por Gary Leupp, 28 de enero de 2011
“Una sola chispa”, escribió Mao Zedong en 1930 “puede iniciar un fuego en la pradera”. Se refería a la posibilidad de que un levantamiento campesino en cualquier lugar de China pudiese iniciar una acción revolucionaria a nivel nacional.
Una chispa se ha encendido en el mundo árabe, donde viven unos 360 millones de personas que sufren algunas de las peores dictaduras que existen en la actualidad. Un estudiante universitario de 26 años y vendedor ambulante llamado Mohamed Bouazizi, se inmoló delante de un edificio del Gobierno en una ciudad de Túnez, como medida de protesta por la política del Gobierno sobre las licencias de venta callejera. Su muerte le convirtió inmediatamente en un héroe y mártir y fue el detonante para derribar un régimen odiado.
Cuando pienso en la auto-inmolación como protesta política, pienso en los monjes budistas de Vietnam, que se basaban en las escrituras, como el Sutra del Loto, para dar validez a esta forma de protesta. ( En ese texto un boddhisattva [Bodhisattva es un término propio del budismo que alude a alguien embarcado en el camino del Buda de manera significativa. Es un término compuesto: bodhi («supremo conocimiento», iluminación) y sattva (ser). Así pues, hace referencia a un ser embarcado en búsqueda de la suprema iluminación. Fuente: Wikipedia] unge su cuerpo con perfume y luego le prende fuego, iluminando incontables mundos, y Buda lo alaba) Sin embargo, Túnez es un país musulmán. ¿ Quién podría haber previsto este acto de protesta y a lo que dio lugar después?
Información. Los jóvenes están utilizando sus computadoras portátiles, los teléfonos móviles, los I-Pods, para enviarse mensajes de texto, utilizado Twiter, tras lo sucesos de Túnez.
Inspiración. De Argelia a Egipto y a Yemen, la gente dice: “Podemos hacer eso nosotros también”. A medida que la policía tunecina se une a los manifestantes, las tropas del ejército vigilan las calles de El Cairo, con un aspecto feroz, pero saben que pueden hacerlo también. ¿Qué les dice Mubarak? El Gobierno de Yemen, odiado por muchos y ahora puesto al descubierto ( por las filtraciones de Wikileaks) como cómplice en los ataques de aviones no tripulados de los Estados Unidos en el país, también tiene graves problemas.
Este puede ser el mundo árabe de 1848. O ser también su 1968. Los años convulsos que se vivieron en Occidente. Las causas se debieron en parte a las condiciones socieconómicas, y en parte al poder de la sugestión. Ahora sabemos que se puede derrocar a los gobernantes. Es el verdadero poder de la esperanza, no la falsa que nos ofrece Obama. Esta creencia real en el cambio es lo que fortalece a la gente, lo que hace que las calles se llenen de personas que desafían a las fuerzas de seguridad y son capaces de salirse con la suya.
NO hay garantías de que los Gobiernos que surjan de los viejos que ha caído sean mejores que los derrocados. El fruto real de estas batallas, como un gran hombre escribió una vez, “no reside en el resultado inmediato, sino en la unión cada vez más amplia de los obreros”.
El pan-arabismo es algo excelente. ( También lo es el núcleo central de la ideología baazista, el partido de Saddam Hussein en Irak, que contó con el apoyo de Estados Unidos, como alternativa a los partidos islámicos y comunistas). La idea de que los pueblos árabes son una nación, desde la costa atlántica de África Occidental a Irak, se mantiene firme y asegura que los acontecimientos en un país van a trascender a los demás. Nada excita más a los oprimidos que el ejemplo de una revolución en países afines. Este es el motivo por el cual muchas cabeza coronadas y matones de la CIA instalados en Oriente Medio, sientan que su camisa no les llega al cuello, por la represión o por las concesiones que se deban hacer.
Hay un gran desorden bajo el cielo, como los comunistas chinos, cuando eran comunistas, solían decir. La situación promete.
Gary Leupp es profesor de Historia Natural en la universidad de Tufts, y autor de numerosas obras sobre la historia de Japón. Se puede contactar con él en: gleupp@granite.tufts.edu