El costo real de la energía nuclear
Desenmascarando las estimaciones de los gobiernos sobre el coste de la energía nuclear
¿Es barata la energía nuclear?
Pocas centrales nucleares se han construido en Europa o América en los últimos veinte años. Eso no es debido a los peligros de la energía nuclear, a los que los gobiernos han decidido restar importancia, sino simplemente es una cuestión económica. La Energía nuclear no ha sido competitiva con otras fuentes, especialmente con el carbón y el gas.
Pero ya que estamos comprometidos a reducir la dependencia de los combustibles fósiles, la industria nuclear está tratando de reaparecer. En el reciente Libro Blanco del Reino Unido se dice que son más rentables las nuevas tecnologías con bajas emisiones de carbono
Cuando se construyeron las primeras plantas de energía nuclear en el Reino Unido, se nos dijo que iba a ser una forma económica de producir electricidad. Incluso se llegó a decir que los contadores de electricidad iban a desaparecer porque el precio sería tan bajo que no valdría la pena medir la cantidad consumida por cada usuario. Pero la realidad es la contraria: la energía nuclear es muy costosa, tanto que el gobierno de Thatcher no fue capaz de vender las centrales nucleares una vez que ya había privatizado el resto de la industria eléctrica. Se dejó al contribuyente que pagase la cuenta del costo del desmantelamiento y eliminación de los residuos, obteniéndose una cuenta de 72 mil millones de libras, unido a las pesadillas de la financiación y de la seguridad.
Ahora el gobierno nos dice que las cosas van a ser diferentes. La energía nuclear no va a ser muy barata, pero producirá energía eléctrica limpia a un precio muy competitivo. Eso va a hacer que sea una inversión muy atractiva para la industria privada, que correría con los gastos de construcción, explotación y desmantelamiento de las plantas. El gobierno sólo tiene que dar luz verde para que el proceso comience, agilizando el proceso de planificación para evitar innecesarios retrasos, estableciendo algún sistema para que una pequeña parte del dinero pagado por los consumidores sea mantenido para cubrir los costes de desmantelamiento y eliminación de los residuos. El gobierno no tendría que aportar ninguna cantidad de dinero público, ni involucrarse en la organización de nuevas formas de producción y distribución de la electricidad. Sería algo tan sencillo como desconectarnos de las centrales de carbón y de gas y conectarnos a las nuevas centrales nucleares.
Sería el Reino Unido el único país que propone la construcción de nuevas centrales nucleares sin el apoyo del Estado. En otros países se ven pocas perspectivas de nuevas centrales sin el auxilio de sustanciales subsidios, concedidos de una u otra forma.
La afirmación de que la energía nuclear se autofinancia depende de unas suposiciones que no están de acuerdo con las estimaciones actuales. Si el gobierno emprende una fuerte dependencia de la energía nuclear y entonces se da cuenta de que las ayudas son necesarias para poner en funcionamiento las plantas construidas, estaremos dando a la industria un cheque en blanco.
No hay necesidad de volver a la energía nuclear, en absoluto, ya que las fuentes renovables como la energía eólica, solar, biogás, mareomotriz, etc, son capaces se suministrar suficiente energía. Por otra parte, mientras que el coste de la energía nuclear sigue subiendo, el de las energías renovables está disminuyendo a medida que se mejora la tecnología. Desde 1990, por ejemplo, el costo de la energía solar fotovoltaica en los EE.UU se ha reducido a casi la mitad en términos reales, es decir, después de corregir el precio por la inflación, y aunque por entonces era cuatro veces más cara, se espera que alcance una paridad en el precio hacia 2015.
Por esta razón, Alemania ha optado por no construir nuevas centrales nucleares, sino cumplir con los objetivos de reducción de emisiones mediante un cambio a las fuentes renovables. Esto también significa convertirse en un líder mundial en energías renovables.
El Reino Unido debería hacer lo mismo. En cambio, parece haber decidido repetir los mismos errores, pero a una escala aún mayor, realizando fuertes inversiones en una peligrosa tecnología, poco rentable e insostenible.
Costes reales
Las centrales nucleares son muy caras de construir, por lo que el costo de la construcción es un factor muy importante en la determinación del precio de la electricidad que producen. Aquí es donde hay grandes discrepancias entre el Libro Blanco y otras estimaciones.
Hay dos formas de estimar el coste de la construcción de algo tan grande y complejo. Primero, lo que costaría si se construyese de un día para otro. Todos los materiales, mano de obra y otros aspectos se calculan a precios de hoy, no sumándose los costes de financiación mientras la planta está en construcción. Pero por otro lado, el coste de la construcción debe incluir esos costes, y supone lo que realmente va a costar en sí el proyecto.
Si alguna vez le han hecho unas estimaciones de un día para otro del coste de la construcción de una vivienda, entonces no se sorprenderá que las estimaciones del coste de la construcción de una central nuclear pueden variar considerablemente. Puede haber una variación muy grande en los cálculos del coste de la construcción.
