Disruptores endocrinos: cómo los científicos ligados a la Industria generan incertidumbres

En un momento en el que las autoridades europeas debaten la regulación de los disruptores endocrinos, científicos respaldados por la Industria parecen tener algo más que un lugar en la mesa.

Por Stéphane Horel, 8 de junio de 2016

environmentalhealthnews.org

Parte 1

Profesores Alan Boobis, Daniel Dietrich, Colin Berry, Wolfgang Dekant (de izquierda a derecha)
Profesores Alan Boobis, Daniel Dietrich, Colin Berry, Wolfgang Dekant (de izquierda a derecha)

Sin duda resulta algo fuera de lo normal que una delegación de científicos pida a un Comisario Europeo que rebaje las protecciones de salud pública. Pero si encima la razón alegada es la de bloquear un ataque pseudocientífico, entonces ya nos parecerá un paso sin precedentes.

A principios del mes de mayo, siete científicos realizaron una visita a Vitenis Andriukaitis, Comisario Europeo de Salud. Llegaron a advertirle, según un comunicado de prensa de la Universidad de Constanza, de la forma deliberada y selectiva que algunos científicos (que no se nombran) estaban presentando el problema de los disruptores endocrinos, tanto al público como a la Comisión Europea.

Ni el tema ni el tiempo transcurrido es algo inofensivo. La regulación de una clase entera de productos químicos ha tenido lugar durante estos últimos días en la Comisión Europea. La Dirección General de Salud y Seguridad de los Alimentos (DG SANTE), encabezada por el Comisario de Lituania, es la responsable de decidir el alcance de las medidas a tomar.

Aunque la Comisión tiene cuatro opciones recogidas en su hoja de ruta oficial, en realidad sólo se están considerando dos de ellas. Toda la tensión se concentra en torno a una pregunta: ¿Deberían los disruptores endocrinos clasificarse en función de la potencia de sus efectos o no ?

Esto de considerar el criterio de potencia no es más que un truco de los grupos de presión de las Industrias Químicas y de Plaguicidas, inventado allá por el año 2009. Dando cuenta de los disruptores endocrinos más evidentes, ello les permitía ganar terreno en los criterios de regulación, algo que ya parece inevitable.

Los expertos científicos en este campo rechazan rotundamente la idea. “El criterio de la potencia no tiene ninguna justificación desde el punto de vista científico. Es una desafortunada mezcla de intereses comerciales en la regulación, dejando la salud pública en un segundo plano”, dijo Andreas Kortenkamp, de la Universidad Brunel de Londres.

Este profesor de toxicología humana, al que la Comisión le ha pedido en varias ocasiones su consejo dada su independencia, no tiene vínculos con la Industria. Y no es el único que toma esta posición. También la tienen otros destacados investigadores en este campo, que recientemente publicaron un artículo en la revista líder en salud y medio ambiente: Environmental Health Perspectives.

El concepto de potencia es algo irrelevante para la identificación de los peligros, incluidos los de los disruptores endocrinos”, escribieron.

Grupos de presión

Esta misma conclusión también fue tomada en un documento de consenso discutido a mediados del mes de abril en Berlín por científicos artificialmente separados en dos campos. En 2013, la Comisión Europea señalaba la falta de consenso científico como pretexto oficial para posponer su decisión.

De hecho, la controversia ha surgido a raíz de las protestas de unas 60 personalidades que se quejaron de la utilización sin fundamento de los criterios de precaución establecidos por la Dirección General de Medio Ambiente, que desde entonces no se ocupa de este asunto.

La mayoría de estas personalidades nunca han publicado ningún trabajo sobre los disruptores endocrinos. Sin embargo, la gran mayoría (50 de 68) tiene vínculos con la Industria.

¿Podría ser que la reciente visita de siete científicos a Bruselas fuese la repetición de un episodio parecido? Una vez en la Oficina del Comisario de Salud, y apenas quince días después de los debates llevados a cabo en Berlín, en los que tres ellos participaron, ¿por qué esta delegación de científicos argumentó exactamente lo contrario de lo que se había acordado?

