Por Brandon Turbeville, 5 de enero de 2015
¿La gravedad está definida por la cuantización del éter?
A lo largo de la historia de la Física moderna, los científicos han teorizado sobre la existencia de la “energía oscura” o el “éter”, una sustancia, que de estar ahí, lo envuelve y llena el espacio en su totalidad. Del éter se ha dicho a menudo que es la fuerza o conducto que proporciona la vida en el Universo.
Sin embargo, los físicos han argumentado en uno u otro sentido acerca de este concepto sin llegar a un consenso, incluso en cuanto a su presencia o no, y muchos menos en cuanto a su composición o naturaleza. Los que argumentan a favor de la existencia del éter, se enfrentan al problema de la imposibilidad de su cuantización. Aquellos que argumentan en contra, se encuentran con el problema de que muchos aspectos de la realidad no se pueden explicar, tanto a nivel cuántico como a nivel físico.
En un artículo no publicado de Nikola Tesla titulado “El mayor logro del hombre”, describía el éter de la siguiente manera:
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“Hace mucho tiempo el hombre reconoció que toda la materia perceptible proviene de una sustancia primaria que él no puede comprender, llenando todo el espacio, el Akasha o éter lumínico, que actúa sobre el Prana, la fuerza que proporciona la vida o la fuerza creadora, dando vida en ciclos infinitos a todas las cosas y fenómenos. Las sustancias primarias, lanzadas en espirales infinitesimales a una velocidad prodigiosa, se convierten en burda materia; la fuerza va disminuyendo, el movimiento cesa y la materia desaparece, volviendo a la sustancia primaria”. |
Si las ecuaciones del filósofo, químico y biofísico Francis V. Fernandes son correctas, podemos estar cerca de un avance científico que cambiaría radicalmente el mundo de la Física y la idea que tenemos del mundo en el que vivimos. Esto se debería al Prof. Fernandes, que afirma haber medido la masa del éter a nivel cuántico.
Si los cálculos de Fernandes son correctos, esto cambiaría todo el panorama. Afirma que una vez que se conoce la masa del éter, la resolución de una serie de problemas sin resolver en el mundo de la Física se vuelve relativamente simple. La cuestión de la gravedad, la relatividad, el magnetismo y, de hecho, la energía en sí misma asume una responsabilidad particular.
Por lo tanto, Fernandes dice que ha podido de este modo resolver decenas de ecuaciones y también ha sido capaz de contestar a decenas de preguntas aún no resueltas dentro del campo de la Física.
Por ejemplo, las cuestiones de la gravedad y de la relatividad, de acuerdo con Fernandes, y una vez que se conoce la masa del éter, puede ser resueltas. Fernandes dice que la siguiente ecuación hace precisamente eso:
¿Pero cuáles son las dudas en torno a la gravedad y la relatividad general?
La cuestión que nos ocupa
Marianne Freiberger, en su artículo “Los problemas de la gravedad”, resume la falta de consenso sobre estos principios y dice lo siguiente:
| “La relatividad general describe correctamente lo que observamos a escala del Sistema Solar”, asegura Constantinos Skordis, de las Universidades de Nottingham y Chipre. “Todo funciona de maravilla e esta escala y así ha sido probado”. Los problemas surgen cuando nos fijamos en una escala muy pequeña o a escalas mucho mayores.
A principios del siglo XX, varias personas se dieron cuenta de que a escalas muy pequeñas, en el ámbito de las partículas atómicas y subatómicas, el mundo parecía muy diferente a lo que era de esperar. La Teoría de la Mecánica Cuántica surgió precisamente de estas observaciones y se planteaban nuevos retos: las descripciones de las fuerzas fundamentales de la naturaleza ahora tenían que adaptarse a los nuevos conocimientos aportados por la Mecánica Cuántica… había que considerar el nivel cuántico ( véase “La ecuación de Schrödinger- ¿qué es?” y “Déjeme que le lleve hacía los.. campos cuánticos”). El problema es que la relatividad general se niega obstinadamente a resolver estas cuestiones. “La teoría de Einstein no puede ser aplicada fácilmente a nivel cuántico; no podemos encontrar una contraparte cuántica, de la misma forma que la encontramos para el electromagnetismo”, explica Thomas Sotiriou de la Universidad de Nottingham. De ahí la importancia y la dificultad de encontrar una teoría cuántica de la gravedad, algo que muchos consideran que es el santo grial de la Física moderna. Otro misterio surge cuando nos fijamos en el Universo como un todo. Desde 1929, los físicos saben que el Universo están expandiéndose, algo que supuso un shock, incluso para Einstein: las estrellas y las galaxias se alejan unas de otras. Casi 70 años después, en la década de 1990, las observaciones de objetos lejanos mostraron que esta expansión se está acelerando. La relatividad general no puede explicar por qué se produce esta aceleración. Si aceptamos esta teoría, entonces debemos aceptar también que hay algo más por ahí, una forma misteriosa de energía que impulsa la aceleración. Es lo que se denominó la “energía