Por el Dr. Joseph Mercola, 25 de octubre de 2025

Resumen del artículo
- Los niveles de litio en el cerebro descienden en personas con deterioro cognitivo leve y Alzheimer, lo que alimenta la pérdida de memoria, la inflamación cerebral y la acumulación de proteínas tóxicas
- Se ha demostrado que las dosis bajas de litio preservan la memoria, mejoran la atención y estabilizan el estado de ánimo sin los riesgos para los riñones y la tiroides que conllevan las dosis fuertes de prescripción médica
- Un ensayo clínico descubrió que el litio ralentizaba la progresión de los primeros problemas de memoria relacionados con la aparición del Alzheimer, reduciendo los marcadores clave de la enfermedad y mejorando el funcionamiento diario
- Los alimentos integrales, el agua rica en minerales, el magnesio y el zinc favorecen un equilibrio saludable del litio y proporcionan a su cerebro los nutrientes que necesita para resistir el deterioro
- Eliminar los aceites vegetales, reducir el exceso de hierro y potenciar antioxidantes como el glutatión actúan junto al litio para proteger las células cerebrales y preservar la memoria a largo plazo
La enfermedad de Alzheimer despoja de la memoria, la independencia y la identidad, dejando a las familias viendo cómo sus seres queridos se desvanecen ante sus ojos. Es una de las principales causas de muerte en los adultos mayores y, sin embargo, los tratamientos convencionales no consiguen cambiar su implacable curso una vez que comienza. La magnitud del problema es asombrosa. Millones de personas viven hoy con Alzheimer, y las cifras aumentan a medida que envejece la población.
No se trata sólo de la pérdida de memoria, sino de perder la capacidad de gestionar la vida cotidiana, tomar decisiones y permanecer conectado con las personas que más importan. Investigadores de todo el mundo buscan respuestas más allá del control de los síntomas. Una dirección sorprendente ha surgido de los estudios de un oligoelemento – el litio – que durante mucho tiempo se ha pasado por alto fuera de la psiquiatría.
En lugar de centrarse únicamente en los fármacos diseñados para enmascarar los problemas de memoria, los científicos están descubriendo cómo los niveles nutricionales de litio podrían influir en la capacidad de recuperación del cerebro y en la propia biología del deterioro cognitivo. Esta línea de investigación apunta a un cambio en nuestra forma de pensar sobre la prevención y la protección, sugiriendo que la historia del Alzheimer no trata sólo de lo que va mal en el cerebro, sino también de lo que falta.
Los primeros hallazgos que compartiré se centran en lo que ocurre cuando descienden los niveles de litio y por qué eso es importante para la memoria y la salud cerebral a largo plazo.
La pérdida de litio en el cerebro provoca el deterioro del Alzheimer
Una investigación publicada en Nature analizó tejido cerebral de personas con deterioro cognitivo leve (DCL ) y enfermedad de Alzheimer para medir cómo se distribuían los distintos metales en el cerebro.1
Los investigadores descubrieron que el litio destacaba por encima de todos los demás metales, porque sus niveles se reducían sistemáticamente en una zona clave del cerebro implicada en la toma de decisiones, la memoria y la personalidad. No se trataba de un hecho aleatorio. El litio estaba siendo arrastrado hacia las placas amiloides, los pegajosos cúmulos de proteínas que se acumulan en la enfermedad de Alzheimer, encerrándolo y haciéndolo inasequible para el funcionamiento normal del cerebro.
-La deficiencia de litio está relacionada con una pérdida de memoria y un daño cerebral más rápidos -En experimentos con animales, la eliminación del litio de la dieta aceleró el proceso de la enfermedad. Los ratones desarrollaron más placas amiloides, más ovillos tau (fibras retorcidas que asfixian las células cerebrales) y mayores niveles de inflamación en el cerebro. Su memoria también declinó más rápidamente en comparación con los ratones que recibieron el litio adecuado.
-Las funciones cerebrales clave empeoraron sin litio – Los investigadores observaron que la deficiencia de litio hizo que se debilitaran las conexiones que permiten a las células cerebrales hablar entre sí. La mielina, la vaina protectora que rodea las fibras nerviosas, también se hizo más fina, perjudicando la comunicación entre las neuronas.
Estos son los mismos cambios que subyacen al olvido, la confusión y los cambios de personalidad que se observan en el Alzheimer. Cuando se restableció el litio, estos procesos dañinos se ralentizaron, lo que ofrece la esperanza de que preservar el equilibrio del litio podría ayudar a mantener la memoria y el pensamiento más agudos a medida que se envejece.
