Por Adnan Al-Daini, 22 de septiembre de 2016
Hace poco tuve un pequeño golpe en el parachoques trasero de mi coche y sufrió ligeros desperfectos. Llevé el coche al servicio oficial, donde me dijeron que el parachoques tenía que ser reemplazado por otro, con un coste desmedido. No sólo eso, el vehículo tenía que ser enviado a otra ciudad para realizar la reparación. Les dije que me lo pensaría.
Al volver a casa, me puse en contacto con un pariente que es dueño de un pequeño taller local. Me dijo que no hacía falta reemplazar el parachoques, que fácilmente se podía soldar y con un coste cinco veces menor que el precio que me dio el servicio oficial. El parachoques fue reparado con tanta habilidad que era imposible saber dónde se había realizado la soldadura. Le dije a mi pariente, de broma, si en realidad no había cambiado el parachoques.
Este incidente demuestra el despilfarro [comunicado urgente contra el despilfarro] energético y el derroche de recursos que se ha instalado en nuestros hábitos de consumo, eso de cambiar antes de reparar. Las emisiones de carbono se reducen si en lugar de cambiar reparamos, de modo que no hay que enviar otro nuevo componente desde la fábrica, o al no tener que enviar el objeto a otro lugar. También se producen menos residuos, algo que se está convirtiendo en un problema en todos los países del mundo.
¿Cómo podemos cambiar nuestros hábitos de consumo? No hace falta reinventar la rueda: el Gobierno sueco lo ha pensado por nosotros. Tiene la intención de fomentar la cultura de la reparación en lugar de sustituir, de modo que se reduce sustancialmente el IVA en los artículos que son reparados. Además, las personas pueden reclamar un reembolso equivalente en el impuesto sobre la renta de la mitad del coste laboral de las reparaciones. El Gobierno sueco espera recoger estas medidas en una ley, que sería aprobada en el mes de enero.
Si otros países siguieran el ejemplo de Suecia, el impacto que esto tendría a nivel mundial sobre las emisiones de CO2 sería enorme. La fabricación de nuevos productos de consumo supone una gran cantidad de energía. La página “Reparar no reemplazar” muestra un ejemplo sobre el iPhone6: el 85% de la huella de carbono que deja durante su ciclo de vida se genera durante el proceso de fabricación, no durante el uso, y otro 3% por los gastos de transporte hasta los lugares de venta.
Página web de Reparar, no reemplazar
El cambio climático está ya presente y se necesitan medidas urgentes. Tal propuesta no debiera ser puesta en duda por ningún partido político: se crearían muchos puestos de trabajo en el país donde se utilicen esas cosas y los consumidores ahorrarían mucho dinero, siendo también beneficioso para el medio ambiente.
¿Se podría hacer algo similar en España? ¿Tendrán que recogerlo los partidos políticos en sus programas electorales antes de que tales medidas se lleven a cabo? No veo motivos de desacuerdo entre ellos. No veo por qué los grupos parlamentarios no podrían aprobar juntos e impulsar tales medidas como las que Suecia ha propuesto.
Por poco sustituyo el parachoques en lugar de repararlo; todos podríamos hacer lo mismo, por nuestro bien y el del medio ambiente. Tenemos que obligar a nuestros Gobiernos a que hagan su parte para que este tipo de medidas salgan adelante.
Adnan Al-Daini (Profesor en la Universidad de Birmingham, Reino Unido) trabajó en la Escuela de Ingeniería. Es un ciudadano británico nacido en Irak. Escribe con regularidad sobre temas de justicia social y sobre Oriente Medio.
Documental: Comprar, tirar, comprar: la historia secreta de la obsolescencia programada
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