Por el Dr. Mark Sircus, 31 de marzo de 2011.
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Cuando las cosas empeoran en Japón, ahora oímos por parte de la FDA la declaración de un problema: la advertencia de que los colorantes alimentarios artificiales pueden ser peligrosos para la salud. La FDA decía que no existía una relación entre los colorantes y los problemas de salud, y quizás la agencia haya cambiado de opinión de un tiempo a esta parte.
Hemos asistido a una locura en términos de utilización de productos químicos tóxicos, metales pesados y materiales radiactivos, como una cuestión ya rutinaria, todo ello asociado a nuestra civilización. […]
Realmente las cosas se han puesto muy feas en todo el mundo en términos de contaminación y en otros aspectos también. Y las cosas parece que todavía irán a peor. En el vídeo que aparece a continuación podrá comprobar los niveles de radiación presentes en los Estados Unidos y en el resto del Hemisferio Norte.
Sin embargo, el encubrimiento continúa. Seguimos escuchando que toda va bien y que no debemos hacer nada por nosotros mismos o por nuestros hijos para mantener una buena salud en esta crisis nuclear que se está extendiendo a nuestro alrededor. Las autoridades han perdido el control para hacer frente a la catástrofe y cada vez son más obvias las mentiras que nos cuentan.
En el área en torno a la central nuclear, la radiación se está extendiendo, pero las autoridades están remisas a realizar una evacuación, incluso aunque se hayan superado los criterios establecidos para la evacuación en caso de accidente nuclear. La ONU ya insta a Japón a que evalúe la situación, y por otro lado Greenpeace ha indicado, que si bien se informó sobre los niveles de radiación en el agua de bebida, nada se ha dicho sobre las formas de hacer frente a la contaminación, ni nada han dicho de la contaminación.
La medicina ortodoxa contemporánea no puede soportar la humillación de mostrar su equivocación sobre la forma de afrontar las contaminaciones tóxicas. Aparece impotente como institución. La medicina alopática está atrapada en su propia maraña, tejida por lo que sólo puede ser denominado terrorismo farmacéutico, usando fármacos peligrosos y tóxicos, así como su inoperancia para el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad producto de la radiación.
No son precisamente en los que podamos confiar para que nos ayuden para hacer frente de manera eficaz a la situación, ni tampoco nos pueden decir lo que es y no es tóxico. Son los que dicen de forma irresponsable que “todo es seguro”, y sabemos que Obama está entre ese grupo que también canta la misma cantinela. Al menos, los seguidores de Obama pueden dormir seguros, ya que les ha dicho que no hay por qué preocuparse por los niveles de radiación, a pesar de que estos aumentan a medida que pasa el tiempo.
Tan viciado está el Gobierno en estos asuntos que estamos empezando a leer obscenos informes que nos dicen que la EPA (US Environmental Protection Agency) está considerando elevar los niveles de radiación que serían considerados como seguros. Resulta difícil creer, porque sería una muestra evidente de que la radiación emitida por la central nuclear de Japón ya se ha extendido por Norteamérica. ¿Después de décadas de era nuclear se van a cambiar ahora los criterios de toxicidad?
Un 30 de marzo con malas noticias
El núcleo de un reactor nuclear de la planta de Fukushima parece haberse fundido en la parte inferior de la vasija de contención y el piso de cemento, y los expertos expresan ahora sus temores de que una gran cantidad de radiación sea lanzada al exterior. La advertencia surge después de un análisis realizado por varios expertos de Estados Unidos, en base a los niveles de radiación medidos en la planta. Las lecturas de los dos reactores se han hecho públicos por parte de las autoridades japonesas y Tepco.
Richard Lahey, jefe se seguridad de los reactores de la empresa General Electric, que es la que instaló las unidades en Fukushima, dijo a The Guardian que al menos una parte del núcleo se ha fundido, incluidas las barras de combustible y el revestimiento de una aleación de circonio, que parece haberse hundido en el acero presente en la parte baja de la vasija de contención presente en el reactor nº 2. “Las indicaciones que tenemos, desde las lecturas de radiación que se realizan en el reactor y los materiales que observamos, sugieren que el núcleo se ha fundido en el fondo de la vasija de la unidad nº 2, y al menos parte de ella se ha depositado en el suelo”, dijo Lahey.
