Por Mina Hamilton, 20 de abril de 2011
Disneyland de Japón vuelve a abrir.
El primer ministro Naoto Kan ha hecho una súplica a los campesinos para que “vivan la vida con normalidad”.
Sería cruel negar a los niños asustados o a sus preocupados padres un abrazo de Mickey Mouse, si es que esto les puede consolar. Pero la proliferación de cuentos en cuanto al desastre de Fukushima Daichii sigue dando pasos – mientras, entre bastidores, crece la idea de construir un sarcófago.
The New York Times habla de la posibilidad de restaurar el suelo para que vuelva a ser un solar. Denis Flory, Subdirector General de la Asociación Internacional de la Energía Atómica (AIEA), insiste en que Fukushima no es Chernobyl. Sin embargo, en una reciente entrevista decía: “ En Chernobyl el reactor nuclear explotó. En Japón… puede haber…”. Las pausas del Subdirector son muy significativas, “ algunas filtraciones, pero el sarcófago está aquí”.
Hay declaraciones absurdas, a pesar de que los propios datos de la AIEA afirman que el 70% del combustible del reactor nº 1 está dañado; en el reactor nº 2 el 30%, y el 35% en el nº 3. (Los medios utilizados no han servido, el combustible o esta dañado o fundido. Se acumula en el fondo de las piscinas e impide su refrigeración, incluso del combustible intacto).
Mientras tanto, un portavoz de la Agencia de Seguridad Nuclear e Industrial de Japón opina que las elevados niveles de radiación en el reactor nº 4 se deben al “agua de lluvia”.
Y Big News, el lunes 18 de abril, decía que TEPCO admite que, a pesar del esfuerzo continuado durante un mes para enfriar los reactores, la temperatura no disminuye. Un nuevo sistema de refrigeración tendría que ser diseñado e instalado para intentar mantener la temperatura de los reactores bajo control.
Que TEPCO diga esto es asombroso.
El reactor tiene una nueva filtración. El agua de los reactores 1, 2 y 3 de las centrales de Fukushima está muy caliente. En el reactor más caliente, la temperatura del agua alcanza los 338 grados Fahrenheit (170 º C) , muy por encima del punto de ebullición. (Los otros dos reactores no están mucho mejor) Las semanas que se lleva rociando agua desde helicópteros y con mangueras no han debido servir para mucho.
El Gobierno japonés y TEPCO trabajan a marchar forzadas para hacer creer que la situación mejora. Consolémonos creyendo que lo hacen por el deseo muy humano y comprensible de negar la magnitud de esta tragedia, ya que es difícil abrir los ojos totalmente a lo que ha ocurrido y continúa.
Pero lo que tenemos delante de nuestros ojos: tres reactores a los que todavía no se ha conseguido mantener bajo control. Tres reactores cuyo agua está hirviendo de continuo, en un burbujeo que genera vapor, similar al de una cazuela puesta al fuego. En uno de los reactores, el nº 2, presenta seguramente una fisura en la vasija de contención. El reactor nº 4 lanza vapor, y el combustible gastado recalentado.
Pero a diferencia del agua de nuestra cazuela, el agua hirviente está contaminada con productos de la fisión, tales como cesio, estroncio y plutonio. Y han dicho que el agua con su carga tóxica tiene que ser sacada fuera del reactor. En Fukushima hay un programa que se está llevando a cabo y que en lengua nuclear se denomina “ comida y sangrado”. Y en lenguaje corriente, que el agua que alimenta la vasija del reactor está soltando vapor radiactivo al ambiente. Y además hay escapes a las salas de turbinas adyacentes, que escurren y… van al océano.
La estimación de TEPCO es que esto durará mucho tiempo. Meses y meses, probablemente hasta diciembre. ¿ Escapes regulares de radiación a la atmósfera y al océano durante 6 a 8 meses?
Esta es la perspectiva a corto plazo.
A largo plazo, se presentan de 10 a 30 años para poder eliminar todo el combustible, abrir la vasija del reactor, transportar las piezas de acero contaminadas, retirar el hormigón contaminado, y dejar el combustible intacto en algún sitio ( ¿en las instalaciones de reprocesamiento de Rokkasho?) ¿Y qué hacer con el combustible dañado? ¿Dejarlo en el lugar, como se hizo con Chernobyl? ¿ Hacer como en Chernobyl donde todavía se sigue emitiendo radiactividad, y se requiere de la construcción de un segundo sarcófago aún mucho más grande?
Fukushima, Chernobyl. Nada de esto pinta muy bien.
Y mientras tanto, ¿por qué no tapar la desvencijada central nuclear? ¿Por qué no colocar una cubierta improvisada, y debajo construir un sarcófago o dos o tres?
Recientemente, la idea del sarcófago la vimos más cerca cuando llegaron dos enormes camiones para bombear hormigón.
Cada uno de estos gigantescos camiones. Conocidos como Putzmeister 70Z, con un peso de 190.000 libras. La compañía alemana Putzmeister fue la responsable de la construcción del sarcófago de hormigón en torno al reactor de Chernobyl.
