El regreso de la Eugenesia

 

A los investigadores no les gusta esta palabra, pero siguen adelante con la idea, y el Reino Unido se encuentra a la vanguardia

Por Fraser Nelson, 2 de abril de 2016

spectator.co.uk

“Eugenesia de la Hispanidad: regeneración de la raza”, libro de Antonio Vallejo Nágera publicado en Burgos en 1937 por Editorial Española. El Prólogo del libro, fechado en marzo de 1936, comienza con el siguiente párrafo: “Contemplamos el panorama nacional profundamente doloridos. Cierto es que aumenta la afición al deporte; que contendemos, incluso con alguna fortuna, en los torneos internacionales; que los jóvenes se alistan en las filas de los Legionarios de la Salud o instituciones similares: vislumbramos pródromos de revigorización física de la raza. Empero trátase de fugaces destellos, y la triste realidad es que increméntase más cada día el cretinismo racial iniciado en las postrimerías de la dinastía austríaca, hallándonos al borde de la desaparición de la raza a partir del último heroico esfuerzo de la guerra napoleónica”. Más información…
“Eugenesia de la Hispanidad: regeneración de la raza”, libro de Antonio Vallejo Nágera publicado en Burgos en 1937 por Editorial Española. El Prólogo del libro, fechado en marzo de 1936, comienza con el siguiente párrafo: “Contemplamos el panorama nacional profundamente doloridos. Cierto es que aumenta la afición al deporte; que contendemos, incluso con alguna fortuna, en los torneos internacionales; que los jóvenes se alistan en las filas de los Legionarios de la Salud o instituciones similares: vislumbramos pródromos de revigorización física de la raza. Empero trátase de fugaces destellos, y la triste realidad es que increméntase más cada día el cretinismo racial iniciado en las postrimerías de la dinastía austríaca, hallándonos al borde de la desaparición de la raza a partir del último heroico esfuerzo de la guerra napoleónica”.
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La única manera de acabar con la constante excreción de idiotas, dementes y retrasados mentales que llenan nuestra cárceles, asilos y reformatorios, es evitando que aquellos que presentan un defecto mental puedan tener descendencia. La mejor manera de hacer esto es colocar a todas estas unidades defectuosas bajo control. Incluso si esto supusiera una dificultad para el individuo, habría que hacerlo en aras de protección de la raza” . El Espectador, 25 de mayo de 1912.

Ahora nos sentimos reconfortados al pensar en la Eugenesia como un mal que salió de la parte más oscura de los corazones nazis. Estamos ya familiarizados con este argumento: algunos hombres nacen fuertes, otros débiles, pero ambos transmiten estos rasgos a sus hijos. Así que para mejorar la sociedad, en buena lógica, deberíamos fomentar la reproducción de los mejores y hacer todo lo posible para impedir que lo hagan los cretinos y enfermos, de modo que no se transmitan estos genes defectuosos. Esto fue llevado a cabo a su máxima expresión por el genocidio hitleriano. Pero sus fundamentos intelectuales se sitúan en Inglaterra. Y ahora esta idea está reapareciendo de forma sorprendente.

Hace 100 años la misión eugenésica disponía de un puñado de herramientas muy rudimentarias: sobornando a la gente “correcta” para que tuviese familias más numerosas; esterilizando a los más débiles. Ahora, con los impresionantes avances científicos se dispone de unas opciones con las que los primeros eugenistas sólo podían soñar, como la tecnología de fecundación in vitro ya permite actualmente… pudiéndose detectar en los embriones enfermedades hereditarias, como la fibrosis quística. Pero pronto los padres podrán elegir otro tipo de rasgos, desde el color del pelo al carácter, es decir, elegir a su niño perfecto.

La era de los bebés de diseño, siempre retratada en sus distopías por novelistas y guionistas, está llegando con rapidez. De acuerdo con Hak Greely, profesor en Legislación y Ciencias Biológicas de la Universidad de Stanford, las próximas dos generaciones quizás sean las últimas en las que se acepte la suerte que a cada uno corresponda con la procreación. En su próximo libro, El fin del Sexo, explica la aparición de un nuevo panorama en el que a las madres se les dará varias opciones biológicas. Pero incluso él se distancia de la palabra que define todo esto. Para el profesor Greely, al tratar este asunto en las Ciencias Biológicas, nunca se menciona la palabra Eugenesia, como para evitar admitir que la Historia vuelve a anteriores puntos de partida.

