Guerras de Irak y Afganistán: un coste de 4 a 6 billones de dólares

Por Jim Lobe, 30 de marzo de 2013

Common Dreams

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Más de la mitad del millón y medio de soldados que han sido dados de alta del servicio activo desde el 11 de septiembre de 2001 han recibido tratamiento médico en hospitales para veteranos y se les ha concedido una pensión para el resto de sus vidas.

WASHINGTON.- El coste para los contribuyentes estadounidenses de las guerras de Irak y Afganistán pueden alcanzar entre 4 y 6 billones de dólares, siendo por tanto los conflictos más costosos en la historia de los Estados Unidos, según un nuevo informe publicado por una destacada investigadora de la Universidad de Harvard.

Washington ya habría gastado cerca de 2 billones de dólares en gastos directos relacionados con las campañas militares en los dos países, pero “sólo representan una parte del coste total de la guerra”, según el Informe de la ex funcionaria de la Administración de Bill Clinton Linda Bilmes.

El mayor pasivo acumulado de las guerras de Irak y Afganistán es el coste de la atención médica y las pensiones por incapacidad de los veteranos de guerra”, escribió en su Informe de 21 páginas, titulado “El legado financiero de Irak y Afganistán: Cómo las decisiones en tiempo de guerra limitarán los futuros presupuestos de Seguridad Nacional”.

Bilmes, que desde 2008 ha sido coautora de una serie de análisis sobre los coste de la guerra junto con el economista es Presidente del Banco Mundial Joseph Stiglitz, dijo que “ Más de la mitad del millón y medio de soldados que han sido dados de alta del servicio activo desde el 11 de septiembre de 2001 han recibido tratamiento médico en hospitales para veteranos y se les ha concedido una pensión para el resto de sus vidas. Más de 253.000 soldados han sufrido lesiones cerebrales traumáticas”.

Los costes adicionales que incluyen la sustitución y la reparación de los equipos, que se realiza con una asiduidad seis veces mayor que en tiempo de paz, y la acumulación de intereses sobre el dinero prestado por el Tesoro para financiar las guerras, puesto que cerca de dos billones de dólares en gastos militares no estaban previstos en los cálculos iniciales.

Hasta el momento, Washington ha pagado unos 260.000 millones de dólares en intereses sobre los préstamos relacionados con la guerra, pero el “coste posible por los intereses de la deuda por las guerras emprendidas por los Estados Unidos alcanza los dos billones de dólares”, según dice el Informe.

Uno de los retos más importantes para la política de Seguridad Nacional de los Estados Unidos no va a venir como una amenaza del exterior, sino de la herencia dejada por los conflictos de Irak y Afganistán”.

El Informe llega en un momento clave, ya que los Republicanos del Congreso están divididos entre los Halcones de la Guerra, que quieren mantener o aumentar los gastos del Pentágono y presionan por un papel aún más agresivo por parte de los Estados Unidos en la guerra civil de Siria; y por otro los creen que el país no puede permitirse tan enormes gastos militares, por no hablar de nuevas aventuras militares en el exterior, especialmente en Oriente Medio.

Los Halcones de la Guerra, formado por neo-conservadores y nacionalistas agresivos que encabezaron la invasión de Irak hace 10 años, están especialmente preocupados por lo que ellos denominan un secuestro, por los recortes del Pentágono de unos 500 (mil) millones de dólares en 10 años para ayudar a reducir el déficit.

Con una tensión creciente en Irán, Corea del Norte y China, sostienen que Washington no puede permitirse el lujo de ser visto como un país que reduce sus gastos militares por problemas fiscales.

Pero este Informe, así como el difundido por la Universidad de Brown en el décimo aniversario de la invasión de Irak, que estimó los costes de la guerra en tres billones de dólares, es probable que dé más fuerza a los Republicanos que miran el enorme déficit, así como el desarrollo de una política exterior más realista, cercana a la del Presidente George HW Bush y la mayoría de los Demócratas, incluyendo al Presidente Obama y sus más cercanos asesores.

Que la mayoría de los gastos de una guerra se produzcan después de la guerra misma no es una conclusión nada inusual en la historia de los Estados Unidos, según una reciente investigación de la Associated Press (AP).

Investigando el Registro Federal, AP informó la semana pasada que las indemnizaciones a los veteranos de la Segunda Guerra Mundial y sus familias alcanzaron un máximo en 1991, 46 años después de terminada la Guerra.

También decía de que casi 40 años después de que las tropas estadounidenses abandonaran Vietnam, el Estado seguía pagando a los veteranos y sus familias, suponiendo más de 22 mil millones de dólares al año por demandas relacionadas con la guerra, y esa cifra va en aumento a raíz del envejecimiento de la población que tiene derecho a las ayudas. Del mismo modo, los pagos a los veteranos de la Guerra del Golfo también están aumentando.

Crédito imagen: ABC
Crédito imagen: ABC

Los enormes costes de las guerras de Irak y Afganistán se explican, entre otros factores, por una mayores tasas de supervivencia de los soldados heridos, por unas pensiones más altas para los veteranos, la existencia de nuevas categorías de beneficiarios, por los tratamientos médicos más caros, y el aumento de los salarios para las tropas con el fin de que suponga un reclamo para el reclutamiento.

El Informe también dice que el aumento espectacular de los costes de la guerra no traerá una vez finalizadas unos dividendos, eso se recibió en guerras anteriores, incluidas las dos Guerras Mundiales y la Guerra Fría, después de la desaparición de la antigua Unión Soviética.

Hoy el país consideraría como su mejor balance el que estas guerras finalizasen, y que ocurriese como durante la Administración de Clinton, que invirtió más en mantequilla y menos en armas”, señala el informe.

En fin, que no se obtendrán unos dividendos… y como herencia de las guerras de Irak y Afganistán quedarán unos gastos que persistirán durante décadas”.

El Pentágono y otras agencias de Seguridad Nacional probablemente sufran presiones para que se reduzcan los costes.

“Un resultado probable es que las restricciones presupuestarias lleven a los Estados Unidos a disminuir la presencia de fuerzas militares… y a una mayor inversión en armamento no tripulado, como robots y otras soluciones tecnológicas, que pueden ser o no buenas opciones a largo plazo”.

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http://www.fundacionsistema.com/media/pdf/ppios12_libro_elizondo.pdf

Para Miriam Pemberton, una analista de Seguridad Nacional en el Instituto de Estudios Políticos, el nuevo estudio debiera impulsar una reevaluación del presupuesto militar ( sin incluir los costes de las guerras de Irak y Afganistán), que ha crecido casi un 50% en términos reales, más de medio billón de dólares, en la década posterior al 11 de septiembre.

Tenemos que volver al lugar donde se encontraba el presupuesto con anterioridad al comienzo de estas guerras”, dijo a IPS. “Los fondos deben ser reinvertidos en aquellas necesidades que han sido descuidadas durante la última década, y una de ellas es, en mi opinión, la necesidad urgente de hacer frente a la crisis climática, invirtiendo hacia una transición a una economía de energía y transporte limpios”.

Fuente: http://www.commondreams.org/headline/2013/03/30

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