Debido a la gran cantidad de dinero que ha de ser empleado antes de que se obtenga un solo dólar, habrá una acumulación de intereses que han de ser pagados antes de que haya ingresos. Las estimaciones de los costes de financiación, dará lugar a unas estimaciones muy distintas sobre el coste de la construcción en sí. En segundo lugar, mientras que la construcción está en curso, el coste de los materiales, mano de obra… irá en aumento. Esto no sería muy grave si el aumento fuese del índice de precios al consumo, pero la experiencia demuestra que los incrementos son mayores. En los EE.UU, por ejemplo. El IPC aumento un 20% entre los años 2000 y 2007. Sin embargo, según Cambridge Research Associates, una organización que asesora a la industria, los gobiernos y las instituciones financieras, en el mismo periodo el índice de precios del capital aumentó en un 130%, es decir, alrededor de un 12,5% anualmente. Unas estimaciones que quizás estén a la baja
El coste total depende en gran medida del tiempo que se tarde en construir la planta. Un retraso de un año o dos puede producir una diferencia muy grande en el pago de los intereses y suponer un aumento del coste de otros. Las centrales nucleares tardan mucho en construirse y elevan mucho el presupuesto. Las plantas construidas en los EE.UU en los años 1960 y 1970 costaron entre dos a cuatro veces las estimaciones presentadas al inicio de la construcción… En cuanto a la nueva generación de reactores, Schneider informó en 2009 que las 45 plantas de energía nuclear que estaban entonces en construcción, nada menos que 22 sufrieron considerables retrasos. Una de las que está actualmente en construcción en Europa Occidental, Olkiluoto en Finlandia, lleva tres años de retraso y se espera que cueste un 50% más del precio establecido en contrato. La otra, en Flammanville, en Francia, está retrasándose y sus costes están por encima del presupuesto inicial.
El Libro Blanco estima que el coste de construcción de un día para otro de una planta de energía nuclear es de 1250 libras por Kw, y la construcción del orden de 1750 libras el kw, generando un coste total para una planta de 1.6 GW de 2,8 mil millones de libras. Estas estimaciones se basan en los resultados de un estudio de la OCDE para la Asociación de Energía Nuclear publicado en el año 2005. Pero los costes han subido mucho desde entonces y todas las estimaciones más recientes son más altas.
A pesar de la considerable diferencia entre unas estimaciones y otras, existe un claro consenso en que el coste de construir una planta de energía nuclear debiera ser la mitad para justificar la afirmación del gobierno en la que habla de que es económicamente factible.
La estimación inicial del coste de la plante de Olkilouto, acordado en 2003 en 3.000 millones de euros, es casi la misma cifra que cita el Libro Blanco para construir un reactor similar en 2008. Areva señaló en 2009 que esperaban que el coste de un nuevo reactor fuese del orden de 6.000 millones de euros (5,4 mil millones de libras). En el Libro Blanco sin embargo se dice: “ El aumento en el coste total es más alto que las estimaciones establecidas en el contrato para la central nuclear que está construyéndose actualmente en Olkilouto, Finlandia, siendo actualmente de 2,7 mil millones de libras. Esto puede interpretarse en el sentido de que el Libro Blanco de 2008 fije unas estimaciones que son mayores que el coste actual de la planta en construcción de Olkilouto. Lo que realmente dice es que son superiores a la estimaciones que se hicieron en 2003 y que son aproximadamente la mitad de lo que los constructores fijan actualmente. Esto podría deberse a una redacción descuidada, pero es poco probable en un Libro Blanco.
Las estimaciones de Citigroup, Lazard y Moody’s son muy importantes porque las expectativa para el sector privado dependen de si los inversores encuentran atractiva la energía nuclear, independientemente de lo que diga el Libro Blanco.
Al final, lo que importa es el precio que tiene que pagar el consumidor por la electricidad producida con la tecnología del carbón limpio, y los costes en que se incurren. Las previsiones en EE.UU hablan de 29 dólares por Mwh; el Libro Blanco de la Energía Nuclear estima del orden de 31 a 42 libras. En su documento sobre la Economía de la Energía Nuclear, que apareció en enero de 2010, la Asociación Atómica Mundial afirma que las cifras de 2003 en Finlandia hablan de un coste de la energía nuclear de 32,3 euros por Mwh. Al igual que el Libro Blanco, el informe de WNA no actualiza las cifras de 2003 de Olkiluoto, por lo que la estimación queda muy por debajo del coste real.
Los costes ocultos y las ayudas
Las grandes variaciones en los precios estimados se debe a las diferentes maneras de hacer los cálculos. Las cifras menores no incluyen los costos de la inversión, el componente que supone un mayor gasto y más difícil de predecir, motivo de amplia discusión, pero de poca utilidad para un debate serio sobre la rentabilidad de la energía nuclear.
Unas cifras bajas en el precio de la energía nuclear suelen encubrir grandes ayudas públicas. Si, por ejemplo, los 72 mil millones de libras que los británicos van a pagar por el desmantelamiento de las centrales nucleares y el almacenamiento de los residuos no se incluyen entre los costes de la factura eléctrica, el coste real de la energía nuclear queda encubierto. Algunos incluyen las ayudas al carbón o ayudas similares, pero otros no, con lo cual las comparaciones resultan engañosas. Pero incluso si todos los costes se han incluido, rara vez se sacan a la luz los costes reales de construcción de la planta nuclear.
