Por Claire Robinson, 30 de junio de 2016
La organización ecologista Greenpeace ha sido criticada por impedir la comercialización del arroz dorado, a pesar de que es un cultivo que todavía se encuentra en fase de desarrollo, dice Claire Robinson. |
Una nueva campaña de propaganda a favor de los transgénicos se ha puesto en marcha, en la que, según palabras de un artículo publicado en The Washington Post, “más de 100 premios Nobel han firmado una carta instando a Greenpeace a que ponga fin a su oposición a los transgénicos. La carta solicita a Greenpeace que ponga fin a sus esfuerzos para impedir la comercialización de una cepa transgénica del arroz, cuyos partidarios dicen que podría reducir las deficiencias de vitamina A, que provoca ceguera y muertes en los niños del mundo en desarrollo”.
El diario El País, haciéndose eco de la noticia, publicaba un artículo con fecha 1 de julio, firmado por Manuel Ansede, en el que una pregunta retórica incluida al final de la carta de los Premios Nobel, “ Al morir tantas personas pobres en el mundo, ¿no debe esto considerarse un crimen contra la Humanidad?”, se convierte en una afirmación rotunda que marca los titulares de dicho artículo: “109 Premios Nobel acusan a Greenpeace de “crimen contra la humanidad”…”. |
El tono de la carta es muy emotivo, publicada en un sitio web denominado supportprecisionagriculture.org, en la que se dice que “Greenpeace ha encabezado la oposición al arroz dorado, que tiene el potencial de reducir o eliminar gran parte de las muertes y enfermedades causadas por deficiencias de vitamina A (VAD), lo cual tiene un mayor impacto en las personas más pobres de África y del Sudeste de Asia”.
Vandana Shiva ya escribió un excelente artículo rebatiendo estos supuestos beneficios de los cultivos biotecnológicos: “Ahora, las mismas Empresas que han creado la crisis prometen soluciones milagrosas: los transgénicos. El arroz dorado, un arroz transgénico, o el plátano transgénico, están siendo publicitados por las Corporaciones, bajo el manto de investigaciones académicas, como una solución para el hambre y la malnutrición en los países del Sur. Sin embargo, variedades de alimentos cultivados por la mujeres aportan mayor contenido de nutrientes que aquellos producidos por la Agricultura Industrial. El arroz dorado tiene un 350% menos de contenido en vitamina A que la alternativa que las mujeres vienen ofreciendo. Los plátanos transgénicos, de los que se dice que tienen un alto contenido en hierro, tienen un 3000% menos de hierro que la cúrcuma y un 2000% menos hierro que el amchur (mango molido). A parte de tener menos nutrientes, los transgénicos forman parte de un sistema de agricultura industrial que está destruyendo el planeta, agotando las fuentes de agua, aumentando la cantidad de gases de efecto invernadero, y llevando a los agricultores a contraer grandes deudas y al suicido, en parte por su dependencia de los productos químicos usados en este tipo de agricultura. Además, estos monocultivos industriales en manos de las Corporaciones, están destruyendo la biodiversidad y se está perdiendo el acceso a aquellos sistemas alimentarios que nos han sostenido durante milenios. Cuando nos percatamos de la gran cantidad de patentes que se han registrado, queda muy claro que los únicos beneficiarios son estas empresas, cuya finalidad es el lucro, no algo creado para la gente” |
La carta insta a Greenpeace a “que cese en su campaña específica contra el arroz dorado, y en general contra los cultivos y alimentos mejorados a través de la Biotecnología… y hay que hacer todo lo posible para oponerse a las acciones de Greenpeace y acelerar el acceso de los agricultores a las modernas herramientas biotecnológicas, especialmente a las semillas mejoradas a través de la Biotecnología. Una oposición basada en dogmas y consideraciones emotivas, todo ello en contradicción con los datos, debe ser detenida”.