francis_galton La palabra Eugenesia fue acuñada por primera vez en 1883 por Francis Galton, un destacado pensador que inventó la técnica de identificación de las huellas digitales y muchas otras técnicas de investigación estadística moderna. Lo suyo fue un presentimiento: que los hombres más destacados provienen de las mismas familias, porque el genio era hereditario. Fascinado por los argumentos de la evolución de su primo Charles Darwin, se preguntó si los avances en la atención sanitaria y el bienestar no habían contaminado el patrimonio genético nacional al haber permitido que más enfermos y discapacitados no sólo sobreviviesen, sino que llevasen una vida familiar normal. Estuvo recogiendo datos, y así desarrolló la teoría de la Eugenesia.

En un principio no se consideró una teoría, sino un descubrimiento, una nueva Ciencia de la vida humana, con leyes tan inmutables como las de Newton. Podría desarrollarse una raza de hombres mejor dotados, diciendo que se podía hacer “con tanta seguridad como se podrían propagar idiotas apareando cretinos”.

Algunas de las personalidades más destacadas de la Historia británica recibieron con entusiasmo estas ideas. Siendo Ministro del Interior, Churchil escribió al Primer Ministro pidiéndole que hiciera algo más para detener la “multiplicación de los no aptos”. El propio Darwin también expresaría sus temores: “si el prudente evita el matrimonio, mientras que el imprudente se casa, los miembros inferiores tenderán a suplantar a los mejores miembros de la sociedad”.

 “Desmontando a Darwin”, una entrevista a Máximo Sandín.

https://vimeo.com/10330767

Máximo Sandín fue Doctor en Ciencias Biólogicas y en Bioantropología, y ejerció como profesor de Evolución Humana y Ecología en el Departamento de Biología de la Universidad Autónoma de Madrid.

Según él, el darwinismo se ha convertido en una especie de religión, en una justificación del sistema económico vigente. La teoría de «La Selección Natural» por la cual los más fuertes son los más aptos y los únicos que deben sobrevivir, justifica la creencia de que debemos vivir constantemente en competencia. Para Sandín, la naturaleza es algo de una enorme armonía donde no hay basura en los genomas ni virus o bacterias asesinos.

En 1908, una Comisión Real transmitió la preocupante noticia de que había 150.000 personas “débiles mentales” en Gran Bretaña. Entonces, ¿qué se iba a hacer con ellos? Como dijo un reformador: “debieran estar a cargo del Estado… pero con la pérdida total y permanente de todos sus derechos civiles, incluyendo el derecho al sufragio, pero también las libertades civiles y el derecho a la paternidad”. Esto lo dijo William Beveridge, fundador de la protección social.

Un artículo publicado en The Times recogía lo más sustancial de la conferencia impartida por el Dr. Grunby en la Sociedad de Eugenesia de Devon:

En cuanto a los imbéciles, sólo se puede hacer una cosa con ellos: exterminarlos desde el mismo momento que nazcan. Es una sugerencia que propuso por razones puramente humanitarias”.

La Eugenesia también se ha considerado como un rasgo de modernidad: creer en ella era creer en la Ciencia y el Racionalismo, liberarse de los escrúpulos impuestos por la Religión. El obispo de Birmingham solicitó la esterilización. Bertrand Russel veía con buenos ojos una era eugenésica impulsada por la Ciencia, no por la Religión: “Podemos suponer que si tal vez las personas son cada vez menos supersticiosas, el Gobierno pueda tener el derecho a esterilizar a los que se considera que no debieran ser padres”. Así lo argumentaba en 1924.

Cuando un Proyecto de Esterilización se presentó ante el Parlamento en 1931, contaba con el respaldo de los trabajadores sociales, de decenas de autoridades locales, y el establishment médico y científico. No salió adelante, pero el programa continuó. Por los juicios de Nuremberg se supo que los nazis ( que llegaron un poco tarde a todo esto) llevaron a cabo unas 400.000 esterilizaciones obligatorias, una cantidad tan enorme que ha eclipsado a las 60.000 de Suecia y un número similar en Estados Unidos [ N. del T.: o el caso de Perú). La idea de una división biológica entre los aptos y los que no, no fue una invención nazi. Era algo que corría popularmente en las sociedades del mundo desarrollado.

