Por Sayer Ji, 28 de enero de 2018
Un nuevo estudio sobre la transmisión del virus de la gripe descubrió que las personas vacunadas difunden 6,3 veces más partículas virales en el aire exhalado en comparación con los que no se han vacunado al menos en las últimas dos temporadas.
La vacunación se basa en la creencia pocas veces cuestionada de que se confiere una inmunidad de grupo contra patógenos específicos. Esta es la razón por la cual los dos términos se usan muy a menudo de manera indistinta, vacunación e inmunización, un confusión que rara vez se contrasta. En el caso de la vacuna contra la gripe, la certeza de tal inmunización se aproxima a una creencia sustentada en la fe, en la que las organizaciones relacionadas con la salud hacen el papel de Iglesia, los médicos asumen el papel del clero, y la literatura publicada, las Sagradas Escrituras.
Pero, ¿y si no fuese así? Hay muchos ejemplos que no apoyan esta idea. Hemos recopilado por los menos 500 estudios que muestran los efectos no deseados y adversos de muchas vacunas, superando a los supuestos beneficios.
El último estudio del que hemos tenido conocimiento se titula “Difusión de virus infecciosos en el aire exhalado en relación con los casos sintomáticos de gripe estacional”, publicado en PNAS (Procedimientos de la Academia Nacional de Ciencias).
El estudio encontró que los portadores del virus de la gripe exhalan cantidades significativas de virus de la gripe, que contrariamente a lo que creíamos, no se difunden por los estornudos, que son poco frecuentes, y no juegan un importante papel en la difusión aérea de los virus de la gripe, ni tampoco hace falta toser para transmitir estas partículas virales. Simplemente la transmisión se realiza mediante la respiración. El estudio también encontró que los hombres arrojan mayor cantidad de virus de la gripe que las mujeres a través del aire, a pesar de que las mujeres tosen con mayor frecuencia. Pero la más destacado de este estudio es lo siguiente:
“Las personas vacunadas esta temporada y la anterior difunden 6,3 veces mayor cantidades de aerosoles (IC del 95%: 1,9 a 21,5), en comparación con los no vacunados en las dos últimas temporadas”. |
Aquí más detalles sobre el diseño del estudio:
“Se revisaron a 355 voluntarios con síntomas de enfermedades respiratorias agudas y se contabilizaron 142 casos confirmados de infección gripal, que proporcionaron 218 muestras nasofaríngeas (NP) emparejadas y muestras del aire exhalado durante 30 minutos (gruesas >5 µm y fracciones finas de 5 µm) en los días 1 a 3 después de la aparición de los síntomas. Se analizó el número de copias de ARN viral de las distintas muestras, tanto las nasofaríngeas como de aerosoles finos”. “Recuperamos virus infecciosos en 52 de los aerosoles finos (39%) y en 150 de los muestras nasofaríngeas (89%). La media geométrica del número de copias de ARN fue de 3,8×104 en un período de 30 minutos en lo que se refiere a los aerosoles más finos, 1,2×104 en un período de 30 minutos para los aerosoles más gruesos, y 8,2 por 108 para las muestras nasofaríngeas. El ARN viral presente en los aerosoles más finos y de mayor tamaño se asociaron con el índice de masa corporal y el número de veces que se tosía y asoció en sentido inverso al aumento del número de días desde la aparición de los síntomas”. “El ARN viral de los aerosoles finos se asoció positivamente con la vacunación contra la gripe, tanto en la temporada actual como en la anterior. El ARN viral de las muestras nasofaríngeas se asoció positivamente con los síntomas en las vías respiratorios superiores y se asoció negativamente con la edad, pero no se asoció significativamente con el ARN viral presente en los aerosoles finos o gruesos, ni con sus indicadores. Los estornudos eran algo raro, y ni estos ni las toses eran necesarias para producir aerosoles infecciosos. Nuestras observaciones sugieren que la infección por la gripe en las vías respiratorias superiores e inferiores están compartimentadas y son independientes”. |
Claramente, si este hallazgo es preciso y reproducible, la vacunación contra la gripe puede hacer que usted sea más propenso a infectar a otros. O peor, también puede aumentar la probabilidad de contraer la gripe en primer lugar. Por ejemplo, un estudio canadiense de 2010 que analizó 4 estudios observacionales encontró que la vacuna contra la gripe H1N1 2008-2009 se asoció con un riesgo 1,4 a 2,5 veces mayor de contraer la gripe y recibir atención médica durante la primavera y el verano de 2009.
Y esto es sólo la punta del iceberg. Hemos estado reportando sobre la evidente falta de pruebas de la efectividad (y seguridad) de la vacuna contra la gripe durante más de una década, basada en gran medida en la falta de información de la Revisión de la Base de Datos Cochrane (Cochrane Database Review) para mostrarlos efectivos (y seguros), a pesar de los cientos de estudios financiados por la industria que han intentado hacerlo.
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