Por Dahr Jamail, 18 de abril de 2012
La aparición de marisco y peces sin ojos y otras lesiones se está convirtiendo en algo común, achacándose a la contaminación producida por el vertido de petróleo de la plataforma de BP como la causa más probable.
Nueva Orleans, LA- “Los pescadores nunca habían visto nada igual”, dijo el Dr. Jim Cowan a Al Jazeera. “En los 20 años que lleva trabajando sobre el pargo rojo, observando a gran cantidad de peces, entre 20 y 30.000, nunca había visto algo así”.
El Dr. Cowan, del Departamento de Oceanografía y Ciencias Costeras de la universidad del Estado de Louisiana empezó a oír que aparecían peces de los recogidos por los pescadores con heridas y lesiones, ya en noviembre de 2010. Las conclusiones de Cowan coinciden con las de otras personas que viven a lo largo de las vastas áreas de costa del Golfo de México que se han visto afectadas por el derrame de petróleo de BP y el uso de dispersantes químicos (por ejemplo, Corexit).
Los pescadores, científicos y procesadores de marisco del Golfo de México han dicho a Al Jazeera que están encontrando cantidades preocupantes de langostinos, cangrejos y peces con mutaciones, y que creen que estas deformaciones están producidas por las sustancias químicas que se lanzaron durante el desastre de la plataforma petrolífera de BP en 2010.
Junto con la paralización de la actividad pesquera, estos signos que han aparecido en el ecosistema de la región no presagian nada bueno: langostinos con tremendas mutaciones, peces con llagas supurantes, cangrejos azules que carecen de pinzas, cangrejos sin ojos, insistiéndose por parte de los entrevistados en que la causa se encuentra en la contaminación por hidrocarburos.
Langostinos sin ojos
Tracy Kuhns y su esposo Mike Roberts, que se dedican a la pesca comercial en Barataria, Luisiana, están encontrando langostinos sin ojos. “En la época más importante para la captura del langostino blanco, septiembre, hemos atrapado 400 libras de estos langostinos”, dijo Kuhns a Al Jazeera, mientras nos mostraba algunos langostinos sin ojos.
[Erika Blumenfeld/Al Jazeera]
Según Kuhns, al menos el 50% del langostino capturado durante ese período en la bahía de Barataria, un área muy popular para la pesca de este marisco, y que se vio afectada por el derrame de petróleo de BP y se fumigaron dispersantes químicos, aparece sin ojos. Kuhns añadió: “ Es preocupante, no sólo les faltan los ojos, sino que ni siquiera tienes las cuencas orbitales”.
“Algunos langostinos son capturados a mar abierto en el Golfo [de México]. También se les captura en Alabama y en Mississippi. También estamos encontrando cangrejos sin ojos, con sus conchas blandas en lugar de duras, y con un tamaño en la edad adulta un quinto de su tamaño normal; cangrejos sin patas, o cangrejos con conchas que no tienen su morfología habitual… pareciera estar quemados por productos químicos”, agregó.
El 20 de abril de 2010, la plataforma Horizon de BP explotó y se inició el derrame de al menos 4,9 millones de barriles de petróleo. BP utilizó por lo menos 1,9 millones del dispersante Corexit, un producto tóxico.
Keath Ladner, un procesador de productos del mar en el condado de Hancock, Mississippi, también está preocupado por lo que está viendo. “He observado que las capturas de langostino han disminuido en dos tercios, y algo parecido ha ocurrido con el langostino blanco. La población de langostinos está en peligro. Estamos encontrando langostinos con tumores en la cabeza, algo que observamos todos los días”.
El barco camaronero de la Mobile Bay de Sidney Schwartz, un pescador de cuarta generación, nos dijo que había visto “ langostinos con defectos en las branquias y el caparazón faltaba alrededor de las branquias y en algunas partes de la cabeza. Hemos pescado aquí durante toda nuestra vida y nunca vimos nada igual”.
Ladner ha vista cajas de cangrejos azules a los que les faltaba al menos una de sus pinzas.
Darla Rooks, una pescadora de Port Sulfur, Luisiana, dijo a Al Jazeera que ha encontrado cangrejos con “las conchas agujereadas, con zonas quemadas y sin pinzas; otros con deformidades… y otros que estando vivos al abrirlos huelen como si llevasen muertos una semana”.
