Por Media Lens, 17 de julio de 2017
Cuando las fuerzas rusas y sirias bombardearon el año pasado la zona oriental de Aleppo, los periódicos y las pantallas de televisión se llenaron de artículos angustiados sobre la situación de los civiles muertos, heridos, atrapados, traumatizados o huyendo de manera desesperada. El Presidente Sirio, Bashar al-Assad y el líder ruso Vladimir Putin, ambos enemigos del oficialismo, fueron denunciados y demonizados, de acuerdo con el habitual mensaje propagandístico. Un artículo del Evening Standar describía a Assad como un “monstruo” y otro de Boris Johnson en The Telegraph se refería tanto a Putin como a Assad como “Diablos”.
Como dijo el respetado y veterano periodista Patrick Cockburn:
“La información partidista del asedio de Aleppo Oriental se presentó como una batalla entre el bien y el mal: el Señor de los Anillos, con Assad y Putin como Saruman y Sauron”.
Este sería, dijo, “el punto más bajo de la cobertura informativa de la prensa occidental sobre las guerras de Irak y Siria”. Los artículos de los medios de comunicación occidentales han ofrecido un enfoque similar a los mensajes o tweets de Alepo. Relatos desgarradores de familias, niños, ancianos, todos ellos atrapados en terribles condiciones, sometidos por un brutal Assad y su Régimen. Fueron innumerables las fotografías que representaban el dolor y el sufrimiento que desgarraban el corazón.
Por el contrario, la cobertura informativa de la ciudad iraquí de Mosul mostró poco de esa situación, con una población cercana al millón de personas, que estaba siendo pulverizada por la coalición dirigida por los Estados Unidos desde 2015, especialmente desde el intenso asalto lanzado en octubre pasado para liberar la ciudad de ISIS, con la victoria que fue declarada hace unos días. Evidentemente, los medios occidentales no han demonizado a los Estados Unidos por infligir muerte y sufrimiento a los habitantes de Mosul.
Como señala Cockburn, había “muchas similitudes entre los asedios de Mosul y Aleppo Oriental, pero se informó de manera muy diferente”.
“Cuando mueren los civiles o sus casas son destruidas en el bombardeo de Mosul por el ejército estadounidense, se dice que es el Estado Islámico el responsable de dichas muertes: estaban siendo utilizados como escudos humanos. Cuando Siria o Rusia bombardean edificios de Aleppo Oriental, Rusia o Siria son los culpables: los rebeldes no tienen nada que ver en ello”.
Por ejemplo:
“Por todo el mundo se difundieron imágenes de Aleppo Oriental que mostraban a niños muertes, heridos y conmocionados. Pero cuando el 12 de enero se difundió por Internet un vídeo que mostraba a personas que buscaban cuerpos entre las ruinas de un edificio de Mosul que parecía haber sido destruido por un ataque aéreo de la coalición liderada por los Estados Unidos, ninguna emisora de televisión occidental ofreció dichas imágenes”.
Cockburn resume:
“En Mosul, la pérdida de vidas de civiles se atribuye a ISIS, con su uso indiscriminado de morteros y terroristas suicidas, mientras que el ejército iraquí y su apoyo aéreo se abren paso libremente. […] Contrasta con las descripciones de los medios occidentales del inhumano salvajismo de la fuerzas del Presidente Assad que indiscriminadamente matan a civiles sin importar que permanezcan en la ciudad o intenten huir”.
Acabando con los focos de resistencia
En octubre de 2016, la coalición encabezada por los Estados Unidos intensificó su ofensiva con bombas y ataques de artillería a Mosul, de forma más contundente de lo que había sido hasta entonces, una intensa campaña militar después de la toma de Mosul por ISIS en 2014. Según un nuevo Informe de Amnistía Internacional, 5.805 civiles murieron como resultado de esos ataque lanzados por la coalición entre febrero y junio de 2017. Del mismo modo que con las cifras de Iraq Body Count [un grupo de investigación británico], es probable que esta cifra sea una estimación a la baja. Además, se excluyen las muertes de los primeros meses y la últimas semanas del bombardeo.
