La Cibeguerra ha terminado y la ASN ha ganado

Tom Burghardt / 21 de octubre de 2010

El Memorándum del acuerdo al que llegaron la semana pasada el Departamento de Seguridad de la Nación (DHS) y la Agencia de Seguridad Nacional (ASN o NSA en inglés), establece un aumento en el control del Pentágono de las telecomunicaciones y de la infraestructura electrónica.

Todo en aras de la ciberseguridad por supuesto, donde la Iniciativa de Ciberseguridad Nacional Completa (CNCI), establecida por la administración, es un secreto de Estado desde hace mucho tiempo.

Se ha admitido por parte de las autoridades que tanto la administración Obama, como anteriormente la de Bush, dio prerrogativas a la NSA en una directiva todavía secreta, la Directiva Presidencial 54, y la Directiva 23 de Seguridad nacional ( NSPD/HSPD 23) de 2008, siendo entonces presidente el sr. Bush.

El Acuerdo precede a los informes que la semana pasada dio a conocer la Fundación Fronteriza Electrónica, en el que se dice que la DHS espía el rastro de las navegación en Internet y que la agencia ha establecido un Centro de Escucha de las Redes Sociales.

Los documentos obtenidos por la Fundación Fronteriza Electrónica, gracias a un pleito por la Ley de Libertad de Información, revelan que la agencia ha estado pasando la aspiradora por los artículos de interés y que sistemáticamente supervisa a los que solicitan ciudadanía y analizando las comunicaciones en la red.

Los documentos sugieren que la “DHS recoge información en grandes cantidades, referente a individuos y organizaciones que explícitamente se expresan acerca de un determinado acontecimiento político: la toma de posesión de Obama.”

Enseguida se nos viene a las mientes una pregunta preocupante: ¿qué otros acontecimientos políticos están siendo espiados por los fisgones del Gobierno? Después de las incursiones del mes pasado en organizaciones pacifistas por los equipos del FBI, pesadamente armados, la respuesta es obvia.

Los nuevos informes aparecidos en The Wall Street Jorunal revelan que ciertas aplicaciones de Facebook han estado “transmitiendo información sobre nombres de las personas o de sus amigos a compañías de publicidad o de rastreo en Internet, de modo que la privacidad, si tal cosa existiera, es cosa ya del pasado.

Proyecto 12

Poniendo como coartada el manoseado terrorismo, el rollo de la ciberseguridad atraerá grandes inversiones con el dinero de los contribuyentes, incrementando el precio de sus acciones, destinado a las mayores compañías de seguridad y defensa de Norteamérica, donde siempre habrá un ganador seguro: Wall Street.

El Acuerdo entre la DHS y la NSA se produjo sólo unos días después de la publicación de un documento obtenido por el sitio de Internet Inteligencia Pública(PI).

A principios del año 2008 escribió un analista de PI:” El Presidente Bush firmó la Directiva 54 de Seguridad Nacional y la Directiva 23 Presidencial de la Nación ( NSPD-54/HSPD-23), formalizando la Iniciativa de Ciberseguridad Nacional Completa (CNCI). Esta iniciativa creó una serie de programas secretos con un presupuesto total de aproximadamente 30 millones de euros. Muchos de estos programas permanecen en secreto y sus actividades son desconocidas por parte del público.”

Entre los programas llevados a cabo por la CNCI “está el esfuerzo por aumentar la información que se comparte entre el sector privado y público, proyecto conocido como Proyecto 12.”

En el sitio web se dice: “recientemente se ha sabido de iniciativas del Proyecto 12: mejoramiento en la Protección de las Infraestructuras de Red Privadas Críticas para las Sociedades Públicas y Privadas. En sus 35 páginas, sólo para uso oficial, dicen que es una guía para la creación de sociedades públicas y privadas que faciliten la realización de las recomendaciones que reflejen la realidad de la responsabilidad compartida entre los sectores público y privado, con respecto a asegurar los activos cibernéticos nacionales, las redes, los sistemas y sus funciones.”