Rooks también ha visto langostinos sin ojos, langostinos con un crecimiento anormal, langostinos hembras con sus crías unidas de forma permanente a ellos, y langostinos con las agallas llenas de grasa. Rooks, que creció pescando con sus padres, dijo que nunca había visto algo así por estas aguas y que las capturas de marisco el año pasado fueron “un 10% por debajo de lo normal.”
Nunca vimos esto”, dijeron a Al Jazeera científicos, pescadores y procesadores de marisco con los que hablamos sobre estas deformidades.
Teniendo en cuenta que el Golfo de México provee de más del 40% de todos los productos del mar capturados en Estados Unidos, este fenómeno no es un buen augurio para la región ni para el país.
¿Productos químicos de BP?
“Los dispersantes utilizados en el draconiano experimento de BP contienen solventes, tales como destilados del petróleo y 2-butoxietanol. Estos solventes disuelven el petróleo, la grasa y el caucho”, dijo el Dr. Riki Ott, toxicóloga, bióloga marina y sobreviviente del Exxon Valdez, dijo a Al Jazeera. “No es ninguna sorpresa que los solventes utilizados sean muy tóxicos también para las personas, algo que la comunidad médica sabe desde hace mucho tiempo”.
Los dispersantes químicos se sabe que son mutagénicos, algo que puede provocar deformidades en los mariscos. Los langostinos, por ejemplo, tienen un ciclo de vida corto, por lo que se han sucedido dos o tres generaciones desde que comenzó el derrame de petróleo de BP, pudiendo afectar los productos químicos a su genoma.
Las vías de exposición a los dispersantes químicos son la inhalación, la ingestión o el contacto con la piel y los ojos. Los impactos en la salud pueden incluir dolor de cabeza, vómitos, diarrea, dolores abdominales, dolores en el pecho, daños en el sistema respiratorio, sensibilización de la piel, hipertensión, depresión del sistema nervioso central, efectos neurotóxicos, arritmia cardíaca y daño cardiovascular. Tambien son teratógenos, es decir, capaces de perturbar el crecimiento y el desarrollo de un embrión o feto, y cancerígenos.
Cowan considera que productos químicos como los hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP), emitidos a partir del derrame de petróleo de BP, es probable que sean la causa de estas deformidades, debido al hecho de que los peces que se han encontrado con lesiones se encuentran “en el amplio área de distribución espacial relacionado con el desastre de la plataforma Deepwater Horizon, tanto del petróleo en la superficie como en las profundidades. Gran parte del petróleo que llego a Luisiana se encuentra dispersado en las profundidades, y creemos que hay gran cantidad que todavía queda en el fondo del mar”.
La científico marino Samantha Joye, de la Universidad de Georgia, ha publicado los resultados de sus inmersiones submarinas en todo el área del desastre de BP en la revista Nature Geoscience.
Ha encontrado evidencias de que grandes extensiones del fondo marino están cubiertas por petróleo, publicando fotos de criaturas marinas cubiertas por petróleo que se encuentra en el fondo. Mientras mostraba las diapositivas a la Asociación Americana para el Avance de la Ciencias en su conferencia anual en Washington, Joye dijo: “Este es el petróleo procedente de Macondo donde aparecen organismos muertos a causa del petróleo que se deposita en sus cabezas”.
La Dra. Wilma Subra, química y su compañero MaCArthur Fellow, han realizado pruebas en muestras de mariscos y de sedimentos recogidos a lo largo del Golfo de México, comprobando la presencia de productos químicos en el petróleo de BP y dispersantes tóxicos. “Las pruebas han demostrado importantes niveles de contaminación por hidrocarburos en ostras y cangrejos a lo largo de la costa de Luisiana. También hemos encontrado altos niveles de hidrocarburos en el suelo y en la vegetación”, dijo a Al Jazeera.
De acuerdo con la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos, los HAP (hidrocarburos aromáticos policíclios) “son un grupo de compuestos semiorgánicos volátiles que están presentes en el petróleo, que pasan un tiempo en el océano y luego llegan a la costa, y se pueden formar cuando se quema el petróleo”.
