Comunicado urgente contra el Despilfarro

(fragmento)

De la Comuna Antinacionalista Zamorana

comunicado_urgente

[Nota: El Comunicado urgente contra el Despilfarro es uno de los tres panfletos publicados por la Comuna Antinacionalista Zamorana, éste de 1972, redactados por Agustín García Calvo, que como declara en su acta de fundación: “… su función esencial combatir de hecho y de palabra (y tanto mejor si en tanto los hechos y las palabras vienen a confundirse) por la desaparición del Estado Español y del Estados en general -entidades ambas suficientemente definidas en su realidad abstracta y administrativa-…”. El primero de estos panfletos fue publicado posteriormente, en 1987, por la Editorial Lucina: Manifiesto de la Comuna Antinacionalista Zamorana. Desde su aparición por primera vez, en los años 1970, su crítica a la realidad dominante creemos que sigue teniendo plena vigencia, con el endurecimiento penal (la reciente de Ley de Seguridad Ciudadana), el empeoramiento de las condiciones laborales (Ley de Reforma Laboral de 2012), una intromisión aún más ideológica en la educación ( la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa, LOMCE), etcétera, etcétera… siendo incontables las leyes que como losas nos van cayendo encima Gobierno tras Gobierno]

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Primera visión del mundo: El Estado progresa en dureza

Animados pués con esta confianza, que sólo la desesperación más cuidadosa nos permite, examinamos el Mundo brevemente desde lo alto de la añoranza del campanario de la torre de Santiago de Zamora: y ve aquí lo que vemos. Por los catalejos de algunos lo primero que se ve es que el Orden acrecienta de día en día su presión y su violencia, hasta el punto de que muchos gritan al fascismo: pues no sólo ya los estados imperialistas y socialistas, sino igualmente los estados democráticos y liberales, como solían llamarlos, se ven obligados cada vez más a desenmascararse, y el miedo de verse descubierto le hace al Estado gastar cada vez más fuerza en proteger la evidencia de su debilidad.

Segunda visión: El Estado progresa en estupidez

Pero otros lo que divisan ante todo es un aumento estraordinario de la memez y la grisura en la administración de la Nueva Sociedad por todas partes; la estrema mediocridad de los gobernantes “occidentales” (mera contrapartida y complemento de los restos de culto apoteósico a lo Mao y a lo Castro en otros sitios) se les aparece como símbolo al fin y al cabo de los nuevos modos de miseria y de la cara baratura de la vida entera en los países progresados: así­ como el continuo aumento de poder de los negociantes se acompaña en ellos de una creciente grosería en sus procedimientos y pérdida de la ingeniosidad de los mercaderes de antaño, así el Poder mismo, vendido por entero a los negociantes, no puede sino estar hecho a la medida de esos embrutecidos nietos de los burgueses, y el Estado es ya por doquier (incluso allí donde sin más ha sustituido, por revolución, a los negociantes) un Estado de mercachifles de medias de nilón y de petróleo. Y en cuanto al resto de la población, aquello que antaño se decía el pueblo, apenas hace falta ya describirlo aparte; pues con decir que ellos son los clientes de tales comerciantes y los contribuyentes de tales administradores, ya se ha dicho bastante por el momento.

Del terror de la estupidez: El macho de la mantis religiosa y la cara del conductor de automóvil

Y en efecto, por vistoso que sea el terror de la violencia declarada, con sus bombardeos y sus fusilamientos y sus carromatos de Policía, los corazones se estremecen sobre todo a la visión de la faz de la trágica idiotez que gobierna todo y que indiferentemente produce bombas o lavadoras, tanques o cochecitos individuales; al modo que en la imaginación del coito de la mantis no es tanto lo que aterra las mandíbulas de la hembra comiéndose el abdomen del macho, sino la persistencia con que él sigue comiendo en torno yerbas con que alimentar el abdomen que Ella tiene medio devorado; y así como no es la peste y el ruido del Progreso la parte más espantable del automóvil, sino la cara del conductor, llena de aquella seriedad desconsoladora del que cree que está yendo a alguna parte.

