Journal of Clinical & Experimental Dermatology Research
Marianne J. Middelveen1, Elizabeth H. Rasmussen2, Douglas G. Kahn3 and Raphael B. Stricker1* 1International Lyme and Associated Diseases Society, Bethesda, MD 2College of Health Sciences, University of Wyoming, Laramie, WY 3Department of Pathology, Olive View – UCLA Medical Center, Sylmar, California
*Corresponding author: |
Raphael B. Stricker, MD |
Recibido el 27 de enero de 2012, aceptado el 12 de marzo 2012; publicado el 16 de marzo 2012
Citación: Middelveen MJ, Rasmussen EH, Kahn DG, Stricker RB (2012) Morgellons Disease: A Chemical and Light Microscopic Study. J Clin Exp Dermatol Res 3:140. doi:10.4172/2155-9554.1000140
Copyright: © 2012 Middelveen MJ, et al. Este artículo puede ser distribuido según los términos de la licencia Creative Commons, que permite su uso, distribución, y reproducción sin restricción en cualquier medio, con tal que se acredite el autor y la fuente original.
Resumen:
La enfermedad de Morgellons es una enfermedad multisistémica caracterizada por dermopatía emergente inexplicable y por la producción de filamentos inusuales en la piel. A pesar de las evidencias que muestran la presencia de un proceso infeccioso y que las lesiones no son autoinfligidas, muchos médicos siguen afirmando que se trata de una enfermedad ilusoria. Se presentan observaciones clínicas relevantes en combinación con estudios químicos y observaciones con microscopio óptico del material recolectado en tres pacientes con la enfermedad de Morgellons. Nuestro estudio demuestra que la enfermedad de Morgellons no es una enfermedad ilusoria y que las lesiones de la piel con fibras inusuales no son autoinfligidas o de origen psicogénico. Proporcionamos evidencias químicas, detalles microscópicos y análisis inmunohistoquímicos de los filamentos asociados, que se originan en las células epiteliales humanas, lo que apoya la hipótesis de que estas fibras están compuestas de queratina y son productos de los queratinocitos.
Palabras clave
Enfermedad de Morgellons, dermatitis digital, enfermedad de Lyme, Borrelia burgdorferi, espiroquetas, queratina
Introducción
La enfermedad de Morgellons (DM) es un trastorno dermatológico emergente y una enfermedad multisistémica. La enfermedad se caracteriza por una dermopatía inexplicable asociada con la formación de unos filamentos inusuales que se encuentran tanto subcutáneamente como surgen de forma espontánea al exterior, con una cicatrización lenta de los lesiones producidas en la piel (1). Los filamentos asociados con esta enfermedad aparecen por debajo de la piel intacta (1,2), lo que demuestra que no son autoimplantados. Los filamentos observados que salen de la piel están unidos a una matriz de células epiteliales (2). Este hallazgo demuestra que los filamentos tienen su origen en las células humanas y no son fibras textiles. Estos filamentos no han sido relacionados con fibras textiles conocidas, y la utilización de diferentes disolventes para quitar su coloración ha fallado; las fibras son muy fuertes y resistentes al calor (4,5). Los filamentos son física y químicamente compatibles con la queratina, una fibra biológica producida en el epitelio por los queratinocitos. Un reciente informe del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) confirmó que estos filamentos tienen en su composición una proteína que es consistente con la queratina (6).
La enfermedad de Lyme, que tiene síntomas similares a la enfermedad de Morgellons, tales como trastornos neurológicos en las articulaciones, son la evidencia de afectación sistémica (1,2,7). La evidencia objetiva de que se trata de una enfermedad clínica se ha demostrado por su asociación con una neuropatía periférica, retraso en el recambio capilar, disminución de la temperatura corporal, taquicardia, elevación de los marcadores proinflamatorios, liberación de citoquinas, inmunodeficiencia selectiva y altos niveles de insulina, lo que sugiere que se trata de un proceso infeccioso (8,9). Los pacientes pueden mostrar resultados anormales: bajo grado de anemia, disfunción endocrina, disfunción inmune e inflamación (8,10). Los pacientes también muestran en un grado más alto de lo esperado resultados positivos para otras enfermedades transmitidas por garrapatas, lo que sugiere la posible participación de agentes patógenos coinfecciosos (10).