“Los peces están siendo expuestos a los HAP, y he podido encontrar algunas referencias sobre los síntomas en los peces a raíz del derrame del Exxon Valdez, así como de experimentos realizados en el laboratorio. También se publicó un artículo de algunos científicos sobre los efectos de la exposición a los HAP sobre el genoma”, explicó Cowan.
La Universidad del Sur de Florida dio a conocer los resultados de una encuesta, que coinciden con los datos aportados por Cowan: “de 2 a un 5% de impacto en las tasas de infección en las áreas afectadas por el derrame de petróleo, y no sólo en el pargo rojo, sino en más de 20 especies de peces que presentan lesiones. En muchos lugares, el 20% de los peces tenían lesiones, y muestras recogidas con posterioridad encontraron un alarmante 50% de peces que las tenían”.
“Pregunté en la NOAA [National Oceanic and Atmospheric Administration] cuál era el porcentaje de peces recogidos que mostraban heridas antes de 2010, diciendo que sólo era del 0,1%, que era lo mismo que encontrábamos nosotros. Pero no hemos visto nada igual como lo ocurrido a partir del derrame, una tasa tan elevada”, dijo Cowan. “Lo que pensamos es que estas deformaciones se deben a la exposición crónica a los HAP liberados por la meteorización del petróleo procedente del fondo del mar. No hay otro factor que pueda explicar este fenómeno”.
Respuesta oficial
Las cuestiones planteadas por la investigación de Al Jazeera permanecen en gran medida sin respuesta. Al Jazeera se puso en contacto con la Oficina del Gobernador del Luisiana, Bobby Jindal, quien hizo unas declaraciones diciendo que el Estado continúa realizando pruebas del agua para detectar la presencia de petróleo y dispersantes, y también de la presencia de los HAP.
“Los pescados y mariscos del Golfo se han sometido a pruebas que rebelan unos niveles inferiores a los umbrales de seguridad establecidos por la FDA en cuanto a petróleo y contaminación por dispersantes que representan un riesgo para la salud humana”, dice la declaración. “El marisco de Luisiana sigue sometiéndose a pruebas para comprobar que son seguros para el consumo humano. Más de 3000 muestras de productos del mar, de sedimentos y del agua han sido examinados en Luisiana desde el inicio del derrame”.
Los signos observados sobre los efectos en el ecosistema de la región no presagian nada bueno, y los científicos y pescadores apuntan al derrame de petróleo de BP como la causa (Keath Ladner).
A nivel del Gobierno Federal, la Food and Drug Administration y la Agencia de Protección Ambiental – ambas son agencias federales que tienen competencias en la zona este- insistieron a Al Jazeera que hablásemos con la Administración Nacional Océanica y Atmosférica (NOAA). La NOAA no quiso comentar nada con los medios de comunicación debido a que está recogiendo información para presentar una demanda contra BP.
BP ha rechazado la petición de Al Jazeera de comentar este tema en una entrevista de televisión, pero presentó una declaración que decía:
“Los mariscos del Golfo de México son unos de los más consumidos en el mundo, y de acuerdo con la FDAA y la NOAA son seguros, tal y como lo eran antes del accidente”.
BP afirma que la lesiones en los peces es algo corriente, y que antes del accidente de la plataforma Deepwater Horizon ha había pruebas de lesiones en el Golfo de México causadas por parásitos y otros agentes.
El gigante petrolero agregó:
“Como parte de la Evaluación de los daños en los Recursos Naturales, evaluación dirigida por las administraciones federales y estatales, estamos investigando el alcance del daño causado a los recursos naturales debidos al accidente.
BP está financiando varias líneas de investigación científica para evaluar el daño potencial en los peces, e incluyen: amplios programas de evaluación de los mariscos por parte de los Estados del Golfo, seguimiento de la población de peces, realizado por el Departamento de Pesca y Vida Silvestre de Luisiana y otros; evaluación del hábitat y el agua por la NOAA y las pruebas de toxicidad en las especies por parte de Consejos estatales y federales, que complementan las evaluaciones de los daños y la necesidad de una restauración ambiental”.