La pregunta clave sigue siendo: ¿En nombre de quién hablan estos científicos? Hicieron hincapié en la “importancia de la potencia y la exposición humana”. Mientras que un Informe del año 2013 de la Organización Mundial de la Salud habla de los disruptores endocrinos como una amenaza mundial, esta banda de los siete incluso pone en duda que estas sustancias tengan algún efecto sobre la salud. Hablan de la falta de “bases científicas sólidas”, de las “posturas dogmáticas”, se utilizan calificativos “ sin sentido”, y lo más sorprendente, lo que estos científicos denominan “competitividad de la economía europea”.

El tono innecesariamente agresivo tiene como objetivo el de dar la impresión de que hay varios campos. Esto implica que los científicos independientes se vean manipulados por los grupos de presión, lo cual resulta difícil de aceptar cuando la mayoría de los investigadores no ocultan sus vínculos con la Industria”, lamentó Rémy Slama, epidemióloga del INSERM (Instituto Francés de Salud e Investigación Médica) y Presidenta del Comité Científico del Programa de Investigación de Francia sobre los disruptores endocrinos, sin vínculos con el sector comercial.

A pesar de la reunión del martes, el 3 de mayo, y de la reunión el Berlín del 4 de mayo, la pregunta permanece: ¿En nombre de quién hablan estos científicos?

El Instituto Federal Alemán de Evaluación de Riesgos (BfR) se negó a proporcionar a Le Monde las declaraciones de los participantes en la reunión de Berlín, algo que podía ser de gran interés. Se trataría de todas formas de documentos públicos, incluyendo los de la BfR.

La investigación llevada a cabo por Le Monde muestra que seis de los siete científicos están estrechamente relacionados con la Industria y colaboran con empresas como BASF y Monsanto, o con Industrias del amianto y el tabaco.

Según nuestras fuentes, DG SANTE ya habría elegido la opción más favorable a la Industria y permanecerían la mayoría de los disruptores endocrinos en el mercado.

Conflictos de interés: 7 científicos bajo el microscopio

Incluso si hubieran decidido por su cuenta hacer esa excursión a Bruselas, los siete científicos tenían sus gastos pagados por el Foro Europeo de Riesgos (FER), un grupo de reflexión creado por la Industria del Tabaco en la década de 1990 para hacer frente a las prohibiciones de fumar en lugares públicos. En 2016, FER está financiado por 18 miembros. Del sector de los productos químicos y pesticidas: BASF, Bayer, Dow, Syngenta, CEFIC, IFAH-Europa (medicina veterinaria) y PlasticsEurope; de la Industria británica del tabaco: American Tobacco, Philip Morris International; metales: Nickel Institute, Norilsk Nickel Europe; y los grupos de presión de la Industria de los juguetes (TIE).

Seis de los siete científicos colaboran con industrias afectadas de una manera y otra por la regulación de los disruptores endocrinos:

Helmut Greim

Imagen:elsevier.com
Imagen:elsevier.com

Profesor Emérito de Toxicología de la Universidad Técnica de Munich (Alemania). Es el que propuso la reunión con el Comisario de Salud. Ha realizado estudios del epoxiconazol para BASF, un fungicida que está considerado que altera el sistema endocrino (2014). Miembro de un grupo de expertos de Monsanto sobre el glifosato (compensación: 3000 euros). Consultor para Unifrax (anteriormente St. Gobain), una empresa de comercialización de materiales aislantes de fibras de amianto (1250 euros al día). Miembro del Comité Científico de ECETOC, una organización de la Industria Química ( 1000 euros al día). Presidente de la Junta de Investigación de una organización de la Industria alemana del Automóvil (EUGT) desde el año 2007. Hasta hace poco, su esposa Heidrum era dueña de una empresa de consultoría sobre toxicología, EuroToxis, que tiene como clientes a la Industria.

Al mismo tiempo, el Sr. Greim es miembro del Comité Científico de la UE sobre los Límites de la Exposición Ocupacional (CCLEP), algunas de cuyas actividades no ha informado.

