whistleblower, 19 de abril de 2013
http://www.whistleblower.org/program-areas/public-health/corexit
¿Ésta es la nueva forma de limpieza de los derrames de petróleo, el uso de dispersante Corexit? Un reciente Informe detalla los devastadores efectos a largo plazo que produce este dispersante en la salud humana y en los ecosistemas del Golfo de México, tras el accidente de la plataforma Deepwater Horizon en el año 2010.
En agosto de 2011, GAP tomó la iniciativa de escuchar a los residentes del Golfo, a los trabajadores de limpieza, mostrando que las declaraciones oficiales de los representantes de BP eran falsas en torno a la catástrofe de la plataforma Deepwater Horizon. Durante los últimos 20 meses, GAP ha estado recogiendo datos y pruebas de más de dos docenas de empleados y ciudadanos que han presentado denuncias por haber sufrido los efectos de la limpieza con el dispersante. GAP también estudió los datos recibidos gracias a la Ley de Libertad de Información (FOIA).
En su conjunto, los documentos y testimonios de los testigos contradicen la retórica corporativa y gubernamental, que repite una y otra vez que Corexit no es peligroso. Es peor aún, las evidencias encontradas muestran que los efectos para la salud humana y el medio ambiente debido a la utilización de este producto han sido más destructivos que el propio derrame.
Las conclusiones del Informe indican con claridad que el dispersante Corexit se ha aplicado con asiduidad tras la explosión de la plataforma, produciendo la falsa impresión de que el petróleo había desparecido. En realidad, la mezcla del petróleo con el dispersante Corexit es menos visible, sin embargo es mucho más tóxico que la sola presencia del petróleo. No obstante, parece que tanto BP como el Gobierno están muy satisfechos que la labor que ha cumplido Corexit.
El informe se encuentra disponible aquí: Primera parte , segunda parte , tercera parte.
Para la elaboración del Informe, los investigadores de GAP entrevistaron a 25 denunciantes que proporcionaron testimonios de primera mano sobre el impacto de Corexit. Mientras que muchos de ellos han querido permanecer en el anonimato, incluidos funcionarios públicos, otros 16 denunciantes hicieron declaraciones completas sobre sus experiencias, encontrándose a disposición pública en el Informe ( extractos de estas declaraciones se ofrecen aquí).
Se entrevistaron a trabajadores del servicio de limpieza, a profesiones médicos y encargados de empresas, a buzos contratados por el Gobierno federal y a residentes del área del Golfo. Los entrevistados son de diferentes zonas geográficas, y hay diversidad en cuanto a edad y sexo. GAP trabajó en estrecha colaboración con la Red de Acción Ambiental de Louisiana (LEAN), organización sin ánimo de lucro, que ha tenido un papel decisivo en el apoyo a esta investigación.
Problemas de salud
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Lo que ya se ha denominado “Síndrome de BP” o “Síndrome de la Costa del Golfo” incluye una serie de problemas de salud relacionados con el derrame de petróleo. Algunos de estos efectos son: sangre en la orina, palpitaciones, daños renales, daños en el hígado, migrañas, sensibilidad química múltiple, daño neurológico que resulta en pérdida de memoria, rápida pérdida de peso, daños en el sistema nervioso y el sistema respiratorio, convulsiones, irritación, ardor y lesiones en la piel y parálisis temporales.
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Los entrevistados también están muy preocupados por los efectos a largo plazo en su salud por la exposición química ( por los productos químicos presentes en Corexit, mezclado con el petróleo), que todavía pueden no haberse manifestado. Entre estos pueden presentarse daños en la reproducción (mutaciones genéticas), trastornos endocrinos y cáncer.
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Los resultados de las pruebas de sangre en la mayoría de los entrevistados mostraban altos niveles de exposición a sustancias químicas, lo que se relacionó con los efectos en su salud, Estos productos químicos con conocidos carcinógenos.
Falta de protección en los trabajadores del servicio de limpieza
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Contrariamente a las advertencias que aparecen en el propio manual interno de BP, tanto BP como el Gobierno mintieron sobre los riesgos del Corexit, hablando de su baja toxicidad.
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A pesar de que la Administración de Salud y Seguridad Ocupacional ha desarrollado un programa de entrenamiento se seguridad muy elogiado por los trabajadores de limpieza, los trabajadores entrevistados dijeron que no habían recibido ningún tipo de formación o no recibieron la capacitación requerida por el Gobierno Federal.
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No se dieron a los trabajadores manuales detallados de los peligros para la salud de Corexit ( de acuerdo con un informe confidencial) o se retiraron de los lugares de trabajo cuando comenzaron los problemas de salud.
