Miller-McCune.com / Por Sam Kornell, 8 de mayo de 2011
Recientes investigaciones sugieren que las drogas alucinógenas pueden ser mejores que los medicamentos antidepresivos, que tienden a ocultar los problemas psicológicos, sin que estos se curen.
Mike está encorvado sobre un montón de astillas empapadas al fondo de un claro del Parque Golden Gate. Es una tarde clara de invierno y la luz del sol se filtra a través de los eucaliptos, iluminando la hierba, en la que todavía quedan gotas de agua de la tormenta reciente. Mike examina cuidadosamente las astillas, despacio y deliberadamente examina el suelo. Dos bolsas de papel llenan uno de los bolsillos de su chaqueta de lana de La Patagonia.
Mike es un ingeniero de 28 años de una importante compañía de software de San Francisco. Su voz es dulce y serena; los fines de semana se va en su vehículo a esquiar. (…) Se ha aficionado a los restaurantes indios de la ciudad. Es, o parece, un miembro equilibrado de la ciudad.
Pero lo que hace ahora, examinar cuidadosamente la madera humedecida en una esquina oscura del parque de 1.000 acres, es un delito. Busca psilocybin, las setas psicodélicas que se encuentran silvestres en San Francisco y en el condado colindante de Marin. Si encuentra alguno, dice él, llenará los bolsas, las pondrá en una mochila y se irá de regreso a casa en su moto.
Hace poco, Mike consintió en llevarme en una de sus búsquedas de setas, y me explicó su afición por el psilocybin. Estábamos en parte inferior del Parque Golden Gate, cerca de Ocean Beach, y a parte de algún corredor ocasional, el parque parecía vacío, un bosque en medio de una de las ciudades más famosas del mundo.
Mike me dijo que no recolecta estas setas muy a menudo, tal vez un par de veces al año, pero cuando lo hace es porque quiere explorar un problema que se le ha presentado en su vida y que le ha estado preocupando. “Cuando las tomo quizás sea porque tenga que tomar una decisión, o porque sospecho que cierta perspectiva no sea la más adecuada, o por sentir cuánto me gustaría ser amado. El psilocybin me permite ver las cosas desde un punto de vista más claro. Cuando las utilizo no hay en mí cinismo, y desaparecen otras capas autoprotectoras en mi personalidad”.
¿Es ilusoria la percepción de Mike en cuanto al poder clarificar su cosmovisión?
En la década pasada, la investigación de los efectos de las medicinas psicodélicas se convirtió en un campo más amplio de estudio. Los psicólogos de la UCLA, Johns Hopkins Medical School y NYU, entre otros, han publicado investigaciones que muestran que las drogas alucinógenas pueden ayudar a conseguir una mayor felicidad en las personas, así como aliviar la depresión y la ansiedad en las fases terminales. Los efectos positivos que provoca en Mike la toma de psilocibina son similares a las descritas en estos estudios ( …)
Charles Grob, profesor de psiquiatría y pediatría en la UCLA, publicó un estudio en la revista Archives of General Psychiatry, en el que se señalaba que las personas con cáncer terminal en la etapa IV tenían menor ansiedad después de tomar una pequeña dosis durante un experimento controlado de administración de psilocibina. Grob y su equipo realizaron comprobaciones en los sujetos después de tres meses, y luego a los seis meses, y todos ellos dijeron que habían encontrado ventajas durante todo este tiempo.
“Muchos de los sujetos nos dijeron que esto les ayudó a aceptar el hecho de que iban a morir”, dijo Grob. “Les dio fuerza para encarar lo que les esperaba. Nos dijeron que su experiencia les ayudó a vivir esos momentos, sentir cada día sabiendo de lo poco que les quedaba, a diferencia del estado de postración que generalmente se observa en estas situaciones”.
Grob distinguía entre la psilocibina y los antidepresivos, los cuales tienden a ocultar los problemas psicológicos, pero sin curarlos necesariamente. “ La respuesta entre las personas que presentan cáncer terminal, y son medicados mediante antidepresivos convencionales, presentan gran angustia y depresión. La psilocibina es un mecanismo totalmente diferente. Tiene el potencial de facilitar la que se ha denominado la Epifanía psico-espiritual”.
“Y es importante subrayar que la psilocibina sólo puede ser administrada en el contexto de la psicoterapia en curso, mientras que los medicamentos convencionales tienen que ser utilizados durante semanas, meses, o incluso años”.
La investigación de Grob apoya otro estudio más reciente realizado por los investigadores del Centro Johns Hopkins, que señala que el 60% de los sujetos que tomaron psilocibina en un experimento controlado, dijeron que habían tenido algunas de las experiencias personales más significativas y espiritualmente plenas de su vida.
William Richards, un psicólog del Centro Johns Hopkins Bayview Medical, explicó que las drogas alucinógenas fueron ensalzadas por la opinión pública a finales de los años 1960 y principios de los años 70. Con anterioridad, su campo de estudio formaba parte del ámbito legítimo de investigación científica, realizándose trabajos sobre la esquizofrenia y el alcoholismo.
