por Ellen Hodgson Brown, 28 de marzo de 2013
La confiscación de los depósitos bancarios en los bancos de Chipre, al parecer, no se trata de un hecho aislado, ni una idea desesperada de unos cuantos funcionarios de la Eurozona que luchan por salvar los balances. En un documento conjunto del Banco de Inglaterra y US Federal Deposit Insurance Corporation (FDIC: una sociedad gubernamental creada para asegurar los depósitos bancarios) de diciembre de 2012, se muestra que estos planes han sido pensados con antelación, quizás durante la reunión en Basilea del Consejo de Estabilidad Financiera del G20 (del que ya se informó anteriormente aquí). Allí surgió la idea de que los bancos se quedasen con parte de los fondos de los depositantes.
En Nueva Zelanda hay una directiva similar, como ya comenté en otro artículo, lo que indica que no se trata de una medida de emergencia para los países de la Eurozona que se encuentren en problemas. El 19 de marzo, Voxy de Nueva Zelanda informaba:
“El Gobierno está pensando en una solución al estilo de Chipre en caso de que algún banco de Nueva Zelanda quiebre, de modo que los depósitos de los pequeños ahorradores servirían para financiar los rescates de los grandes bancos…
La Open Bank Resolution (OBR) es la opción preferida por el Ministro de Economía, Bill English, ante la quiebra de un banco importante. Si un banco quiebra, la OBR establece que los pequeños ahorradores tendrán que financiar la deuda para ayudarlo salir a flote.”
¿Pueden hacer esto?
A pesar de que pocos depositantes se dan cuenta de ello, legalmente un banco puede hacer uso de los fondos que en él se han depositado desde el momento en que así se hace. El dinero ahora está bajo los auspicios del banco, haciéndonos acreedores de unos títulos no asegurados, con una promesa de devolución (Véase aquí y aquí). Hasta ahora los bancos se veían obligados a devolver el dinero en efectivo, pero bajo los planes de Banco de Inglaterra y US Federal Deposit Insurance Corporation (FDIC), esos títulos se convierten en capital bancario. El banco recibirá el dinero y obtendremos unos títulos bancarios. Con un poco de suerte podremos vender esos títulos a otra persona, ¿pero a qué precio? La mayor parte de las personas tienen abierta una cuenta bancaria para tener dinero en efectivo y hacer frente a los pagos.
En la página 15 del documento del FDIC-BOE, denominado “Resolving Globally Active, Systemically Important, Financial Institutions”, se comienza explicando que la crisis bancaria de 2008 ha dejado claro que aparte de los rescates financiados por los contribuyentes, hacen falta otras formas para mantener la estabilidad financiera. Anticipando un colapso financiero aún a mayor escala, se dice:
“Una forma eficaz para sanear las cuentas por parte del G-SIFI (Consejo de Estabilidad Financiera) en el sector privado sería la de proporcionar un intercambio o la conversión de una importante cantidad de deuda sin garantía para los acreedores ( los depositantes). Se convertirían en capital de las entidades, en los Estados Unidos. En el Reino Unido, algo parecido podría aplicarse también, pudiéndose utilizar para recapitalizar al banco con problemas, de modo que los depositantes participarían en el banco rescatado. Los nuevos propietarios de los títulos correrían con el riesgo propio de los accionistas de cualquier institución financiera”.
Aquí también se incluyen los denominados “depósitos asegurados” de los Estados Unidos, es decir, los de menos de 250.000 dólares, que pensábamos estaban protegidos por la FDIC. Lo que aquí se dice no puede ser un desliz, ya que la FDIC es quien emite la Directiva. La FDIC es una Compañía de Seguros que está financiada por las primas de los bancos privados. La Directiva indicada se denomina como “Proceso de Resolución.. que se activaría en caso de quiebra de la Aseguradoras...” La única mención que se hace a los “depósitos asegurados” es con relación a la actual legislación del Reino Unido, de la cual dice el documento FDIC-BOE que es inadecuada, lo que implica que debe ser modificada o anulada.
