por Stephen Lendman / 1 de marzo 2011
Los medios de comunicación de Estados Unidos, la BBC, controlada por el Gobierno, otras fuentes Occidentales, y Al Jazeera, están extendiendo informaciones sin verificar o falsas sobre lo que está ocurriendo en Libia.
El pasado 25 de febrero, el escritor Mahdi Darius Nacemroaya, especialista en Oriente Medio y Asia Central, sobre la base de contactos fiables que mantiene en el país, escribió un interesante artículo: “Libia: ¿está Washington presionando hacia una Guerra Civil para justificar una intervención militar de la OTAN- Estados Unidos?
Para la mayor parte de los lectores, este artículo contiene información clave. Explica el desarrollo de los acontecimientos – señalando que los principales medios cuentan informaciones erróneas o no las dicen, en especial la televisión que llega a una amplia audiencia, o presentando las noticias distorsionadas. Pero esto no debería sorprendernos. Como representantes de los intereses del poder, filtran cuidadosamente desinfectada cualquier información que sustituya a la real.
Indiscutible mente Gadafi es despótico, que se rige por el miedo y el amiguismo, que trata a Libia como su Propiedad Privada, y que tiene una jerarquía de funcionarios corruptos, despreciando los intereses del pueblo.
Sin embargo, hay algo que se llama la Jamihiriya ( Estado de las masas) de Libia. La ira popular está justificada y es real. La cuestión es de si es espontánea o generada desde el exterior, y si es así, cuáles son las razones y para qué.
Las potencias Occidentales, especialmente Estados Unidos, presta su apoyo a los déspotas. Sólo la caída en desgracia les hace olvidar quién manda. Se olvidaron de Mubarak. También fue olvidado Gadafi, durante mucho tiempo dejado en retiro, a pesar de su acercamiento a los Estados Unidos y las naciones Occidentales. El resultado, que las informaciones sobre el país carecen del credibilidad, y no son verificadas. La mayor parte de ellas tienen esta carencia.
La cuestión es dejar intacta la imagen de los amigos de Washington y de los países de Occidente. Esta aquiescencia asegura el apoyo a los tiranos más crueles del mundo. Otra cosa les pondría en problemas. Como Gadafi se desvía de esta imagen, es vulnerable para ser derrocado.
La comparación entre Yugoslavia y Libia
En la década de 1990, la prensa durante la guerra de 1999 de la OTAN, liderada por Estados Unidos, también lanzó la idea, para completar una balcanización de Yusgoslavia, planeada durante tiempo, de la “intervención humanitaria”, lo mismo que ahora se repite.
Desde el 24 de marzo al 10 de junio de 1999 se realizaron implacables ataques diarios. Alrededor de 600 aviones realizaron 3000 salidas, dejando caer miles de toneladas de bombas, así como empleando cientos de misiles de crucero lanzados desde tierra. La ferocidad de este ataque no tiene precedentes. Un gran número de personas fueron asesinadas, heridas o desplazadas, causando una gran destrucción. Dos millones de personas perdieron sus medios de subsistencia, muchos sus hogares y comunidades, y para la mayoría se presentó un futuro bajo la ocupación militar.
“Cruzada de los inocentes: Yugoslavia, la OTAN y los delirios de Occidente” de Diana Johstone sigue siendo la historia definitiva de la guerra de los Balcanes, dando informaciones que los medios occidentales no sacaron a la luz. Para Estados Unidos y las potencias europeas, se trataba de disuadir a Slobodan Milosevic de sus ambiciones de una gran Serbia, una mala interpretación de los acontecimientos de 1990, que culminaron con una agresión despiadada.
Los acontecimientos de Libia parecen encaminarse hacia una resolución similar, impulsada por informaciones falsas no verificadas de lo que está ocurriendo sobre el terreno. En Yugoslavia se trataba de eliminar a Milosevic para reemplazarlo por alguien más cómodo. En Libia, Gaddafi parece encaminarse hacia la misma suerte, por la vía de la fuerza bruta, que es el suplente de Washington de la diplomacia, la misma que se utilizó para liberar a Irak y Afganistán, destruyendo ambos países, causando millones de muertos, así como una enorme devastación y desesperación en sus gentes.
Análisis de Libia en parágrafos
- A diferencia de Túnez, Egipto y otros países de la región, “Libia altera el orden establecido, siendo un objetivo de Estados Unidos y la Unión Europea”, mediante la sustitución de un déspota por otro.
- Occidente intenta sacar tajada de la revuelta, con un nuevo líder que controle.
- Armas pesadas pueden ser introducidas en el país
- La desestabilización de Libia afecta a sus vastas reservas energéticas y a los países vecinos, tal vez a toda la región.
- La tensión entre la distintas facciones de Libia puede complicar las cosas aún más, incluso el hijo de Gaddafi, Saif Al-Islam, y el círculo de ministros de avanzada edad. Los ministros de Libia se dividen entre los que están cerca (cercad de Said) y los miembros de la vieja guardia.
- También hay tensiones entre Gaddafi y sus hijos, tal vez una generación contra otra, unas ideas incompatibles con las otras.
