Estudio de la Universidad de Michigan: “Los biocombustibles serían incluso más perjudiciales para el cambio climático que los combustibles fósiles”

Por Keith Matheny, 25 de agosto de 2016

Detroit Free Press

Los cultivos de maíz para la producción de biocombustibles se han triplicado en los últimos 10 años
Los cultivos de maíz para la producción de biocombustibles se han triplicado en los últimos 10 años

Los miles de millones de dólares que ha recibido la Industria de los biocombustibles, promovidos y fomentados por el Gobierno federal, se han gastado en base a una falsa suposición, según el estudio publicado por la Universidad de Michigan el pasado jueves, que seguro generará una amplia polémica sobre esta Industria.

A pesar de sus supuestas ventajas, los biocombustibles, producidos a partir de cultivos como el maíz y la soja, originan más emisiones de dióxido de carbono que los combustibles fósiles, lo que favorecería el cambio climático, según el estudio del profesor del Instituto de la Energía de la Universidad de Michigan John DeCicco.

Este estudio viene a sumarse a la controversia sobre el aumento en la producción de biocombustibles y la superficie de tierras que se destinan a estos cultivos industriales, y que en realidad no están proporcionando los beneficios ambientales y económicos que muchos esperaban.

Dado que el Gobierno federal aprobó el uso de combustibles renovables mezclados con los combustibles fósiles en el año 2005 y se amplió en el año 2007, la parte anual de la cosecha de maíz dedicada a los biocombustibles se ha triplicado, alcanzando unos 184 millones de m3, según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos. La cantidad de aceite de soja destinada a la producción de biodiésel se ha duplicado en los últimos ocho años, alcanzando unas 2.300.000 toneladas.

Esto echa por tierra más de una década de políticas públicas de apoyo a los biocombustibles”, dijo DeCicco.

Pero este estudio de DeCicco está recibiendo las críticas y una fuerte oposición por parte de los agricultores y defensores de estos combustibles, cuestionando su metodología y observando que su estudio ha sido financiado por el Instituto Americano del Petróleo, que tiene un interés personal en el fracaso de los biocombustibles.

La investigación de DeCicco desafía una de las premisas del Gobierno federal sobre los combustibles renovables: la suposición de que los biocombustibles son inherentemente neutrales en las emisiones de carbono, es decir, la cantidad emitida a la atmósfera cuando se queman los biocombustibles se compensa con la cantidad de carbono que el maíz o la soja captarían de la atmósfera durante su ciclo de desarrollo.

Investigadores y políticos han analizado las emisiones generadas por los diferentes combustibles en las cadenas de suministro. En el caso de la gasolina, se han tenido en cuenta no sólo las emisiones de los tubos de escape de los vehículos, sino también las emisiones de carbono durante la extracción del petróleo, su transporte, el refinado del combustible y otros procesos. En el caso de los biocombustibles, en la ecuación se han considerado no sólo el proceso de refinado, sino también las actividades agrícolas y uso de fertilizantes, dijo DeCicco, pero no las emisiones relacionadas con la quema de biocombustibles, debido a la compensación en las emisiones de carbono durante el proceso de cultivo del maíz.

El que se generaban unas emisiones neutras de carbono ha sido sólo una suposición. Para comprobar la veracidad de esa suposición, se necesita analizar lo que realmente está pasando en la tierra de cultivo, allí donde se cultiva para la obtención de biocombustibles. Es algo que no se ha hecho anteriormente. Se pensaba que no era necesario.

Tragué saliva la primera vez que lo vi representado matemáticamente, sin ocultar el problema, de eso hace unos cuatro años. Una gran cantidad de intereses han intentado encubrir esa suposición”.

Utilizando los datos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, los datos de producción de las tierras de cultivo, determinando la composición química de esos cultivos y contabilizando todo el carbono de las plantas, DeCicco creó un factor denominado “captura de carbono”. Durante la última década, ya que el consumo de etanol de maíz y otros biocombustibles se ha triplicado en los Estados Unidos, el aumento de la absorción de carbono por los cultivos sólo se ha visto compensado en un 37% en las emisiones de dióxido de carbono procedentes de la combustión de los biocombustibles, señaló DeCicco.

