Entrevista con el Prof. Laurent Schwartz en Alternative Santé
Entrevista realizada por Isabelle Fontaine, 15 de diciembre de 2015
Oncólogo en la AP-HP (Asistencia Pública- Hospitales de París) e investigador de la Escuela Politécnica, el Prof. Laurent Schwart considera el cáncer como una enfermedad del metabolismo de las células tumorales, relacionada con un trastorno de las enzimas. Lleva a cabo investigaciones para desarrollar un tratamiento no tóxico, basado en productos de la actual farmacopea. En los denominados enfermos incurables, los resultados son alentadores.
“Espero que el cáncer pronto
sea considerado una
enfermedad del pasado”.
Alternative Santé (AS).- Usted defiende una visión metabólica del cáncer, lo cual supone una diferencia con respecto a la actual orientación dominada por la genética ¿Nos puede explicar en qué consiste?
Prof. Laurent Schwartz (LS).- El seguimiento de los genes y sus alteraciones, los cuales serían por sí solos responsables del cáncer, lleva movilizando a los investigadores durante cuarenta años, generando unos gastos astronómicos.
Pero está claro que no ha supuesto soluciones terapéuticas válidas. La quimioterapia, que si bien puede funcionar en los niños, suele tener efectos devastadores en los adultos.
La mortalidad por cáncer ha disminuido muy poco durante los últimos setenta años si realizamos una comparación estadística en términos de edad y población, y las terapias más recientes no revierten la tendencia de la curva. A partir de los años mil novecientos noventa, frente a los pacientes que no podía tratar, empecé a ver las cosas de una manera diferente. Me interesé por el funcionamiento de la célula cancerosa, su metabolismo, y en particular por la forma en que digiere la glucosa. No considero al cáncer como una enfermedad genética, sino más bien energética, resultante del metabolismo anormal de la célula tumoral. El papel de los genes en el cáncer es, en última instancia, secundario.
Durante mi investigación, me di cuenta de que el cáncer no es más que una enfermedad relacionada con la digestión celular y trastornos enzimáticos. Y estos mismos mecanismos probablemente jueguen un papel crucial en las enfermedades neurodegenerativas, como el Parkinson y el Alzheirmer.
Para saber más:
« Cancer : guérir tous les malades ? », de Laurent Schwartz, Éd. Hugo Doc (2013).
Association Cancer& Métabolisme www.cancer-et-metabolisme.fr
* À voir en VOD sur Arte, le documentaire : « Cancer : la piste oubliée », de Marie- Pierre Jaury (2014).
AS.- Para entender el metabolismo alterado de la célula cancerosa, ha recuperado la obra del Premio Nobel de Medicina de 1931, Otto Warburg…
LS.- Jacques Leibowitch, codescubridor del virus del SIDA, me aconsejó un día que leyese los trabajos del científico alemán Otto Warburg, que habían caído en el olvido. Fue un largo proceso de desciframiento, ya que algunos términos y conceptos son diferentes a los de hoy.
Warburg ya nos dio hace 90 años una de las claves para comprender el cáncer. Demostró que la célula tumoral consume grandes cantidades de glucosa, siendo su único combustible, que no consigue asimilar completamente.
Así que la célula comienza a crecer, se produce una fermentación y genera ácido láctico, que promueve su división. Después las células se multiplican de forma anormal, el tumor crece de tamaño y se encuentra bajo presión. De manera mecánica, mediante la metástasis, las células tumorales se extienden a otras partes del cuerpo. La célula cancerosa está de alguna manera en síntesis permanente. Incapaz de quemarse, no puede dejar de crecer. Mi investigación me ha permitido ir más allá de los descubrimientos de Warburg. El principal problema radica en el sistema mitocondrial de la célula tumoral, donde se localiza la respiración celular, que queda inactivada. Aquí en donde centramos nuestros esfuerzos de investigación.
AS.- A raíz de los descubrimientos sobre el metabolismo de la célula cancerosa, empezaron a experimentar con ratones ¿Qué buscaban?
LS.- Desarrollar un tratamiento eficaz y no tóxico para frenar la progresión del cáncer. La idea es cambiar de paradigma: no se trataría de destruir más células cancerosas, como pretende la quimioterapia, sino influir directamente en el metabolismo. Con la ayuda del Dr. Maurice Israël, uno de los más destacados neuroquímicos franceses, seleccionamos un centenar de enzimas potencialmente responsables de esta síntesis que nunca cesa en la célula tumoral. A continuación, realizamos pruebas en casi 12.000 ratones, utilizando productos comunes de la farmacopea. Se seleccionó una combinación de dos moléculas: el ácido alfa lipoico, que es un tratamiento reconocido de la neuroterapia diabética, y el hidroxicitrato, un suplemento dietético utilizado para la
pérdida de peso. Los resultados, que hemos confirmado en un laboratorio de Alemania, confirman una ralentización en la progresión del tumor, disminuyendo en todos los ratones con todos los tipos de cáncer, lo que sugiere una universalidad del tratamiento. De promedio, los ratones viven tres veces más.