Amnistía dice que el pueblo de Mosul fue sometido a:
“Un aterrador ataque con fuego de armas que nunca deberían ser usadas en áreas civiles densamente pobladas”.
El periodista estadounidense Bill Van Auken comenta:
“Siendo generalmente cautelosas las informaciones de Amnistía sobre el Gobierno de los Estados Unidos, el informe afirma que “las fuerzas de la coalición encabezada por los Estados Unidos parecen haber cometido repetidas violaciones del Derecho Internacional, algunas de las cuales pueden calificarse de crímenes de guerra”.
“Mientras que Amnistía trata con mayor dureza a ISIS que al Gobierno de los Estados Unidos, no plantea ninguna pregunta sobre quiénes son los responsables de la aparición de ISIS, y mucho menos de las raíces históricas de la catástrofe humana infligida en Mosul”.
“ISIS había sido bien armado, financiado y entrenado para ser utilizado como una fuerza sustituta en las guerras debido a los cambios de régimen orquestados por la CIA y los aliados regionales de Washington, primero en Libia y luego en Siria”.
Todo esto firma parte de un panorama más amplio, lo que ha supuesto décadas de:
“Guerra, las sanciones, la invasión y la ocupación perpetrada por el imperialismo estadounidense contra un país rico en petróleo ha resultado en una sociedad en decadencia, la pérdida de más de 1.000.000 de vidas y convertir a varios millones en refugiados sin hogar”.
La cobertura informativa de la victoria sobre ISIS en Mosul ha omitido esta historia, por supuesto. Es cierto que ahora han aparecido informaciones sobre la difícil situación de los civiles que abandonan Mosul, y la BBC ha recogido las acusaciones de Amnistía, al mismo tiempo que otorgaba a un destacado miembro de la coalición tiempo para responder a las acusaciones de Amnistía, que calificaba como “irresponsables y un insulto”. Pero si la BBC fuera más imparcial, durante los últimos meses habría dado cuenta de la destrucción provocada por la coalición liderada por los Estados Unidos, con especial énfasis en los civiles muertos. En cambio, este titular de la BBC nos habla de la postura amistosa respecto de la coalición:
“Batalla de Mosul: el ejército iraquí limpia los últimos focos de resistencia de ISIS”.
La primera línea del artículo decía:
“El ejército iraquí ha acabado con los últimos focos de resistencia de los militantes islámicos en Mosul, después de una larga batalla para recuperar la ciudad”.
¿Y cuántos civiles han muerto por las acciones de estas fuerzas respaldadas por los Estados Unidos para liberar la ciudad? El artículo no lo decía.
El 17 de marzo de este año, hasta 240 civiles murieron durante un ataque aéreo contra Mosul realizado por la coalición. Patrick Cockburn informaba de que tres edificios fueron reducidos a escombros, mientras que muchas personas buscaban refugio en las bodegas.
Meses antes y después de estas atrocidades, BBC News presentó varios reportajes de su corresponsal Jonathan Beale que acompañaba a las tropas iraquíes. Estos artículos tenían como título: “Con las fuerzas iraquíes sobre el terreno en la batalla por Mosul “, y estaban recargas con frases de propaganda tales como:
“La coalición liderada por los Estados Unidos parece confiar en que sean derrotados en Mosul los combatientes del llamado Estado Islámico (ISIS)”
“Lucha brutal por el control de las calles”
“Se recrudeció la batalla y las tropas se sintieron fatigadas”
“Escuchamos la os aviones de la coalición. Luego un zumbido y un ruido sordo, seguido de una explosión… Otro zumbido, otro ruido sordo y boom, un penacho de humo procedente de un ataque aéreo”.
