Parte I: Contexto actual de la investigación del cáncer
Por Denis Rancourt, 4 de diciembre de 2015
Este artículo se divide en cuatro partes, siguiendo la estructura de este resumen general:
Parte 1: Una revisión crítica del contexto actual de las investigaciones sobre el cáncer, señalando que las últimas publicaciones que hablan de avances no son tales, que la propia medicina es la tercera causa de muerte en el mundo occidental, y que el estrés experimentado por mantener una posición por parte del individuo dentro de una sociedad jerárquica es el principal determinante de la salud individual. Parte 2: Una revisión crítica de los ensayos clínicos aleatorizados de los tratamientos y las investigaciones, especialmente en lo que hace referencia al cáncer de mama. Se ha dicho que las pruebas de detección hacen más daño que bien, y que los protocolos de tratamiento tienen poco efecto sobre la mortalidad de la población neta de cáncer. No hay pruebas solidas de que los protocolos de tratamiento de los cánceres más comunes hagan más bien que mal en los pacientes. Parte 3: Revisión crítica del paradigma dominante centrado en la mutación y la metástasis del cáncer, y los diversos esfuerzos realizados que desafían el paradigma dominante, con miras a responder a la pregunta: ¿!Qué es el cáncer?. Parte 4: Donde propongo un modelo conceptual del cáncer, que incorpora las principales críticas al paradigma dominante, algo que se puede comprobar. En este modelo, el cáncer sería algo dependiente de la edad y la degradación inducida a la homeostasis por el estrés. Este modelo se acompaña de una imagen gráfica que representa las curvas específicas por edad y el tamaño del nódulo en la fase estacionaria (DT) versus nivel de estrés experimentado (S). La curva dada tiene una tensión crítica (SC) a partir de la cual se produce un crecimiento del tumor que queda fuera de control debido a la retroalimentación de respuesta tisular. La metástasis sería una consecuencia de la susceptibilidad del tejido del individuo a la degradación de la homeostasis en un conjunto de tejidos específicos versus curvas de estrés. El modelo proporciona unas estrategias de tratamiento siguiendo tres caminos: psicológico, homeostasis de los tejidos superficiales y la atenuación del crecimiento tumoral. |
Introducción
Este trabajo fue presentado en la uOttawa Cinema Academica de la Universidad de Ottawa el 21 de noviembre de 2015 (1). La versión en pdf está disponible en ResearchGate (2).
No soy doctor en Medicina. Soy un científico interdisciplinar con un doctorado en Física. He publicado más de 100 artículos en revistas científicas, en una variada gama de disciplinas (3).
Mi perspectiva inicial aparece en estas tres publicaciones:
– “Una teoría del dolor crónico: teoría social y evolución de las enfermedades humanas y el dolor crónico” (2011) (4).
– “Teoría sobre la incongruencia de la imagen que uno tiene de sí mismo y la salud individual” (2014), y referencias (5).
– Capítulo: “Identificación de la Biología humana en referencia a lo que la gente hace y las jerarquías de dominación”, en mi libro de 2013 (6).
Contexto actual de las investigaciones del cáncer
Se pronostica que aproximadamente el 30% de las personas que tienen la fortuna de vivir en los países occidentales morirán de cáncer. El cáncer de mama en la principal enfermedad mortal que afecta a las mujeres, cuando los tumores afectan a varios órganos.
Antes de iniciar esta revisión para averiguar qué es lo que la Ciencia sabe realmente en torno al cáncer, es importante admitir la posibilidad de que la Medicina sea en parte una gran sarta de mentiras, de ese tipo de mentiras habituales que son creadas y mantenidas por cualquier grupo profesional que pretende conservar su alto estatus social. En este sentido, la Medicina no debe considerarse como algo muy distinto del Derecho o las Ciencias básicas en sí (7).
Algunos prominentes críticos también han realizado esta observación dentro del establishment médico, de diferentes maneras. Por ejemplo, el “Efecto oro” fue descrito por el profesor T. Gold en 1979, y consiste en que una idea científica ( a menudo del campo de la Medicina) se desarrolla y es mantenida por un colegio profesional o asociación mediante conferencias científicas, comités, y la creación de un consenso, a pesar de no haber pruebas concluyentes para mantenerla (8).