- Gaddafi ha realizado amplias purgas entre la oposición. Aún así hay poca lealtad hacia él o su familia. Sólo el miedo les mantiene en el poder. Ahora su régimen es denunciado abiertamente. Aref Sharif, jefe de la Fuerza Aérea Libia dimitió. Ministros y embajadores también han renunciado, otros se han ido al extranjero. “Las deserciones se están produciendo como una bola de nieve ente los militares y el Gobierno”. Sin embargo, lo que está en curso puede diferir de manera significativa de las informaciones no verificadas o por las informaciones falsas que transmiten los medios de comunicación, incluso Al Jazeera.
- Existe una oposición real al régimen, pero no está organizada. Se ha organizado a través de las redes sociales, los medios internacionales de noticias, y el resto de acontecimientos del mundo árabe. Como resultado de todo esto, las informaciones de los medios de comunicación son las primeras sospechosas. No acepte nada de lo que dicen por su valor nominal.
- El liderazgo de la oposición viene de dentro del propio régimen. Sin embargo, los funcionarios corruptos no son populares. Se oponen a la tiranía de Gaddafi, pero no a la corrupción y otros símbolos de poder y privilegio. Algunos de ellos quieren salvarse a sí mismos, mientras que otros quieren fortalecer su posición. También es posible que se hayan aliado con las potencias occidentales en interés propio.
- Las informaciones de los principales medios, incluyendo Al Jazeera, acerca de los disparos de la aviación libia contra los manifestantes en Trípoli y las principales ciudades no han sido verificadas y son cuestionables…. No hay evidencia visual que demuestre que se han producido estos ataques. Gaddafi de hecho controla las ciudades que las informaciones dan por ocupadas por la oposición. Por otra parte, algunas informaciones sobre sucesos violentos también son falsos. Son historias inventadas para justificar las zonas de exclusión aérea, tal vez como punto de partida de una guerra liderada por Estados Unidos y la OTAN.
- Los intereses empresariales y occidentales en Libia, no por su oposición al despotismo, pueden explicar lo que está en curso. Se está alimentando una guerra civil para sustituir a un déspota por otro, uno al que controlen. “El caos en el mundo árabe ha sido visto como beneficioso por Washington y Tel Aviv”, y otras potencias Occidentales. Un proceso de balcanización puede ser planificado, de forma similar a como se hizo en Yugoslavia, que culminó tal y como se ha explicado más arriba – una “liberación” para el control, no una democracia que Estados Unidos no tolere. Si esta intervención se produce, se corre el peligro de una desestabilización regional, y preguntando qué líder de la región será el próximo en caer.
- Henry Kissinger dijo una vez: “Ser enemigo de Estados Unidos puede ser peligroso, pero ser amigo es fatal”. Si una balcanización está prevista, tanto los países amigos como enemigos pueden ser un objetivo si se consideran poco fiables. El caos de Libia también afecta a Europa y al suministro energético, con subidas en el precio del petróleo, que se sitúa por encima de los 100 dólares el barril, y tal vez siga subiendo, amenazando las frágiles economías con una profunda crisis.
- Washington quiso sustituir a Gaddafi hace años. El ex comandante de la OTAN, general Wesley Clark, incluyó a Libia entre los futuros destinatarios, además de Iraq, Somalia, Sudán, Líbano, Siria e Irán. Dividir, conquistar, controlar, un modo de actuar ya antiguo, anterior a la moderna Norteamérica.
- Libia llevó a cabo negociaciones secretas con Washington en el año 2001, con un posterior acercamiento, pero hacer negocios con el poder imperial es peligroso, tal vez fatal, sin que exista refugio para Gaddafi en caso de guerra civil o de que lo derroque la OTAN. La nueva situación con el control de Libia supondría apropiarse del sector energético y de sus riquezas.
- Los libios deben tener cuidado con los intereses de Estados Unidos y Occidente en toda la región.
- Las acciones de la oposición a Gaddafi son fuertes, pero no está organizado el movimiento de oposición. Por otra parte ninguna fuerza de la oposición quiere la Democracia.
- Es preciso un debate serio sobre la “intervención humanitaria”. Si se determina una zona de exclusión aérea, se consideraría un acto de guerra, lo que daría derecho a las potencias Occidentales a intervenir militarmente del mismo modo que se hizo en Iraq en la década de los años 1990. La invasión y la ocupación de hecho, podría sustituir a un régimen ya debilitado. Los recursos de Libia serían saqueados. Y un déspota sustituiría a otro.
Comentario final
Durante décadas, Gaddafi negó a los libios libertades democráticas. Pero la ocupación imperial, sin embargo, sería el crear una pesadilla al estilo de la que sufren los iraquíes y los afganos, y otros que sufren la opresión de Estados Unidos, superando al peor de los déspotas, más benignos en comparación.
Las fuerzas internas de la oposición pueden desalojar a Gaddafi del poder, aunque quizás no sea de forma fácil y rápida. Los libios deben liberarse, pero independientemente de las potencias occidentales, que desean explotarlos en su propio interés.
Sthephen Lendman vive en Chicago. Su dirección de correo electrónico: lendmanstephen@sbcglobal.net También puede visitar su blog: http://www.sjlendman.blogspot.com/
http://dissidentvoice.org/2011/03/unverified-misreporting-on-libya/