Antes y después
Sin embargo, las evidencias de que la contaminación continúa siguen aumentando.
El biólogo de crustáceos Darryl Felder, del Departamento de Biología de la Universidad de Luisiana en Lafayette, tiene una posición particular. Felder ha estado vigilando los alrededores de Macondo antes y después del derrame de petróleo, y dijo a Al Jazeera: “La Fundación Nacional de Ciencias estaba interesada en esta zona debido a que era muy vulnerable por las perforaciones que se realizan. Así que tenemos muestras para comparar lo que era antes y lo que es ahora. Hemos encontrado productos marinos con lesiones, falta de apéndices y otras anormalidades”.
Felder también tiene muestras de cangrejos costeros con lesiones. “Aquí mismo, en Grand Isle, vemos lesiones que erosionan la concha. Recogimos muestras el pasado jueves y las estamos estudiando ahora, porque no tenemos ni idea de qué otra cosa puede estar relacionada con las mismas”.
De acuerdo con Felder, hay una mayor incidencia de las lesiones en las conchas de los cangrejos en aguas más profundas: “Mi temor es que estos incidentes previos de lesiones podrían atribuirse a microbios, y me pregunto ¿ qué es lo que ha alterado las poblaciones microbianas en las cercanías del pozo, siendo posible que además de atacar al petróleo también lo hayan hecho a los seres vivos?·.
Una de las hipótesis es que los recubrimientos de cera que hay alrededor de los caparazones de los cangrejos se hayan deteriorado por sustancias químicas o por microbios que se hayan producido por la presencia de tales productos químicos. “ Se produce una lesión y luego un ataque microbiano. Lo vemos en las lesiones alrededor de los apéndices, que se caen, y lo único que queda es un anillo negruzco”.
Felder añade que su equipo continúa documentando estos incidentes: “Y lo que podemos decir es que hay una incidencia más alta en las lesiones a partir del producirse el derrame. También estamos comprobando que hay una menor diversidad de especies al período anterior al derrame”.
Felder ha analizado las muestras de petróleo, pero no ha encontrado muchos casos en los que apareciesen trazas de hidrocarburos. En su lugar, cree que en los alrededores de la plataforma Deepwater Horizon hay grandes cantidades de lodos procedentes de la perforación, utilizados en el intento de detener el derrame. “Hemos recogido langostinos de aguas profundas con lesiones en el caparazón. Algunas de las lesiones presentaban las branquias negruzcas. El órgano que impulsa el agua a través de las branquias, también estaba negro como el azabache. Esto afecta a su capacidad respiratoria, y tiene un efecto negativo. No eran hidrocarburos, sino precipitados de manganeso, lo cual es algo muy extraño. Había una gran cantidad de lodos procedentes de la perforación en la zona de Macondo, por lo que este podría ser el vínculo”.
Algunos de lodos de perforación de los pozos de petróleo y las lechas de cemento utilizadas en las plataformas de extracción de petróleo contienen hasta un 90% de su peso de partículas de óxido de manganeso.
Felder también ha examinado las extrañas manchas presentes en los animales en forma de anillos, y nos dijo: “Son depósitos consecuentes con la presencia de minerales, posiblemente poblaciones microbianas en altas concentraciones”.
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Una relación directa
El Dr. Andrew Whitehead, profesor asociado de Biología en la Universidad Estatal de Luisiana, coautor del informe Genomic and physiological footprint of the Deepwater Horizon oil spill on resident marsh fishes, fue publicado por la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias en octubre de 2011.
El trabajo de Whitehead es de vital importancia, ya que muestra una relación directa entre el petróleo derramado por la empresa BP y los impactos negativos en la cadena alimenticia del Golfo, a través de los estudios sobre el killifish (una especie de pez), antes, durante y después del desastre del derrame de petróleo.
“Lo que hemos encontrado es una señal muy clara en todo el genoma por la exposición a los componentes tóxicos del petróleo, que coincidió con el momento y la situación del pozo de petróleo”, dijo Witehead a Al Jazeera en una entrevista en su laboratorio.
De acuerdo con Whitehead, el killisfich es un importante indicador, ya que son los peces más abundantes en los pantanos, y son conocidos por ser el animal forrajero más importante de estas comunidades.
