Por Mike Whitney, 24 de julio de 2015
Hoy sabemos que el riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular puede darse incluso al principio del tratamiento, o durante las primeras semanas… No hay período de administración del medicamento exento de riesgo”, dice el Dr. Judy Racoosin, Director Adjunto de la División de Anestesia, Analgesia y Productos Adictivos”.
Por si no se había dado cuenta: la FDA ( Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos) acaba de emitir una advertencia sobre varios medicamentos que son prescritos con o sin receta médica y que los estadounidenses ingieren en grandes cantidades. Da la casualidad de que estos analgésicos aparentemente benignos pueden matarle incluso si usted sigue escrupulosamente las dosis recomendadas. Pero si no basta con que yo se lo diga, aquí está la información de la FDA:
“La FDA está insistiendo en las advertencias que aparecen en los prospectos de los medicamentos con receta y sin receta, donde se dice que los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) pueden aumentar la posibilidad de un ataque al corazón o de un derrame cerebral, cualquiera de los cuales puede provocar la muerte. Estos graves efectos secundarios pueden darse incluso en las primeras semanas de tratamiento y el riesgo puede aumentar si las personas continúan tomando AINEs (La FDA advierte de la posibilidad de riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular por el consumo de medicamentos antiinflamatorios no esteroideos, del sitio web de la FDA).
Observe cómo la FDA se refiere a la muerte como un efecto secundario grave. ¿No es algo más que un eufemismo? Siguen las advertencias de la FDA:
“Los medicamentos de venta libre de este grupo se utilizan para el alivio temporal del dolor y de la fiebre. Los medicamentos con receta de este grupo se utilizan para tratar varios tipos de artritis y otros síntomas dolorosos. Debido a que muchos medicamentos, tanto con receta como sin receta, contienen AINE, los consumidores deben evitar el tomar varios de ellos con el mismo ingrediente activo” The New York Times incluye “Motrin IB, Aleve y Celebrex” en el grupo de los analgésicos utilizados.
¿Por qué no aparece esta noticia en la primera plana de los diarios? La gente toma toneladas de estos productos químicos todos los días pensando que han sido probados a fondo y que son totalmente seguros. Ahora nos damos cuenta de que ese no es el caso. Ahora descubrimos que usted puede padecer de un ataque al corazón o de un derrame cerebral “ya en las primeras semanas de su consumo”. ¿No le parece un tanto chocante, estimado lector? ¿ No le hace sospechar que la FDA no nos está diciendo toda la verdad, y que simplemente está encubriendo a una Industria muy lucrativa, obsesionada con que no se preocupe demasiado a sus clientes?
Eche un vistazo a algunos de estos artículos sobre el tema:
“Los médicos advierten sobre la toxicidad del iboprufeno”, en el Daily Telegraph; “Advertencia: los corredores pueden estar en riesgo por el consumo de iboprufeno”, en el Australian Marathon Review; “El iboprufeno triplica el riesgo de un derrame cerebral, advierten los médicos”, en el Daily Mail Online; “Los efectos secundarios del iboprufeno incrementan los ingresos hospitalarios”, en Side-Effects. Com; “El dilema de la FDA sobre el iboprufeno y el riesgo cardiovascular”, en Forbes; “El iboprufeno mitiga la cardioprotección de la aspirina, advierte la FDA”, en lexi.com; “Advertencias sobre el iboprufeno y la aspirina: los consumidores necesitan saber que los analgésicos pueden causar daño renal y hemorragia interna, dice una división de la FDA”, en Los Angeles Times.
De todos modos, ¿cuál es el grado de fiabilidad de la FDA en la determinación de la toxicidad de estos medicamentos? ¿No es la Agencia de vigilancia que estuvo implicada hace un par de años en tráfico de influencias? Algunos lectores recordarán otro incidente cuando se descubrió que la FDA tenía un “programa de espionaje de las comunicaciones profesionales y personales de un grupo de científicos, periodistas y miembros del Congreso, para desalentar la denuncia de irregularidades., Según decía Martha Rosenberg en Truthout: “Altos directivos de la FDA intimidaron y coaccionaron a médicos y científicos de la propia FDA para que recomendasen la aprobación,y de no hacerlo se tomaban represalias. Los procedimientos de revisión de la Agencia ( para la aprobación de stents, implantes mamarios, resonancias magnéticas y otros dispositivos) eran tan defectuosos que dispositivos no seguros –incluyendo la emisión de excesiva radiación- fueron aprobados… lo que provocó una investigación por parte de la OSC… Por informar de los riesgos para la seguridad, los científicos fueron sometidos a un programa de vigilancia que ahora se ha descubierto, e incluso algunos perdieron sus puestos de trabajo…”.