Colin Berry

colin_berry-235Profesor Emérito de Patología de la Universidad Queen Mary de Londres (Reino Unido). Miembro también del grupo de expertos sobre el glifosato de Monsanto (2015). Consultor pagado por horas de Syngenta (desde 2010). Consultor de la Industria del vinilo: con responsabilidad en el tema de los ftalatos (que son disruptores endocrinos) de la Agencia Europea de Sustancias Químicas en nombre de la Industria (2012). Miembro del grupo de expertos de CropGen, una organización pantalla de la Industria Biotecnológica creada por la firma de relaciones públicas Porter Novelli International. Asesor científico del Consejo Americano de Ciencia y Salud (ACSH), un grupo pantalla de la Industria financiado por Bayer CropScience, Syngenta (plaguicidas y biotecnología), Bristol Myers (medicamentos), Coca-Cola, Dr Pepper, etc. Como perito ha representado a Philip Morris (1197).

Alan Boobis

alan_boobis-214Profesor de Farmacología del Imperial College de Londres (Reino Unido). Presidente de la Junta Directiva del Comité Ejecutivo de HESI, un grupo de presión financiado por la Industria Alimentaria, de los Plaguicidas ( entre ellas Monsanto) y la Industria de fabricación de medicamentos, etc. a través del Instituto Internacional de Ciencias de la Vida (ILSI), donde ocupa diversos cargos, como Vicepresidente de la rama europea, consultor de Coca-Cola y participa en la campaña “Sed de conocimiento” sobre los edulcorantes (2012-2014). Consultor para los laboratorios AstraZeneca y GSK, el bufete de abogados de Duane Morris y la empresa química Endura.

Ha colaborado en dos proyectos de investigación financiados por Research Initiative of the European Chemical Industry Council (CEFIC): uno sobre los factores de riesgo en el cáncer de mama, financiado con 72.250 euros (2010) y el otro sobre dosis sin efectos tóxicos observados en animales y seres humanos, financiado con 135.000 euros (2012-2014).

El 17 de mayo, el Dr. Boobis presidió la JMPR, un Comité de expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en los que transmitió una opinión que minimizaba el riesgo carcinógeno del glifosato, un pesticida comercializado por Monsanto con el nombre de Roundup.

Wolfgang Dekant

WolfgangDekant-185Profesor de Toxicología de la Universidad de Würzburg (Alemania). Representante de la Industria de los retardantes de llama (BESF), que son neurotóxicos y perturban el sistema endocrino, en una reunión de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (febrero de 2016). Experto con responsabilidad en el tema de los ftalatos para la industria del vinilo (junto con Colin Barry, 2012).

Hasta hace poco ha sido miembro de varios comités científicos europeos, declarando 18 contratos de consultoría con clientes que no ha revelado.

Daniel Dietrich

Daniel_Dietrich-150Ex asesor de ECETOC, una organización de investigación de la Industria Química. Es coautor de varios artículos con los empleados de L’Oréal (“Perturbación endocrina: ¿Hecho o leyenda urbana?, 2013), Dow Europe y AstraZeneca, así como Bayer Healthcare.

 

pat_heslop_harrisonPat Heslop-Harrison

Profesor de Biología Vegetal y Citogenética Molecular de la Universidad de Leicester (Reino Unido). No se conocen vínculos con la Industria. No tiene ninguna publicación científica sobre los disruptores endocrinos.

 

 

Richard Sharpe

Richard_SharpeProfesor y director de un equipo de investigación sobre la salud reproductiva masculina de la Universidad de Edimburgo, Reino Unido. Acciones en GSK. Consultor de Johnson & Johnson (2011-2012). Miembro de una junta científica de BASF (2011-2013) para llevar a cabo un estudio sobre el epoxiconazol, recibiendo en pago una cantidad que no recordaba. Moderador de un desayuno de trabajo patrocinado por BASF en el Parlamento Europeo (¿Quién regula las hormonas?, enero de 2015).

 

Le Monde se puso en contacto con Alan Boobis, Helmut Greim y Richard Sharpe; los demás no respondieron a nuestras solicitudes para que hiciesen los comentarios que creyesen pertinentes.

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Procedencia del artículo:

http://www.environmentalhealthnews.org/ehs/news/2016/june/endocrine-disrupters-final-maneuvers-by-brussels2019-industry-linked-scientific-community

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