“Esto significa que la mayoría de los peces de gran tamaño que consumimos, las especies maś importantes desde el punto de vista de la pesca, se alimentan en realidad de killifish. Así que si no había impacto en estos peces no se produciría tampoco un importante impacto en cascada en toda la cadena alimentaria. No puedo pensar en un animal más importante que pueda afectar a todo la cadena alimentaria que los killifish”.
Podemos estar presenciando sólo el comienzo
Whitehead piensa que podría estar afectando a la reproducción de los peces, dado que el killifish es una piedra angular dentro de la cadena alimenticia de la marisma. “Los impactos en estas especies es más que probable que afecte a otras. Esto establece una relación muy directa entre la exposición al petróleo derramado y un efecto biológico claro. Y un efecto biológico tal puede traducirse en consecuencias a largo plazo”.
Preocupados por lo que está pasando, Keath Ladner se reunió con funcionarios de la FDA, Food and Drug Administration, y les pidió que el Gobierno les protegiera en caso de litigio por daños a la salud por el consumo de marisco.
“No lo harán. Estoy preocupado por toda la industria pesquera del Golfo, que se puede venir abajo”, dijo en tono sombrío.
Las bolas de alquitrán son trampas para los cangrejos
Ed Cake, biólogo oceanográfico, infante de marina y estudioso de las ostras, tiene una gran preocupación por la gran cantidad de muertes de delfines que ha visto en la región desde el comienzo del desastre, lo que posiblemente esté relacionado con el desastre petrolero de BP. “Los delfines son afectados por su entorno, y sabemos que el petróleo lo ha contaminado y circula a través de la cadena alimentaria, y los delfines se encuentran en la cima de esta cadena”.
Cake, que vive en Mississippi, añadió: “Han pasado más de 33 años desde el desastre del petrolero Ixtoc-1 en la bahía de Campeche, y las ostras, almejas y los bosques de manglares aún no se han recuperado de sus habitados contaminados por el petróleo en los estuarios de la península de Yucatán. Han pasado 23 años desde el desastre del Exxon Valdez, en 1989 en Alaska, y la pesca del arenque se vio resentida de tal modo que aún no se ha recuperado”.
Cake cree que todavía estamos en una primera etapa de impacto del vertido de petróleo de BP.
“No creo que vea ya recuperarse el Golfo de México”, dijo Cake, de 72 años de edad. “Sin un compromiso serio de financiación, la situación no a volver a como estaba antes de abril de 2010, a los niveles de hace unas décadas”.
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Los signos de la catástrofe continúan
“Continuamos retirando el petróleo de nuestras redes. Hemos perdido todo lo que nos hacía felices, porque todo eso es lo que ocurre cuando se derrama petróleo y se esparcen dispersantes. La aquí vive de lo que sale de nuestras aguas”, dijo Rooks.
Khuns y su marido dijo a Al Jazeera que los pescadores siguen encontrando con regularidad bolas de alquitrán en las jaulas para cangrejos, cientos de kilos de alquitrán se siguen encontrando en las playas de la región diariamente.
Mientras tanto, Cowan continúa su trabajo, y sigue preocupado por lo que está encontrando: “También hemos observado una disminución de la biodiversidad pesquera en ciertas áreas, Creemos que estamos al comienzo de una mayor incidencia, lo cual tiene sentido porque las aguas empiezan a calentarse otra vez, y las infecciones bacterianas empiezan a desarrollarse de nuevo. Creemos que este es un problema que persistirá en el tiempo, mientras el petróleo siga almacenado en el fondo marino”.
Felder quiere continuar sus estudios, pero ahora se enfrenta a la escasez de fondos.
En cuanto a su financiación, Cowan dijo a Al Jazeera: “No enfrentamos a retos sociales y económicos que obstaculizan nuestra capacidad para obtener información, así que la política ha sido tan desalentadora como el problema en sí mismo. Mi financiación no proviene de una fuente que me exija permanecer callado”.
Siga a Dahr Jamail en Twitter: @ DahrJamail
Fuente:
Al Jazeera
http://www.aljazeera.com/indepth/features/2012/04/201241682318260912.html