La carta termina con una apasionada pregunta retórica: Al morir tantas personas pobres en el mundo, ¿no debe considerarse esto un crimen contra la Humanidad?
El problema es que esa imagen que proyectan de Greenpeace realmente se la debieran de aplicar ellos, lo de la emoción y el dogma, ya que el arroz dorado, un cultivo transgénico, todavía se encuentra en fase de desarrollo y que sólo los que están a favor de los transgénicos celebran con antelación.
Lo señala con claridad el Prof. Glenn Davis Stone, autor de un estudio revisado por pares, en coautoría con el experto en desarrollo Dominic Glover: el arroz dorado modificado genéticamente aún está en fase de desarrollo y no hay evidencias de que los activistas sean los culpables de estas demoras.
En el año 2014, el organismo responsable del desarrollo del arroz dorado, el Instituto Internacional de Investigación del Arroz (IRRI), anunció que los rendimientos del arroz dorado eran decepcionantes durante las pruebas de campo realizadas y se necesitaba más investigación y desarrollo para producir un cultivo que los agricultores estén dispuestos a plantar. Stone comentó: “El arroz dorado no ha tenido éxito en las parcelas donde se han realizado los ensayos de campo en el Instituto de Mejoramiento del Arroz en Filipinas, donde se lleva a cabo dicha investigación”. El estudio de Stone muestra que el arroz dorado todavía se encuentra muy lejos de estar preparado para su cultivo.
Y lejos de que el arroz dorado esté sometido a un exceso de directrices impulsadas por el exceso de celo de los activistas en contra de los transgénicos, como algunos defensores de los transgénicos han afirmado, Stone señaló que el arroz dorado “aún no se ha sometido a la aprobación de la Agencia de Regulación, la Oficina Plan Industry de Filipinas (BPI)”.
En efecto, ¿cómo va a presentarse a las Agencias de Regulación, ya que el IRRI dice que aún está en período de desarrollo y que no ha sido probada su toxicidad y eficacia en la lucha contra la deficiencia de vitamina A en las poblaciones desnutridas, que es su objetivo?.
Como indicó Greenpeace en su respuesta a la campaña:
“Las acusaciones de que estemos bloqueando la modificación genética del arroz dorado son falsas. El arroz dorado ha fallado como una solución, y actualmente no está disponible para su comercialización, después de más de 20 años de investigación. Tal como reconoce el instituto Internacional de Investigación del Arroz, no ha sido probado para suplir las deficiencias de vitamina A. Así que para ser claros, estamos hablando de algo que todavía no hay”.
Autoridad sobre experiencia
La carta de los laureados se apoya completamente en la supuesta autoridad de los firmantes. Por desgracia, ninguno de ellos parece tener conocimientos especializados pertinentes, como algunos comentaristas se apresuraron a señalar. Philip Starck, decano asociado de la sección de Ciencias Matemáticas y Físicas y Profesor de Estadística en la Universidad de California, Berkeley, dejó en Twiter su análisis sobre la experiencia de los firmantes: “1 Premio Nobel de la Paz, 8 economistas, 24 físicos, 33 químicos y 41 médicos”. Y añadió que la Ciencia se basa en las evidencias no en una supuesta autoridad ¿Qué saben ellos de agricultura? ¿Han realizado investigaciones sobre este asunto? La Ciencia se supone que se basa en pruebas, no en un “confía en mí que soy un Premio Nobel”.
El Dr. Devon G. Peña, antropólogo de la Universidad de Washington, Seatle, y experto en agricultura indígena, publicó un comentario sobre la nueva campaña, calificando la carta de los Premios Nobel de vergonzosa. Observó que la mayoría de los firmantes son “privilegiados hombres blancos, en su mayoría con poca experiencia en la Ciencia de Riesgos, algunos con experiencia en estudios de toxicología, pero ninguno de ellos con conocimientos de las alternativas agroecológicas indígenas. Todos ustedes debieran ser despojados del Premio Nobel que recibieron”.