-Se identificó el principal interruptor biológico – Los investigadores señalaron una enzima específica como el actor central. Cuando los niveles de litio descendían, esta enzima se ponía en marcha. En términos sencillos, la enzima es como un interruptor que activa la acumulación de tau y la inflamación. La sobreactivación de esta enzima aceleró la patología del Alzheimer. Al restablecer los niveles de litio, la actividad de la enzima volvió a estar bajo control, reduciendo tanto los ovillos de tau como la inflamación cerebral.
-El orotato de litio ofrecía mayor protección que las formas estándar – Cuando los científicos compararon distintos tipos de litio, descubrieron que el orotato de litio era más eficaz para restablecer el equilibrio del litio en el tejido cerebral que el carbonato de litio, la forma farmacéutica estándar utilizada en psiquiatría. El orotato de litio eludía el problema de quedar atrapado en las placas amiloides y suministraba litio utilizable directamente al cerebro.
Las dosis bajas de litio muestran beneficios consistentes para el cerebro y el estado de ánimo
En un estudio publicado en Neuroscience & Biobehavioral Reviews, los investigadores examinaron docenas de estudios que exploran cómo las dosis bajas de litio -dosis muy por debajo de los niveles de tratamiento psiquiátrico- afectan a la salud cerebral y a la estabilidad emocional.2 El análisis incluyó tanto ensayos clínicos como estudios observacionales, ofreciendo una amplia visión de cómo el litio en dosis bajas interactúa con la cognición y el estado de ánimo humanos en diferentes poblaciones.
-Los resultados mostraron preservación cognitiva y apoyo al estado de ánimo -Las dosis bajas de litio apoyaron la función cerebral, especialmente en personas que se enfrentaban a problemas de memoria tempranos como el DCL.
No sólo se observaron mejoras en el rendimiento de la memoria, sino también en el funcionamiento diario, lo que sugiere que incluso pequeñas cantidades de litio eran significativas para proteger la independencia. Otro beneficio clave fue la estabilización del estado de ánimo. Los individuos con depresión o trastornos del estado de ánimo experimentaron una mayor estabilidad emocional y menos episodios graves cuando el litio en pequeñas dosis formaba parte de su régimen.
-La evidencia apuntaba a mejoras específicas en la cognición -Varios de los estudios de la revisión hallaron que los pacientes que recibían dosis bajas de litio tenían mejores puntuaciones en las pruebas de función cognitiva en comparación con los que no lo recibían. Estos resultados son importantes porque sugieren que no se necesitan dosis elevadas para notar una diferencia en las capacidades cognitivas diarias – cantidades mínimas fueron suficientes para crear mejoras mensurables.
-Se observaron beneficios sin efectos secundarios perjudiciales – Se sabe que los medicamentos estándar con litio utilizados en psiquiatría sobrecargan los riñones y la tiroides a dosis terapéuticas, lo que a menudo limita su uso a largo plazo. En cambio, los estudios de dosis bajas revisados no mostraron tales riesgos. Los participantes toleraron bien las dosis a nivel nutritivo, lo que convierte al litio en esta forma en una opción para el apoyo cerebral a largo plazo sin el bagaje de daños en los órganos.
-El litio actuó como un micronutriente para la resiliencia cerebral – Los autores de la revisión subrayaron que el litio debe considerarse no sólo como un fármaco, sino como un oligoelemento que apoya la resiliencia contra el deterioro neurológico.
Observaron que en las poblaciones en las que los niveles naturales de litio en el agua potable eran más elevados, las tasas de demencia y de trastornos del estado de ánimo eran más bajas. Esto sugiere que su exposición diaria al litio, incluso en cantidades minúsculas, influye en lo bien que su cerebro resiste el estrés y el envejecimiento.
El litio a largo plazo ralentiza la progresión de la pérdida de memoria asociada al Alzheimer
En un artículo publicado en The British Journal of Psychiatry, los investigadores evaluaron si el tratamiento a largo plazo con litio podría retrasar o ralentizar la transición del DCL amnésico -una afección marcada por una pérdida significativa de memoria pero que aún no es una demencia completa- a la enfermedad de Alzheimer.3 El DCL es una etapa de alto riesgo, en la que muchos pacientes evolucionan hacia el Alzheimer en pocos años. Al dirigirse a esta etapa, el estudio probó si el litio podría actuar como terapia modificadora de la enfermedad en lugar de limitarse a tratar los síntomas.
-Los participantes mostraron una mejora en las puntuaciones de las pruebas y en los marcadores de salud cerebral -El ensayo reclutó a adultos diagnosticados de DCL amnésico y los asignó aleatoriamente a recibir dosis bajas de litio o placebo durante 12 meses.