Un problema importante son los costes de la inversión. La mayor parte de los estudios señalan unas tasas de interés de entre el 5 al 10%, límites entre los cuales hay una gran diferencia. Aunque las centrales nucleares las construyese el sector privado… los inversionistas exigirán unas tasas de rendimiento por encima de los intereses de pago del préstamo, debido a los altos riesgos que corren, entonces la tasa de descuento será mayor y el precio de la electricidad aumentará en consecuencia.
La tasa de descuento, explicación
Supongamos que consideramos un gasto de 1000 libras para construir algo que nos permitirá ganar una cierta cantidad de dinero dentro de 10 años. Para comprobar si ésta es una buena inversión, tendremos que compararlo con los que obtendríamos si dejásemos ese dinero simplemente depositado en el banco y dejamos que se acumulasen los intereses. Si, por ejemplo, podemos obtener un 5% de interés al año, después de 10 años tendríamos 1000 × (1.05) 10 = 1629 libras. Así que una inversión que nos promete menos de 1629 libras en 10 años no merece la pena. La forma de expresar esto es mediante la tasa de descuento, en este caso de un 5%. 1629 libras tienen un valor actual de 1,629 libras / (1.05) 10 = 1000 libras. Cuanto mayor es la tasa de descuento, mayor es el pago dentro de 10 años, que debe tener un valor actual por lo menos igual a la inversión. Si por ejemplo se asume una tasa de descuento del 10%, tendríamos que ganar 2594 libras… Debido a que en gran parte el coste de la energía nuclear se paga por adelantado, cualquier estimación del precio de la electricidad tendrá que tener en cuenta la tasa de descuento.
Esto explica el por qué el coste de la construcción no suele concordar con las estimaciones iniciales y los precios de la electricidad son mucho mayores. La mitad de la inversión será el patrimonio neto y los inversores exigirán rentabilidades del orden del 15% del impuesto de sociedades. Diferentes suposiciones producen distintas cifras, pero estas consideraciones deben tenerse en cuenta cuando entra de por medio el sector privado. La experiencia del Reino Unido con la Iniciativa de Financiación Privada (PFI) muestra que la participación del sector privado puede aumentar los costes y que los riesgos deban ser asumidos por los contribuyentes.
Algunos críticos señalan que en el último año los costes de la construcción han aumentado en una media inferior a la tasa del 12,5%, empleado en los cálculos. Esto se debe a que los costes se elevaran más lentamente en el periodo de crisis económica, con el colapso de los bancos.
Conclusión
El Gobierno del Reino Unido cree que la energía nuclear va a proporcionar electricidad con poca emisión de carbono, de forma segura y a un precio competitivo para el consumidor. No va a poner dinero público en su construcción, sino que lo harán las principales instituciones financieras.
A menos que cambien de opinión, el gobierno nos compromete con la energía nuclear y no tardará mucho en aceptar que tiene que proporcionar fondos, a pesar de decir que no eran necesarios. Estos fondos puede concederlos como generosas dádivas a las empresas, pero también tratando de ocultarlos mediante diferentes triquiñuelas. Podría proporcionar financiación para la construcción a tasas favorables u ofrecer garantías en los préstamos, o comprar grandes cantidades de electricidad a precios por encima de los precios del mercado, o asumiendo una visión muy optimista sobre los costes de desmantelamiento y eliminación de residuos.
La industria nuclear se ha convertido en algo muy importante si falla, y de una u otra manera al contribuyente se va a acudir para que esto no ocurra. Una vez elegida la energía nuclear, porque se nos dijo que era más barata que otras fuentes, nos encontraremos que tenemos que rascarnos aún más el bolsillo.
No necesitamos construir nuevas centrales nucleares. Podemos satisfacer nuestras necesidades energéticas mediante una combinación de fuentes de energía renovables, como ya Alemania está planeando hacer. Es importante decir que actualmente la energía nuclear produce sólo el 13% de la electricidad del Reino Unido, y que caerá al 8% en el 2020 cuando las plantas se vayan quedando obsoletas. Para entonces las energías renovables podrían suministrar el 30%.
Hay que mejorar nuestra eficiencia energética y reducir las actividades con altas emisiones de carbono, en áreas como el transporte, que actualmente es el responsable de una quinta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero. En la agricultura, los cambios de uso y los residuos representan en su conjunto el 11%, por lo que también requiere una serie de cambios.
La energía nuclear no es necesaria. Por otra parte, el Reino Unido se adelanta con la energía nuclear, mientras que otros países se concentran en las energías renovables, acabando por comprar electricidad a partir de la generada por estos sistemas. Tanto China como Alemania son líderes mundiales en este campo. Y a pesar de lo que la industria y nuestro gobierno nos quiere hacer creer, la energía nuclear es, también, peligrosa.