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Tras una solicitud mediante la FOIA se supo que las agencias gubernamentales de regulación prohíben el buceo en los lugares donde se ha producido un derrame de petróleo. Sin embargo, los buzos contratados por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica y entrevistados por GAP dijeron que se les había asegurado que era innecesaria una protección y seguridad adicional.
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BP y el Gobierno Federal, a través de sus propias programas de control médico, negaron que que se estuviera produciendo exposición a sustancias químicas de importancia tóxica para el ser humano. De los trabajadores entrevistados por GAP, el 87% señalaron que tuvieron contacto con Corexit, y que de los análisis de las muestras de sangre se pudo comprobar exposición a sustancias químicas.
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BP y el Gobierno Federal consideraron que la utilización de máscaras de respiración por parte de los trabajadores no creaba una buena imagen pública. El Gobierno Federal permitió que la empresa BP aplicase represalias a aquellos trabajadores que insistían en la utilización de estos equipos de protección. Casi la mitad de los trabajadores de limpieza entrevistados por GAP informaron de que fueron amenazados con la rescisión de sus contratos si usaban máscaras de respiración o equipo adicional de seguridad en el trabajo. Muchos vieron cómo se cancelaba su contrato tras expresar sus preocupaciones de seguridad.
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Todos los trabajadores entrevistados dijeron que recibieron un equipo mínimo de protección personal en el trabajo.
Problemas ecológicos y cuestiones de seguridad alimentaria
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La mayor parte de los testigos informaron a GAP de que habían encontrado restos de petróleo después de que BP y la Guardia Costera anunciaran la finalización de los trabajos de limpieza.
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BP y el Gobierno Federal señalaron que la última vez en la que se había usado el dispersante Corexit fue en julio de 2010. La mayoría de los testigos citados dicen que se utilizó Corexit con posterioridad a esa fecha.
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Una mezcla de Corexit y petróleo recubre el fondo marino del Golfo de México y afectó gravemente en la rica red ecológica del Golfo. Los testigos que informaron a GAP de la existencia de un fondo marino estéril y que se han producido graves daños en los arrecifes de coral.
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La FDA ha tergiversado de forma grosera los resultados de los análisis de los mariscos del golfo. Los testigos expresaron su preocupación por la calidad de las pruebas realizadas por el Gobierno, y dicen haber visto mariscos con deformidades. La mayoría de los pescadores han visto reducida sus capturas desde que se produjo el derrame.
- https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=_VVyPiV5xdY
Compensaciones insuficientes
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BP’s Gulf Coast Claims Fund (GCCF) negó todas las demandas por daños a la salud durante los 18 meses de su existencia. Aunque se produjo un importante precedente: en la demanda colectiva se excluyeron a muchas personas enfermas, pero se recogieron a las que tuvieron mayores daños en sus salud como resultado de la exposición al dispersante y al petróleo, ofreciendo compensaciones económicas ridículas en comparación con los costes médicos, y no incluyéndose el tratamiento médico.
Recomendaciones
El derrame de petróleo de BP ha sido hasta el momento el peor desastre ambiental en la historia de los Estados Unidos, pero el consentimiento por parte del Gobierno para el uso del dispersante Corexit ha producido una mayor tragedia humana y ecológica que el derrame en sí. Como continúan las perforaciones en aguas profundas del Golfo de México, es inevitable que se produzcan otros derrames. La confianza en el uso de Corexit para futuros derramen parece establecida, y BP ha dicho que continuará utilizando este dispersante siempre y cuando el Gobierno se lo permita.
El Informe de GAP muestra que tanto BP como el Gobierno deben tomar medidas para mitigar el sufrimiento y prevenir en el futuro el uso de esta sustancia tóxica. El Informe señala las siguientes recomendaciones:
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Prohibición por parte del Gobierno del uso de Corexit, que ya está prohibido en el Reino Unido (país de origen de BP) y en Suecia.
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Una investigación en el Congreso para establecer la relación entre los problemas de salud en el Golfo y la exposición a Corexit.
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La reforma inmediata de las normas de la EPA sobre el uso de Corexit, de modo que la Agencia establezca los productos que son seguros para los seres humanos y el medio antes de otorgar su aprobación en el Plan Nacional de Contingencias (PNC).
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El establecimiento de programas eficaces de tratamiento médico, por expertos médicos especializados en exposición a sustancias químicas, para los residentes del Golfo y de los trabajadores.
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La financiación por parte del Gobierno Federal de evaluaciones independientes sobre los efectos en la salud del derrame de petróleo en los residentes del Golfo y trabajadores, y los programas de tratamiento que se aplicaron.
Una conclusión preliminar de la investigación de GAP se publicó en abril de 2012 en la revista The Nation. El 19 de abril de 2013, el periodista Mark Hersgaard publicó las primeras conclusiones del informe completo en Newsweek/The Daily Beast.
Fuente: http://www.whistleblower.org/program-areas/public-health/corexit
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