Y este es el problema, que nos olvidamos de cómo Gran Bretaña cayó en las prácticas eugenésicas y debiéramos ser capaces de reconocer los argumentos básicos cuando aquellas reaparecen, ahora que lo están haciendo con cierta regularidad.

Por ejemplo el caso de Adam Perkins, profesor en el Kings College de Londres, que ha publicado un estudio repitiendo aquella cuantificación que realizara la Comisión Real de los débiles mentales. El grupo objetivo de su estudio es el que se resiste a realizar una tarea laboral: aquellos que están dispuestos a llevar una vida de bienestar como resultado de sus predisposiciones genéticas, habiendo crecido en hogares sin trabajo. Con una precisión galtonesca, estima que unas 98.040 personas disfrutaron del Estado de bienestar durante 15 años, provocando un aumento del gasto social. Se representa a estas personas como una carga cada vez mayor frente a los ciudadanos sin limitaciones funcionales.

En 1938, los alemanes mostraron el cartel de un discapacitado y su indignación por los costes de los cuidados que requería (60.000 Reichmarks). El Dr. Perkins ensaya una versión un poco más suave pero bajo la misma idea: calcula el coste anual en unas 12.000 libras anuales por cada una de estos Untermensch (infrahumanos) británicos, no sólo por los gastos de su mantenimiento, sino por los delitos que pudieran cometer. El Gobierno de Cameron está restringiendo la protección social, de modo que las familias que soliciten este tipo de protección reduzcan su número de hijos. Una solución eugenésica perfecta.

eugenesia-nacionalsocialismo-propagandaNo hay nada monstruoso en lo que señala el Dr. Perkins, él mismo antiguo solicitante de protección social, ni nada original en su libro. Se une a la reciente corriente de investigaciones académicas y dice lo que otros no se atreven a decir. Sus notas a pie de página muestran el creciente pedigrí académico de la nueva Eugenesia: se está tratando de identificar los genes relacionados con el alcoholismo, la delincuencia, el éxito deportivo, incluso la eyaculación precoz. Las extrapolaciones llegan a tal extremo, que se llega a proponer que la atención sanitaria y el bienestar ha afectado a la calidad de la raza humana en todo el mundo.

En el ámbito académico, la palabra Eugenesia puede resultar un tanto controvertida, pero la idea no lo es. Para el profesor Julian Savulescu, editor jefe de la revista Journal of Medical Ethics, la capacidad de aplicar un diseño racional a la humanidad, a través de la edición de genes, ofrece la oportunidad de mejorar la acción humana. Cuando se trata de detectar los defectos de la personalidad humana, tales como un potencial alcoholismo, la psicopatía, la disposición a la violencia, dijo hace un tiempo: “se puede argumentar que las personas tienen la obligación moral de seleccionar unos hijos mejores desde el punto de vista ético”.

 Mientras tanto, la búsqueda científica de hijos éticamente mejores está avanzando rápidamente. Desdeeugenesia2 que Louise Brown lo concibiese en un laboratorio hace 38 años, el primer niño probeta del mundo, la idea se está extendiendo, y cada día 100 mujeres británicas exploran esta solución. La evolución de la fecundación in vitro indica que en la actualidad pueden ser fertilizados varios embriones, analizarlos en busca de enfermedades, y de ellos, el mejor, implantarlo en el útero. El siguiente paso se dio el año pasado, cuando científicos chinos tuvieron éxito en la modificación de los genes de un embrión fertilizado. Fue bastante complicado: se intentó el tratamiento de 86 embriones no viables, fracasándose en la mayoría de los casos. Así que abandonaron el proyecto, diciendo que se necesita una tasa de éxito del 100% cuando se trata de la vida humana.

La modificación genética de los embriones humanos es motivo de preocupación. Pero, en lo que se refiere a la nueva Eugenesia, se puede argumentar: ¿dónde se encuentra el problema moral?. No se producen muertes, ni hay esterilizaciones, ni abortos, simplemente una fecundación guiada científicamente, tratando de evitar las enfermedades y la mejora de la humanidad. Entonces, ¿qué pegas se le puede poner?

Una respuesta llegó hace cuatro meses, cuando 150 científicos y académicos solicitaron la prohibición de la edición de los genes humanos. En dicha carta, dada a conocer antes de una cumbre celebrada en Washington D.C., argumentaban que esta tecnología podría “abrir la puerta a una nueva era de prácticas eugenésicas utilizando alta tecnología”, de modo que los padres con mayores posibilidades económicas elegirían las mejores cualidades, desarrollando una nueva forma de sujeto humano modificado genéticamente. Para estos científicos, la complejidad del asunto se reduce a una cuestión muy simple: “No se deben diseñar los genes que se transmitirán a nuestros descendientes”.