La observación de los filamentos que se observan en las lesiones no es algo exclusivo de los seres humanos que padecen la enfermedad de Morgellons. La similitud de esta enfermedad y la dermatitis bovina digital (BDD) ya ha sido descrita (3). La BDD es una enfermedad emergente que afecta al ganado y está caracterizada por la formación de unos filamentos inusuales en la piel por encima de las pezuñas (11). Las lesiones proliferativas en su última etapa muestran la elongación de los queratinocitos, hiperqueratosis y la proliferación de largos filamentos de queratina (12,14). La detección coherente de las espiroquetas asociadas a las lesiones es una prueba de la participación de las espiroquetas como agentes etiológicos primarios (15,20). La inducción experimental de lesiones con tejido homogeneizado (21) y treponemas cultivados (22) apoya el papel de las espiroquetas como principales agentes etiológicos.
Al igual que BDD, el Morgellons está asociado con una infección aparente por espiroquetas y la producción inusual de filamentos (3). Una comparación entre BDD y el Morgellons sugiere que las inusuales fibras observadas en los pacientes pueden resultar de la hiperqueratosis y la producción del filamento tal y como se describe en BDD. Parece ser que las fibras están compuestas de queratina producida por los queratinocitos, un fenómeno que ha sido demostrado en BDD (13). El estudio de los tres casos siguientes proporciona una prueba más que apoya esta hipótesis.
Materiales y Métodos
Muestras humanas y bovinas
De tres pacientes que cumplían los criterios de la enfermedad de Morgellons se recogieron callos, costras, filamentos y otros restos dermatológicos y se observó bajo el microscopio. Las muestras recogidas fueron examinadas mediante microscopía de campo claro con un aumento de 100 veces. Las muestras fueron iluminadas por encima o por debajo. Algunas muestras también se iluminaron con luz ultravioleta (UV).
Las biopsias de las muestras procedentes del ganado vacuno con BDD fueron amablemente proporcionadas por el Dr. Dorte Dopfer, de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Wisconsin, Madison, WI. Estas biopsias de las reses con BDD proliferativa tardía se realizaron para su comparación con las muestras procedentes de las tres personas con la enfermedad de Morgellons, utilizando un microscopio de disección con un aumento de x8. Este material también fue sometido a fluorescencia bajo luz UV.
Para los experimentos químicos, se utilizaron muestras de cabello normal, filamentos de los casos 1 y 2 y las fibras de las reses con BDD, determinando la reactividad a tres agentes cáusticos: hipoclorito de sodio al 12%, hidróxido de sodio al 10% e hidróxido de potasio al 10%. Cada muestra fue sumergida en 150 μl de la solución química durante dos horas, y observadas con microscopía óptica a los 0, 1, 10, 30, 60 y 120 minutos. La disolución de las fibras fue evaluada por su desgaste, pérdida de forma y/o desintegración en el tiempo indicado.
Para los experimentos inmunohistológicos, se utilizaron muestras de filamentos de los casos 1 y 2, tiñendo la queratina con cuerpos monoclonales. En pocas palabras, se fijaron los filamentos con formol, se introdujeron en parafina y fueron incubados con cuerpos monoclonales AE1/AE3 (Dako North America Inc, Carpinteria, CA) y AE5/AE6 (Cell Corporation Marca, Sacramento, CA) dirigidos contra las citoqueratinas 1/3 y 5/6 , respectivamente, usando Envision ® + doble enlace Sistema-HRP (Dako) según las instrucciones del fabricante. Las muestras fueron teñidas utilizando la peroxidasa del rábano picante, y la queratina coloreada de marrón fue observada con el microscopio óptico.