Los que recibieron litio demostraron mejores resultados en pruebas cognitivas que medían la memoria, la atención y la flexibilidad mental. Además, su líquido cefalorraquídeo mostró niveles más bajos de una proteína que se acumula en el Alzheimer y sirve como marcador biológico de la progresión de la enfermedad.
-El litio produjo mejoras significativas en el funcionamiento diario -Los pacientes que tomaban litio eran más capaces de concentrarse, permanecer atentos y procesar la información de forma más eficiente en comparación con los que tomaban placebo. Para las personas que viven con problemas de memoria tempranos, esto se traduce en mantener la independencia durante más tiempo – conservando la capacidad de gestionar las actividades cotidianas, recordar conversaciones y participar en la vida social y familiar sin el rápido deterioro que suele esperarse en esta fase.
-Se ralentiza la progresión de la enfermedad – Menos participantes en el grupo de litio progresaron de DCL a Alzheimer completo en comparación con el placebo, aunque la diferencia no alcanzó significación estadística debido al número relativamente pequeño de pacientes inscritos. A pesar de esa limitación, el patrón era alentador porque sugería que, incluso a dosis bajas, el litio ralentizaba o incluso prevenía la aparición del Alzheimer en las personas con mayor riesgo.
-El litio mostró propiedades modificadoras de la enfermedad – A diferencia de los fármacos actuales contra el Alzheimer, que tratan principalmente síntomas como la pérdida de memoria o la agitación, el litio pareció alterar la biología de la propia enfermedad. Al disminuir la acumulación de tau, mejorar el rendimiento en las pruebas y reducir el ritmo de deterioro, el litio funcionó como algo más que un parche: influyó en la trayectoria del Alzheimer.
Cómo proteger su cerebro favoreciendo el equilibrio del litio
Su cerebro depende de un suministro constante de oligoelementos para mantener la memoria aguda, el estado de ánimo estable y el envejecimiento bajo control. La investigación que acaba de conocer deja claro que el litio no es sólo una herramienta psiquiátrica: es un elemento natural que influye en el envejecimiento de su cerebro.4
Si alguna vez le ha preocupado perder la memoria, olvidar nombres o caer en la confusión a medida que envejece, proteger su equilibrio de litio es un paso sencillo que puede dar.5 Piense en ello como una inversión en su futura independencia y calidad de vida. Aquí tiene cinco formas de actuar ahora mismo:
1.Céntrese en alimentos integrales que le aporten trazas de litio – El agua potable de algunas regiones contiene pequeñas cantidades de litio de forma natural, y las dietas ricas en alimentos no procesados le ayudan a mantener sus niveles de litio de forma más constante. Si depende en gran medida de los alimentos ultraprocesados, es probable que su ingesta sea más baja de lo que debería. Empiece por incluir más frutas y verduras frescas en sus comidas – su cuerpo no sólo obtiene litio sino todo el espectro de minerales de los que depende su cerebro.
2.Limite los alimentos ultraprocesados que le quitan minerales – Cada vez que echa mano de la comida rápida, los aperitivos envasados o las bebidas azucaradas, le roba a su cuerpo oligoelementos como el litio. Estos alimentos a menudo carecen del equilibrio mineral natural que se encuentra en los ingredientes enteros. Alejarse de este patrón ayuda a restaurar los oligoelementos que su cerebro necesita para luchar contra la pérdida y el deterioro de la memoria.
3.Apoye los nutrientes protectores del cerebro que trabajan con el litio – El magnesio y el zinc son dos minerales que mantienen su cerebro resistente e interactúan con el litio para reducir la inflamación y el estrés oxidativo. La mayoría de la gente no se acerca a obtener suficiente magnesio para una salud óptima. Incluso si come bien, el agotamiento del suelo y el procesado de los alimentos eliminan el magnesio de su dieta.
Le recomiendo que utilice primero citrato de magnesio: auméntelo lentamente hasta que tenga heces blandas y luego redúzcalo un poco. Una vez que conozca su umbral, cambie al glicinato, malato o treonato de magnesio para una mejor absorción sin problemas digestivos. Para el zinc, su mejor apuesta es centrarse en los alimentos de origen animal, que proporcionan zinc altamente absorbible. Las ostras son el alimento más rico en zinc del planeta, seguidas de la ternera alimentada con pasto, el cangrejo y los lácteos como el queso cheddar.
Estas fuentes superan ampliamente a las opciones vegetales porque no contienen fitatos, que bloquean la absorción del zinc. Al optimizar el magnesio y el zinc, le da al litio el equipo de apoyo que necesita para ralentizar los cambios cerebrales relacionados con el Alzheimer.