Pero cuando el Gobierno las ilegalizó en 1968, las investigaciones cesaron. Como dijo Joe Friday ese mismo año “ No me engañe con esos remedios de extensión de la mente”.
Sólo fue a finales de los años 1990 cuando las leyes federales levantaron las restricciones para la experimentación con las drogas alucinógenas. “ Esto supuso un redescubrimiento, después de unos 30 años de inactividad”, dijo Richards, atribuyendo la apertura al exigente método empleado en las investigaciones iniciales ( Grob, por su parte, se pregunta si el paso del tiempo, desde los excesos de contracultura en los años 1960, también podría haber desempeñado su papel).
Una de las conclusiones más importantes del estudio de Grob es que, en la dosis correcta, el psilobices pude ser ingerido sin miedo a efectos secundarios serios, o lo que llama un “mal viaje”. Esto puede hacer más fácil el estudio de las drogas alucinógenas, dijo Rick Doblin, director ejecutivo del grupo MAPS, Asociación Multidisciplinar de Estudios Psicodélicos. Sería importante saber, dice Doblin, si un sujeto puede reaccionar mal ante la administración de la psilocibina y otras sustancias psicodélicas en un experimento controlado, pues podría contribuir a detener las futuras investigaciones médicas.
Pero mientras Doblin dice que, en el contexto actual, se puede investigar legalmente las drogas alucinógenas, la obtención de financiación para tales investigaciones todavía es muy difícil. Ninguna agencia federal emplearía su dinero en hacer experimentos que impliquen a sustancia que la FDA clasifica como ilegales, y una financiación alternativa, la de la Industria Farmacéutica, no tiene interés para ella: las drogas alucinógenas no pueden ser patentadas y sólo pueden ser tomadas en pequeñas dosis.
“No veo a nadie tomando una píldora de psilocibina antes del desayuno y otra después de la comida, durante 30 años”, dijo Doblin.
Sin embargo, los estudios llevados a cabo hasta ahora muestran un interés creciente por las drogas alucinógenas, antes algo impensable. MAPS ayuda actualmente a financiar un estudio de Harvard, que ha comenzado una investigación sobre si el MDMA, también conocida como éxtasis, podría tener valor terapéutico para los veteranos de la guerra de Afganistán e Iraq, que sufren desorden de estrés posttraumático.
Matt Palmquist en Miller-McCune‘s examinó esto en su tema de portada en 2009, centrándose en el trabajo de dos científicos noruegos. Preguntando sobre las ventajas potenciales de esta medicina, que era despreciada, Pål-Ørjan Johansen y Teri Krebs contestaron: “ la investigación sobre el tratamiento con MDMA se ha introducido en el campo de la medicina. Sin embargo, es corriente que los nuevos tratamientos no se apliquen hasta pasadas un par de décadas, una vez que han sido totalmente probados y aceptados. Hay mucho interés entre los científicos y médicos en conocer el potencial terapéutico de MDMA. Ha sido una historia silenciada durante 20 años”.
Pero el interés aumenta: hace poco Doblin recibió una llamada de un psiquiatra del Departamento de Defensa que expresaba su interés en el estudio.
Los experimentos que se realizan sobre los efectos de la MDMA para aliviar el estrés psicológico o un trauma, deben conocer los mecanismos de actuación, ya que el MDMA afecta a los receptores de la serotonina del cerebro, mucho más de lo que lo hacen los antidepresivos más comunes.
Pregunté a Grob sobre los beneficios médicos de tratar a los pacientes con cáncer con sustancias psicodélicas. Me explicó que el objetivo de administrar psilocibina a los pacientes en fase terminal no se hace para curar la enfermedad, sino que les ayuda a aceptarlo. La psilocibina puede despertar traumas psicológicos profundamente sepultados, de tal modo que los pacientes pueden aceptar lo que antes no podían.
Grob me dijo que no todos los sujetos sometidos a experimentación estaban relacionados directamente con el cáncer. Muchos dijeron que sufrieron una profunda curación en las experiencias relacionadas con sus relaciones personales.
“Una mujer estuvo llorando desconsoladamente. Pensé que era por su inminente fallecimiento, pero no era así. Estaba volviendo a vivir experiencias tempranas con su padre, con el que tuvo una relación muy provocativa. Gritaba porque no había sido de decir a su padre que lo amó mientras vivió, y que igualmente él no había sido capaz de decir que la amaba. Ella nos dijo que durante su experiencia había sentido que había sido capaz de superar este conflicto que se había creado en torno a ello”.
Mike no encontró ninguna seta durante el día que le acompañé, el suelo ya había sido inspeccionado por otros en busca del secreto psicodélico en el Parque Golden Gate. No pareció sentirse muy frustrado por ello: “No busco setas muy a menudo, y lo hago más bien por diversión”Es un mito que todos los hongos tengan sustancias alucinógenas. Es más que eso”.
http://www.alternet.org/drugs/150874/can_psychedelics_make_you_happier/?page=entire