Observaciones Clínicas
Caso 1
La paciente es una abuela de 72 años de edad y ex modelo que desarrolló unas lesiones muy dolorosas en sus manos mientras trabajaba en su jardín en San Antonio, Texas, en 1994. Las lesiones presentaban unos bordes irregulares y se fueron curando lentamente, dejando unas cicatrices visibles. Las fibras se observaban en las lesiones y bajo la piel intacta de sus manos, utilizando un microscopio con un aumento de x60. Los esteroides de uso tópico no tuvieron ningún efecto. La paciente también notó la aparición de fatiga, dolor en las articulaciones y dolores musculares, y el tratamiento con esteroides sistémicos exacerbó los síntomas sin ningún tipo de mejoría en las lesiones de la piel. La evaluación médica fue negativa en enfermedades autoinmunes e infecciosas, y la evaluación neuropsiquiátrica fue completamente normal. La biopsia de una lesión mostró hiperqueratosis y paraqueratosis sin organismos visibles o evidencia de vasculitis. Sin embargo, las “fibras textiles” se observaron en la muestra de la dermis sometida a biopsia.
En 2001, después de numerosas visitas a los dermatólogos y otros especialistas médicos, fue tratada con emolientes tópicos y antiinflamatorios, la paciente tenía lesiones persistentes en la piel de sus manos, fatiga y dolor musculoesquelético . A pesar de usar guantes para evitar heridas, las lesiones persistían y no podía trabajar en el jardín o cuidar a sus nietos debido al dolor en sus manos y las articulaciones. Recordaba numerosas picaduras de garrapatas, pero nunca tuvo una erupción por eritema migratorio (EM), aunque dio positivo en los resultados para B. burgdorferi, Babesia microti y Bartonella henselae.La paciente fue tratada con medicamentos antimicrobianos y su fatiga y dolor musculoesquelético mejoró significativamente. Sin embargo, sus lesiones cutáneas persistieron. Recibió medicación antiparasitaria y las lesiones mejoraron hasta el punto de que pudo volver a trabajar en el jardín. Las lesiones persisten pero son “manejables” (Figura 1A).
Caso 2
La paciente es una enfermera de 49 años de edad, que fue picada numerosas veces por garrapatas durante las excursiones, en la que acampaba y montaba a caballo en Missouri, Texas y en el norte de California, durante más de una década. Nunca observó la aparición de un eritema migratorio. En 1997, mientras vivía en San Francisco, desarrolló lesiones dolorosas en la cara, el tronco y las extremidades. Las lesiones presentaban bordes irregulares. Algunas lesiones se fueron curando lentamente, dejando cicatrices visibles, mientras que otras no se curaban del todo, y las fibras, que eran resistentes a la extracción, se observaban en varias lesiones. Las fibras también se observaron bajo la piel intacta mediante un microscopio a 60 aumentos. Los esteroides de uso tópico no tuvieron ningún efecto. La biopsia de una lesión de la pierna reveló hiperqueratosis y paraqueratosis sin evidencia de infección o vasculitis. Sin embargo, “las fibras textiles” se observaron en la capa dérmica de la biopsia. También presentaba fatiga y dolor musculoesquelético , y el tratamiento con esteroides sistémicos exacerbó los síntomas, sin ninguna mejoría en las lesiones de la piel. La evaluación médica fue negativa para la enfermedades autoinmunes e infecciosas, y la evaluación neuropsiquiátrica fue completamente normal.
Debido a la persistente fatiga, el dolor musculoesquelético y su historial de picaduras de garrapatas, a la paciente se le diagnosticó la enfermedad de Lyme en 2004, con resultados positivos para B. Burgdorferi y Ehrlichia chafeensis. La terapia con antibióticos condujo a una mejoría de la fatiga y del dolor musculoesquelético, pero las lesiones cutáneas mejoraron poco, apareciendo nuevas lesiones que cursaron con una dolorosa cicatrización. Ha recibido dosis intermitentes de antibióticos en los últimos 6 años, y sus lesiones en la piel continúan creciendo y menguando (Figura 1B).