“Nadie puede cuestionar la valentía de las fuerzas iraquíes”
“Esta es una guerra urbana implacable y para las fuerzas iraquíes todavía queda una montaña por escalar”.
Este es el estilo explosivo del periodismo, que bien tapaba o blanqueaba las muertes de los civiles en la “Batalla de Mosul”, como una y otra vez la cadena BBC New calificó al bombardeo de esta ciudad. Siempre fue la “Batalla por Mosul”, nunca dijeron que los ataques aéreos estadounidenses matasen a civiles o que “los Estados Unidos buscan la hegemonía en Oriente Medio”. Los buenos contra los malos. El sitio web de la BBC sólo ofreció un artículo, titulado: “¿Se pueden evitar la muerte de civiles en los ataques aéreos con ISIS?”, como buscando un cierto equilibrio con la propaganda pro-coalición. Curiosamente, el artículo de Beale reveló su postura al cerrar dicho artículo con las palabras de Johnny Stringer de la fuerza aérea estadounidense:
“Nos enfrentamos a un oponente que nos odia y a todo lo que representamos. Tenemos que lidiar con eso y derrotarlos militarmente. Y por eso estamos aquí”.
Beale añade una línea de su propia cosecha, indicando que el corresponsal de la BBC estaba al lado de la coalición:
“Están luchando contra un enemigo brutal, que a diferencia de ellos, no se preocupa si mata a civiles”.
Una vez que los “últimos focos de resistencia” de Mosul fueron limpiados, la BBC pudo publicar un artículo para blanquear. Lo hizo en su sitio web: “Mosul: el Primer Ministro de Irak celebra la victoria sobre ISIS”. Y por supuesto, nadie se hizo preguntas sobre las credenciales democráticas del Gobierno iraquí que había liberado Mosul. ¿Se celebran en Irak elecciones libres, hay una prensa libre y un pleno respeto por los derechos humanos? Estas cuestiones han sido de muy escasa atención en los medios corporativos desde que un gobierno títere fue instaurado, en medio de otras posturas, en 2004.
“Una lucha heroica contra los terroristas”
El tono de propaganda de la BBC News hacia el poder viene de antiguo, de hecho, ya se dijo por sus orígenes reithianos, como ya hemos repetido muchas veces. Este sesgo propagandístico es más obvio cuando sus reporteros hacen referencia a la propaganda de los Enemigos Oficiales, alegremente inconscientes de cómo se refleja en ellos mismos y en su empleador.
El 15 de diciembre de 2016, la corresponsal en Moscú, Sarah Rainsford dio un ejemplo clásico hablando de Alepo en este reportaje de la BBC News, que también la BBC publicó en este artículo.
Considere estas palabras:
“Sobre el terreno, en Siria, con las fuerzas especiales de Rusia, que aparecen por primera vez en la televisión estatal. Dicen que se trata de una heroica lucha contra los terroristas. Pero nada dicen de los civiles atrapados en este duro enfrentamiento”.
Imagínense a Rainsford diciendo lo mismo de la actuación de las fuerzas occidentales en Mosul:
“Dicen que se trata de una heroica lucha contra los terroristas. Nada dicen de los civiles atrapados en estos duros enfrentamientos”.
Y luego, frente a la cámara, Rainsford dijo:
“Este conflicto de Siria se encuentra entre los propósitos de Rusia de extender su poder e influencia. Mientras Occidente se quedó paralizado [sic], Moscú se movió. El mensaje que transmiten los rusos aquí es el de que están ayudando a luchar contra el terrorismo. El mensaje al mundo: que la Rusia bajo Vladimir Putin es un poder político y militar con el que hay que contar”.
Un periodista de la BBC News nunca diría de que la guerra en Oriente Medio es una forma de que los Estados Unidos proyecten su poder e influencia.