En 2007, uno de mis parientes, un colega de la Escuela Politécnica, fue diagnosticado de cáncer de colon en estado avanzado, con una esperanza de vida de sólo 18 meses. No tenía nada que perder, así que intentamos la combinación de medicamentos que habíamos probado anteriormente y así evaluar los efectos secundarios.
Sobrevivió cinco años. Fueron resultados muy alentadores.
AS.- Lo mismo que ocurrió con su libro “Cáncer: ¿curar a todos los enfermos?”, en 2013, las cosas se están acelerando, y ahora son muchos los enfermos que se acercan a usted interesados en sus investigaciones y deseos de participar…
LS.- A pesar de las numerosas publicaciones científicas, todo ha quedado en letra muerta; no he recibido ningún tipo de apoyo financiero por parte del Gobierno para que continuase con mis investigaciones y llevar a cabo ensayos clínicos. Por otro lado, los pacientes que se acercaron espontáneamente en 2014, formaron la Asociación Cáncer y Metabolismo, que actualmente cuenta con 800 miembros. Me ocupo personal y gratuitamente de algunos de ellos, sobre todo a través de mi consulta en la clínica Alleray-Labrouste, en París. Les ofrezco una combinación de tres medicamentos, los dos antes citados, más unas dosis bajas de Naltrexona, un producto utilizado contra la inflamación crónica, como en la esclerosis múltiple. En algunos la progresión del tumor es más lenta; en otros se produce una regresión del tumor, con mejoras a veces milagrosas. En un vídeo recientemente publicado, cuento los resultados terapéuticos y los detalles del tratamientos en los 11 pacientes voluntarios. Estaban considerados como desahuciados, con una esperanza de vida de tres a seis meses, y fueron enviados a su casa. Cinco de ellos aún siguen con vida, dos años y medio después del inicio del tratamiento.
AS.- ¿Por qué han formado un grupo básico de investigación interdisciplinaria sobre el cáncer en la Escuela Politécnica? Se trata de un enfoque atípico…
LS.- Es la única manera de trabajar para abrir caminos radicalmente nuevos. He creado este grupo de trabajo después de reuniones y encuentros con amistades, del que forman parte bioinformáticos, neuroquímicos, matemáticos, físicos y cirujanos… También trabajamos en red con otros países, como la Universidad de Harvard, donde realicé mis estudios sobre el Cáncer, o el Instituto Pasteur de Teherán.
Para cambiar de paradigma es bueno salir de la caja rígida y austera de las Instituciones.
Todos estos científicos e intelectuales son personas con unos pensamientos más libres, una condición necesaria para generar hipótesis innovadoras. De hecho, nuestra investigación es independiente de las Empresas Farmacéuticas, que no están interesadas porque no hay beneficios de por medio. Las moléculas que uso y que estamos probando ya se encuentran en el mercado, y son baratas. Nuestro presupuesto de investigación es el orden de 2 a 3 millones de euros desde el principio, hace ya unos veinte años. Es una suma insignificante si la comparamos con otros programas habituales de investigación sobre el cáncer. También he invertido algo de mi propio dinero.
AS.- Como usted dice “tenemos la sensación de haber encontrado un tratamiento contra el cáncer con una eficacia real”…
LS.- Esto puede parecer algo sorprendente, ya que la visión común sobre el cáncer es que se trata de una enfermedad muy complicada, una lucha larga y costosa. Mi equipo y yo tenemos la sensación de haber encontrado algo decisivo.
Nuestra investigación se está acelerando en los últimos meses, probando nuevas moléculas, con resultados convincentes. El apoyo y la participación de los pacientes, que tienen el valor de hablar a pesar del tabú que existe en torno al cáncer, son fundamentales para estos avances. La situación actual de la lucha contra el cáncer, que está en punto muerto, no es viable a corto plazo. Tenemos que actuar con rapidez, el tiempo del cáncer no es el de la investigación. La visión metabólica del cáncer está progresando en todo el mundo. Espero que pronto el cáncer sea considerado una enfermedad del pasado.
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El Prof. Laurent Schwartz es cancerólogo de la AP-HP, adscrito a la Universidad Politécnica. Primero de su promoción en la Facultad de Medicina de Estrasburgo y primera también en los estudios de Oncología en la Universidad de Harvard, comenzó su carrera en Estados Unidos y luego regresó a Francia donde trabajó en varios hospitales. En el año 2001 publicó su primer ensayo, “Metástasis, la verdad sobre el cáncer” (Ed. Hachette), en el que se apunta la situación de punto muerto en que se encuentra la lucha contra la enfermedad. Fundó hace 15 años un grupo de investigación multidisciplinar sobre el cáncer en la Escuela Politécnica, que reúne a científicos de diferentes campos, que pretende invertir el actual enfoque sobre la enfermedad: la comprensión del metabolismo defectuoso de la célula cancerosa.
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Procedencia del artículo:
http://www.cancer-et-metabolisme.fr/interview-du-pr-laurent-schwartz-dans-alternative-sante/
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