(Según el supervisor de medicamentos de la FDA Ronald Kavanagh) : “Mientras trabajé en la FDA, nos dijeron a los supervisores de medicamentos que no podíamos cuestionar a las Compañías Farmacéuticas y que nuestro trabajo era el de aprobar los medicamentos. Estábamos prevenidos, excepto en raras ocasiones, sobre la presentación de conclusiones en los consejos asesores. En 2007, se instituyó una política formal por la que no se podía criticar al organismo, y en caso contrario podía acabar en despido. De hacer preguntas se podía retrasar o impedir la aprobación de algún medicamento – lo cual no era nuestro trabajo, sino el de supervisión de los medicamentos- la dirección nos reprendía, nos asignaba una nueva función, o nos citaba a una reunión secreta, o algo peor. Obviamente, en este entorno, los científicos se autocensuraban” (Ex miembro de la FDA habla sobre la intimidación y represalias sobre asuntos de seguridad, Martha Rosenberg, Truthout).
Bonito, ¿eh? ¿Y esta es la Agencia que se supone tiene que proteger al público de los riesgos de los medicamentos?
Correcto. ¿Les suena el nombre de Vioxx? Si no es así, repasamos la información recogida en un artículo de Counterpunch, escrito por Fred Gardener, y titulado “Merck paga una miseria por un montón de muertos”:
“Merck ha accedido al pago de 950 millones de dólares y se ha declarado culpable de los cargos por la comercialización y venta del analgésico Vioxx”, informaba The New York Times el 23 de noviembre…
La FDA había aprobado inicialmente el medicamento Vioxx ( después de una apresurada revisión prioritaria) en mayo de 1999 para el tratamiento de la osteoartritis, dolor agudo y calambres producidos por la menstruación. El 30 de septiembre de 2004, Merck anunciaba voluntariamente la retirada del medicamento, después de que a 25 millones de estadounidenses se les hubiese prescrito el fármaco tan ampliamente publicitado. Las evidencias de que el uso de Vioxx duplicaba el riesgo de un ataque al corazón o de un derrame cerebral – basándose en una revisión de 1,4 millones de pacientes- estaban a punto de ser publicadas en la revista The Lancet por el Dr. David Graham, investigador de la FDA. El Director de la FDA, con estrechos vínculos con la Industria Farmacéutica, se puso en contacto con la revista The Lancet, en un inútil esfuerzo para detener la publicación de los resultados de su propio estudio científico.
Según los datos de Graham, 140.000 estadounidenses sufrieron ataques cardíacos y derrames cerebrales inducidos por el medicamento Vioxx; 55.000 murieron y muchos más quedaron discapacitados. El verdadero crimen de los ejecutivos de Merck era el de conspiración para cometer asesinato… Un ensayo clínico temprano ya les había alertado sobre el hecho de que Vioxx causaba daños coronarios. Su respuesta fue la de excluir de los ensayos a cualquier persona con un historial de problemas del corazón.
Una vez aprobado Vioxx, Merck gastó más de 100 millones de dólares al año en publicidad… Las ventan alcanzaron los 2,5 mil millones de dólares en 2003. Y cuando el valiente Dr. Graham presentó por primera vez su testimonio con pruebas irrefutables ante un Comité Asesor de la FDA en febrero de 2004, Merck argumentó que “Vioxx proporciona unos beneficios únicos”, lo que justificaba su presencia en el mercado. El Comité de la FDA votó 17 contra 15 a favor de mantenerlo con una advertencia en un recuadro negro. Diez de los 32 miembros del Comité habían recibido dinero de Merck, de Pfizer o de Novartis ( que habían desarrollado medicamentos parecidos a Vioxx) como consultores. Si estos médicos hubiesen declarado sus conflictos de interés, Vioxx se habría retirado del mercado por una votación de 14 contra 8. Al permanecer un período adicional de siete meses y medio, Merck obtuvo de mil millones a dos mil millones extras, pero murieron 6.000 estadounidenses más. A nivel mundial, Vioxx fue prescrito a unas 80 millones de personas. Se trasponemos los datos del Dr. Grahan a esa cantidad, obtendríamos un número de muertes que superaría los 165.000” (“Merck paga una miseria por un montón de muertos”, Fred Gardener, Counterpunch).
