By Octavio Ortega ⋅ mayo 30, 2012
Pescado capturado en California, en concreto el atún rojo del Pacífico, ha sido contaminado por el desastre nuclear de Fukushima Daiichi, origen posible del cesio-134 que se encuentra en la carne del atún según los autores de un estudio recientemente publicado. Afortunadamente, los consumidores no tienen nada que temer porque la radioactividad emitida por los radionucleidos es baja, muy por debajo de las normas de salud niponas.
El atún rojo del Pacífico, Thunnus orientalis, es un pez de mar especialmente veloz que puede nadar a una velocidad de 80 km por hora. Un nuevo estudio publicado en la revista Pnas por Daniel Madigan de la Universidad de Stanford, señala hoy que también son animales migratorios. Se reproducen en el Pacífico occidental y viven en el Pacífico oriental.
El atún capturado en la costa de EE.UU. ha demostrado claramente un nivel anormalmente alto de partículas radiactivas. Han sido contaminados en aguas de Japón, contaminados por el desastre ocurrido en Fukushima Daiichi el 11 de marzo de 2011. Estos peces, habrían abandonado las aguas del Pacífico occidental, después de haber cumplido sus dos primeros años de vida, y han llevado este tipo de contaminación a lo largo miles de kilómetros.
Los consumidores de atún pueden estar seguros. Las cantidades de radionucleidos medidos están por debajo de los niveles que marcan las autoridades sanitarias japonesas y son seguros para la salud. Los isótopos encontrados acumulan una radiactividad 30 veces menor que la del potasio 40, un radioisótopo que se encuentra naturalmente en el medio ambiente, y en un promedio de 347 ± 49 becquerilios por kilo. La contaminación se ha incrementado en sólo un 3% en la radiactividad presente en la carne de estos peces.
El logotipo de color amarillo indica la ubicación de la catástrofe de Fukushima Daiichi que se produjo 11 de marzo 2011. Las flechas representan los diferentes caminos migratorios realizados por varias especies de animales desde las aguas niponas: tiburón salmón (líneas superiores con pequeñas líneas), la pardela sombría (larga línea discontinua), el atún aleta azul del Pacífico (líneas continuas) y tortuga boba (línea punteada). © Madigan et al. 2012, PNAS