Según el documento, bajo la rúbrica de Plan de Protección de Infraestructura Nacional (NIPP), el Proyecto 12 recomienda que “la infraestructura crítica y los recursos claves (CIKR), sean utilizados como esfuerzos en la ciberseguridad, por distintos medios.”

Los lectores de Antifascist Calling son conscientes que durante décadas el Estado ha estado externalizando “funciones que son intrínsecamente gubernamentales por personas jurídicas privadas. Esto ha servido para proteger las actividades ilegales, como para evitar la responsabilidad pública bajo la etiqueta de Información Comercial Patentada.

Inteligencia Pública nos dice que el Proyecto 12 acentúa la “promoción de sociedades públicas y privadas que legalizan el flujo de información entre las entidades federales y el sector privado en infraestructuras críticas, como las telecomunicaciones y el transporte.”

El objetivo último de estas sociedades no es la de aumentar simplemente el flujo de una información que puede suponer una amenaza, entre las agencias estatales y la industria privada, sino facilitar también que se comporta la mayor cantidad de información entre esas compañías y el Gobierno federal.”

Qué información debe ser compartida o que implicaciones tiene para las libertades civiles y el derecho a la intimidad no son explicados en detalle en el informe.

Como se puede ver fácilmente, existen unas dudosas relaciones entre el personal militar retirado y la industria bélica, teniendo el Pentágono un exclusivo club, donde los salarios les ayuda a subir a lo más alto de la cadena alimentaria.

Lo mismo puede decirse de los funcionarios de inteligencia de alto nivel. De hecho, los antiguos funcionarios ejecutivos de las empresas entran en la constelación de la industria de seguridad, encontrándose entre los defensores más ardientes de fortalecer la colaboración entre los sectores estatal y privado. Y los actores más poderosos en este campo están representados por las tiendas del vestíbulo, como Inteligencia y Alianza por la Seguridad Nacional (INSA) y los Ejecutivos de Negocios para la Seguridad Nacional (BENS).

El año pasado se me informó de que BENS son actores clave que impulsan el pánico en la «ciberseguridad» nacional. En ese artículo que escribí, decía que el grupo es una «auto-descrita» organización nacional, no partidista «[que] reclama el título de intervenir como ‘el canal principal por la que los altos ejecutivos de negocios puede ayudar a mejorar la seguridad de la nación

Proyecto 12 es un área donde el poder de los corredores de BENS  han destacado en el compadreo mutuo.

Se nos informa que «el costo de la determinación del alcance y la creación de una herramienta que reúna los requisitos para el ciber-conocimiento de la situación en tiempo real, es probable que sea importante y sería una inversión de alto riesgo con los fondos federales.» En otras palabras, mientras que los contribuyentes pagan el proyecto de ley, las empresas privadas cosecharán los beneficios de los contratos a largo plazo y los futuros proyectos de desarrollo de alta tecnología.

Sin embargo, «antes de hacer esa inversión, el Gobierno de los EE.UU. y sus socios de intercambio de información de seguridad, se debe definir un ámbito y una misión claras para el desarrollo de la conciencia de la situación común y debe evaluar una variedad de soluciones provisionales o simplificadas».

Aquellas «soluciones» no saldrán baratas.

Los Medios de Estudio del mercado nos informan que “el sector del gobierno estadounidense relacionado con la Ciberseguridad atestigua un florecimiento de inversiones.”

Se nos dice que con un «mercado acumulado valorado en 55 millones de dólares entre 2010-2015), La Agencia de Ciberseguridad Federal de los EE.UU. crecerá constantemente-en alrededor del 6,2% CAGR [tasa de crecimiento anual compuesto] en los próximos seis años

Estas cifras reflejan la manía de fusiones y adquisiciones entre las más grandes compañías de defensa de Estados Unidos y las empresas de seguridad, que están devorando a la competencia de forma acelerada.

Washington Technology informó a principios de este mes que «los contratistas del gobierno que se especializan en el sector más atractivo del mercado, está experimentando un crecimiento mucho más rápido y, en consecuencia, disfruta de mucha más alta valoración sobre la venta de sus negocios que sus homólogos más generalistas».

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http://dissidentvoice.org/2010/10/the-cyberwar-is-over-and-the-national-security-agency-has-won/