Por Robert Hunziker, 30 de octubre de 2017
Cada año unos 250 mil millones de toneladas de productos tóxicos son lanzados sobre la tierra, que con el tiempo esterilizará toda la vida, convirtiendo el suelo en un enorme pegote anaranjado que relucirá deslumbrante desde el espacio exterior, no ese vivo color azul de antaño. Ya los científicos califican a la Tierra como un “planeta tóxico” (1). “ La tierra y toda la vida que hay en ella, se está saturando de productos químicos artificiales, un acontecimiento que en nada se parece al pasado de la Tierra”, dice Julian Cribb, autor de Sobrevivir en el siglo XXI (Springer International, 2017).
Ningún espacio se salva. El mercurio se encuentra en los osos polares del Ártico. Las abejas caen como moscas. La otrora abundancia de insectos se desploma, hasta un 75% se ha observado en los últimos 25 años, un acontecimiento que se puede calificar de extinción. Hasta la nieve del monte Everest está tan contaminada que no responde a los estándares de agua potable de la EPA (Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos). Niveles peligrosos de arsénico y cadmio se han encontrado en las muestras de nieve tomadas cada 300 metros, según Samantha Langely-Turnbaugh, profesora de Ciencias Ambientales en la Universidad de Maine del Sur.
¿Cómo afecta todo esto a la especie humana?
Pues bien, para empezar, las emisiones químicas producidas por el hombre son, de lejos… la mayor huella que el hombre está dejando en la tierra. Y, aquí está el elemento más extraño y aterrador: es uno de los menos comprendidos o regulados. Así pues, aunque la tierra se está impregnando de sustancias químicas más allá de todo lo imaginabile, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, la mayoría de esos productos químicos que cubren el planeta nunca han sido sometidos a estudio para determinar sus riesgos.
Según la investigación de WWF, sólo el 14% de los productos químicos utilizados en mayor cantidad disponen de una cantidad suficiente de datos para poder efectuar una evaluación básica de su seguridad. ¡Vaya!
No sólo la tierra se está impregnando de productos químicos, sino que lo estamos haciendo a ciegas. Nadie sabe qué consecuencias tendrá este empleo masivo de sustancias químicas, ya que literalmente ocupan cada resquicio de la tierra. De haber gente ahí fuera deben estar horrorizados, por lo que se lo piensan dos veces antes de aterrizar.
La humanidad podría estar en riesgo como nunca lo ha estado antes, pero nadie sabe con certeza cómo o por qué en el mismo momento en que el capitalismo mundial se está acelerando , ahora que el capitalismo de Estado es tan popular y arraigado en la Oligarquía Rusa y en la China Comunista, vamos hacia este resultado final: la aparición cada año de un número considerable de sustancias químicas no reguladas, a razón de 2.000. Son cinco (5) nuevos productos químicos que impregnan el planeta cada día. Como resultado, las toxinas industriales se encuentran ahora en los bebés recién nacidos de todo el mundo. ¿Cuándo empezarán los humanos a brillar en la oscuridad?
Mientras tanto, las Ciencias Médicas están relacionando cada vez más temas como la obesidad, el cáncer, las enfermedades cardíacas y los trastornos cerebrales como el autismo, el TDAH y la depresión con el enorme aumento del volumen de sustancias químicas tóxicas que impregnan la tierra.
Sin embargo, sólo recientemente, esta amenaza global está emergiendo a la superficie; por ejemplo, un reciente estudio histórico de la presencia de insectos muestra una caída del 75% en los últimos 27 años. Eso en sí mismo y de por sí se puede considerar una extinción (2).
Problema:Nosotros necesitamos los insectos mucho más de lo que los insectos nos necesitan a nosotros. Sin insectos, el 80% de las plantas morirán. Las plantas son angiospermas, lo que significa que necesitan polinización. Se produciría una hambruna masiva. No hay manera de evitarlo.
Ahora que las Naciones Unidas y el científico principal del Reino Unido han protestado por la guerra química desenfrenada en «tiempos de paz» que se libra contra la humanidad, resulta desalentador seguir el papel de liderazgo de Estados Unidos en el vasto mundo de los productos químicos.
Más allá de la política estadounidense, esto es lo que el mundo, a través de la ONU, dice sobre los plaguicidas:
«La suposición actual que subyace en las normas sobre los plaguicidas, en los ensayos realizados en los laboratorios y pruebas de campo de los productos químicos para determinar su seguridad, de que son ambientalmente benignos cuando se usan a escala industrial, es falsa”, dicen los científicos» (3).
¿Qué hacer? Después de todo, se dice que el mundo pasaría hambre sin el uso de los pesticidas. Sin embargo, según un estudio de la ONU, es un mito que los pesticidas sean esenciales para alimentar a una población en rápido crecimiento. A saber: (4)
» Los pesticidas causan una serie de daños. La escorrentía en los cultivos tratados contamina con frecuencia el ecosistema circundante y más allá, con consecuencias ecológicas impredecibles. Además, la reducción de las poblaciones de plagas altera el complejo equilibrio entre depredadores y especies de presas en la cadena alimentaria, desestabilizando el ecosistema. Los plaguicidas también pueden disminuir la biodiversidad de los suelos y contribuir a la fijación del nitrógeno, lo que puede dar lugar a grandes disminuciones en el rendimiento de los cultivos, lo que plantea problemas para la seguridad alimentaria… A pesar de los graves riesgos para la salud humana que han quedado bien establecidos para numerosos plaguicidas, siguen utilizándose».
