Por el Relator Especial de la ONU sobre el Derecho a la Alimentación, 17 de marzo de 2011
GINEBRA.- A escala de los pequeños agricultores se puede duplicar la producción de alimentos en un plazo de 10 años en las regiones críticas, mediante el uno de técnicas ecológicas, según muestra un nuevo informe de la ONU http://www.srfood.org/images/stories/pdf/officialreports/20110308_a-hrc-16-49_agroecology_es.pdf Basado en una extensa revisión de la literatura científica existente, el estudio llama a un cambio fundamental hacia la agroecología, como una manera de impulsar la producción alimentaria y mejorar la situación de los más pobres.
“Para alimentar a 9 mil millones de personas en el año 2050, se hace urgente adoptar técnicas agrícolas más eficientes”, dice Olivier De Schutter, relator especial sobre el derecho a la alimentación y autor del informe. “Hoy en día existe evidencia científica que demuestra que los métodos agroecológicos superan al empleo de fertilizantes químicos en el fomento de la producción de alimentos, donde hay necesidad de alimentos, y en entornos desfavorables”.
La agroecología aplica la ciencia ecológica en el diseño de sistemas agrícolas que pueden ayudar a poner fin a la crisis alimentaria y el cambio climático, abordando los desafíos de la pobreza. Se mejora la productividad, se protegen los suelos y se puede luchar contra las plagas ayudándose del medio natural, como ciertas especies de árboles, plantas , animales e insectos.
“Hasta la fecha, los proyectos agroecológicos han demostrado un promedio en el incremento del rendimiento en los cultivos en torno al 80% en 57 países en desarrollo, con un incremento del 116% en los proyectos que se desarrollan en África”, dice De Schutter. “Los proyectos más recientes realizados en 20 países africanos, han mostrado una duplicación en los rendimientos de los cultivos en un período de 3 a 10 años”.
“La agricultura convencional se basa en el uso de productos caros, favorecen el cambio climático y el uso de combustibles, no siendo resistentes a las perturbaciones climáticas. No es la mejor opción hoy en día. Una gran parte de la comunidad científica reconoce los efectos positivos de la agroecología en la producción de alimentos, la mitigación de la pobreza y del cambio climático, y esto es lo que necesita un mundo con recursos limitados. Malawi, un país que puso en marcha el uso de un fertilizante químico mediante un programa de subsidios hace unos años, ahora es un país que aplica la agroecología, beneficiando con ello a más de 1,3 millones de personas pobres, aumentando los rendimiento de los cultivos de maíz de 1 tonelada/ha a 2,3 toneladas/ha.
En informe también señala que proyectos que se desarrollan en Indonesia, Vietnam y Bangladesh han supuesto una reducción del hasta el 92% en el uso de insecticidas en los cultivos de arroz, lo que supone un gran ahorro para los agricultores pobres.
“Se reemplazaron los pesticidas y los fertilizantes. Era una apuesta sobre seguro y resultados comparables se han encontrado en países de África, Asia y América Latina”, señala el experto independiente. “Pero este enfoque también está ganando terreno en los países desarrollados, como Estados Unidos, Francia o Alemania, Sin embargo, a pesar de su enorme potencial en favorecer una alimentación para todos, la agroecología no está todavía suficientemente respaldada por las políticas públicas y por lo tanto casi no se ha desarrollado nada más que a nivel experimental”.
El informe enumera una docena de medidas que los Estados deberían implantar para ampliar las prácticas agroecológicas. “La agroecología es una aproximación basada en el conocimiento. Se requieren políticas públicas de apoyo e investigación y servicios que amplíen la participación”, dice De Schutter. Los Estados “y los donantes tienen un papel clave en este sentido. Las empresas privadas no invierten su tiempo y su dinero en prácticas que no puedan ser recompensadas con patentes y que no abra mercados para productos químicos o semillas modificadas”.
El Relator Especial de la ONU sobre el Derecho a la Alimentación también insta a los Estados a apoyar a las organizaciones de agricultores a pequeña escala, que demuestran una gran capacidad para difundir las mejores prácticas agrícolas entre sus miembros.
“El fortalecimiento de la organización social puede tener tanto impacto como la distribución de fertilizantes. Los pequeños agricultores y los científicos puede desarrollar prácticas innovadoras cuando se asocian.. No vamos a resolver el problema del hambre y del cambio climático con la agricultura industrial con grandes plantaciones. La solución está en el apoyo y la formación de los pequeños agricultores, en la investigación, y en aumentar los ingresos de los pequeños agricultores a fin de contribuir al desarrollo rural… Las partes interesadas son cuestión clave para el apoyo de las medidas que se señalan en el informe, podemos contemplar una duplicación de la producción de alimentos en los próximos 5 a 10 años, en algunas regiones donde todavía existe el hambre. El que tengamos éxito o no en esta transición dependerá de nuestra capacidad de aprender de las innovaciones. Tenemos que actuar con rapidez si queremos evitar el hambre y los desastres climáticos del siglo XXI”, dijo De Schutter.
- El informe “Agroecología y el derecho a la alimentación” se presentó el 8 de marzo de 2011 ante el Consejo de Derechos Humanos de la Naciones Unidas en Ginebra. Este documento está disponible en inglés, francés, español. Chino y ruso en :http://www.srfood.org/index.php/es/component/content/article/1-latest-news/1174-report-agroecology-and-the-right-to-food
Olivier De Schutter fue nombrado Relator Especial sobre el Derecho a la Alimentación en mayo de 2008 por el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Actúa independientemente de cualquier Gobierno u Organización.
Para obtener más información sobre el mandato y la labor del Relator Especial, visite: www.srfood.org o http://www2.ohchr.org/english/issues/food/index.htm