La oferta nuclear de Israel al régimen del Apartheid
por Jonathan Cook/ 26 de mayo 2010
Israel se enfrenta a una presión sin precedentes para que abandone su política oficial de «ambigüedad» sobre la posesión de armas nucleares, ahora que se celebra una reunión de las Naciones Unidas para considerar la prohibición de arsenal nuclear en Oriente Medio.
Esta ambigua postura sin embargo fue puesta al descubierto al conocerse los informes publicados el lunes de esta semana sobre las armas nucleares ofrecidas al régimen del Apartheid de Sudáfrica en 1975.
Esto sitúa a Israel en una embarazosa situación debido a su oposición a la firma de un Tratado de No-Proliferación, argumentando que es una potencia responsable que nunca ha hecho un uso indebido de este tipo de armamento.
Los informes sobre las relaciones de Israel con la Sudáfrica del Apartheid va a dar lugar a una propuesta de Egipto para que la ONU obligue a Israel a firmar el citado Tratado, siendo como es la única potencia nuclear de la región.
Las autoridades israelíes dicen estar desconcertadas ante la decisión de Washington de aceptar una declaración junto al resto de miembros del Consejo de Seguridad para la creación en Oriente Medio de una zona libre de armas nucleares.
Esta política está dirigida principalmente a Irán, pues según creen los EE.UU e Israel, está desarrollando en secreto una bomba nuclear, pero ahora también corre el riesgo de atrapar al mismo Israel. EE.UU siempre han apoyado esta política de ambigüedad por parte de Israel, ya desde los años 1960.
El programa nuclear de Israel también habrá de ser examinado por el organismo de la ONU que se encarga del control nuclear, y por el Organismo Internacional de la Energía Atómica, que se reunirá en Viena el próximo mes de junio.
El presidente Barack Obama dice que mantuvo conversaciones de alto nivel con Israel el fin de semana pasado para convencer a éste sobre las propuestas de un conferencia que se celebrará en 2012, y que prohibirá las armas de destrucción masiva en Oriente Medio.
Como aumenta la presión sobre Israel, los analistas locales han debatido sobre los beneficios de mantener esta política de ambigüedad, viendo que quizás le produzca una fuerte erosión y se vea obligado a desmantelar su arsenal nuclear.
Yossi Melman, corresponsal de la inteligencia militar del periódico Haaretz, también que una declaración de la condición nuclear de Israel “supondría un beneficio para Irán”, centrando la atención en Tel Aviv en lugar de Teherán.
Israel se negó a firmar en 1970 el Tratado después de haber desarrollado su primera cabeza nuclear unos años antes, con la ayuda de Gran Bretaña y Francia.
Tom Segev, historiador israelí, informó que Israel mostró su arsenal nuclear en 1967, cuando Shimon Peres, actual presidente de Israel, propuso públicamente la realización de una prueba nuclear como forma de impedir el estallido de la Guerra de los Seis Días. Sin embargo, la prueba no se realizó debido a la negativa del primer ministro, Levi Eshkol.
Peres, que tenía en mente el programa nuclear, formuló algo más tarde esa política de ambigüedad por la que Israel sólo reconoce “que no será el primero en introducir armas nucleares en Oriente Medio”.
Esta posición, y la promesa de no realizar pruebas nucleares, fue aceptada por la adminsitración de EE.UU, la de Richard Nixon en 1969.
Según los analistas, el acuerdo entre Israel y EE.UU fue impulsado en parte por las preocupaciones de Washington en poder dar la ayuda exterior a Israel, los miles de millones que actualmente recibe, si éste se declaraba un estado nuclear, rechazando la supervisión internacional.
Sin embargo, las revelaciones hechas últimamente hacen cada vez más difícil que la comunidad internacional siga haciendo la vista gorda sobre el arsenal nuclear de Israel.
Mordechai Vanunu, técnico de la planta de energía nuclear de Dimona, en el Negev, mostró con evidencias fotográficas los detalles del programa nuclear del país, y en 1986. Hoy en día, el arsenal israelí se estima en más de 200 cabezas nucleares.
En 2006, Ehud Olmert, primer ministro, dejó escapar el estatus nuclear de Israel durante una entrevista con la televisión alemana cuando enumeró los países que tenían armas nucleares: “Estados Unidos, Francia, Israel y Rusia”.
Incluso las consideraciones más pesimistas fueron confirmadas por el diario británico The Guardian, que publicó los documentos aparecidos en un reciente libro, Las alianzas no verbales, de Sasha-Polakow Suransky, historiador norteamericano, en donde habla de las relaciones entre Israel y el régimen del Apartheid de Sudáfrica.
Los documentos secretos revelan que en 1975, Simon Peres, entonces ministro de Defensa de Israel, se reunió con su homólogo de Sudáfrica, PW. Botha, para discutir la venta de misiles con armas nucleares. El acuerdo fracasó en parte porque Sudáfrica no podía permitirse estas armas. Pretoria, con posterioridad, desarrolló su propia bomba, casi con toda seguridad con la ayuda de Israel.
Según indicó Polakow Suransky, Israel ha tratado por todos los medios de evitar que los documentos fueran desclasificados.
A pesar de que se publica tanto la fotografía del momento en el que se firma el acuerdo, con la fecha y las firmas, tanto de Simon Peres como Bhota, la oficina de Peres emitió un comunicado negando la veracidad del informe.
Cada hay más evidencias del estatus nuclear de Israel, lo que se ve como un obstáculo a los esfuerzos de EE.UU para imponer sanciones al régimen de Teherán y así amortiguar la carrera armamentística en Oriente Medio.
Los funcionarios de Tel Aviv se vieron sorprendidos por la aparición de su programa nuclear en la agenda de la próxima reunión de la AIEA, el 7 de junio. La cuestión sólo se ha discutido en dos ocasiones, en 1988 y en 1991.
Conscientes de la mayor presión sobre Israel, Benjamin Netanyahu, primer ministro israelí, rechazó la invitación para asistir a una conferencia sobre seguridad nuclear en Washington el mes pasado, en el que los participantes habían amenazado en preguntar a Israel sobre su arsenal.
En esta reunión, el presidente Obama llamó a todos los países, incluido Israel, a firmar el Tratado de No Proliferación.
El proyecto de declaración, que se examina esta semana en la ONU una vez más, exige que Israel, y otros dos estados que también poseen armas nucleares, la India y Pakistán, firmen el tratado.
Egipto ha propuesto que los 89 estados que han firmado el tratado, incluido los EE.UU, prometan no exportar equipos nucleares, ni información, ni otro material o ayuda profesional a Israel hasta que también lo firme.
Reuven Pedatzur, analista de defensa de Israel, advirtió en Haaretz que existía el peligro de que la propuesta egipcia fuese secundada por EE.UU, pudiendo ser utilizado como una intimidación a la recalcitrante Israel, obligándola a mayores limitaciones en su arsenal. Sugirió poner fin a la ridícula ficción de la política de ambigüedad.
Emily Landau, experto en control de armas de la Universidad de Tel Aviv, sin embargo, dijo que los creen que israel debiera ser más transparente están equivocados. Poner fin a la ambigüedad llevaría a Israel a su desarme total y completo.
La última conferencia sobre el Tratado de No Proliferación se celebró hace cinco años, pero fracasó debido a las promesas de EE.UU, que rechazó el desarme y se negó a presionar a Israel sobre su programa nuclear.
http://dissidentvoice.org/2010/05/israel’s-bomb-out-of-the-shadows/