La agricultura ecológica, unida a la la rotación de cultivos y técnicas de cultivo más naturales, debiera prevalecer en lugar de los cultivos químicos industrializados.
Un artículo reciente de The New York Times,»¿Por qué la EPA favorece la aprobación de nuevos productos químicos? Un experto de la industria toma las decisiones»(10-21-17), profundiza en detalles sobre los cambios en la aprobación de los productos químicos en la EPA, lo cual, figurativamente, lo señala como un crimen.
Cuando se trata de la guerra química en «tiempos de paz», la administración Trump simplemente les hace la señal de la higa, tanto al científico jefe de la ONU y del Reino Unido, y para el caso, a todos los científicos. ¿Quién los necesita? Los Trumpistas piensan que es simplemente estupendo, simplemente genial suavizar las reglas. «Cese y desista de la sobrerregulación» es su mantra. Deje que las fichas caigan donde puedan, y detenga la excesiva regulación para que los Estados Unidos vuelvan a ser grandes. De hecho, los Trumpistas son un furúnculo en la Sexta Extinción. Siguiendo la estela del Dr. Doom.
Por el contrario, hay momentos en los que la jerga científica adquiere sentido, por ejemplo:
“Nuestros datos indican que más allá de las extinciones de especies globales, la Tierra está experimentando una enorme crisis de descensos de las poblacionales, lo que tendrá consecuencias negativas en el funcionamiento de los ecosistemas y servicios vitales para sostener la civilización. Describimos esto como una «aniquilación biológica» para resaltar la magnitud actual del sexto evento de mayor extinción de la Tierra en curso» (5).
En otras palabras, la «aniquilación biológica» está a la vuelta de la esquina. Así pues, y más aún, ponderen por un momento esta aniquilación biológica inminente en el contexto de la presidencia de Trump.
Pero, en marcado contraste con los funcionarios de la administración Trump que destruyen la EPA, la ONU está en pie de guerra, advirtiendo de las «consecuencias catastróficas» del uso de pesticidas, afirmando que los fabricantes sistemáticamente niegan cualquier daño y utilizan tácticas de marketing poco éticas. Después de todo, es una industria de 50.000 millones de dólares y cientos de riesgos los que corremos al engañar los fabricantes de productos químicos. Los gastos y compensaciones legales se pagan fácilmente con los beneficios de la venta de sus productos químicos. Según la ONU, cada año mueren 200.000 personas por intoxicación aguda, y que posiblemente se podría conocer el número de casos de cáncer que implican, Parkinson o insuficiencia hepática. Nadie lo sabe, y ahí radica el corazón del problema de «no saber» lo que nadie sabe (no es una cita de Donald Rumsfeld).
Vale la pena tomar nota de que los plaguicidas se encuentran en la miel en todo el mundo. Sí, las cosas que a la gente le gusta untar en el pan y comer, como la miel. Aquí hay una cita de la revista Science Magazine:
“ Los insecticidas están apareciendo en las muestras de miel de todo el mundo, según un nuevo estudio, lo que sugiere que las abejas y otros polinizadores están expuestos a estas peligrosas sustancias químicas “. (6)
No bromeo, eso es exactamente la razón por la que se ha producido el enorme descenso en la cantidad de insectos. Nada podría ser peor que un ataque nuclear de Trump simultáneamente contra Corea del Norte e Irán. Eso probablemente acabaría con el 25% restante de la población de insectos. Entonces, ¿quién sabe lo que podría pasar?
Notas:
1.- “Los científicos categorizan la Tierra como un’ Planeta Tóxico’, Phys. Org, 7 de febrero de 2017. [↩]
2.- Caspar A. Hallmann, et al, Declive de los insectos voladores en más del 75 por ciento en las áreas protegidas, PLOS, 18 de octubre de 2017. [↩]
3.- Damian Carrington, Environmental Editor, “Warning of Ecological Armageddon After Dramatic Plunge in Insect Numbers”, The Guardian, October 18, 2017.
4.- “Report of the Special Rapporteur on the Right to Food, Human Rights Council,” UN General Assembly Thirty-fourth Session, Agenda item 3, January 24, 2017.
5.- Paul R. Ehrlich, et al, Biological Annihilation via the Ongoing Sixth Mass Extinction Signaled by Vertebrate Population Losses and Declines, Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America, Vol. 114, No. 31, May 23, 2017.
6.- “Pesticides Found in Honey Around the World”, Science Magazine, October 4, 2017.
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Robert Hunziker, que anteriormente era encargado de la gestión de fondos, es un profesional independiente que se ocupa de las transacciones mundiales de materiales y un escritor free lance que publica en varios diarios de negocios. Hunziker obtuvo el título de MA en Historia Económica por la Universidad de DePaul, Chicago, y reside actualmente en Los Ángeles. Puede ponerse en contacto con él en la siguiente dirección de correo: rlhunziker@gmail.com. Lea otros artículos de Robert Hunziker.
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