Un riesgo a tener en cuenta
Si nuestros títulos se convierten en acciones bancarias, ya no son objeto de protección por parte del Fondo de Garantía de Depósitos, por lo tanto son vulnerables, como lo fueron las acciones de Lehman Brothers en 2008. Que esto se puede hacer realidad fue subrayado por Ives Smith en un artículo el pasado 19 de marzo, “When You Weren’t Looking, Democrat Bank Stooges Launch Bills to Permit Bailouts, Deregulate Derivatives”. Decía:
“…los que disponen de depósitos en los Bancos pueden encontrarse en una situación peor que la de Chipre, si el Banco ha invertido en el casino de los productos derivados. Las Agencias de Regulación han hecho la vista gorda cuando los Bancos pretenden meter mano en los depósitos para financiar su exposición a los productos derivados. Los depositantes, a diferencia de los chipriotas, ni siquiera se hacen acreedores. ¿Recuerdan el caso Lehman Brothers? Cuando quebró el Banco de inversiones, los acreedores no tenían ninguna garantía ( recuerde, los depositantes son acreedores sin garantía), y sólo consiguieron 8 centavos de dólar. Los productos derivados requerían una garantía frente a los riesgos, lo cual significaba que los acreedores tenían esa garantía. Las reformas de 2005 hicieron que los derivados de alto nivel no tuvieran esa garantía”.
Uno podría establecer una garantía, al menos en una parte de los productos derivados… pero Smith dice:
“Que yo sepa, Lehman sólo tenía dos pequeñas filiales bancarias, que no admitían fondos de pequeños ahorradores. Pero como recordarán los lectores, Bank of America trasladó la mayor parte de sus productos derivados de su operación de Merrill Lynch a su depositario a finales de 2011”.
Su depositario es la sección del Banco que recoge los depósitos, y en Banco de América eso significa grandes cantidades de depósitos. Los depósitos están sometidos a importantes pérdidas por el fiasco de los productos derivados. ¿Y cuánto puede suponer esto? Smith cita a Bloomberg:
“… Bank of America… tenía casi 75 billones de dólares a finales de junio.
Si esto se compara con la captación de depósitos realizada por la entidad JPMorgan, JPMorgan Chase Bank NA, tenía el 99% de los 79 billones de dólares en productos derivados de su sede en Nueva York, como muestran los datos de la OCC (Office of the Comptroller of the Currency”.
¡75 billones y 79 billones de dólares en productos derivados! Estos dos grandes Bancos tienen en productos derivados más que todo el PIB mundial (estimado en 70 billones de dólares). El valor nominal de los productos derivados no es el mismo que efectivo en riesgo. Smith dice:
“Según una estimación, en 2010 hubo unos 12 billones de dólares en efectivo en riesgo invertidos en productos derivados…”
12 billones de dólares está muy cerca del PIB de los Estados Unidos. Smith sigue diciendo:
“Recuerde… el efecto de las revisiones de 2005 a la Directiva de quiebra: los primeros en la fila, la contraparte de los productos derivados (Nota traductor: que actúan como intermediarios entre comprador y vendedor), se apoderan los primeros de los activos, dejando a los demás luchando por la migajas… Lehman quebró una semana después de que JPMorgan se hiciese con los depósitos en garantía.
Pero aún puede ser peor. Durante la crisis, el FDIC no tuvo suficientes fondos en el seguro de depósitos para hacer frente a la Resolution Trust Corporation… Así que tuvo que obtener más fondos por parte del Congreso. Esto allana el camino para un nuevo asalto a los contribuyentes, pero esta vez para salvar los depósitos”.
Tal vez, pero el Congreso quizás esté ya cansado de estas prácticas y renuncie a su aprobación una segunda vez. La Sección 716 de la Ley Dodd-Frank prohíbe específicamente el apoyo público a las actividades de especulación con los productos derivados. Y en la Zona Euro, mientras el Mecanismo de Estabilidad Europea se comprometió a rescatar a los bancos en quiebra de los países de la Eurozona, ahora ya tienen sus dudas. El pasado 25 de marzo, el Ministro de Economía de Holanda, Jeroen Dijsselbloem, que jugó un papel destacado en el plan de confiscación de los depósitos en Chipre, dijo a la prensa que podría servir de modelo a otros futuros rescates bancarios, y que “el objetivo es que no se tengan que utilizar los mecanismos de la ESM”.