¿Esto es lo que está pasando? ¿Una revista del prestigio como The Lancet que está a punto de publicar un estudio que genera dudas sobre un analgésico, y la FDA tratando de evitarlo para salvar su propio culo? ¿Cuánto ha cambiado la FDA desde el escándalo de Vioxx? ¿Es una Agencia que todavía pertenece a la Industria que supuestamente tiene que regular?
¿Qué es lo que está pasando? La mejor pregunta sería: ¿Qué Agencia reguladora de Estados Unidos no es propiedad de las Corporaciones? Son dueños de todo: cerrados, vendidos y mudados.
Y recuerde (según Gardner) Vioxx habría matado a más de 165.000 personas.
Adivine cuántos Ejecutivos de Merck fueron a la cárcel.
Sí. Cero.
No estoy diciendo que estos medicamentos no alivien el dolor crónico de “condiciones debilitantes, incluyendo osteoartritis, artritis reumatoide, gota y otras enfermedades reumatológicas y dolorosas”. No, sí que lo calman. Pero si son útiles o no, no cambia el hecho de que “incluso en pequeñas cantidades” pueden poner en riesgo la salud, por un ataque al corazón o un derrame cerebral. Esto es lo que la gente necesita saber, y ese es trabajo de la FDA. He aquí un extracto de un artículo de The New York Times, tratando de minimizar los peligros:
“Un contexto más amplio es importante. El riesgo relativo de infarto de miocardio y de accidente cerebrovascular debido al consumo de estos medicamentos sigue siendo mucho menor que el riesgo de fumar, tener la presión arterial alta no controlada o estar obeso”.
Es cierto, es probable que tenga menos riesgos que saltar con una cuerda desde el Empire State, pero ¿qué diferencia establece? El hecho de que pueda matar, la FDA sabe que puede producir la muerte, y sin embargo, se sigue con el tsunami de propaganda para convencer al pueblo estadounidense de que estos medicamentos están exentos de riesgo.
Esto es lo que decía The Times:
“La Agencia dijo que pediría a los fabricantes de medicamentos que cambiasen los prospectos y así recoger las nuevas pruebas de que estos fármacos aumentan el riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular poco después de empezar a tomarlos, y que si bien el riesgo es mayor para personas con enfermedades del corazón, también supone un riesgo para los que nunca las han tenido”.
A ver si lo entiendo: La FDA sabe que estos medicamentos antiinflamatorios están matando a las gente y ¿van a pedir a las Empresas Farmacéuticas que cambien los prospectos? ¿Es así como funcionan las Agencias de regulación en Estados Unidos hoy en día? ¿Las Agencias tienen que humillarse ante estas Industrias para conseguir que se haga lo correcto?
Tengo una idea mejor: ¿Por qué no procesar a algunos de estos Ejecutivos que promocionan el medicamento por homicidio?
Eso debiera hacerse, ¿no le parece?
Y más propaganda en Times:
“Hay mucha preocupación en la gente que piensa que estos medicamentos son benignos, y probablemente no los sean” (dijo el Gr. Peter Wilson, Profesor de Medicina y Salud Pública en la Universidad de Emory, Atlanta). “Lo cierto es que son buenos como alivio a corto plazo, probablemente para las personas más jóvenes, sin antecedentes de problemas vasculares”.
Lo sé de buena tinta. Estos medicamentos presumen de ser seguros simplemente porque están muy promocionados en los medios. Haga sus propias investigaciones y decida por sí mismo si los beneficios superan a los riesgos.
Mike Whitney vive en el estado de Washington. Es colaborador en Hopeless: Barack Obama and the Politics of Illusion (AK Press).
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Procedencia del artículo:
http://www.counterpunch.org/2015/07/24/picked-out-a-coffin-yet-take-ibuprofen-and-die/
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