Preocupación en Europa por el posible acuerdo comercial con Estados Unidos

Christoph Pauly y Christoph Schult

Der Spiegel, 26 de febrero 2013

http://www.spiegel.de/international/world/plan-for-trans-atlantic-trade-agreement-could-founder-on-eu-concerns-a-885596.html

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 Asociaciones de defensa de los consumidores, activistas por Internet y agricultores europeos se están preparando para luchar contra el acuerdo comercial previsto entre Europa y los Estados Unidos. Existe preocupación en Europa de que este acuerdo se haga a puerta cerrada por los políticos, a expensas de los consumidores.

En lo que respecta a las reuniones entre ambas partes, la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, han mantenido reuniones un tanto unilaterales: la canciller ha estado en Washington varias veces, pero Obama nunca ha estado en Berlín como presidente, a pesar de haber sido invitado varias veces.

Finalmente, esta reunión podría celebrarse en junio. Los asesores de Obama están reflexionando sobre si el Presidente debe visitar Berlín durante su viaje a Europa. Habría dos razones para ello. En primer lugar, este año se cumple el 50 aniversario del legendario discurso del ex Presdiente John F. Kennedy en Berlín, en el que dijo: “Ich bin ein Berliner (Soy un berlinés)”. Las negociaciones estarían a punto de empezar este verano, fijándose como objetivo la la firma de un acuerdo comercial entre Europa y los Estados Unidos, como anunció el Presidente hace dos semanas.

Los representantes del sector ya se frotan las manos ante la posibilidad de este acuerdo, con sus 800 millones de consumidores, uniendo sus fuerzas para formar un bloque comercial de grandes dimensiones y unas normas comunes. La Cámara Americana de Comercio en Alemania ve el acuerdo como una posibilidad de mayor crecimiento, mientras las autoridades de la Cancillería Federal de Alemania ven la forma más barata de estimular la economía. Los países industrializados pretenden hacer frente al poderío económico de China mediante la creación de un mercado común con normas comunes, en patentes y leyes.

Pero este proyecto de tratado comercial puede encontrarse con trabas. Europa y Estados Unidos se enfrentan a difíciles negociaciones, y muchos críticos creen que se trata de un proyecto imaginario. Las Asociaciones de Consumidores, los activistas del medio ambiente y de Internet, todos ellos se están preparando para luchar contra el tratado por todos los medios posibles. Temen que los compromisos perjudiquen a los consumidores, mientras que los políticos se lo cuecen todo en negociaciones secretas.

“El tratado no puede fallar esta vez debido a los pollos clorados”, dijo el Ministro de Asuntos Exteriores Guido Westerwelle. Se refería al malestar de los europeos por los productos cárnicos procedentes de Estados Unidos, que son desinfectados mediante un baño en cloro, por lo que actualmente está prohibida su importación a Europa.

Diferencias en cuanto a los alimentos modificados genéticamente

Por cuestiones polémicas como ésta han sido imposibles otros acuerdos. Puede parecer una cuestión baladí, pero están en juego los derechos de los consumidores y de los ciudadanos. ¿Qué queremos comer? ¿Cómo son tratados nuestros datos personales en Internet? En los últimos años, Estados Unidos y Europa han mantenido diferencias en este sentido, siendo motivo de conflictos. Por ejemplo, existen restricciones a la venta de productos alimenticios modificados genéticamente en Europa, mientras que la mayoría de los estadounidenses no tienen ningún problema con estos productos, siempre y cuando sean baratos y tenga buena presencia.

Los productos biotecnológicos son utilizados por la mayoría de los agricultores estadounidenses, lo que les permite cultivar plantas resistentes a los insectos y obtener mayores rendimientos. El año pasado, el 88% del maíz, el 93% de la soja y el 95% de las remolachas cultivadas en los Estados Unidos lo fueron a partir de semillas modificadas genéticamente.

“La transparencia, la libertad de elección, y el principio de precaución no pueden ser sacrificados por un tratado de libre circulación de mercancías”, dice Christoph Then, director general de Testbiotech, una asociación sin ánimo de lucro que se opone a la Ingeniería Genética.

El lobby agrícola estadounidense ha luchado durante mucho tiempo contra las barreras comerciales europeas para introducir las patatas modificadas genéticamente y la carne tratada con hormonas. Ahora, el tratado de libre comercio les puede proporcionar una considerable influencia para derribar esta resistencia de Europa.

En una carta dirigida al Representante Comercial de Estados Unidos, Ron Kirk, Max Baucas, Senador demócrata de Montana, se refirió a lo que se espera lograr en las próximas negociaciones. Su lista incluye acabar con las restricciones de la UE a las semillas modificadas genéticamente, el uso de hormonas en el ganado vacuno y las restricciones sobre el uso de aditivos en los piensos, como la ractopamina en la carne de los cerdos. Todo esto son anatemas para los consumidores europeos.