Cuando se trata de emisiones que favorecen el calentamiento global, resulta que los biocombustibles son más perjudiciales que la gasolina”.

Esto supone un duro revés para la Asociación de Combustibles Renovables, organización líder en el comercio del etanol.

biocombustibles

Se trata del mismo estudio con la misma metodología errónea y resultados falaces que ha utilizado ya en el pasado el profesor DeCicco”, dijo Geoff Cooper, vicepresidente de la Asociación.

Lleva repitiendo los mismos argumentos durante años, y durante esos años han sido rechazados por los científicos del clima, los organismos de regulación y Gobiernos de todo el mundo, del mismo modo que por los expertos de reconocida reputación que analizan los ciclos productivos.

Del mismo modo que en años anteriores, su trabajo ha sido financiado por el Instituto Americano del Petróleo, que obviamente tiene un gran interés en ocultar y encubrir las prácticas contables aceptadas del balance de carbono de los biocombustibles. Resulta halagador que la API haya mostrado su interés por los beneficios para el clima de los biocombustibles, pero se informaría mejor al público si la API emplease su tiempo y su dinero en analizar los muy reales, y muy negativos, impactos climáticos del petróleo”.

Jim Zook, Director ejecutivo del Programa de Comercialización del Maíz de Michigan y la Asociación de Productores de Maíz de Michigan, hablan de otros estudios que demostrarían que el uso de los biocombustibles reduce significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero en comparación con la gasolina. Y tendría otros beneficios: los subproductos pueden ser convertidos en alimento para el ganado con un alto valor proteico.

En realidad estamos obteniendo más productos en el proceso de elaboración del etanol, administrando mejor los recursos al hacer esto”, dijo Zook.

La producción de biocombustibles para el transporte también reduciría la dependencia del petróleo procedente de otras zonas del mundo que a menudo se muestran hostiles hacia los Estados Unidos y sus intereses. Zook añadió:

Es algo de sentido común, que no se despliegan tropas en un campo de maíz”.

DeCicco ha respondido que toda su investigación ha sido revisada por pares, es decir, por otros científicos expertos en el mismo campo, que seguirán escudriñando. En cuanto a la financiación por parte de la Industria del Petróleo, DeCicco dijo que hace años buscó otras fuentes de financiación más orientadas hacia el medio ambiente, que se negó a especificar, pero no estaban interesadas en la financiación del análisis de los ciclos productivos.

En este campo tengo una reputación científica considerable, como un científico que obtiene unos datos numéricos que generan la gráfica correspondiente. Los defensores de los biocombustibles, y otras personas que se mueven en el mismo círculo, empezaron a plantear dudas cuando aparecieron los primeros resultados”.

Andy McGlashen, portavoz de la organización no lucrativa Consejo Ambiental de Michigan, dio su opinión sobre la investigación de la Universidad de Michigan.

Nuestro trabajo para reducir el impacto climático provocado por el transporte se va a centrar en la mejora del transporte público y apoyar el desarrollo y adquisición de vehículos eléctricos. Vamos a seguir las discusiones en torno a esta investigación, pero a primera vista de los resultados parece más razonable mantener nuestro enfoque en cuanto a las prioridades”.

Emily Cassidy, analista de investigación del Grupo de Trabajo Ambiental, dijo que DeCicco está estudiando un área que “merece un profundo escrutinio”.

Hay crecientes evidencias de que los biocombustibles han sido perjudiciales para el medio ambiente y el clima, y esta investigación viene a incidir en ello. Hay algunos combustibles que podrían ser beneficiosos para el clima, pero esos combustibles debieran proceder sobre todo de residuos de los cultivos y biomasa leñosa que no es utilizada para otras cosas”.

Michigan podría combatir mejor el cambio climático utilizando otros métodos, dijo DeCicco.

Habría que acelerar la cantidad de CO2 que se captura del aire. La mejor manera de hacerlo es plantando más árboles y dejarlos. Antes de su poblamiento, Michigan fue muy boscosa. Un estado como Michigan podría hacer mucho más para equilibrar las emisiones de CO2 mediante la reforestación en lugar de reasignar las tierras de cultivo para la obtención de biocombustibles. Se trataría de un juego de trileros que no funciona”.

El estudio de DeCicco fue publicado el pasado jueves en la revista científica Cambio Climático.


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