Caso 3
El paciente es un gerente empresarial de 47 años de edad, quien se encontraba en un excelente estado de salud hasta que desarrolló un”ojo de buey”, erupción cutánea, fiebre, escalofríos, dolor de cabeza severo, dolor musculoesquelético y malestar después de hacer senderismo en un bosque cerca de Atlanta, Georgia, en 1995. Su perro también tuvo garrapatas, enfermando al mismo tiempo. Se le diagnosticó fibromialgia y se trató con medicamentos para el dolor, pero en 2000 estaba incapacitado por el dolor muscular y la fatiga. En 2002, desarrolló sensaciones como de algo que se arrastra por la cabeza, la cara, la ingle y otras zonas del cuerpo donde hay pelo. Las sensaciones fueron acompañadas de dolorosas lesiones en la piel. Se le diagnosticó foliculitis, tratada con un antibiótico de uso tópico, que hizo que sus síntomas en la piel empeorasen. Empezó a notar fibras que salían de la piel de su cara, cabeza y otras áreas hirsutas, y no podía dormir porque las fibras le producían mucho dolor. Extrajo las fibras de sus lesiones faciales, peo aparecieron otras nuevas. Fue diagnosticado con tricotilomanía y parasitosis delirante.
Visitó varios dermatólogos y se trató con cefalexina oral y lindano de uno tópico, sin mejoría. El tratamiento oral con Ketoconazol y con fluconazol produjo una mejoría marginal en las sensaciones de arrastre y en las lesiones cutáneas. Una biopsia del cuero cabelludo mostró un mayor número de folículos catágenos y telógenos, con una fragmentación de la vaina radicular interna, coherente con tricotilomanía. No se observaron organismos visibles o evidencia de vasculitis. La evaluación médica fue negativa para las enfermedades autoinmunes e infecciosas, y la evaluación neuropsiquiátrica reveló depresión reactiva. El paciente fue tratado con antidepresivos, sin beneficios. Los pruebas de la enfermedad de Lyme dieron resultados indeterminados en el año 2006, y el tratamiento con doxicilina fue administrado durante un mes, sin beneficio. El paciente continúa con las sensaciones de arrastre, con las lesiones cutáneas, dolor musculoesquelético, fatiga y depresión incapacitante. Se muestra reacio a visitar a médicos para el tratamiento de sus lesiones en la piel (Figura 1C).
Resultados
Observaciones microscópicas de las muestras de la enfermedad de Morgellons
Caso 1: El examen microscópico reveló una amplia gama de filamentos en diversas etapas de formación, que van desde las primeras etapas, ya de forma individual o en grupos hialinos, con sus tentáculos y proyecciones con los tentáculos afilados ( tentáculos con un diámetro aproximado de 5 μm) a masas macroscópicas o tejidos de fibras enmarañadas ( de aproximadamente 1mm de diámetro) (Figuras 2A-2H). Formaciones florales de los filamentos en las primeras etapas fueron observadas en algunas muestras recogidas en diferentes fechas y años ( Figura 2A). Estas estructuras tenían los extremos afilados con las bases que se originan en un punto central y se presentan en grupos anclados en una matriz dérmica seca. El reverso de algunas de estas muestras reveló una capa de células epiteliales (Figura 2B). Se observaron matrices epiteliales en las que estaban ancladas fibras hialinas más largas, lo que sugiere que a medida que se proyectan los tentáculos y aumenta la longitud de la fibras individuales, éstas se enredan y forman grupos (Figura 2C). Se observaron varias estructuras compuestas por grupos, cadenas y pelotas de filamentos hialinos, algunas de las cuales estaban pegadas entre sí por un exudado coagulado o seco (Figura 2D). Esto sugiere que los filamentos enredados eventualmente pueden separarse finalmente de la matriz epitelial y formar pelotas y otras estructuras enmarañadas.