El “Efecto oro” fue revisado por los Dres. Petr Skrabanek y James McCormick en su libro “Locuras y falacias en Medicina” (9), donde se analizan los errores en las políticas públicas de salud y sus prácticas, como la generalización de las pruebas diagnósticas para la detección de los niveles de colesterol para la prevención de las enfermedades cardiovasculares (10).
La mayoría de los resultados de las investigaciones publicadas son falsos
Desde una perspectiva diferente, el reconocido investigador médico John P.A. Ioannidis aplica el modelado estadístico bayesiano para demostrar que es probable que los “resultados de muchas de las investigaciones publicadas sean falsos” (11). Yo sé algo sobre la teoría de la inferencia bayesiana (12). Encontré rigurosos los argumentos del Dr. Ioannidis. Otros teóricos bayesianos han criticado su obra (13), pero Ioannidis los puso hábilmente en su lugar (14).
Ioannidis demostró que las publicaciones médicas que hablan de los beneficios de un determinado tratamiento ( con el empleo de uno o más fármacos) o la aplicación de ciertas políticas ( como la detección del cáncer o las vacunas), basándose en los análisis estadísticos, pueden no ser tales. En palabras suyas:
“Las simulaciones muestran que la mayoría de los diseños y la configuración de los estudios clínicos que proclaman unos determinados resultados, sean antes falsos que verdaderos. Por otra parte, en muchos campos científicos actuales, los resultados de las investigaciones a menudo se dicen precisas en función de la tendencia que prevalece. También habla de lo que esencialmente es una declaración alternativa del “Efecto oro”: “Cuantos más equipos están involucrados en un campo científico en la búsqueda de una significación estadística… El campo científico que más destaque ( con más equipos científicos involucrados) es menos probable que los resultados de la investigación sean ciertos”. Y describe con claridad el origen de ese sesgo en las investigaciones: “El prejuicio no tiene necesariamente raíces económicas. Los científicos de un determinado campo pueden resultar menoscabados por el mero hecho de tener unas ideas preconcebidas de una determinada teoría científica o por un compromiso con sus propios hallazgos. Muchos estudios aparentemente independientes que se realizan en las Universidades no tienen otro objeto que el de alcanzar cierta preeminencia o el afán de promoción. Estos conflictos no económicos pueden llevar a resultados o interpretaciones distorsionados. Prestigiosos investigadores pueden suprimir mediante el proceso de revisión por pares la difusión de los resultados que refutan sus hallazgos, perpetuando de este modo el falso dogma. Las evidencias empíricas muestran que las opiniones de los expertos son muy poco fiables”. En su más reciente revisión crítica, Ioannidis es implacable en su evaluación de las Empresas de investigación médica, incluso cuestiona si los fundamentos científicos de los ensayos realizados en los laboratorios son de alguna utilidad en los avances en la Medicina y si supone beneficio alguno para los pacientes (15). En palabras suyas: “Se necesita un nuevo modelo en la financiación de las investigaciones para evitar la creación de unas especialidades estrechas, aisladas que sólo se auto-perpetúan… Por ejemplo, las investigaciones en genética humana han recibido enormes sumas. Este dinero no se ha perdido porque han surgido otras actividades y una Industria de alta tecnología para satisfacer las necesidades de los investigadores en genética. Sin embargo, pocas vidas se han salvado hasta la fecha debido a los conocimientos adquiridos de genética humana, y las perspectivas futuras (por ejemplo, su aplicación a una medicina personalizada y más precisa) tampoco son prometedoras. Del mismo modo, la fascinación intelectual en Neurociencia durante tantas décadas ha generado algunas nuevas aplicaciones prácticas…”. |
La Medicina en sí misma en una de las causas de mortalidad
No es sólo que la Investigación médica que muestra unos resultados sobre los posibles beneficios de un determinado régimen de medicación sean falsos, sino que también los propios medicamentos, incluso en manos de los profesionales médicos, pueden ser letales. Vamos a explorar esta mortalidad.
Antes de 1999, es establishment médico convencional no reconocía en los países occidentales que podía ser en sí mismo una causa de muerte. En todo caso, lo máximo que la profesión médica reconocía era admitir que la mortalidad operatoria estaba relacionada con la cantidad de pacientes ingresados en el hospital (16). Esto es algo también preocupante: los pacientes tienen más probabilidades de morir al realizarles una cirugía en los hospitales cuyos equipos quirúrgicos reciben uno menor formación. Esto es algo que desacredita el mito de las acreditaciones y certificaciones profesionales, pero no es nada en comparación con el terremoto que estaba a punto de estallar.