oscura”. “La energía oscura es algo extraño”, dice Skordis. “No se trata de partículas, no se puede detectar en el laboratorio. Es sólo una forma de energía que debe tener algunas propiedades peculiares. Por ejemplo, debe ejercer una presión negativa, que es lo que hace que impulse la expansión del Universo. Pero no sabemos cuál es la causa”. (Para más información sobre la energía oscura, el enlace aquí). La Física Cuántica ofrece una explicación de la energía oscura. Según esta teoría, no existe el vacío tal y como lo entendemos generalmente, como un espacio vacío. En cambio, surgen y desaparecen de forma constante partículas, un producto de la energía del vacío, una energía del espacio mismo, que podría estar impulsando la aceleración de la expansión del Universo. Está cuantificado el valor de esa energía del vacío, la llamada constante cosmológica, cuyo valor pueden determinar los físicos de partículas. El problema es que este valor estimado es mayor de lo que sugieren las observaciones. Y no es que sea una pequeña variación: los valores observados y el teórico difieren en 60 órdenes de magnitud ( véase este artículo para más información). Aunque la estimación derivada de la Física Cuántica no está muy refinada y quizás sea ingenua, la diferencia es tan grande que está claro que algo está muy mal. Estos problemas de la energía oscura y la necesidad de considerar la gravedad a nivel cuántico, proporcionan algunas de las motivaciones para entrometerse en las cuestiones de la relatividad general. E incluso puede que haya una conexión. “Las cosas muy grandes y las muy pequeñas quizás no sean necesariamente distintas”, dice Sitiriou. “Técnicamente es muy difícil, pero no es inconcebible que se pueda realizar una extensión de la relatividad general que se ocupa de los problemas a gran escala, lo cual tiene al mismo tiempo un mejor comportamiento a nivel cuántico. Tal vez podamos matar dos pájaros de un tiro”. |
Pero, ¿qué hacer para encontrar tal extensión de la Relatividad General?
¿Las respuestas?
Fernandes sugiere que la cuantización del éter y la ecuación que aparece más arriba pueden ayudar a responder a estas preguntas.
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“Fernandes afirma que “la velocidad es un atributo de la masa. No puede salir la velocidad de la nada”. Fernandes argumenta que, a través de sus extensas investigaciones, la materia de la tierra, la materia en general, se mueve a la velocidad de la luz al cuadrado (c2), un novedoso y revolucionario concepto en Física, por decirlo de alguna forma. De todas formas, Fernandes afirma que estos cálculos numéricos y valores deben ser revisados cada vez se apliquen. Hace ya mucho tiempo que se sabe que la Teoría de la Relatividad de Einstein sólo funciona en un nivel. No funciona a escalas muy grandes o muy pequeñas. Es el problema de la relatividad apuntado por Freiberger anteriormente. Sin embargo, Fernandes afirma que su descubrimiento de la masa del éter soluciona este problema. “La fórmula de Einstein E=Mc2 no es más que una medida de la masa procedente de dos componentes de la velocidad, V1=25812,8075 m/s y V2=3,481818778×1012 m/s, cuyo producto es c2. La velocidad de la luz al cuadrado no es c x c= c2. “La conversión de masa en energía no es más que una corrupción del vocabulario. No hay tal conversión, en su justa medida”. |
¿Cómo llega Fernandes a esta conclusión? Proporciona la siguiente información:
La gravedad de la Tierra es la aceleración del éter
Francis V. Fernandes
Diciembre de 2000
Un salto de la imaginación:
Se cree que la energía o fuerza de la gravedad es una fuerza débil, en nada comparable a la fuerza eléctrica. Asumamos que la energía de la gravedad fuese igual a la de la energía eléctrica.
Imaginemos que la energía calculada por la ecuación de la gravitación de Newton fuese la misma que la energía calculada mediante la ecuación de Coulomb.
Gmm=kee
La constante de gravitación de Newton, G, es conocida:
La constante de Coulomb, k, también es conocida:
La carga elemental, e, tiene un valor:
e = 1,602 17653 × 10-19 Culombios
Gmm=kee
6,6742 x 10-11 mm=8,987551787 x 109 x 1,60217653 x 10-19 m = 1,859222909 x 10-9 kg, la masa del éter.
La fuerza de la gravedad expresada por la ecuación de Newton se supone que es igual a la fuerza centrípeta:
Una masa de éter de 1,859222909×10-9 kg ocuparía un radio de 1,380668031×10-36 m
El radio de la Tierra es de 6,371 x 106 metros.
Por una simple relación y proporciones,
si 1,380668031×10-36 metros de radio contienen una masa de éter de 1,859222909×10-9 kg,
entonces el radio de la Tierra que es de 6,371 x 106 metros contendría una masa expresada en kilogramos de:
Así que el radio de la Tierra contiene 8,58 x 1033 kg de éter
La aceleración debida a la gravedad terrestre,
En otras palabras, la energía de la Tierra está equilibrada por la energía del éter
Otro salto de la imaginación:
La materia de la Tierra está en relación con la velocidad de la luz al cuadrado, c2.
Convencionalmente consideramos g o v2/R a lo que llamamos peso o fuerza.