En algunas muestras se observaron pápulas no identificadas que sobresalen del tejido epitelial seco que podrían ser folículos pilosos anormales. Se han aislado filamentos de colores, pelotas, grupos de fibras ( rojo, azul, negro y verde) también se han observado, pero no estaban unidos al tejido epitelial. Muchos de estos filamentos coloreados tenían finales parecidos a un bulbo ( con un diámetro de 50 μm) que se parecían muchísimo a los encontrados en los folículos pilosos ( Figura 2E).
Muchas fibras muestran irisaciones brillantes bajo el microscopio de campo y eran fluorescentes bajo luz ultravioleta. Las fibras hialinas o las fibras blancas brillaban, al igual que las fibras azules ( Figura 2F). Las fibras rojas y verdes muestras sorprendentes irisaciones ( Figuras 2G y 2H), pero tenían menor fluorescencia que las fibras de color blanco y azul. Esto sugiere que los pigmentos de melanina pueden estar asociados con los filamentos de color rojo y verde. Los racimos florales presentaban una brillante fluorescencia. El pelo humano no es fluorescente, ni la piel normal. La intensidad y la tonalidad de los filamentos de color rojo y azul se sugiere está influenciada por el espectro de color de la luz incidente. Esta característica y la presencia de iridiscencia sugiere que hay un componente estructural implicado en los inusuales colores de las fibras de Morgellons.
Caso 2: El examen microscópico del material de escarificación reveló una costra incrustada con largos filamentos de diversos colores (Figuras 3A a 3D). Aparecían fibras hialinas, rojas, azules y púrpuras ( de un diámetro de 10-40 μm) (Figuras 3A-3B). Una de las muestras presentaba fibras enredadas en torno a un pelo y estas fibras pueden haber estado asociadas con el folículo piloso (Figura 3C). Las fibras de color púrpura pálido son más pequeñas (10 μm de diámetro) y parecían formar una malla alrededor del folículo. Algunas muestras revelaron fibras situadas bajo el tejido dérmico, en el que han penetrado (Figura 3D).
Caso 3: El examen microscópico se realizó con particular atención a los folículos pilosos, ya que el paciente había informado de la formación de filamentos inusuales asociados con los folículos. La microscopía reveló que los bulbos foliculares y el cabello asociado a estos folículos mostraban un funcionamiento anormal de los queratinocitos foliculares (Figuras 4A a 4D). Muchos folículos presentaban bulbos malformados con formas distorsionadas, y algunos folículos tenían dos o más pelos ramificados a partir de una sola vaina de la raíz interna (Figura 4A). Filamentos derivados de los extremos del bulbo se encontraron en algunos folículos y semejaban un crecimiento similar a una raíz (Figura 4B). Se observaron filamentos transparentes (hialinos) que derivaban de las células del interior de la vaina radicular interna (Figura 4C). En algunos pelos los filamentos rojos o azules se ramificaban desde el eje (Figura 4D). Muchos pelos aparecían aplanados o en forma de cinta, en lugar de tener una sección transversal concéntrica. Estos pelos son similares en apariencia a los filamentos de Morgellons.
Observaciones microscópicas de las muestras de la enfermedad de dermatitis digital bovina (BDD)
Las biopsias de la etapa proliferativa de las lesiones de la BDD se examinaron microscópicamente para su comparación ( Figuras 5A a 5D). Aunque los filamentos eran mucho más grandes ( aproximadamente 10 veces más grandes), eran similares en aspecto comparados con las muestras observas en el caso 1 (Figuras 5A y 5B). Los filamentos eran blancos y de tamaño macroscópico, opacos y de un color sucio, con un diámetro desde los 0,5 mm a 1 mm aproximadamente. En el corte transversal de los filamentos indicaba que parecían provenir del estrato córneo (Figura 5C). Los filamentos más largos tenían cerca de 1mm de longitud. Los filamentos mostraban fluorescencia bajo la luz UV (Figura 5D).