Rainsford continuó, mostrando imágenes de los severos daños causados por las fuerzas rusas en Grozny:
“En cuanto a los brutales bombardeos, Rusia ya lo había hecho antes. Esto no es Alepo, sino Grozny, en Chechenia, una ciudad aplastada por una guerra que el Presidente Putin ha calificado de lucha contra el terrorismo. En este último conflicto, no ha habido llamamientos a favor de la moderación”.
Finalmente, sobre unas imágenes de los soldados de ISIS con el arsenal ruso capturado en Palmira:
“Pero, puesta la atención en Alepo, esto ha sucedido. Las tropas rusas se vieron obligadas a abandonar sus posiciones en Palmira, a medida que las tropas de ISIS reiniciaron los combates para recuperar la ciudad siria, algo que una vez Rusia proclamó como una gran victoria”.
¿Se puede alguien imaginar que la BBC News hiciera algo semejante al analizar la propaganda estadounidense o británica sobre el asalto a Mosul? ¿O Sirte en Libia? ¿O Fallujah? ¿O Belgrado? ¿Es que los periodistas de la BBC News han anunciado cada una de estas acciones como una gran victoria para Occidente?
Por lo tanto, es tarea digna de la BBC el analizar la propaganda del enemigo, pero no la de los que están a nuestro lado. Otra característica muy común de la BBC News, del mismo modo que otros medios de comunicación corporativos, es la de identificarse con las víctimas de las acciones militares del Enemigo Oficial, pero no tanto con las víctimas de nuestras acciones militares. Así el año pasado, Bridget Kendall, informaba de esta manera para la BBC:
“Parece que un avión de combate ruso sobrevuela los cielos del norte de Siria. Se sospecha que lleva bombas de racimo. Imagínense estar en uno de esos edificios del norte de la ciudad de Alepo” (BBC News at Ten, 1 de febrero de 2016, recogido por un lector de Media Lens, Daniel Collins en este tweet).
Un periodista de la BBC News nunca invitaría a la audiencia a “imaginarse estar en uno de esos edificios”, de Mosul, de Bagdad o de Gaza, por ejemplo, mientras son bombeados por los nuestros o uno de nuestros aliados, como Israel.
Del mismo modo que la BBC, The Guardian ha publicado editoriales como éste, en el pasado mes de octubre destacando una cita de Assad sobre Alepo, donde tuvo que:
“Mantener limpia esta zona y empujar a los terroristas hacia Turquía, para que volviesen de donde venían, o bien para aniquilarlos”.
El editorial continúa:
“La diplomacia internacional está a favor de considerar tales acciones, si se demuestran, como crímenes de guerra”.
¿Y qué dice sobre Mosul?
“Occidente también tiene la oportunidad de demostrar que respeta las limitaciones del Derecho Internacional. Pronto, las fuerzas iraquíes apoyadas por Occidente intentarán volver a conquistar Mosul, el último bastión importante del Estado Islámico en el país. Su actuación en la batalla determinará si la victoria ha tenido un coste humanitario inaceptable”.
The Guardian parece olvidar el hecho de que Occidente, durante décadas, se ha burlado de manera regular de “las restricciones del Derecho Internacional”. Esta ceguera e ignorancia ya era evidente en el título del editorial de The Guardian, que incluía un alegato tragicómico:
“Los crímenes cometidos en las guerras de Oriente Medio debe ser castigados al terminar. Mientras tanto, Occidente no debiera aumentarlos”.
Como si Occidente no hubiera contribuido a la mayoría de los crímenes cometidos en Oriente Medio.
Desde octubre de 2016, no hemos podido encontrar en The Guardian ni un solo editorial que haga una crítica del asalto contra Mosul liderado por los Estados Unidos. El contraste con sus angustiados comentarios sobre Alepo es patente. En junio de 2016, el periódico daba su opinión sobre la batalla de Alepo, diciendo simplemente: “hay que detenerlo ahora” y “se trata de una urgente catástrofe humanitaria”.
