por James Petras / 05 de mayo 2010
La primera víctima del terrorismo de Estado es la corrupción de las palabras, la invención de eufemismos, desde las palabras significan su contrario y tras las cuales se esconden crímenes de todo orden: ya no hay un consenso mundial para condenar los crímenes de lesa humanidad. Esto es así porque los asesinatos en masa y las matanzas dan confianza al inversor; si los indios son desposeídos entonces se pueden explotar las minas, desaparecen los trabajadores y así el petróleo puede fluir, y mientras tanto la prensa financiera internacional elogia el éxito de un Presidente que la logrado “pacificar el país”.
Cuando los narco-presidentes son acogidos por los líderes de América del Norte y Europa, los delincuentes se convierten en respetables, mientras que los respetables se convierten en delincuentes.
Pero voces de otras regiones han pedido llevar a juicio a criminales de guerra, tanto del presente como del pasado. En Argentina, los generales acusados de las desapariciones están pasando sus últimos años entre rejas. Órdenes de detención contra los jefes militares israelíes se han emitido en España, Dubai y otros países. Tony Blair, cómplice de la guerra genocida de Bush en Irak, ha visto las protestas generadas en Malasia ante su visita. Colombia, EE.UU e Israel, los epicentros del terror estatal, están solos en la Asamblea General de las Naciones Unidas, aunque aún no hayan sido llevados a juicio. Peros sus días de impunidad terminan. Interminables guerras, la corrupción rampante, las estafas financieras, la pudrición interna, todo está erosionando la fachada exterior de su poderío militar.
Los escritores y los intelectuales tienen un papel importante que desempeñar para acelerar el proceso mediante la exposición de las mentiras que sustenta la máquina de matar. Procedamos:
Las mentiras de nuestro tiempo.
Doctrina de Seguridad Democrática (ni democrática ni para la seguridad personal):
La corrupción en el uso de las palabras acompaña a todo gran crimen político. La noción de “Seguridad Democrática” no es una excepción. En el contexto colombiano actual, el asesinato de los líderes de los movimiento sociales asegura la reelección del grupo de asesinos políticos, y esto es Democracia. “Seguridad” es un eufemismo para ocultar los cementerios y las tumbas anónimas de personas no identificadas. “La libertad de los medios de comunicación” sólo existe cuando es para anunciar solemnemente un triunfo militar… la matanza de campesinos desarmados cuando cultivaban sus campos.
Los economistas son los “expertos” que anuncian que la economía está creciendo… sólo cuando la gente está sufriendo. Los políticos son “estadistas” cuando declaran que están “con el pueblo”, a excepción de los 4 millones de desposeídos por la fuerza y los 300.000 miembros de esa familia de muertos y desaparecidos, los cuales han de apreciar que se diga que están “con el Pueblo”.
Cuando el Presidente afirma que la guerra es la paz, que la militarización es la seguridad, que las desigualdades sociales son la justicia social, y algunos no entienden estas verdades oficiales, tienen que temer un golpe en la puerta de su casa a medianoche.
La definición oficial de atentado terrorista.
Se trata de una persona o personas que no logran entender que el camino hacia la paz se hace a través de los miles de millones gastados en aviones de combate, helicópteros con artillería, bases militares, asesores militares y mercenarios subcontratados.
Los enemigos de las conversaciones de paz
Según El Presidente, los grupos de derechos humanos que se oponen a matar adversarios y que proponen el diálogo en lugar de monólogos son los enemigos de la paz; los monólogos sólo aseguran que hay una «verdad oficial» y no otra.
El precio de la Prosperidad
Según El Presidente y el Fondo Monetario Internacional (FMI), la pobreza, el desempleo y los bajos salarios son el precio que hay que pagar por la democracia y la prosperidad … pero sólo a los trabajadores y los campesinos pagan el precio y sólo los ricos prosperan.
Una nueva definición de Soberanía
Según El Presidente, ceder territorio a una potencia imperial extranjera mediante la construcción de siete bases militares que operan con sus propias leyes y su jurisdicción es la nueva definición de Soberanía. La Soberanía es igual a ocupación extranjera.
La nueva definición de Subversion
Según El Presidente, los acuerdos humanitarios y las iniciativas de paz son pretextos para la subversión; sus abogados saben de antemano que serán rechazados por el Estado. En cambio, el enemigo deshumaniza y los defensores de la paz facilitan el bombardeo de aldeas subversivas, los «verdaderos» enemigos de la paz.
De alabanzas y condenas
¿A qué te suena que te hablan de un presidente que es condenado por todos los grupos de derechos humanos y los movimientos sociales y elogiado por todos los periódicos financieros y las instituciones militares?
El presidente de los Récords
No hay duda de que el presidente Uribe entrará en el Libro Guinness de los Récords.
El Presidente, con el respaldo de los congresistas, es el mayor narcotraficante que cualquier otro presidente o primer ministro en el mundo (incluido Afganistán).
El Presidente gana en el desplazamiento de mayor cantidad de personas (4 millones de refugiados) en el menor tiempo (8 años) que cualquier otro presidente en el mundo. (En Israel se ha producido en más de medio siglo).
El Presidente ha permitido a más bases militares de EE.UU. que todos los presidentes latinoamericanos combinados. El Presidente presidió la muerte de más activistas sindicales y de dirigentes que cualquier otro líder en el mundo (1.500). Por cada por primera vez en muertes y en despojos, el presidente Uribe merece un nuevo premio, un premio innoble.
Pero no está solo. Tres presidentes de EE.UU., los demócratas y los republicanos, Clinton, Bush y Obama le proporcionan miles de millones de dólares en armas, y cientos de asesores para promover 30.000 narco-asesinos de escuadrones de la muerte y 300.000 soldados que juegan un papel decisivo en el logro de que Uribe ostente varios récords mundiales «.
Recordemos, y sancionemos, los crímenes contra la humanidad del presente y del pasado, pero también debemos avanzar en la búsqueda de un diálogo entre quienes están dispuestos a hacer algo, porque son la mayoría los que creen en la paz mediante la justicia.
http://dissidentvoice.org/2010/05/colombia-state-terror-in-the-name-of-peace/#more-16754