Esto explica la necesidad de una resolución como la del Documento del FDIC-BOE. Si esto fuese aprobado como legislación, ya no sería necesario asegurar los fondos de los depositantes, sino que se pueden confiscar directamente.
Peor que un impuesto
La confiscación de los depósitos propuesta por el FDIC para recapitalizar los bancos es algo muy distinto de un impuesto a los contribuyentes para estabilizar las cuentas del Estado. Se puede discutir si esta deuda tiene que recaer sobre los contribuyentes, ya que el Estado está prestando un servicio a las personas. Pero cuando se trata de bancos que tienen problemas con sus productos derivados, no están sirviendo a los depositantes, que no reciben una parte de los beneficios. Acudir a los fondos allí depositados es simplemente un robo.
Se debe aumentar la cantidad disponible por el FDIC y hacer que los bancos paguen para asegurar los depósitos, pero las primas son elevadas y el FDIC, del mismo modo que otras agencias de regulación del Estado, está sujeto a las normas de regulación. El fondo de depósitos ha sido un fracaso, y también ha fracasado la banca privada al poner su confianza en él.
El “corte de pelo” llevado a cabo en Chipre se ha denominado un “impuesto sobre la riqueza”, y muchos comentaristas dicen que es algo merecido, ya que gran parte del dinero pertenece a oligarcas extranjeros (sobre todo rusos), evadiéndose de pagar impuestos y lavando el dinero. Pero si eso se aplicase en otros lugares, sería un impuesto a las clases más humildes y a la clase media. Los ricos no mantienen su dinero en cuentas bancarias dentro del país. Lo tienen en el mercado de valores, en el sector inmobiliario, en oro y plata, etc.
Entonces, ¿deberíamos tener nuestro dinero en otro y plata? Tampoco. Si se almacena en una caja fuerte de un Banco, el Estado puede apelar a un asunto de Seguridad Nacional, que tratándose de un importante Banco así lo pueden considerar.
La alternativa sueca: nacionalizar los Bancos
Otra alternativa que fue rechazada por el Presidente Obama en 2009 fue la de nacionalizar los grandes bancos en quiebra. En un artículo de febrero de 2009 titulado “¿ Están los depósitos de los Bancos en quiebra asegurados ?”, en el que Felix Salmon discutía sobre las informaciones vertidas en un boletín de inversiones con sede en Asia, en el que Christopher Wood escribía:
“Parece mentira que el Presidente Obama rechace la nacionalización… aunque llegarán antes o después, ya que la realidad se impone. El resultado será su desaparición, con los accionistas obligados a adquirir deuda, espero que no por parte de los depositantes”.
En cuanto a si los depositantes se verían obligados a convertirse en accionistas, Salmon comentaba:
“Es preciso recordar que los depositantes son acreedores sin garantía, en cualquier banco, y como mucho son acreedores, tampoco sin ninguna garantía de sus depósitos”.
El Presidente Obama reconoció que la nacionalización de la Banca había funcionado en Suecia, y que la posición de la Reserva Federal de los Estados Unidos no había funcionado en Japón, siendo una década perdida. Aún así optaba por el enfoque japonés, ya que, según Ed Harrison, “los estadounidenses son contrarios a las nacionalizaciones”.
Pero de eso hace ya cuatro años. Cuando los estadounidenses se den cuenta de que la alternativa es convertir sus depósitos en acciones del banco, de dudosa rentabilidad, quizás empiecen a reconsiderar que unos bancos formando parte del sector público sea más atractivo.
Ellen Brown es abogada en Los Ángeles y autora de 11 libros. En Web of Debt: La verdad sobre nuestro sistema económico y cómo podemos liberarnos de él, donde muestra que el cártel de la Banca Privada ha usurpado el poder de crear dinero… Lea otros artículos de Ellen, o visite su página web.
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Fuente: http://dissidentvoice.org/2013/03/it-can-happen-here-2/#more-48220