En 1999, el Instituto de Medicina, una división de la Academia Nacional de Ciencias, Ingeniería y Medicina ( una organización estadounidense sin fines lucrativos), publicó el Informe de la Comisión de Calidad de Atención Sanitaria, titulado “Errar es humano: La construcción de un Sistema de salud más seguro” (17). Por primera vez, un organismo con autoridad decía que los propios profesionales médicos eran responsables de una asombrosa cantidad de muertes de pacientes.
En palabras de la doctora Barbara Starfield, y muchos otros, ya no se discute que la tercera causa de muerte en los países industrializados se debe al ejercicio de la profesión médica, después de las muertes por enfermedades cardiacas y el cáncer (18), asuntos en los que la Medicina puede hacer muy poco. La cuarta causa de muerte son las enfermedades cerebrovasculares, pero la tasa en mucho menor a las muertes inducidas por la práctica médica (iatrogenia), de tal modo que las muertes médicas no abandonan la tercera posición de las causas de mortalidad.
Utilizando las mejores estimaciones de la Dra. Starfield del año 2000, entre el y el 6% y el 8% de las muertes entre los ciudadanos estadounidenses se deben no tanto a una causa indefinida, sino por prácticas y errores médicos (19). Así que podemos concluir que si incluyésemos en las estadísticas otros daños iatrogénicos sin que causen la muerte, los beneficios netos se tambalearían.
Los profesionales de la Medicina han reaccionado con el típico ocultamiento. En la actualidad hay diversas investigaciones sobre “seguridad del paciente” que estudia el problema y realiza todo tipo de evaluaciones políticas y de recomendaciones, sin que se hayan producido cambios sustanciales en la formación y en la práctica clínica, y sin mejoras que se detecten. Las asociaciones profesionales ejercen mucha presión, recomendando unos estilos de vida ineficaces, y prácticamente nada hacen para que se aprueben leyes para la redacción de informes e investigaciones sobre los errores médicos, concediendo poca importancia a las lesiones y muertes de carácter iatrogénico.
Uno podría esperar que a partir de “Errar es humano”, los médicos habrían considerado de manera rigurosa las responsabilidades profesional de sus acciones. Pero no es el caso. En un reciente estudio, Li et al., se estudiaron todos la documentación en inglés sobre errores médicos producidos durante el tratamiento del cáncer entre 2000 y 2011 (20). Se encontraron 64 artículos sobre errores flagrantes, con titulares tales como:
– “Un cirujano de Montclair se enfrenta a una demanda: supuestamente dejó una gasa en un paciente con cáncer”
– “Un cirujano se enfrenta a medidas disciplinarias por extirpar la mama equivocada”.
– “El Hospital mantiene en secreto durante nueve años un error en la cirugía de un cáncer de mama”.
– “Falta instrumental”
– “Compensación por un error en el diagnóstico: dijo que tenía cáncer, que tenía que someterse a una operación…”.
– “ La Policía detiene a un doctor que administró una inyección letal a un adolescente”.
– “Los errores médicos matan a miles de personas en Canadá”.
– “Los llantos de una mujer que perdió un seno por un error; demanda a un hospital por los errores en la detección de cáncer”.
– “Veredicto por negligencia en una sobredosis: errores en la administración de medicamentos.
– “Un cirujano se ríe cuando se le dice que ha extirpado una mama por error”.
– “Un doctor admite homicidio en un caso de cáncer”.
– “Un hospital irradia en exceso a 111 pacientes”.
– “Extirpa el riñón incorrecto”.
– “El cirujano extirpa mal el cáncer de riñón de un paciente”
– “Demanda en Tennessee por la extirpación de un riñón sano”.
– “Mujeres condenadas a morir por la arrogancia: el Jefe del Servicio de Salud no atiende las demandas de las pacientes con cáncer de mama sobre médicos ineptos”.
– “Un hombre muere después de que se le extirpe un pulmón sano”
– “Cirugía del pulmón equivocado. El error se mantuvo hasta el año 2000”.