Tales preocupaciones no parecen haber sido escuchadas por el Gobierno británico, que recientemente colaboró en la construcción del Instituto Francis Crick, el nuevo centro neurálgico de investigación biomédica. Hace unas semanas, el Instituto recibió la autorización para iniciar una nueva técnica muy controvertida de edición de genes, conocida como CRISPR-Cas9. Para los partidarios de estas prácticas, esto pondría a Gran Bretaña en la vanguardia de la investigación. Para sus críticos, sería una prueba de que el Reino Unido ( uno de los pocos países que no han prohibido el uso de embriones humanos fertilizados para experimentación) se precipita de cabeza en las prácticas eugenésicas, sin un mínimo debate.

En las raras ocasiones en las que este asunto ha llegado al Parlamento, los Ministros han dicho que no apoyan la Eugenesia. Pero, como ha señalado Chris Patten a sus Señorías, se trata de una declaración de intenciones y no hay ningún intento de definir el término. Para David Galton, quien ha escrito más que ningún otro académico británico sobre este asunto, la definición es simple: si se utiliza la ciencia para mejorar los genes que han de ser transmitidos a la siguiente generación, entonces estamos hablando de Eugenesia. “Tratar de ocultar determinadas palabras debajo de la alfombra, o usar eufemismos, no es más que tratar de ocultar los atroces abusos que se han cometido en el pasado y puede dar a la gente la falsa sensación de seguridad”.

La idea de una Eugenesia de consumo no es una fantasía futurista. Ya se cuentan con bancos de esperma, para la detección desde el autismo hasta el pelo rojo. Por 12.000 libras tiene la oportunidad de elegir el embrión a implantar. Por 400 libras le dicen cuál es el mejor esperma para para la concepción de un niño (o niña). E incluso en los barrios pobres de la India, las desesperadas mujeres que no quieren concebir una niña pagan por un cribado prenatal de identificación del sexo, y provocar el aborto. No necesitan que el Gobierno apoye la Eugenesia: los padres lo hacen por sí mismos.

El Instituto Francis Crick dice que su investigación sobre la edición de genes no tiene nada que ver con la Eugenesia; incluso la leyes británicas prohíben embarazos de embriones con los genes editados, y sus investigadores dicen que destruirán estos embriones siete días después. Pretenden conocer el papel de los genes en los abortos involuntarios. Pero si su investigación mejora la tecnología de edición de genes, los científicos menos escrupulosos podrían hacer uso de esto. Esta es la razón por la que estudiosos como Robert Pollack, profesor de la Universidad de Columbia, ha solicitado una moratoria del proceso de modificación de los genes humanos: “Imagínense que dentro de varios años haya dos clases de seres humanos: los que han recibido la desordenada herencia de sus antepasados, y aquellos otros que tuvieron recursos para hacer una limpieza de las células germinales antes de la fecundación in vitro”. Tendríamos dos tipos de seres humanos: aquellos con el rico genoma ordenado y todos los demás.

Los experimentos que se están llevando a cabo en Londres son preocupantes, dice, precisamente porque los británicas tienen una alta tasa de éxito en tales asuntos: “No es el fracaso, sino el éxito, lo que más me preocupa. Y como motivo de preocupación, nada más preocupante que el Instituto Crick, donde es probable, como cualquier otro lugar en el mundo, que comentan errores de distracción, evitables”, dijo el profesor Pollack.

Así que unos 130 años después de que Gran Bretaña pariese la idea de perfeccionar la humanidad, estamos otra vez a la vanguardia de esta Ciencia tan problemática. Para bien o para mal, la Eugenesia ha vuelto.

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Procedencia del artículo:

http://www.spectator.co.uk/2016/04/the-return-of-eugenics/

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Más información:

https://books.google.es/books?id=uuuZQxir7FoC&lpg=PA94&ots=0QTad8qxuW&dq=esterilizaciones%20en%20espa%C3%B1a%20durante%20la%20dictadura&hl=es&pg=PA94#v=onepage&q=esterilizaciones%20en%20espa%C3%B1a%20durante%20la%20dictadura&f=false

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