LA ÚNICA MANERA DE SALIR DEL ATOLLADERO ES LA DE REGRESAR A UNA CONCENTRACIÓN ATMOSFÉRICA DE CO2 EN TORNO A LAS 350 PPM
Por George Monbiot, 10 de mayo de 2013
Los datos se remontan a unos 800.000 años, que es la edad de las burbujas de aire fósil más antiguas encontradas en la zona de la Cúpula C, en el corazón de la Antártida. Y durante todo ese tiempo no se tienen noticias de registros parecidos: en ningún momento de la historia preindustrial; se alcanzaron concentraciones de dióxido de carbono en la atmósfera por encima de las 300 partes por millón (ppm). 400 ppm pertenece a una época diferente.
La diferencia entre 399 ppm y 400 ppm es pequeña en términos de su impacto en los sistemas vivos del mundo. Pero esta cantidad tiene un valor simbólico en el camino hacia la destrucción del medio. Es el símbolo de nuestra incapacidad para mirar en una perspectiva a largo plazo lo que está ocurriendo en el ambiente, mirando sólo lo inmediato en interés propio.
El único camino a seguir es el de revertir la situación, volver sobre nuestros pasos y tratar de alcanzar concentraciones atmosféricas de CO2 en torno a las 350 ppm, como la organización 350.org solicita en su campaña. Para ello se requiere dejar en su lugar la mayor parte de los combustibles fósiles que se han detectado en el suelo. Pero no hay Gobierno ni Empresa que haya accedido a hacerlo.
Recientemente, la Empresa Shell anunció que seguirá adelante con sus planes de perforar el pozo más profundo que se haya hecho nunca: casi 3 kilómetros por debajo del Golfo de México. Al mismo tiempo, la Universidad de Oxford abrió un nuevo laboratorio en el Departamento de Ciencias de la Tierra. Este laboratorio está financiado por Shell. Oxford dice que esta asociación “está diseñada para apoyar el desarrollo más eficaz de los recursos naturales y así satisfacer una demanda energética en rápido crecimiento”. Esto se traduce en la búsqueda y extracción de más combustibles fósiles.
El Sistema Europeo del Comercio de Emisiones, que suponía haber alcanzado muestro máximo de nuestro consumo, está en la práctica muerto. Las negociaciones internacionales sobre el clima se han estancado; los Gobiernos mantienen silencio y ocultan los compromisos nacionales. Las medidas prácticas para impedir el crecimiento global de las emisiones, en comparación con el desafío al que nos enfrentamos, es casi inexistente.
Se han limitado a decir: el poder de las Compañías Energéticas es demasiado grande. Los que ocupan altos cargos muestran una total ausencia de empatía o de escrúpulos, siendo su única mira la obtener enormes ganancias, frente a los intereses y perspectivas actuales y futuras de la humanidad.
Este nuevo hito climático refleja el profundo fracaso de la Política, una Democracia suplanta por una Plutocracia. Sin una reforma generalizada de la financiación de las campañas electorales, de los grupos de presión, del tráfico de influencias y de la corrupción sistemática, las posibilidades de prevención de la degradación del clima son nulas.
Así que nuestra clase política no es más que una estación de paso en este camino hacia la idiotez, con la única determinación, parece ser, de completar este viaje.
Fuente: http://www.commondreams.org/view/2013/05/10-10
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