– “Un error genera una sobredosis de radiación”.
– “Administración incorrecta de quimioterapia, señala la Liga Nacional de la Salud”.
Estos son sólo algunos de los casos que aparecieron en los medios de comunicación. Los autores se quejaron de que “cuatro de cada 10 artículos no presentaban tanto errores médicos como problemas de los sistemas”. El estudio encontró cuatro tipos de errores médicos: errores en la medicación (34%), de diagnóstico (25%), radiación (22%) y cirugía (19%). Sin embargo, el estudio también encontró que ninguno de los artículos aparecidos en Estados Unidos informaba de errores de medicación o de diagnóstico, mientras que era algo común en otros lugares. Estas diferencias dan una idea clara de lo incompletos y sesgados de los artículos aparecidos en los medios.
A pesar de la inercia del establishment médico para el pequeño problema de que los errores médicos sea la tercera causa de muerte, y que poco pueden hacer con las otras causas principales de mortalidad, destacados investigadores están haciendo que este pequeño problema se haga dolorosamente evidente. Un ejemplo es el del Dr. Peter C. Gøtzsche, Nordic Cochrane Centre, Dinamarca. Ha llegado a la conclusión de que la utilización a largo plazo de los fármacos psiquiátricos hace más daño que bien. Estas son sus palabras, después de una década de investigaciones (21):
“Las drogas psiquiátricas son responsables de la muerte de más de medio millón de personas de 65 años o más al año en el mundo occidental, como muestro a continuación. Sus beneficios tendrían que ser enormes para justificar esto, pero sin mínimos… Beneficios exagerados y muertes subestimadas…”. |
El psiquiatra estadounidense Dr. Peter Breggin también es un destacado crítico de su campo de la Medicina. Sus éxitos legales, sus libros y conferencias públicas van más allá de considerarle profesionalmente ambicioso (22).
Es el cerebro, estúpido
Termino la Parte 1 de este artículo con otro hecho importante que se pasa por alto o es deliberadamente ignorado por el establishment médico. Además de que la mayor parte de las investigaciones médicas publicadas llegan a falsas conclusiones, y que el ejercicio de la Medicina es la tercera causa de mortalidad, ahora añadimos esto: el estrés es un determinante de la salud individual, por encima de cualquier otro factor.
El principal determinante de la salud en los primates (incluyendo al hombre) y en otros mamíferos en la posición del individuo dentro de la jerarquía social, porque el rango determina el nivel de estrés al que el individuo se somete generalmente. Este es el resultado de un trabajo que fue revisado por Robert M. Sapolsky en 2005 (23).
Los estudiantes de Medicina pasan casi a hurtadillas sobre la importancia de los factores psicológicos en la salud, pero se les entrena bien para que ignoren cualquier cosa, menos los resultados obtenidos en el laboratorio y los síntomas medibles.
Sin embargo, el estrés ( tanto el estrés excesivo como la ausencia de estrés o estimulación) es un determinante primordial de la salud, y tiene un enorme impacto en todo el organismo. Un reciente comentario de Sapolsky ofrece un brillante panorama de la situación (24). En palabras suyas:
“Es una verdad de perogrullo que el cerebro influye en el cuerpo y que la fisiología periférica influye en el cerebro. Nunca ha estado más claro que el estrés, donde las emociones más sutiles o los pensamientos más abstractos pueden iniciar respuestas de estrés, tiene consecuencias en todo el cuerpo, y los transductores endocrinos del estrés alteran las cognición, el afecto y los comportamientos… El cerebro es una glándula endocrina, secretando o inhibiendo hormonas al sistema hipotalámico-hipofisiario… en respuesta al estrés, presente en un contexto de aguda crisis física, que puede ser activado por estados puramente psicológicos, como la pérdida de control y la previsibilidad, el apoyo social… El estrés prolongado aumenta las probabilidades