pan-europe.info, 3 de junio de 2025

PAN Europe y Global 2000 piden la prohibición inmediata de los plaguicidas PFAS
Un nuevo estudio revela niveles alarmantes de ácido trifluoroacético (TFA), una sustancia química persistente, en cereales y productos derivados de cereales de consumo cotidiano. Los resultados apuntan a una contaminación generalizada por plaguicidas PFAS, con niveles de TFA tres veces superiores a los registrados en un estudio comparable realizado hace ocho años. Mientras que los reguladores de la UE están avanzando en la clasificación del TFA como tóxico para la reproducción, PAN Europe y Global 2000 instan a los responsables políticos a actuar sin demora y poner fin a esta contaminación evitable de los alimentos y el agua prohibiendo hoy mismo los plaguicidas PFAS.
El estudio, realizado por Global 2000, miembro de PAN Europa en Austria, es una continuación del estudio recientemente publicado a escala de la UE sobre el TFA en el vino. [1] La organización analizó 48 variedades de cereales y productos derivados de cereales comprados en Austria, entre los que se incluían pasta, productos horneados, cereales para el desayuno y cereales integrales, divididos a partes iguales entre fuentes ecológicas y convencionales.
«El nivel de TFA, especialmente en el pan y la pasta, es muy preocupante y exige medidas inmediatas para evitar nuevas emisiones de TFA al medio ambiente. En los productos de cereales convencionales, los niveles medios eran tan altos que ya no se puede descartar un riesgo para la salud de los niños», advierte el autor del estudio, Helmut Burtscher-Schaden, químico medioambiental de GLOBAL 2000. Se llegó a esta conclusión tras comparar los niveles encontrados con las evaluaciones de riesgo actuales de las autoridades sanitarias de los Países Bajos y Bélgica.
Entre las principales conclusiones se incluyen:
- Los 48 productos analizados estaban contaminados con TFA, con niveles que oscilaban entre los 13 µg/kg en el centeno ecológico y los 420 µg/kg en las galletas de mantequilla convencionales. Estos niveles son entre 100 y 1000 veces superiores a los ya elevados niveles de TFA encontrados en el agua de lluvia, las aguas subterráneas y el agua potable.
- Los productos convencionales estaban más de tres veces más contaminados que los productos ecológicos. Sin embargo, los 24 productos ecológicos analizados mostraban niveles de contaminación superiores a 10 µg/kg. Esto subraya la alta movilidad y la amplia distribución de los TFA en el medio ambiente.
- Se superan las directrices sanitarias: La ingesta diaria tolerable (IDT) de TFA establecida por las autoridades sanitarias neerlandesas se supera en 1,5 veces en adultos con un consumo medio de cereales (solo productos convencionales) y hasta en 4 veces en niños pequeños.
- Un fuerte aumento de los niveles de TFA: En comparación con el único análisis oficial de TFA en cereales realizado hace poco menos de una década, la contaminación se ha triplicado. [2]
El profesor Hans Peter Arp, químico medioambiental de renombre internacional e investigador de los TFA [3], considera que los resultados del estudio confirman aún más la acumulación masiva y acelerada de TFA en el agua, el suelo y las plantas, lo que supone una grave amenaza para los límites planetarios: «Este estudio es impactante, pero no inesperado para quienes estudiamos los TFA. Estamos observando que los niveles de TFA están aumentando rápidamente en los ecosistemas, los seres humanos y los animales en todo el mundo. Por lo tanto, ahora debemos debatir cómo podemos frenar este rápido aumento antes de que la contaminación supere los límites planetarios y se produzcan efectos tóxicos en las poblaciones vulnerables».
El TFA es un producto de degradación de los plaguicidas PFAS y de productos químicos industriales. Debido a su extrema persistencia y solubilidad en agua, el TFA se acumula en los recursos hídricos y en los organismos vivos. Los últimos análisis del suelo realizados por las autoridades medioambientales alemanas confirman que los suelos agrícolas son ahora un importante reservorio de TFA, lo que explica en parte su acumulación en los cultivos alimentarios.
El 26 de mayo, la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA) publicó una propuesta para clasificar el TFA como «tóxico para la reproducción, categoría 1B», con las indicaciones de peligro H360Df: «Puede dañar al feto. Puede perjudicar la fertilidad». [4] Mientras tanto, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) está revisando los valores de referencia toxicológicos del TFA. Se espera que sus conclusiones se publiquen en febrero de 2026. [5]
«La exposición al TFA se produce a través de múltiples fuentes, incluidos los alimentos y el agua. Estos alarmantes hallazgos deberían llevar a la prohibición inmediata de todos los plaguicidas PFAS sin demora alguna. También exigimos que los umbrales de seguridad reflejen la ingesta acumulativa y garanticen la protección de los más vulnerables, incluidos los niños y las mujeres embarazadas», afirmó Salomé Roynel, responsable de políticas de PAN Europe.
La red PAN Europe pide a la Comisión Europea y a los Estados miembros que tomen medidas urgentes y prohíban el uso de todos los plaguicidas PFAS lo antes posible.
Notas:
[2] EurlSrm_residue-Observation_TFA-DFA(link is external)
[5] EFSA abierta (enlace externo)
Más información:
El estudio fue realizado por GLOBAL 2000 en colaboración con la Cámara de Trabajo de Alta Austria (Arbeiterkammer Oberösterreich) y con el apoyo de PAN Europe.
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