Convencionalmente debiera de haber considerado la cuestión de g o v2/R. Pero no lo hice. Consideré que de este modo podía resolver el asunto de la aceleración del éter.
Al volver al asunto de la velocidad a la que nosotros, la tierra y la materia, en general, se mueven, Fernandes sugiere que todo se mueve a la velocidad de la luz al cuadrado.
Fernandes afirma haber “demostrado que mi descubrimiento del éter-186 es el límite inferior de la vibración de la masa de Planck, que es de donde realmente se deriva la masa del éter. La longitud de Planck establece la proporción constante k del éter en la masa de Planck. Por lo tanto, la masa de Planck es la masa del éter”.
Y continúa:
| La carga y la gravedad unifican al éter-186
Carga elemental, e=éter-186 |
La gravedad de Newton deconstruida en el éter.
La masa del éter-186 obedece a una relación constante en el éter, k
| “La distribución del éter a la potencia de 27 ceros de kilogramos por metro es válida tanto a escala atómica como galáctica”. |
Fernandes concluye que “la aceleración debida al éter es la gravedad”.
| “Recuerde que, como se mencionó anteriormente, Fernandes afirma que “la velocidad es un atributo de la masa. La velocidad no puede venir de la nada”. Por lo tanto, Fernandes argumenta que, por medio de sus extensas investigaciones, ha descubierto que la masa de la Tierra, y de la materia en general, se mueve a la velocidad de la luz al cuadrado, c2”. |
Escribe:
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“La masa de la Tierra, la velocidad de la luz y la velocidad tangencial al cuadrado son cantidades conocidas. La masa de ese algo es la entidad desconocida. Esa entidad que falta es el éter. La masa de la Tierra está en relación a la velocidad de la luz al cuadrado, mientras que la masa del éter lo está a una velocidad reducida al cuadrado. |
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“Una masa de éter de 1,859222909 x 10-9 kilogramos ocupa un radio de 1,380668031 x 10-36 metros y se ha demostrado empíricamente que es el origen de la gravedad de la Tierra. Además demostraré empíricamente en futuros artículos que es también el origen de la radiación electromagnética, del calor, la levitación, y la propagación de la luz a través de un infinito y denso Mar de Éter”. |
Como se muestra más arriba, el radio del éter es el límite inferior de la vibración de la longitud de Planck.
Sí, en el corazón del Universo se encuentra el éter en un movimiento dinámico de vibración en relación inversa al número alfa, la Mano de Dios*: 137,036.
* [Richard P. Feynman especula que este número sin dimensión tienen que ver con el número pi, π, y se refiere a él como escrito por la mano de Dios. Feynman también hizo el famoso comentario de que todo físico debiera tener clavado en la pared este número alfa, como objeto de preocupación y como un recordatorio, es decir, para tratar de entender de qué se trata. 137: Derivaciones de la conversión fotoeléctrica demuestran la formación de pares: dos masas de fotones se fusionan, y el fotón de Rydberg del átomo de hidrógeno se reduce de dos veces el radio de Bohr al radio clásico de los electrones. Del mismo modo, el fotón generado de 13,6 eV se dilata a la dimensión del radio clásico de los electrones. Hay un intercambio concomitante de la masa y se produce un par electrón-positrón. La contracción y dilatación se produce por un factor de 137 al cubo para cada fotón respectivamente. Texto extraído de una presentación de F. V. Fernandes]
Conclusión
La comunidad formada por los físicos convencionales se han burlado inmediatamente de las propuestas y cálculos realizados por Fernandes. Sin embargo, es algo que ocurre a menudo frente a investigaciones marginales, hasta que con el tiempo llegan a convertirse en el centro principal de las consideraciones.
Fernandes, por su parte, está dispuesto a que se pongan a prueba sus propuestas y sean impugnadas en todo caso. Es algo a lo que le da la bienvenida, seguro como está de los resultados.
De tener razón, su trabajo va a suponer unos de los mayores avances e innovación en la Física. Es algo en lo que debemos profundizar.
¿Qué piensa de todo esto? ¿Tienen algún valor las ecuaciones de Fernandes?
Brandon Turbeville es un periodista de Mullins, Carolina del Sur. Está licenciado por la Universidad Francis Marion, donde obtuvo un premio como estudiante universitario. Ha publicado numerosos artículos sobre temas relacionados con la salud, la economía, las libertades civiles. Es autor de Codex Alimentarius, el fin de la libertad en materia de salud.
Otros libros: 7 Real Conspiracies, Five Sense Solutions y Dispatches From a Dissident, volume 1 y volume 2, The Road to Damascus: The Anglo-American Assault on Syria, y The Difference it Makes: 36 Reasons Why Hillary Clinton Should Never Be President.
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Procedencia del artículo:
http://www.activistpost.com/2016/01/did-this-scientist-just-discover-how-the-universe-works.html
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Más información:
http://fqxi.org/data/essay-contest-files/Fernandes_It_Bit.pdf
http://fqxi.org/community/forum/topic/1618
http://www.bibliotecapleyades.net/ciencia/ciencia_fisica76.htm
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