Los 70z son tan pesados que tuvieron que ser transportados por los aviones rusos Antonov, uno de los mayores aviones de carga del mundo. Fueron utilizados con anterioridad para transportar el transbordados espacial ruso, y fueron enviados en viajes especiales de Rusia a Estados Unidos para recoger los enormes camiones de bombeo ¿ Y dónde se encontraban estas bombas en los Estados Unidos? En los Ángeles, California, y Atlanta, Georgia.
Uno de estos camiones es utilizado para la construcción de la instalación donde se iniciará la fabricación del combustible MOX, por la compañía francesa Areva, en el entorno del Departamento de Energía de Savannah River, en Carolina del Sur. La interrupción de este proyecto de 4,86 mil millones de dólares ( con ya 5 años de retraso y con un sobrepresupuesto de 3 mil millones de dólares) es algo que no tiene precedentes.
Obviamente, los preparativos se llevaron a cabo a alto nivel por los Gobiernos de Estados Unidos, Francia, Rusia y Japón, para alcanzar un acuerdo. ¿Qué tiene de particular este acuerdo?
Se llevaban a cabo los trabajos hacia el final de marzo. El Gobierno japonés y TEPCO decían sin parar que los reactores nucleares de Fukushima estaban bajo control, pero ya las gigantescos camiones de bombeo de hormigón ya se estaban preparando para ser transportadas a Japón.
El 31 de marzo, un portavoz de la compañía que proporciona el hormigón para la construcción de las instalaciones de fabricación del combustible MOX, decía en Augusta Chronicle: “ Somos comprensivos sobre la necesidad que tienen de pasar a la siguiente fase, y van a necesitar mucho hormigón”.
¿El 31 de marzo? ¿Mucho hormigón?
Por supuesto, no tiene sentido decir que tales bombas enormes sean precisas para refrigerar los reactores. ( Aunque dada la enorme longitud de la grúa, 70 metros, podría reducir la exposición a la radiación por parte de los trabajadores, utilizando los mandos a distancia).
¿Pero qué necesidad hay de transportar los camiones mediante superaviones de carga rusos? Después de todo está fue la compañía que inyectó el hormigón necesario para la construcción del Túnel Gotthard de 10 millas (57 kilómetros) de longitud bajo los Alpes, para unir Suiza e Italia. También es la compañía que reconstruyó el Puente en la Bahía de Oakland, en San Francisco, tras el terremoto de California de 1989.
Y es la única compañía en el mundo que tiene experiencia en la construcción de los gigantescos sarcófagos nucleares.
Cuando llegaron las bombas a Japón, un portavoz de la compañía dijo que serían utilizadas para refrigerar los reactores de Fukushima ( Durante semanas una bomba algo más pequeña, también Putzmeister, lanzaba agua a las piscinas de combustible gastado del reactor nº 4).
Cuando insistió un reportero de la CNN en la pregunta, el portavoz reconoció que la inyección de hormigón entraba dentro del guión de lo posible.
Durante las semanas que han pasado desde el accidente nuclear, TEPCO, la Agencia Internacional de Seguridad Nuclear y el Gobierno japonés, han actuado con total torpeza e ineptitud, llegando al extremo del absurdo. Bajo la apariencia de calma, y tontas llamadas a la tranquilidad, la realidad es muy diferente: hace unas tres semanas se estaban llevando a cabo unos trabajos claves para la construcción de una planta de combustible MOX en Carolina del Sur y de repente se detienen para transportar y utilizar las bombas de hormigón en Japón.
¿Qué otros proyectos secretos estarán actualmente en marcha, de los que oiremos de aquí a un mes, si tenemos suerte?
¿Cuál será el diseño propuesto para el sarcófago o sarcófagos? Los planos que aparecen en el sitio de TEPCO sugieren una estructura tetraédrica, con un vértice superior, tres caras, pero nada en la parte inferior. Esto significa que el combustible fundido, si es dejado donde se encuentra, como ya ocurrió en Chernobyl, puede contaminar las aguas freáticas vitales o filtrarse hacia el mar. Se filtrarían toxinas de forma continua, durante décadas y décadas…
Los refugiados japoneses de las zonas de evacuación, los críticos al Gobierno japonés, los ecologistas, los residentes de Tokio, los pescadores, los agricultores, los obreros, los ciudadanos del mundo, todos deben exigir más transparencia en cuanto a los proyectos importantes que se pretenden llevar a cabo.
Si el proyecto de limpieza de Fukushima va a llevarse en secreto, es que el plan ya desde un principio está contaminado. Contaminado porque se trata de ocultar, de deformar, y todo ello para proteger a la Industria Nuclear.
No quieren que se enteren de lo que está pasando.
Mina Hamilton es una escritora que vive en la ciudad de Nueva York. Fue cofundadora y Directora de la Campaña de Desechos Radiactivos. Escribe con frecuencia sobre temas nucleares. Es autora del libro: Técnicas de relajación para una vida agitada. Su dirección de correo electrónico: minaham@aol