Experimentos químicos
Las muestras del pelo normal, filamentos coloreados y material de la piel de los casos 1 y 2, y fibras de BDD fueron sometidas a inmersión con agentes cáusticos. Con cada muestra los experimentos se realizaron por duplicado. Los resultados de los experimentos se muestran en la Tabla 1. El pelo normal y los filamentos de los pacientes comenzaron a deshilacharse después de estar sumergidos durante 1 minuto. Los filamentos de los pacientes se habían desintegrado completamente después de estar sumergidos durante 120 minutos en hipoclorito de sodio al 12%. El pelo todavía era visible en ese momento. En contraste, los filamentos de los pacientes comenzaron a deshilacharse al minuto en hidróxido de sodio al 10%, pero todavía eran visibles después de 120 minutos. Aunque pareciera que las fibras de BDD al ser más grandes serían más resistentes a los productos químicos, se deshilacharon y cambiaron igual que las muestras humanas después de estar sometidas durante 120 minutos con un agente cáustico.
Incubation with: | Tiempo (minutes) | Case 1 Fiber Dissolution | Case 2 Fiber Dissolution | BDD fiber Dissolution | Human hair Dissolution |
NaOCl 12% | 1 | ± | ± | ± | ± |
10 | ± | ± | ± | ± | |
60 | + | + | ± | ± | |
120 | + | + | ± | ± | |
NaOH 10% | 1 | ± | ± | – | ± |
10 | ± | ± | ± | ± | |
60 | ± | ± | ± | ± | |
120 | ± | ± | ± | ± | |
KOH 10% | 1 | – | – | – | – |
10 | ± | ± | – | ± | |
60 | ± | ± | – | ± | |
120 | ± | ± | ± | ± |
NaOCl, sodium hypochlorite; NaOH, sodium hydroxide; KOH, potassium hydroxide. (–) indicates no fiber dissolution, (±) indicates partial fiber dissolution, (+) indicates complete fiber dissolution.
Tabla 1: Disolución de los filamentos de Morgellons y fibras BDD en reactivos cáusticos.
Análisis inmunohistoquímico ( de la queratina)
Los resultados inmunohistoquímicos aparecen el la Figura 6. Los filamentos de Morgellons del Caso 1 han sido teñidos por anticuerpos de pankeratina AE1/AE3, dirigidos contra las citoqueratinas 1/3. En contraste, los filamentos teñidos con un anticuerpo más restrictivo AE5/AE6 se dirigieron contra la citoqueratina 5/6. La tinción con AE1/ AE3 se observó en toda la longitud de la fibra, mientras que tiñéndose con AE5/ AE6 sólo se observó el exterior. La pigmentación de la melanina no se observó en las fibras. No se detectó ninguna coloración con un anticuerpo monoclonal irrelevante, y queratina positiva similar a teñida con AE1/AE3 fue descubierta en las fibras de Morgellons del caso 2 ( datos no mostrados).
Discusión
Nuestros tres pacientes tenían rasgos de MD que son comúnmente descritos en la literatura médica, incluyendo los inicios, los signos dermatológicos y síntoma sistémicos, la carencia de respuesta ante los tratamientos inmunodepresivos y la asociación con enfermedades relacionadas con las garrapatas (1-3). El caso 1 presenta lesiones en la piel de las manos ( Figura 1A), mientras que los casos 2 y 3 presentan lesiones diseminadas por la cabeza, el tronco y las extremidades ( Figuras 1B y 1C). Ademas, el Caso 3 presenta síntomas asociados con los folículos pilosos, y una sensación de cambio de textura y composición del pelo, algo relatado por los pacientes de Morgellons (1,10). Estos modelos MD han sido reconocidos en estudios previos (1,2) y proponemos una clasificación de MD en base a la distribución de la dermatopía. Aunque la razón de esta distribución de la dermatopía sea desconocida, la posición de las lesiones en la piel puede estar relacionada con las células de origen de las fibras observadas en las lesiones o bajo la piel. Es necesaria una distribución adicional de la dermatopía en los casos de MD.
