Ha llegado el momento de una agricultura libre de venenos

Por Claire Robinson, 30 de noviembre de 2017

GMWatch

A pesar de la renovación del permiso por parte de la UE de uso del glifosato, los herbicidas basados en este producto químico están en vías de desaparición e indica el camino que otros productos químicos agrícolas podrían seguir, dice la Dra. Angelika Hilbeck*. Imagen del libro de Alwin Seifert “Agricultura sin venenos”. OGE 2006.

El Ministro alemán de Agricultura, Christian Schmidt, causó malestar cuando votó a favor de la renovación de la licencia de uso del glifosato durante cinco años más por parte de la UE, a pesar de la oposición de la Ministra de Medio Ambiente, Barbara Hendricks. El glifosato es el ingrediente activo del herbicida más emblemático de Monsanto, Roundup. Al parecer actuó no sólo sin el consentimiento de la canciller Angela Merkel, sino también en contra de la posición del gobierno de coalición.

Alemania se ha abstenido en las anteriores votaciones de la UE sobre el glifosato en consideración a la falta de consenso dentro del Gobierno. El apoyo unilateral de Schmidt al glifosato permitió la aprobación del producto químico con el respaldo de una mayoría cualificada de los Estados miembros, aunque la Comisión tenía la facultad de aprobarlo unilateralmente si no se alcanzaba la mayoría cualificada a favor o en contra, como en las votaciones anteriores.

Schmidt y Hendricks pertenecen a diferentes partidos políticos, que se unieron en el último gobierno de coalición de Merkel. Tras las recientes elecciones en Alemania, Merkel está intentando formar una nueva coalición, pero el comportamiento “traidor” de Schmidt sobre el glifosato ha puesto a prueba el ya difícil proceso de negociación entre los potenciales socios de la coalición.

Motivos para el optimismo

La prórroga de cinco años para una sustancia química clasificada como probablemente cancerígena por la Agencia Internacional del Cáncer de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha decepcionado a muchos.

Pero no soy pesimista sobre estos hechos, ya que también veo oportunidades en ellos. Si Alemania hubiera hecho lo que Merkel quería y se hubiera abstenido de nuevo en la votación sobre el glifosato, la Comisión habría aprobado el glifosato sin el apoyo de los Estados miembros y habría continuado el estancamiento entre los que se oponen y apoyan el uso continuado del producto químico. Una prohibición total en este momento no habría obtenido suficiente apoyo político.

La desafortunada decisión de Schmidt ha llevado finalmente a desbloquear la situación, pero puede resultar en una ayuda para aquellos que se oponen al glifosato. Ha provocado un escándalo en la política alemana en un momento en el que los partidos luchan por construir un nuevo gobierno. Por lo menos en Alemania, casi todo el mundo sabe lo que es el glifosato. Esta cuestión puede incluso convertirse en el punto de inflexión para las negociaciones de la coalición gubernamental.

En este contexto, lo que ha logrado el movimiento contra el glifosato es formidable. Es probable que los herbicidas a base de glifosato estén en camino de desaparecer – en Europa debido a la resistencia pública, y en América del Norte y del Sur debido a la creciente resistencia de las malas hierbas. Y el tema del glifosato está teniendo cada vez más repercusión.

Europa ha aprobado el glifosato durante cinco años, un tercio del período normal de 15 años. Esta es una mala noticia para la Industria de los plaguicidas -de ahí la reacción poco entusiasta del lobby de la Agricultura Industrial COPA-COGECA. Francia e Italia han anunciado que eliminarán el glifosato en un plazo de tres años.

La industria ha invertido mucho dinero en grupos de presión y relaciones públicas para apoyar el glifosato. La credibilidad de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y de la autoridad reguladora alemana BfR, que dieron vía libre la glifosato, han perdido su credibilidad.

Una lucha más amplia que la del glifosato

El glifosato está ocupando un importante lugar en la agenda política -algo que nunca se hubiera creído posible hace tan sólo un año- gracias al Ministro Schmidt, quien muy probablemente dejará de ser Ministro en el nuevo gobierno.

Sin embargo, la lucha en general es mucho más amplia que la del glifosato. Y no se puede ganar si se hace de manera reduccionista, considerar solamente un plaguicida. Por cada plaguicida que se retire, vendrá otro que será malo o aún peor. Los neonicotinoides que sustituyeron a los organofosfatos tóxicos y a los insecticidas piretroideos fueron, como el glifosato, introducidos a instancias de respeto al medio ambiente. Pero ahora se ha descubierto que envenenan abejas y animales salvajes. Incluso si con el tiempo, los neonicotinoides son prohibidos, la industria estará lista con un insecticida que lo reemplace, que de nuevo será publicitado como más seguro – hasta que se demuestre que no es tan seguro después de todo.

Los agricultores quieren una forma de evitar el uso de venenos

He conocido a muchos agricultores que no están contentos con el uso de venenos y les gustaría cultivar sin ellos. Están hartos de ser los villanos y no quieren envenenar el agua, los alimentos y la tierra. Pero se les deja en la estacada y sin otra alternativa en un entorno político en el que la agricultura no es más que otra industria extractiva basada únicamente en parámetros económicos. El modelo está construido en base a incentivos económicos perversos (el actual sistema de ayudas, la PAC) que hacen que los productos de quienes destruyen el medio ambiente y amenazan la salud humana sean artificialmente más baratos que los que no lo hacen.

Se necesitan planteamientos creativos para ayudar a estos agricultores a realizar la transición hacia un sistema agrícola moderno y benigno. Esto significa que a nivel político, el destacado compromiso público contra el glifosato debe canalizarse ahora para influir en las negociaciones de la Política Agrícola Común (PAC) europea. Las negociaciones para la próxima PAC en 2020 comienzan ahora. Los mismos intereses creados que impulsaron la renovación del glifosato ya están alineando sus esfuerzos de presión para asegurar que la intensificación ecológicamente destructiva y el uso mejorado de agroquímicos permanezcan en el centro de nuestro futuro agrícola. Todos los que queremos un sistema agroalimentario sin venenos -y estoy convencido de que es una gran mayoría- debemos hacer oír nuestras voces, alto y claro.

Hagamos todo lo que podamos para construir un movimiento europeo y transnacional con fuerza política para lograr la eliminación gradual de esta trágica era de la historia humana. Ha llegado el momento de luchar por este objetivo.

* La Dra. Angelika Hilbeck es investigadora senior en el Instituto de Biología Integrativa de Zurich de ETH en Suiza y presidenta saliente de la Red Europea de Científicos para la Responsabilidad Social y Ambiental (ENSSER).

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