Por Pat Thomas, 10 de octubre de 2014
A menudo se insiste en que el cultivo y comercialización de los transgénicos es algo deseable para el desarrollo económico. Se nos dice que hay que invertir en transgénicos para no perder el tren de la innovación. [véase por ejemplo: http://85.17.90.65/index.php/news/archive/2014/15734-plant-scientists-urge-europe-to-stop-blocking-gm-trials-on-political-grounds)
Pero eso no es algo que esté respaldado por una investigación que haya obtenido conclusiones definitivas. De hecho, los inversores han mantenido durante mucho tiempo sus reservas sobre los transgénicos.
Un nuevo Informe Portfolio 21, de Portland, Oregon, un grupo de gestión de inversiones que dispone de un capital aproximado de 500 millones de dólares, ha aclarado algunas cuestiones sobre la Economía y su relación con los transgénicos, aunque habría que decir en este caso, contra los transgénicos.
El Informe se titula: El caso de los transgénicos: el punto de vista de un inversor sobre la amenaza ambiental a nuestros sistemas alimentarios globales, donde se ofrece un panorama completo.
El aumento de las superficie de los cultivos transgénicos es sorprendente y
“Para hacerse una idea de esta superficie, todos los campos de cultivos transgénicos del año 2012 cubrirían casi todo el Estado de Alaska. Desde su introducción hace 20 años, los cultivos transgénicos ocuparían 4 mil millones de acres de tierra, un área del tamaño de Rusia (1.620 millones de hectáreas)”.
Pero el Informe también ofrece una visión distinta sobre los supuestos beneficios de los transgénicos, incluyendo la idea de que el cultivo de los transgénicos aumenta los rendimientos y los ingresos agrícolas debido al ahorro en combustibles fósiles, plaguicidas y mano de obra, y que este tipo de agricultura representa un paso hacia la sostenibilidad del medio ambiente al reducir las emisiones y el menor uso de productos químicos en agricultura; y la idea de que los cultivos transgénicos son necesarios para alimentar al mundo.
“Ninguno de estos argumentos ha sido comprobado durante períodos largos de tiempo, ni se han ofrecido pruebas independientes de que eso es así”, dice el Informe.
Más concretamente:
- Los cultivos resistentes a los herbicidas ( que son las variedades de cultivos transgénicos más utilizados, con diferencia) llevan en realidad a un aumento en el uso de pesticidas y herbicidas, y eso en un período de sólo 4 años.
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Los beneficios financieros obtenidos por el aumento de los rendimientos se ven mermados por el aumento en el gasto de semillas patentadas, fertilizantes, herbicidas y pesticidas, lo que conlleva a una disminución de los ingresos, incluso para las grandes explotaciones. Estos costes más elevados son especialmente perjudiciales para los pequeños agricultores, sobre todo cuando obtienen una mala cosecha. Con frecuencia, los agricultores han llegado a la quiebra después de experimentar con el cultivo de transgénicos.
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Tal vez el argumento más repetido es el de que los transgénicos son necesarios para alimentar al mundo. Los supuestos subyacentes a este argumento son sencillamente incorrectos. A los niveles actuales de producción mundial no hay suficientes alimentos para que cada persona ingiera 3.000 calorías diarias. El problema radica en la distribución, los ingresos y los residuos de los alimentos.
El Informe continúa diciendo que los cultivos transgénicos pueden, al contrario, agudizar los problemas relacionados con el hambre, presionando a los agricultores de los países en desarrollo a producir cultivos comerciales para la exportación o para su procesamiento.
En su conjunto, dicen los autores del Informe, los riesgos asociados a los cultivos transgénicos constituyen una base muy clara para excluirlos de cualquier estrategia de inversión Ambiental, Social y de Gobernanza (ESG).
Llegan a la conclusión de que la agricultura mecanizada quizás sí que sea necesaria para alimentar al mundo, pero no la agricultura de los transgénicos, dicen los autores.
“Se han publicitado hasta ahora unos beneficios insuficientes e inconsistentes con el riesgo que conllevan. La Agricultura de los transgénicos, tal y como se practica hoy en día, debe ocupar los escalones más bajos dentro de las soluciones para asegurar el suministro mundial de alimentos”.
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