Tercera visión del Mundo: El Estado progresa en desorden por vía de la racionalización

Pero aún hay otros terceros que lo que ven en la actual historia del Poder es justamente el caos y el desorden: como si el Estado estuviera ahora viviendo sólo de la corrupción, de la inseguridad, del cambio perpetuo y acelerado. Oponen éstos, en efecto, la inestabilidad de los Estados actuales al buen asiento y relativa solidez de los pasados; toman nota de la ansiosa necesidad que todos ellos sienten de hacerse cargo de todas las modas de cada año y de cada mes, pretendiendo usarlas para su propia sustentación; y no pueden menos de ver que, así como los géneros que los Estados producen suelen ser cada vez más efímeros y más incapaces de disfrute repetido (en tanto que, por el contrario, los cadáveres y basuras de esos géneros tienden hacia la inmortalidad) así los propios Estados productores parecen perderse en una fiebre de inestabilidad y de reproducción en cientos de nuevos Estatículos, aunque esa fiebre sirva para proporcionarle al Estado el único modo de subsistencia acorde con los tiempos. Y como nota importante nos hacen ver esos observadores que esa apariencia crítica de los Estados de hoy en día la consiguen ellos precisamente por medio de un proceso de racionalización y perfección del ordenamiento: cada alto funcionario que inventa un nuevo impreso que rellenar para facilitar los trámites o cada empresario que alquila una nueva máquina ordenadora para atender como Dios manda a su contabilidad están de hecho contribuyendo a la confusión y el caos administrativo; pero con todo, su fe en el proyecto de racionalización, aunque dé como fruto inmediato un aumento de la barahúnda, está en definitiva justificada: pues lo que importa, a costa de lo que sea, es que el Estado mantenga su razón de ser: y si para subsistir requiere la asimilación del caos mismo, no por ello va el Señor a arredrarse ante el proyecto (acaso en otras tales se ha visto ya el Señor), y el desorden establecido, como llamaban al Orden los personalistas, no dejará de seguirse arrancando todas las caretas que haga falta, sabiendo que el propio proceso de desenmascaramiento sucesivo y acelerado puede también usarse como máscara del Orden que es la máscara del caos.

El clamor de apocalipsis y la promoción política de los profetas

Ello no quita para que muchos de los observadores, ante esta visión de la confusión dinámica de los Estados, al ver las carreteras tragándose los pueblos, los peces ahogándose en gasolina, los sagrados bosques atiborrados de botellas blandas, la pedantería atómica que, al no poderse emplear en una guerra lo bastante total para sus necesidades, produce en la paz idénticos efectos que en la guerra, clamen a la Apocalipsis, al Armagedón y a la Fin del Mundo para dentro de veinte o treinta años. En efecto, ¿cómo no ver con algún terror que, en el momento que hasta los restos de Naturaleza Esterior no son más que reservas señaladas con el cartel de “Naturaleza”, la bola está literalmente convertida en Hombre, cosa que amenaza la esencia misma de ese Hombre, que en oposición a dicha bola se había costituido? Y en esto acaso lo más notable es que la relación entre los profetas y la política parece ciertamente haber cambiado, y así como hace unos pocos años los clamores ecológicos y antipolutivos y la defensa de la Naturaleza por su enemigo nato, el Hombre, eran cosas más bien, por así decir, de vegetarianos y desdeñadas por los políticos serios que estaban en el Poder o que iban a tomarlo, apenas hoy en día pueden los políticos serios echar a broma los clamores de los profetas, y la protesta ecológica se ha ganado su puesto en la militancia contra el Orden junto a la económica, ya tradicionalmente venerable.

Pero por si acaso, a pesar de todo, no pasara nada

Pero con todo eso, los más o menos miembros de la comuna desconfían sobre todo del Tiempo y de la Historia: ¿cómo pués van a creer ellos en el Juicio Final, si ni siquiera en la propia muerte pueden creer ellos? Así que, aun comprendiendo los terrores y las angustias que los tiempos pueden infundir en los corazones de cualesquiera más o menos miembros de la comuna antinacionalista –en vista de lo cual justamente se han sentido inclinados a distribuir entre ellos este comunicado urgente-, no por ello piensan que haya que ceder a la prisa y a la dinámica del Orden enemigo que Él suele imbuir en los propios militantes contra el Orden (por no hablar de aquéllos otros que, huyendo de toda prisa, han desertado de la política, así como también de la Ciencia misma, y por los caminos del humo y del Oriente han vuelto a caer en las redes de la Religión); no pués ceder en todo caso a esa dinámica del terror y de la prisa, sino más bien, aprovechándose de los restos de cazurrería y desconfianza provinciana que no pueden menos de quedarles a los más o menos zamoranos, andar con tiento, no vaya a ser que, después de todo, no pase nada.

Comunicado urgente contra el Despilfarro (completo)

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