4.Considere la suplementación con dosis bajas de litio si está en riesgo – Si tiene antecedentes familiares de Alzheimer, signos de deterioro cognitivo leve o simplemente le preocupa preservar su memoria, se ha estudiado el orotato de litio en dosis bajas como una opción más segura y eficaz que el carbonato de litio estándar. Las investigaciones demuestran que restablece los niveles de litio en su cerebro, reduce las proteínas nocivas y preserva la memoria sin los problemas renales o de tiroides asociados a dosis más altas.
5.Elimine los aceites vegetales y aborde el exceso de hierro – El litio es sólo una parte para mantener su cerebro sano. El exceso de hierro en su cerebro provoca daños oxidativos al reaccionar con las grasas y las proteínas de las células cerebrales. El peligro es aún mayor cuando el hierro interactúa con grasas inestables como el ácido linoleico (LA) de aceites vegetales como el de canola, soja, maíz, girasol y cártamo, que se descomponen con facilidad y alimentan este proceso destructivo.
Sustituya estos aceites por grasas estables como la mantequilla alimentada con pasto, el ghee, el aceite de coco o el sebo para dejar de alimentar el fuego. También puede aumentar sus defensas antioxidantes comiendo ajo, cebollas y huevos de gallinas criadas en pastos. Estos alimentos proporcionan a su cuerpo los componentes básicos para producir glutatión, el principal sistema de defensa de su cerebro contra los daños provocados por el hierro.
Al mismo tiempo, analice su ferritina y gamma-glutamil transpeptidasa (GGT) -un marcador clave del estrés oxidativo- para evaluar la carga de hierro y el estrés oxidativo. Si su organismo retiene más hierro del que puede gestionar con seguridad, done sangre de dos a cuatro veces al año. Este sencillo acto saca el hierro de su almacén y reduce sus niveles gradualmente. Si la donación no es una opción debido a sus antecedentes de salud, solicite una flebotomía terapéutica para conseguir el mismo resultado.
Preguntas frecuentes sobre el litio y la enfermedad de Alzheimer
P: ¿Qué papel desempeña el litio en la enfermedad de Alzheimer?
R: Las investigaciones demuestran que los niveles de litio descienden en el cerebro de las personas con Alzheimer y deterioro cognitivo leve. Cuando el litio queda atrapado en el interior de las placas amiloides, deja de estar disponible para el funcionamiento normal del cerebro. Restablecer el litio ayuda a ralentizar el deterioro de la memoria, reducir las proteínas dañinas y proteger las neuronas de la inflamación y el daño.
P: ¿Es seguro utilizar dosis bajas de litio a largo plazo?
R: Sí. Las revisiones de los estudios clínicos confirman que las dosis traza o nutricionales de litio favorecen la memoria, el estado de ánimo y el funcionamiento diario sin los riesgos renales o tiroideos ligados a las prescripciones de nivel psiquiátrico. Los participantes toleraron bien las dosis bajas de litio, lo que lo convierte en una opción más segura para el apoyo cerebral a largo plazo.6
P: ¿Retrasa realmente el litio la progresión de la pérdida de memoria?
R: Un ensayo clínico descubrió que los adultos con deterioro cognitivo leve amnésico que tomaron dosis bajas de litio tenían mejores puntuaciones de memoria, una atención más fuerte y menos biomarcadores de Alzheimer en su líquido cefalorraquídeo.7 Menos progresaron a Alzheimer en comparación con el placebo, lo que sugiere que el litio tiene efectos modificadores de la enfermedad.
P: ¿Cómo puedo favorecer el equilibrio del litio de forma natural?
R : Puede aumentar su ingesta centrándose en alimentos integrales y bebiendo agua rica en minerales si está disponible en su zona. Los nutrientes de apoyo como el magnesio y el zinc también trabajan mano a mano con el litio para proteger las células cerebrales. Para las personas con mayor riesgo, la suplementación con dosis bajas de orotato de litio se ha mostrado prometedora en la investigación.
P: ¿Hay otras medidas que deba tomar junto con el litio?
R : Sí. Es fundamental abordar el exceso de hierro y eliminar los aceites vegetales. La acumulación de hierro alimenta el daño oxidativo en su cerebro, especialmente cuando reacciona con grasas inestables como el AL de los aceites vegetales. Sustitúyalos por grasas estables como la mantequilla de animales alimentados con pasto o el aceite de coco, done sangre si su nivel de hierro es alto y coma alimentos ricos en azufre como el ajo y la cebolla para potenciar el glutatión, el principal sistema de defensa de su cerebro.
Referencias:
- 2, 6 Neuroscience & Biobehavioral Reviews Enero 2023, Volumen 144, 104975
- 3, 7 The British Journal of Psychiatry 2 de enero de 2018
- 4 European Neurology 24 de abril de 2024
- 5 The British Journal of Psychiatry 2019 Nov;215(5):668-674
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