La Industria del Automóvil controla la información en los medios


Por Yves Engler, 26 de marzo de 2011

Para atraer nuestra atención, los fabricantes de coches han penetrado en todas las formas conocidas de comunicación. ¿Ha leído alguna vez un libro sobre coches? Lo probable es que esté financiado por esta Industria. Los fabricantes financian películas, a arquitectos y planificadores urbanos. Pero la principal influencia de la Industria del Automóvil se encuentra en las redacciones de los medios.

La semana pasada, el crítico de coches de Detroit News, Scott Burgess, tuvo que dimitir después de que un “distribuidor de Chrysler se quejase de la revisión que se había hecho de su Chrysler 200 -la joya de la compañía, que según reza en la campaña publicitaria viene “Importado de Detroit”. Según la sección de negocios de New York Times: “después de que el artículo apareciese en la edición impresa, se le ordenó a Burgess que enmendase su crítica”.

Dependiendo de la publicidad para la obtención de la mayor parte de sus ingresos, Detroit News debe ser sensibles a la Industria del Automóvil. Uno de cada siete dólares ingresados por publicidad procede de las compañías de coches. Se calcula en 18 mil millones de dólares al año la cantidad invertida en publicidad por esta Industria, el doble de lo invertido por la siguiente industria. Alguien dijo que los periódicos del domingo son publicidad de automóviles rodeada de noticias ocasionales.

(N. del T.: Recordemos el caso de Agustín García Calvo, que prescindieron de sus artículos semanales en Diario 16 a raíz de la publicación de una crítica al Auto Privado. Uno de los dueños del periódico lo era también de una empresa automovilística, la Fiat de Agnelli).

Por lo tanto, los fabricantes de automóviles suponen una parte muy importante de los medios. El ex jefe de la oficina en Detroit de New York Times, Keith Bradsher, explicó en High and Mighty,: “Los ejecutivos del automóvil realizan frecuentes reuniones con los editores y redactores de los principales medios, disfrutando de un nivel de acceso que para sí quisieran la mayor parte de los políticos”.

A principios de los años 1970, la controversia estalló cuando el Congreso deliberó sobre las nuevas normas de seguridad. Durante este debato, New York Times publicó noticias, que según un ex empleado, eran “las manifestaciones y opiniones de los anunciantes”. El editor de New York Times, Arthur Ochs Sulzberger, confesó que si la posición de la Industria del Automóvil en materia de seguridad no aparecía reflejada, esto “afectaría a la publicidad”. Como suponen el 18% de los ingresos en publicidad de un periódico, los fabricantes de autos consiguieron que se rechazase la ley que pretendía imponer los airbargs y los cinturones de seguridad en los coches.

La Industria del Automóvil consigue entrar en la escena política sacando provecho. Encuentran en los medios de comunicación su ambiente preferido. “Domestican los medios para conseguir un entorno del que obtienen provecho”, dice Naomi Klein en No Logo. “La Industria del Automóvil siempre se ha mostrado contraria a cualquier tipo de controversia. Observe el caso de Chrysler, por ejemplo: en 1997, cuando Chrysler insertó un anuncio en el que pedía que se le alertase de cualquier contenido editorial que atentase contra las cuestiones sexuales, políticas o sociales, o que pudiese ser interpretado como provocativo u ofensivo”. Chrysler también solicitó que se le avisase de cualquier crítica negativa sobre automóviles, y muchas revistas de automóviles confiesan que se dirigen a los fabricantes cuando un artículo que van a publicar les resulta desfavorable.

¿Que pasa entonces cuando la Industria del Automóvil no aparece retratada en todo su esplendor? LA Times lo sabe: después de publicar un artículo en abril de 2005 en el que pedía el cese del Presidente de General Motors, Rick Wagoner, la compañía de coches retiro de forma inmediata toda la publicidad. Reflexionando sobre este incidente, la sección de negocios de New York Times, hizo notar que la Industria del Automóvil “ha estado liada más que cualquier otra en las controversias sobre la publicidad”. Citan los tres casos recientes de retirada de publicidad debido a que no estaban de acuerdo con ciertas decisiones editoriales: General Motors retiró toda la publicidad de las revistas de Ziff-Davis, después de una revisión en Car and Driver nada halagüeña del modelo Opel-Kadett – acompañada de la foto del coche en una chatarrería; los distribuidores de coches organizaron un boicot de cuatro meses después de que San Jose Mercury News publicase La guía de la cordura del comprador de coches, que ofrecía opciones de negociación ante las agresivas tácticas de venta; Chrysler, retiró sus anuncios de la revista Car and Driver después de que se publicase una fotografía que muestra la carnicería producida por un Dodge al chocar contra una vaca a 60 millas por hora durante una prueba en México.

Incluso la revista Sierra sufrió también las iras de la Industria del Automóvil a mediados de los años 1990. Después de que no se retirase un artículo criticando la economía de los combustibles de SUVs, los fabricantes de automóviles retiraron todos los anuncios SUV – que suponía el 7% de los ingresos netos de la revista. (Aunque muy pronto SUV volvió a la revista, donde estos combustibles fueron promocionados, llevando incluso a una asociación con Sierra). Esto hizo que el jefe del Departamento de Publicidad de Sierra se fuese asqueado.

Los fabricantes de automóviles han estado jugando fuerte con los medios durante mucho tiempo. Roy Chapin, fundador y presidente dela fábrica de automóviles de Hudson, dijo en 1910: “Chicago Tribune no mencionará el nombre de ningún coche en sus columnas… Los distribuidores de Chicago retiraron su publicidad de Chicago Tribune. En poco tiempo despertaron y dijeron que harían cualquier cosa para conseguir de nuevo la publicidad, Desde entonces se ha comportado de forma decente con nosotros”.

El enfoque de la Industria del Automóvil en los medios queda resumido muy bien por el director ejecutivo de Publicidad de General Motors, Betsy Lazar: “ Tenemos claro que nuestros anuncios son menos eficaces en un ambiente editorial negativo. Es algo muy simple. Hemos realizado investigaciones que apoyan esta impresión. No conviene publicar el anuncio si la lado hay una noticia negativa. Si hay tiempo, es la norma que nos notifiquen de tal contratiempo: “ hay una noticia negativa esta noche ¿Desea retirar sus anuncios?” Y les diremos: “Claro que sí”.

Esto nos ayuda a comprender por qué los medios corporativos son tan poco críticos con el Auto Personal

Ives Engler es autor de Canadá e Israel; la construcción del Apartheid y La lista negra de la Política Exterior canadiense. Para más información visite: http://yvesengler.com.

 

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