La falta de conocimientos técnicos entre los firmantes de la carta contrasta notablemente con la del hombre con cuyo trabajo está intentado desacreditar la nueva campaña de propaganda. Glen Davis Stone, que nunca se ha opuesto al arroz dorado transgénico, es un experto en cultivos y en cambios tecnológicos entre los agricultores pobres, incluidos los productos de arroz de Filipinas, el país en cuestión donde se intenta cultivar el arroz dorado, si es que alguna vez se consigue. Ha estado siguiendo el progreso del arroz dorado durante años y ha publicado numerosos trabajos sobre el tema.
En otras palabras, a diferencia de los galardonados, él sabe de lo que está hablando.
¿Quiénes están detrás de la carta?
Se dice que la nueva campaña de propaganda ha sido organizada por Sir Richard J. Roberts. Roberts recibió el Premio Nobel de Fisiología y Medicina por su descubrimiento de las secuencias genéticas conocidas como intrones, y es el Director Científico de New England Biolabs. De acuerdo con su sitio web, New England Biolabs es “un colectivo de científicos comprometidos con el desarrollo de productos innovadores para la Industria de Ciencias de la Vida… un reconocido líder mundial en el descubrimiento, desarrollo y comercialización de enzimas recombinantes y nativas para la investigación genómica”.
Ante estos hechos, no deja de sorprender que Roberts afirme que no tiene “ningún interés financiero en la investigación de los productos modificados genéticamente”.
De acuerdo con el escritor e investigador Colin Todhunter, Roberts ha hecho propaganda de los alimentos y cultivos modificados genéticamente en la India. Todhunter dice que el discurso de Roberts incluía chantaje emocional al afirmar que millones de personas del Tercer Mundo morirían si no se introducían los cultivos transgénicos, así como sus cuestionables declaraciones sobre la seguridad tecnológica.
Si los conflictos de interés y sus prejuicios creen que es insuficiente para que Roberts haya logrado movilizar a más de un centenar de Premios Nobel para poner en marcha una campaña que da una información que es falsa a todas luces sobre un cultivo transgénico que puede que nunca vea la luz y sea comercializado, tiene razón, hay alguien más detrás.
¿Quiénes están realmente detrás de la carta de los galardonados?
Algunas idas y venidas de las asistentes a la conferencia de presentación de la carta nos pueden dar una pista. Tim Schwab de NGO, Food & Water Watch y un representante de Greenpeace intentaron asistir a la conferencia de prensa celebrada en el Club Nacional de Prensa. Sin embargo, Schwab informó: “Nos impidieron el acceso en la misma puerta de entrada, por nada menos que Jay Byrne, cuya relación con Monsanto no necesita explicación”.
Byrne es un antiguo empleado de Monsanto, que ahora dirige la empresa de relaciones públicas para la Industria Biotecnológica v-Fluence.
Schwab comentó que fue “una extraña elección para esta campaña, poner de portero a Byrne. Byrne sólo dejó pasar a la prensa que llevaba credenciales. Poco después vi a un representante de CSPI ( una ONG) que entraba en la sala. Byrne dijo que algunas ONG habían sido invitadas a asistir. ¿De verdad? ¿Por qué no fue invitada Greenpeace que es el objeto de esta campaña?”.
Schwab twiteó: “Premios Nobel #gmo #goldenrice habría sido más creíble si el tipo de la Industria no hubiese colocado a este ONG en la lista negra”.
¿Por qué ahora?
La fecha de celebración de la Conferencia de Prensa puede ser significativa. ¿Podría estar programada para que coincida con el período previo a la votación sobre el etiquetado de los transgénicos en el Senado de Estados Unidos, obteniendo así ventaja sobre las críticas de Stone al arroz dorado?
Cualquiera que sea la respuesta a esta pregunta, la campaña supportprecisionagriculture.org está explotando de manera vergonzosa a un grupo de Premios Nobel en un ejercicio de propaganda que induce a error a la gente, los medios de comunicación y los Gobiernos.
