escrito por Luis Casado
martes, 25 de mayo de 2010
Tranqui. No pasa nada. Ya te he contado innumerables veces que el comportamiento de las Bolsas y la economía real no tienen mucho que ver, sobre todo si lo que te interesa es la suerte del personal. ¿Cuántas veces has leído que tal o cual multinacional despide a miles de trabajadores y que por consiguiente su valor bursátil aumentó fuertemente?
Por lo demás, ya sabemos que en el curso de los últimos diez años las Bolsas no financian la actividad productiva, sino que succionan dinero para pagar los dividendos extravagantes de los accionistas que hay que mantener contentos para que los altos ejecutivos puedan seguir mamando remuneraciones obscenas.
Las Bolsas tampoco financian las PYMEs ni contribuyen a crear empleo sino más bien a eliminarlo, de modo que ya se pueden ir al peo..
El lío es que los mercados financieros están como la bestia herida: agresivos, temerosos, tanto más agresivos cuanto más temerosos. Y aumenta la “volatilidad” o sea la diarrea pavorosa, una suerte de disentería que afecta a los inversionistas cuando la certidumbre del lucro desaparece, o sea lo que suelen llamar la “confianza”.
[…]
Poco importa que la dictadura del mercado haga crisis en el ámbito planetario. Poco importa que los EEUU, Europa y Japón, o sea las principales economías del mundo, -más del 80% del PIB mundial-, naveguen en aguas procelosas y exijan de sus pueblos el pago al contado del saqueo organizado por los mercados financieros. […]. La cohabitación, el cogobierno, las amabilidades verbales de unos hacia los otros, y viceversa. No hay oposición. Gracias a la Constitución ilegítima, al sistema electoral y al modelo económico consensuado por moros y cristianos (cuando digo “moros y cristianos” me refiero evidentemente a la minoría privilegiada que concentra la riqueza y el poder).
[…]
Entretanto el ministro de hacienda sueña con hacer de Chile un mercado financiero como esos del primer mundo, ese en el cual las Bolsas se desploman un día sí y el otro también, generándole no obstante beneficios escandalosos a la especulación, esa actividad que consiste en ganar dinero a manos llenas sin producir ni un cuesco.
Las Bolsas (una vez más) se desploman… ¿y ahí?
Fuente: http://www.elclarin.cl/index.php?option=com_content&task=view&id=21215&Itemid=48