de caer enfermo. Esto ha posibilitado la aparición de otros subcampos (por ejemplo, la psiconeuroinmunología) que son objeto ahora de una gran cantidad de investigaciones reductivas. Como resultado, tenemos una idea bastante clara de los cambios mentales relacionados con eventos relevantes para el metabolismo oxidativo en el dedo gordo del pie… […] Un trastorno de ansiedad paralizante plagado de sinapsis amigdaloides… Estos vínculos presentes en la edad temprana generan una predisposición hacia la enfermedad y períodos de estrés agudo en los adultos, apareciendo episodios de enfermedad… El estrés más conocido es que surge de la interacción entre los genes y el medio ambiente… ¿Surge el estrés de las complicaciones surgidas en el mundo exterior ( es decir, los factores de estrés) o los cambios resultantes en el cuerpo ( es decir, la respuesta al estrés)?¿O es sobre todo el espacio psicológico y neurobiológico flotando entre los dos? … la palabra engloba todo lo anterior… Una versión mucho más interesante a este pregunta hace referencia al hecho de que cualquier especie que usted estudiase, diferentes individuos responden al estrés de manera diferente; hay grandes diferencias individuales en cuanto a si un determinado acontecimiento o estado interno se percibe como estresante. En otras palabras, ¿qué es el estrés… para un determinado individuo? Por supuesto, no siempre se trata de las variabilidades individuales; una lesión grave, una quemadura grave o un carrera perseguido por un depredador activará los mecanismos de respuesta al estrés, provocando un sentido subjetivo aversivo en prácticamente cualquier organismo. Pero estos no son los factores de estrés que son más pertinentes para la comprensión de la salud y la enfermedad en la vida actual. En cambio, las diferencias individuales son más notables de acuerdo con las exigencias sociales de la vida… La respuesta al estrés depende de la naturaleza, la intensidad y la duración del factor de estrés (que se traduce por lo menos parcialmente en una dependencia en el patrón de activación del sistema nervioso simpático, el eje adrenocortical y los otros mediadores de respuesta al estrés”. |
Sapolsky pasa a describir el concepto unificador de “U invertida” de respuesta al estrés:
“Se produjo una enorme clarificación cuando se reconoció que, en gran medida, los efectos del estrés en el cerebro forman una curva en forma de “U invertida” entre dosis-respuesta, no lineal, en función de la gravedad del efecto estresante… con efectos profundamente adversos observados en ambientes empobrecidos que van desde la infancia… hasta la vejez, tanto en humanos como en animales de zoológico… Y la fase descendente de la U invertida es, por supuesto, el universo de “el estrés es malo para usted”. |
La respuestas fisiológicas y bioquímicas a un intenso estrés externo y mediado por la percepción son enormes e implican la liberación de grandes cantidades de agentes metabólicamente activos, en varias escalas de tiempo, y que afecta prácticamente a cada una de las funciones corporales (25).
Por último, como parte del análisis del contexto de las investigaciones sobre el cáncer, también debemos estar abiertos incluso a esas ideas locas de amplias áreas de la evolución social animal. Por ejemplo, no es perjudicial considerar preguntas provocativas del tipo: ¿El cáncer tiene un propósito de supervivencia de las especies? o ¿El cáncer a veces es una estrategia de escape para el individuo?.
Tal como se produce un ajuste evolutivo como consecuencia del uso sistemático de antibióticos como respuesta médica a las infecciones comunes, ¿del mismo modo se adapta el cáncer como una respuesta evolutiva a los tratamientos del cáncer? ¿Existen ventajas netas para un individuo que desarrolla cáncer, y al ser tratado del cáncer escapa de un ambiente tóxico, bien sea en el trabajo o en el seno familiar? ¿Las enfermedades inducidas por el estrés sirven de algo a la especie humana? (26).