El presente estudio demuestra que los filamentos de Morgellons provienen con claridad de una capa de células epiteliales unidas por los desmosomas (Figura 2). Las células predominantes encontradas en el pavimento del tejido epitelial son queratinocitos. También comprobamos que las fibras MD provienen de las vainas de la raíz de los folículos pilosos (Figuras 2-4) y los queratinocitos son el tipo de célula predominante en este tejido. Los queratinocitos producen fibras de queratina. Un corte transversal de los filamentos BDD muestra igualmente el origen del filamento de las células que se encuentran bajo el estrato córneo (Figura 5), consecuente con descripciones de la literatura sobre el crecimiento de los queratinocitos (14,19). Así, los filamentos de MD y los filamentos de BDD parecer similares en su formación a nivel celular: ambos tienen un origen en los queratinocitos en el estrato espinoso de la piel o estrato basal. MD se diferencia de BDD, sin embargo, en que los filamentos de MD parecen provenir de queratinocitos foliculares así como de los queratinocitos epidérmicos. Tanto los filamentos de MD como los de BDD son fluorescente ante la luz ultravioleta (Figuras 2 a 5). También hemos comprobado por primera vez que los filamentos de MD contienen queratina ( Figura 6) y la coloración de la queratina era positiva con el anticuerpo monoclonal pankeratina, pero negativa con una queratina más restringida. Esta observación indica que las fibras provienen de tejidos específicos que requieren una caracterización adicional.
De la observación de las fibras de MD encontradas bajo la piel intacta, las fibras pueden crecer en una matriz epidérmica y tienen relación con los folículos pilosos, es decir no son fibras textiles autoimplantadas (1-3). La formación de los filamentos descrita en MD tiene muchas probabilidades de estar relacionado con una infección de Borrelia burgdorferi (Bb)(1,10). La enfermedad BDD en el ganado tiene que ver con una hiperqueratosis, formación de filamentos de queratina e infección por espiroquetas (12,20). La hiperqueratosis y la excesiva producción de queratina está asociada con una inflamación crónica, lo cual ha sido demostrado en humanos con colesteatoma (23,24), y las modificaciones en la expresión de los marcadores HLA de los queratinocitos y de las enzimas de los tejidos, han sido relatadas en los casos de infección por Borrelia burgdorferi (Bb) (25,26). Estas observaciones sugieren que la producción del filamento de queratina y la hiperqueratosis está asociada con una infección de espiroquetas, lo cual es una explicación plausible de la conclusiones clínicas y microscópicas en MD.
Los filamentos transparentes y los coloreados de los tres casos de estudio muestran irisación y un aspecto consecuente con la queratina. Los colores rojo, morado, azul y negro son los colores encontrados en la queratina y tienen que ver con los colorantes estructurales y/o producción de melanina (27-30). Los racimos de filamentos en etapas iniciales muestran que las fibras están ancladas y crecen a partir de una matriz celular epitelial básica. Son fibras biológicas y humanas en su naturaleza, y no se trata de fibras textiles implantadas. Hay varias etapas en el crecimiento de las fibras sujetas a matrices epidérmicas, según se ha observado. Van desde filamentos iniciales aislados o en racimos ( que son de unos pocos μm de diámetro y de 10 μm durante mucho tiempo). Las estructuras de los filamentos son similares y han sido relatadas con anterioridad en casos de esta enfermedad (31). Las fibras textiles nunca han sido producidas de esta manera, y la suposición de que estas formaciones tan extrañas son de origen textil no es creíble.
