Contaminación por glifosato debido al empleo de estiércol de aves como abono

Por Claire Robinson, 12 de noviembre de 2024

gmwatch.org

El estiércol de las aves de corral utilizado como abono puede estar contaminado con glifosato y provocar una merma en la producción de los cultivos, según un nuevo estudio.

Este estudio muestra que los residuos de glifosato en el abono a base de estiércol de aves de corral utilizado por jardineros y cultivadores ecológicos y convencionales pueden arruinar la producción de tomates y otros cultivos sensibles. Es probable que el glifosato proceda de la «desecación» (secado) previa a la cosecha de granos forrajeros mediante la pulverización de herbicidas a base de glifosato; y de la pulverización de estos mismos herbicidas sobre maíz y soja transgénicos tolerantes al glifosato, que se utilizan en los piensos para aves de corral en todo el mundo.

Ahora, un nuevo documento revela que los residuos de glifosato en el estiércol de las aves de corral causaron la pérdida de un millón de dólares en chucrut ecológico en 2022, al provocar que el chucrut estuviera pastoso y, por tanto, fuera indeseable.

Los autores del estudio se centraron inicialmente en las diferencias en las condiciones de fermentación entre el chucrut ecológico y el convencional. Pero descubrieron que no había diferencias en las condiciones de fermentación que explicaran el estado del chucrut ecológico. Así que cambiaron su atención al análisis del contenido mineral de la col cultivada para la producción de chucrut.

Descubrieron que la col cultivada para el chucrut ecológico presentaba deficiencias en micronutrientes críticos como hierro, cobre, manganeso, boro y zinc, en comparación con la col cultivada para el chucrut convencional, de mayor calidad y más crujiente.

El problema no era el suelo en el que se cultivaba la col ecológica: aunque el suelo ecológico tenía graves carencias de algunos nutrientes, los suelos convencionales en los que se cultivaba la col también tenían carencias de nutrientes críticos, pero aun así producían chucrut de buena calidad. El problema resultó ser que la col ecológica no absorbía los nutrientes disponibles en el suelo. Algunas de las coles ecológicas presentaban graves carencias de cobre, hierro y zinc, pero eran ricas en nitrógeno, boro y azufre, y suficientes en otros nutrientes esenciales.

Los autores escriben: «Este desequilibrio de nutrientes causó una variabilidad significativa en la calidad del chucrut ecológico, y algunos lotes produjeron un chucrut blando y pastoso que no era comercializable, lo que supuso unas pérdidas para la empresa de 1.000.000 de dólares».

Esta deficiencia se atribuyó al uso de estiércol de aves de corral en la producción ecológica de coles. El estiércol estaba contaminado con residuos de glifosato procedentes de los piensos transgénicos que se daban a los pavos y pollos.

Cómo ocurre

Los autores explican que el glifosato es un potente quelante de minerales, lo que significa que se adhiere a los nutrientes minerales del suelo y los inmoviliza, impidiendo que estén disponibles para las plantas. Añaden que también es un antibiótico que actúa contra los microbios beneficiosos del suelo que ayudan a las plantas a absorber los nutrientes.

Concluyen que el glifosato perjudica la absorción y la función fisiológica de minerales esenciales en la vía metabólica del shikimato de la planta por la que se producen las paredes celulares y la lignina, comprometiendo así la calidad estructural del chucrut.

No se analizaron los residuos de glifosato en el chucrut porque se ha demostrado que el Lactobacillus plantarum, el principal organismo de fermentación del chucrut, degrada totalmente el herbicida.

Cómo solucionar el problema

Tras este descubrimiento, los investigadores estudiaron varias estrategias correctoras destinadas a eliminar el glifosato del suelo y restablecer la absorción de nutrientes. Se seleccionaron como cultivos de prueba el grano y el ensilado de maíz.

Entre las soluciones de corrección probadas figuraban el zumo de chucrut crudo con Lactobacillus plantarum, que, según los estudios, degrada el glifosato en el rumen de las vacas lecheras, y dos mezclas microbianas patentadas, PB027 y PB027SK, que degradan el glifosato. Estos tratamientos se formularon específicamente para degradar el glifosato residual en el suelo. Los resultados mostraron que estas intervenciones podían reducir los niveles de glifosato en el suelo entre un 80% y un 90% en un plazo de 6 a 7 meses para mejorar significativamente tanto el rendimiento como la calidad del grano de maíz y del forraje ensilado.

El aumento del rendimiento del grano de maíz gracias a la degradación del glifosato en un tipo de suelo fue de 13,5 bushels/acre). El aumento del rendimiento en un segundo tipo de suelo fue de 10,8 bushels/acre para el grano de maíz y de 2,68 t/acre para el ensilado, con una mejora adicional de la calidad del forraje ensilado beneficiosa para la producción de leche.

Los autores concluyen que los resultados muestran la importancia de abordar tanto la suficiencia de micronutrientes como los residuos de glifosato en el suelo para garantizar el crecimiento óptimo de la col y la calidad del chucrut producido: «Al identificar con éxito el estiércol como una fuente sutil de inmovilización de nutrientes y aplicar técnicas eficaces de recuperación del suelo, esta investigación pone de relieve un claro camino a seguir para mejorar el rendimiento y la calidad de los cultivos y, en última instancia, mejorar la integridad estructural y la aceptación del chucrut por parte de los consumidores.»

Los autores añaden que el estudio tiene aplicaciones más amplias para el contenido nutricional y el rendimiento de las cosechas de muchos cultivos ecológicos cultivados con estiércol avícola y animal convencional que puede contener glifosato procedente de la desecación o de la alimentación de cultivos transgénicos tolerantes al glifosato.

El nuevo estudio: Dieter Harle et al (2024). Saga of soggy sauerkraut. HortScience 59(11). 1 Nov. https://doi.org/10.21273/HORTSCI18041-24

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