Por ejemplo, los ganaderos estadounidenses usan la hormona rBST, desarrollada por la empresa Monsanto. Esta hormona se destina la aumentar la producción de leche hasta en un 20% y el rendimiento en la carne hasta en un 30%. Pero también es sospechosa de causar cáncer en los seres humanos. Además, las vacas de alto rendimiento requieren un tratamiento adicional con antibióticos, porque las glándulas mamarias son más propensas a infectarse.

Los agricultores europeos temen desventajas competitivas

Si la carne tratada con hormonas llega a Europa, tendrá un impacto considerable en los productos europeos”, advierte Lutz Ribbe, experto agrícola de Euronatur, una organización ecologista. Dado que la producción es más barata en los Estados Unidosa, dice Ribbe, los agricultores europeos se encuentra en clara desventaja competitiva.

Los acuerdos de Libre Comercio con otros países muestran que estas preocupaciones están justificadas. En las conversaciones en curso con la India, la UE quería incluir una sección sobre Desarrollo Sostenible, pero aquellos se negaron. Las negociaciones con Canadá también se encuentran estancadas, en parte debido a las discrepancias sobre cuestiones agrícolas.

Además del tratado de Libre Comercio, los estadounidenses quieren atar bien los cabos en el tema de los Derechos de Propiedad Intelectual. Los intereses comerciales de Hollywood y de Sillicon Valley se encuentran detrás. Producen películas y software que es codiciado por todo el mundo, pero a menudo se copia con mucha facilidad. Para abordar el problema, los estadounidenses ya negociaron un acuerdo comercial con sus socios internacionales y de la UE, pero el Parlamento Europeo se opuso a esas pretensiones.

El fracaso del Acuerdo Comercial Antifalsificación (ACTA) fue la primera gran victoria conseguida a través de una campaña desarrollada en Internet, y por las grandes manifestaciones en Varsovia, Berlín y París. Los activistas consideraban que ACTA ponía en peligro la libertad en Internet.

Jérémie Zimmermann, uno de los organizadores del movimiento contra ACTA cree que no tardará mucho en producirse nuevas protestas. El portavoz de la organización con sede en París La Quadrature du Net demostró que párrafos sacados de ACTA se han insertado en la versión preliminar del Acuerdo Económico y Comercial Global (CETA), que la Comisión Europea está negociando actualmente con los canadienses , y que también podría servir como modelo para el tratado con los norteamericanos.

Fallos en la protección de datos

El juego favorito de la Industria del entretenimiento es secuestrar los tratados de libre comercio en beneficio propio”, dice Zimmermann. Cree que se pone en riesgo la Democracia cuando las negociaciones sobre el futuro de las personas se llevan a puerta cerrada. “Millones de ciudadanos podrían movilizarse si sus libertades estuvieran en peligro”, dice.

Jan Phillipp Albrecht, miembro del Partido Verde del Parlamento Europeo, que se opuso a ACTA desde el principio, también se muestra pesimista sobre el Tratado de Libre Comercio, a menos que los Parlamentos nacionales sean tenidos en cuenta desde el principio. “De lo contrario, el acuerdo de libre comercio se derrumbaría bajo la oposición de los europeos de a pie”.

Albrecht, ponente del Parlamento Europeo en la redacción del Reglamento de Protección de Datos, ve motivos para el conflicto. Mientras que las compañías estadounidenses pueden utilizar los datos personales de sus clientes casi sin restricciones, los europeos están protegidos por unas normas básicas. Encontrar un compromiso sobre este tema es prácticamente imposible, dice Albrecht.

Empresas estadounidenses como Facebook y Google ven la protección de datos que existe en Europa como una amenaza potencial para sus miles de millones de ganancias. De hecho, las autoridades europeas han amenazado con penalizar al gigante de Internet, Google, por su tratamiento de los datos personales de sus clientes europeos.

Otra opción es la de excluir los temas polémicos, como la protección de la agricultura y los datos personales, de las negociaciones de Libre Comercio. Pero si esto ocurriera, no sería un gran acuerdo comercial y todo el proyecto sería algo redundante. Los derechos de aduana, por ejemplo, son ya más bajos hoy en día, alrededor de un 3% de promedio, lo que desempeña un papel relativamente menor.

El Acuerdo de Libre Comercio es un “proyecto todavía lejos de realizarse”, dice la canciller Merkel. Pero parece que no todo el mundo está de acuerdo en Europa.