Las fibras más largas con los finales afilados y anclados en una matriz celular fueron observadas en el Caso 1, mostrando la evolución del filamento. Fibras coloreadas a menudo eran encontradas cerca de los folículos pilosos o parecían tener finales parecidos a un bulbo folicular, sugiriendo una asociación con los folículos pilosos y los queratinocitos foliculares. Nuestros estudios químicos sugieren que los filamentos MD y las fibras BDD reaccionan a los agentes cáusticos de una forma similar al pelo normal, aunque los filamentos MD parecían ser fibras más susceptibles y menos las de BDD, según aparece en la Tabla 1. En los estudios preliminares con microscopia electrónica, la presencia de escamas en un filamento azul indicó que se trataba de un pelo fino ( (D’Alba L y Shawkey MD, observación inédita, diciembre de 2011). Este descubrimiento sugiere que algunas fibras coloreadas de origen folicular pueden ser de hecho pelos modificados. Las diferencias entre los queratinocitos encontrados en la vaina de la raíz interior de los folículos pilosos y los queratinocitos encontrados en la capa basal de la piel pueden explicar las diferencias de posición, estructura, coloración y tamaño de las fibras observadas en los diferentes estudios (32,33). El efecto de las espiroquetas en la funcionalidad de los queratinocitos también puede desempeñar un papel importante en la producción de queratina modificada, asociada con MD y BDD (22,25,26).
Para concluir, las lesiones en MD no están causadas por automutilación ni son ilusiones en los tres casos presentados aquí. Las pruebas fotográficas muestran claramente que las extrañas fibras o los filamentos descritos en este estudio no son fibras textiles autoimplantadas. Los tres pacientes tenían síntomas y análisis de laboratorio consecuentes con una enfermedad sistémica e indicaba una enfermedad producida por garrapatas. Las pruebas neuropsiquiátricas eran normales en dos casos y en el tercer caso producida por la enfermedad; los tres pacientes fueron examinados por médicos que confirmaron la presencia de fibras debajo de la piel intacta, compatible con un diagnóstico de MD.
Hemos demostrado que los filamentos encontrados en pacientes con MD tienen rasgos químicos, físicos e inmunohistológicos coherentes con la queratina. La presencia de filamentos individuales sujetos al tejido epitelial es consecuente con queratina y sugiere que los filamentos están producidos por queratinocitos. Los filamentos de Morgellons han sido fotografiados creciendo en el pavimento de las células epiteliales, y este proceso se parece a la evolución de los filamentos observados en BDD. Como en BDD, es una enfermedad en la cual las espiroquetas han sido identificadas como agentes etiológicos primarios, y la seroreactividad espiroquetal tiene que ver con MD, lo cual hace razonable suponer que la infección espiroquetal juega un papel importante en la producción de los filamentos en MD Análisis inmunohistológico y estudios microscópicos por microscopia electrónica son necesarios para solucionar el misterio de los filamentos de Morgellons.
Declaración de conflictos de interés
RBS trabaja sin compensación en un grupo consultivo médico para QMedRx Inc. No tiene lazos financieros con ninguna empresa. MJM, EHR y RBS trabajan sin compensación en un grupo consultivo científico de la Fundación Charles E. Holman. DGK no tiene ningún conflicto que declarar.
Agradecimientos
Los autores agradecen a los doctores Gordon Atkins, Robert Bransfield, Dorte Dopfer, Alan MacDonald, Peter Mayne, Deryck Leído, Matthew Shawkey, Janet Sperling, Ginger Savely, Michael Sweeney y Randy Wymore por la discusión provechosa. Agradecemos al doctor Robert B. Allan el apoyo técnico y Lorraine Johnson por la revisión del manuscrito, y estamos agradecidos a Harriet Bishop, Cindy Casey y Lee Laskowsky por proporcionar la información de primera mano sobre la enfermedad de Morgellons.
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Fuente: http://www.omicsonline.org/2155-9554/2155-9554-3-140.php?aid=5477
Traducción: Noticias de abajo