Actualización de 30 de junio, 20:00 horas: Se ha alertado a GMWatch sobre el hecho de que el sitio web donde aparece la carta de los Premios Nobel es supportprecisionagriculture.org, pero con la extensión .com, supportprecisionagriculture.com, se redirige al Proyecto de Alfabetización Genética, a los que US Right to Know denomina un “grupo de presión de la Industria Agroquímica.. cuya financiación es desconocida y que de manera regular ataca a activistas, periodistas y científicos que expresan su preocupación por los riesgos para la salud y el medio ambiente de los alimentos modificados genéticamente y los pesticidas”. Su Director Ejecutivo es Jon Entine.
PT.- Hay muchos sitios web y blogueros que atacan a cualquiera que critique las tecnologías de Ingeniería Genética o sus productos. Hay uno llamado Ciencia 2.0, o el Proyecto de Alfabetización Genética dirigida por Jon Entine ¿Quiénes son esas personas? CG.- Bueno, habría que mirar hacia atrás, cuando Jon Entine, hace 10 o 15 años, tenía a Monsanto como cliente en las operaciones de relaciones públicas. Ha estado implicado en todo esto. O el caso de Bruce Chassy, profesor de Illinois, que administra un sitio web llamado Academics Review. Y dicen ser independientes. |
Actualización de 1 de julio de 2016: Un lector de GMWatch nos ha revelado que el segundo organizador de la carta de los Premiso Nobel, junto a Richard J. Roberts, es Phillip A. Sharp, que trabaja en el Instituto David H. Koch en el MIT.
Un artículo publicado en el sitio web Science Alert emplea un truco publicitario al describir a Sharp solamente como el ganador del Premio Nobel de Fisiología en el año 1993”.
Lo que el artículo no menciona es que Sharp es un empresario de la Industria Biotecnológica con intereses en la investigación de los transgénicos. En 1978 confundó la Empresa Biotecnológica y Farmacéutica Biogen y en el año 2002 confundó Alnylam Pharmaceuticals, que utiliza técnicas de ingeniería genética de silenciamiento del ARNi para la fabricación de productos terapéuticos.
Para decirlo con claridad, GMWatch no se opone al uso de tecnologías genéticas en situaciones de confinamiento, como en Medicina, siempre y cuando haya un consentimiento informado por parte del paciente a la terapia y sin riesgos para las poblaciones no objetivo y el medio ambiente. Sin embargo, los intereses de Sharp con las empresas de biotecnología debieran darse a conocer en cualquier defensa que se haga de los organismos modificados genéticamente, del mismo modo que debe hacerlo cuando va a publicar un documento sobre tecnologías de modificación genética en las revistas científicas de renombre.
¿Tiene intereses Sharp con la Biotecnología médica y constituye un conflicto de interés cuando se trata de defender los alimentos y la agricultura transgénica?
Es cierto que los usos médicos de los transgénicos están separados del uso alimentario y agrícola, y están regulados por diferentes normativas. Es una posición coherente oponerse a la Ingeniería genética en los alimentos y los cultivos y apoyar el uso médico o permanecer neutral en este sentido.
Sin embargo, desde el punto de vista de la Industria, cuantas menos preocupaciones públicas haya alrededor de las tecnologías de modificación genética, mejor. Esa sea probablemente la razón por la cual los grupos de presión de la Industria, como BIO, representan a los alimentos y a la agricultura junto a otros sectores de la Industria Biotecnológica, incluyendo la Medicina. Y esta es la razón por la que tratamos con el mismo escepticismo a los grupos de presión de los cultivos transgénicos y de la Biotecnología médica, todos ellos involucrados en la Industria de la modificación genética.
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Procedencia del artículo:
Artículos relacionados:
http://elpais.com/elpais/2016/07/05/ciencia/1467707773_522107.html
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