorción de grasas y vitaminas liposolubles. Además, el colesterol contribuye a la formación de la vaina de mielina, que mejora la transmisión de las señales nerviosas por todo el cuerpo.

Una cantidad equilibrada de colesterol es indispensable para gozar de una salud óptima y desempeña una función protectora a medida que envejecemos,8 razón por la cual no debemos centrarnos en reducir el colesterol al máximo, sino en optimizar sus niveles.

Las cardiopatías suelen producirse por daños en la pared endotelial debidos a factores como la mala alimentación, el tabaquismo, la contaminación, los productos químicos y el estrés. Cuando se produce un daño, el organismo envía colesterol como parte del proceso de reparación. Esta es la razón por la que el colesterol se encuentra a menudo en el lugar del daño arterial: está ahí para ayudar, no para dañar.9

Un enfoque holístico de la salud cardiaca

Mantener un corazón sano va más allá de controlar los niveles de colesterol o seguir una dieta específica. Es fundamental adoptar un enfoque integral que incorpore múltiples factores esenciales. Empiece por dar prioridad a los alimentos integrales y no procesados frente a las alternativas refinadas y envasadas. Además, asegúrese de dormir bien y controlar eficazmente el estrés, ya que ambos factores desempeñan un papel importante en la salud general y el bienestar cardiovascular.

Aunque el ejercicio regular es indudablemente beneficioso, evitar el sedentarismo es igualmente importante. Actividades sencillas como pasear con regularidad mejoran significativamente la salud, ya que no sólo ayudan al corazón, sino a la funcionalidad de todo el cuerpo. Incorporar estos movimientos ayuda a mantener la flexibilidad, mejorar la circulación y reducir el riesgo de enfermedades crónicas.

Además, preste atención al estado de su microbioma intestinal. Los microorganismos anaeróbicos son necesarios para transformar la materia vegetal indigerible en valiosos ácidos grasos. Estas bacterias intolerantes al oxígeno prosperan en entornos desprovistos de oxígeno, lo que requiere suficiente energía celular para mantenerse.

Sin embargo, las opciones dietéticas modernas, como el consumo excesivo de aceites de semillas y la exposición a sustancias químicas alteradoras endocrinas (SAE) presentes en los plásticos, alteran este delicado equilibrio. Estos factores perjudican la producción de energía necesaria para mantener un entorno intestinal libre de oxígeno, lo que dificulta la proliferación de bacterias intolerantes al oxígeno.

Cuando las condiciones sin oxígeno del intestino se ven comprometidas, las bacterias tolerantes al oxígeno empiezan a dominar. Estos microorganismos producen endotoxinas más potentes, lo que provoca un aumento de la inflamación y reacciones adversas a determinados hidratos de carbono. Este cambio no sólo altera las funciones beneficiosas del microbioma intestinal, sino que también repercute en los niveles de colesterol.

Además, la endotoxemia -una enfermedad caracterizada por la presencia de endotoxinas en la sangre- provoca complicaciones graves como el shock séptico, que es una de las principales causas de mortalidad.

Integrar la salud intestinal en la prevención de las cardiopatías

Para salvaguardar la salud de su corazón, es imprescindible centrarse tanto en mejorar la función mitocondrial como en mantener un ecosistema intestinal equilibrado. La comprensión de la intrincada relación entre el microbioma intestinal y los niveles de colesterol revela una poderosa herramienta en su arsenal para la salud del corazón.

Adoptando un enfoque holístico que incluya alimentos integrales nutritivos, manteniéndose activo, controlando el estrés y fomentando un entorno intestinal sano, podrá optimizar de forma natural el colesterol y reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Esta estrategia integrada no sólo promueve un corazón más sano, sino que también mejora su bienestar general, lo que le permite vivir una vida más larga y saludable sin depender de las intervenciones farmacéuticas.

Notas

1, 2 , 3 Celda 11 de abril de 2024, Volumen 187, Edición 8, P1834-1852. E19

4, 5 , 6 Cell Host Microbe. 2020 Ago 12;28(2):245-257.e6

7 eBioMedicine. 2024 May 9;104:105150

8 Front. Endocrinol. 13 de junio de 2024, Discusión

9 YouTube, The Primal Podcast 6 de octubre de 2024, 0:21

 

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