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El Dr. Michio Kaku, dijo: “El término más temido en el léxico del científico nuclear es “rotura de la contención”, es decir, una liberación no controlada de radiación al medio ambiente. Parece ser que podríamos estar viendo este temido evento en Japón. También dijo el pasado día 28 “los niveles de radiación eran de 1000 milisieverts/hora. Esto significa que los trabajadores están sometidos a altos niveles de radiación, pudiendo enfermar sólo con una exposición de 15 minutos. Algunos trabajadores podrían morir si están expuestos durante más de 6 horas a estos niveles de radiación”. Qué significa todo esto: si los niveles de radiación siguen aumentando, todos los trabajadores se verán obligados a abandonar el lugar, y el accidente seguirá en caída libre. El Dr. Kaku hace un llamamiento para que se sepulte inmediatamente la planta nuclear. Ahora bien, podría ser demasiado tarde para tomar esta medida extrema y además requerirá mucho tiempo el llevarla a cabo.
Si los trabajadores abandonan el barco, y los núcleos se ponen al descubierto, este es el punto de no retorno, y tres reactores nucleares pueden colapsar, produciendo una tragedia peor que la de Chernobyl. Y el tiempo no está a nuestro favor, Un nuevo terremoto de intensidad 6,5 ha afectado a japón, produciendo un pequeño tsunami.
Nuevos terremotos provocan la rotura de tuberías, producen grietas, etc, provocando un aumento de la radiación, haciendo inevitable la evacuación, y entonces un verdadero infierno podría provocarse.
Y de hecho, el jefe del Gabinete japonés, Yukio Edano, dijo que era muy probable que los reactores afectados estuviesen lanzando material radiactivo, y que la planta nuclear de Daiichi sería desmantelada. La radiación que se escapa de la planta se ha filtrado en el suelo y al agua del mar que se encuentra al lado de la misma, produciendo también una contaminación en la leche e incluso el agua del grifo en la ciudad de Tokio, a 140 millas de la central (220 kilómetros), al sur, extendiéndose por el Hemisferio Norte.
Los temores se están extendiendo a pesar de que el Gobierno mantiene un tono tranquilizador, diciendo que la radiación detectada en el aire, el agua, la lluvia, en las nubes y en los alimentos, no suponen un riesgo para la salud. Tal vez este incidente sea la gota que colme el vaso en cuanto a la confianza de los japoneses en su Gobierno, que creen que es su responsabilidad el velar por ellos.
Detectados niveles de radiación en la leche de Norteamérica
Malas noticias para las personas del Hemisferio Norte, que según las autoridades no es mala noticia del todo. La Agencia de Protección Ambiental y la FDA han dicho que se han detectado ciertos niveles de radiación por yodo-131 en la muestras de leche del Estado de Washington. Sin embargo, las autoridades federales dicen que los consumidores no deben preocuparse. Las dosis establecidas por la FDA, incluidos los niveles para lactantes y niños, no se han sobrepasado. ¡Así que no se preocupen! Beban leche ligeramente contaminada.
El Gobierno no tiene en cuenta que el 95% de los estadounidenses presentan déficit de yodo, siendo por tanto más vulnerables a la intoxicación por yodo-131 del tiroides. Los médicos y las autoridades siguen con su rutina diaria: comen, duermen, juegan a las cartas, o al béisbol… Parece obvio que no se está prestando la suficiente atención a esta situación y cómo se ha de enfrentar uno a ella. Nada hay en la prensa que nos asegure que saben lo que están haciendo para proteger la salud de las personas.
Impacto de la catástrofe nuclear
Chris Manterson escribe: “ Las consecuencias que pueden producirse en la tercera economía mundial, ya que Japón ha pasado de ser exportador a importador. En situaciones como éstas hay una gran confusión, informaciones sesgadas e incompletas, y a menudo los acontecimientos se desarrollan más rápidamente del tiempo que se necesita para su análisis, en un mundo en cambio constante, preparándose para un futuro incierto y terminado de asumir el momento de urgencia en el que se vive”.
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En este vídeo se pueden ver los flujos de radiación y se observa que viven millones de personas en la trayectoria directa de la radiación, y deberían adquirir productos para la desintoxicación y quelación de los nucleótidos radiactivos.
El Dr. David Lochbaum, un experto en seguridad nuclear de la Union of Concerned Scientists (UCS), una organización independiente de investigación que lucha por la defensa del medio ambiente, dijo: “Tenemos que lanzar una advertencia de que no existe ningún nivel seguro de radiactividad, porque el consenso científico es que no hay un umbral para el efecto cancerígeno de la radiación”. Por supuesto que también va a decir que los niveles de radiación medidos, a pesar de la falta de consenso científico sobre los niveles de seguridad, son seguros y no son una amenaza para la seguridad de las personas. Se podría pensar que se puede obtener una información veraz de todo esto, pero resulta muy difícil para nosotros conseguirlo.
http://www.activistpost.com/2011/03/time-to-do-more-than-worry.html#more