En octubre de 2016, un editorial de The Guardian decía que “los aviones de combate rusos y sirios que volaban por encima de Alepo estaban atacando de manera intencionada a los civiles” y exigía la aplicación del Derecho Internacional. Y en noviembre de 2016, The Guardian hablaba del “sombrío fracaso de Occidente para detener un desastre humanitario y militar”. El editorial también decía:
“La maquinaria de propaganda rusa está trabajando con ahínco junto al régimen sirio, tratando de dar la idea de que estas acciones son para liberar a una población descrita como rehén de los terroristas islámicos”.
Así que repetimos, para poner mayor énfasis en este hecho: que no ha habido ningún editorial de The Guardian que examinara la victoria de la coalición liderada por los Estados Unidos en Mosul y dijera “que el coste humanitario es inaceptable”, o exponiendo la campaña de propaganda de Occidente que dice promover la “liberación”. No se trata de ninguna sorpresa. Después de todo, eso sería acercarse mucho a la demolición del mito de la benevolencia de Occidente. El papel de The Guardian es el de mantener dicha ficción.
Conclusión
Neil Clark observa con razón que:
“Las diferentes maneras de representar las respectivas “liberaciones” de Alepo y Mosul nos habla de cómo funciona la propaganda de guerra en el llamado mundo libre”.
La conclusión es que lo que estamos viendo en Irak, y en gran parte del resto del mundo, es un proyecto imperialista de occidente dirigido hacia países que:
1.- No se ajustan a los dictados de Occidente;
2.- Son incapaces de defenderse de manera adecuada (a diferencia de China, Irán o Corea del Norte, por ejemplo).
Clark señala que:
“La verdad de lo que ha estado sucediendo es demasiado chocante y terrible para que sea admitido por los medios de comunicación de Occidente. Es decir, que desde la desaparición de la Unión Soviética, los Estados Unidos y sus aliados han elegido estados independientes, ricos en recursos y estratégicamente importantes, uno por uno”.
David Whyte y Gregg Muttitt señalan que cuando el Reino Unido invadió Irak, el país tenía casi la décima parte de las reservas de petróleo del mundo, y que documentos del Gobierno revelaron que ese fue el motivo de la guerra. Pero el Informe Chilcot evitó de manera vergonzosa dar cuenta de esta evidencia e ignoró el petróleo como la fuerza motriz de la invasión.
Como dice Mark Curtis, tras la invasión ilegal y un millón de muertos iraquíes, el Ministro de Comercio británico, Greg Hands, recientemente tuvo el descaro de jactarse de que:
“Las empresas y marcas del Reino Unido ya están establecidas en Irak: desde BP a Standard Chartered, de G4S a JLR”.
El Ministro agregó:
“Irak tiene la cuarta mayor reserva de petróleo del mundo, la sexta mayor reserva de gas y un enorme potencial todavía no explotado”.
El Ministro proclamó con orgullo que las Empresas del Reino Unido están estratégicamente bien situadas para explotar este enorme potencial.
¿No se expresa con claridad meridiana los motivos de la guerra de 2003?
Por otra parte, esta guerra perpetua es un negocio muy lucrativo para los fabricantes de armas y la Industria militar de occidente. Como señala Bill Van Auken:
“Los comandantes del Ejército estadounidense han dejado claro que no ven a las fuerzas estadounidenses salir del país en un futuro previsible. El Pentágono ha solicitado casi 1.300 millones de dólares de presupuesto para el año 2018 para financiar el apoyo continuo a las fuerzas de seguridad iraquíes”.
Y no olvidemos que la venta de armas del Reino Unido a Arabia Saudí ha sido considerada legal por el Tribunal Supremo “después de tener acceso a documentos secretos”. Con la pesadilla de un ataque liderado por Arabia Saudí, con el apoyo de los Estados Unidos/Reino Unido contra Yemen, acosado por una crisis de hambre, pobreza y una epidemia de cólera, se vuelve a exponer la terrible realidad de las Democracias Occidentales.
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