Referencias:
- Video of the presentation is on the film maker’s YouTube channel, in two parts, here and here [
- PDF on ResearchGate [
- Google Scholar profile [
- Denis Rancourt, A Theory of Chronic Pain, Dissident Voice, December 26, 2011 [
- Denis Rancourt, “Self-Image-Incongruence Theory of Individual Health,” Dissident Voice, October 26, 2014 [
- Denis G. Rancourt. Hierarchy and Free Expression in the Fight against Racism. Stairway Press, 2013 [
- Denis G. Rancourt. On the False Science of a Fundamental Basis for Progress”, Activist Teacher, January 5, 2011 [
- R.A. Lyttleton. The Gold Effect. In: Lying Truths. A critical scrutiny of current beliefs and conventions. Duncan R., Weston-Smith M., Eds. Pergamon Press, Oxford, 1979, pp. 182-198 [
- P. Skrabanek and J. McCormick. Follies and Fallacies in Medicine. Third Edition. Tarragon Press, Whithorn. 1998. pp. 54-55 [
- A. Hann and S. Peckham. Cholesterol screening and the Gold Effect. Health, Risk & Society, vol. 12, 2010, pp. 33-50. DOI: 10.1080/13698570903499608 [
- J.P.A. Ioannidis. “Why Most Published Research Findings Are False”, PLoS Medicine, August 2005, vol. 2, issue 8, e124, pages 696-701 [
- For example: L. Dou, R.J.W. Hodgson and D.G. Rancourt. “Bayesian Inference Theory Applied to Hyperfine Parameter Distribution Extraction in Mössbauer Spectroscopy”. Nuclear Instruments and Methods in Physics Research B (NIMB), 1995, vol. 100, pages 511-518. [
- S. Goodman and S. Greenland. “Why Most Published Research Findings Are False: Ploblems in the Analysis”. PLoS Medicine, April 2007, vol. 4, issue 4, e165 e168, page 773 [
- J.P.A. Ioannidis. “Why Most Published Research Findings Are False: Author’s Reply to Goodman and Greenland”. PLoS Medicine, June 2007, vol. 4, issue 6, e224 e214 e215, pages 1132-1133. [
- J.P.A. Ioannidis. “Is It Possible to Recognize a Major Scientific Discovery?” Journal of the American Medical Association (JAMA), 2015, vol.314, pages 1135-1137. [
- C.B. Begg et al. “Impact of Hospital Volume on Operative Mortality for Major Cancer Surgery”. Journal of the American Medical Association (JAMA), 1998, vol. 280, no. 20, pages 1747-1751 [
- L. Kohn, J. Corrigan and M. Donaldson (Eds.). To Err Is Human: Building a Safer Health System, National Academy Press, DC, 1999 [
- B. Starfield. “Is US Health Really the Best in the World?”, Journal of the American Medical Association (JAMA), 2000, vol. 284, no. 4, pages 483-485 [
- Using 230,000 to 284,000 deaths per year, a 2000 US population of 282 million, and the average US longevity of 79 years [
- J.W. Li et al. “Perceptions of Medical Errors in cancer Care: An Analysis of How the News Media Describe Sentinel Events”, Journal of Patient Safety, vol. 11, no. 1, March 2015, pages 42-51 [
- P.C. Gøtzsche, A.H. Young, J. Crace. “Does long term use of psychiatric drugs cause more harm than good?”, British Medical Journal (BMJ), 12 May 2015, vol. 350, h2435, pages 1-3. doi: 10.1136/bmj.h2435; and see P.C. Gøtzsche. “Author’s reply to Tovey and colleagues”, British Medical Journal (BMJ), 2 June 2015, vol. 350, h2955, page 1. doi: 10.1136/bmj.h2955 [
- Psychiatric Drug Facts with Dr. Peter Breggin [
- R.M. Sapolsky. “The Influence of Social Hierarchy on Primate Health”, Science, 29 April 2005, vol. 308, pages 648-652 [
- R.M. Sapolsky. “Stress and the brain: individual variability and the inverted-U”, Nature Neuroscience, October 2015, vol. 18, no. 10, pages 1344-1346 [
- For example, see: R.M. Sapolsky et al. “How Do Glucocorticoids Influence Stress Responses? Integrating Permissive, Suppressive, Stimulatory, and Preparative Actions”, Endocrine Reviews, vol. 21, no. 1, pages 55-89 [
- For example, see: D.G. Rancourt. A Theory of Chronic Pain: A social and evolutionary theory of human disease and chronic pain. Dissident Voice, December 26, 2011 []
*Denis G. Rancourt es un ex titular y catedrático de física en la Universidad de Ottawa, Canadá. Es conocido por sus aplicaciones a la investigación de la educación física (entrevista TVO). Ha publicado más de 100 artículos en revistas científicas, y ha escrito varios ensayos de comentario social. Es el autor del libro La jerarquía y la libre expresión en la lucha contra el racismo. Mientras estaba en la Universidad de Ottawa, apoyó el activismo estudiantil y se opuso a la influencia del lobby de Israel en esa institución, por lo cual lo despidieron con un falso pretexto en 2009: enlace. Lea otros artículos por Denis, o visite el sitio web de Denis.
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