Por Ben Schreiner, 3 de febrero de 2012
El senador Hiram Jhonson dijo una vez: “La primera víctima al estallar una guerra es la verdad”. De este modo, Occidente está desarrollando una “guerra encubierta” ( o campaña de terror) en contra de Irán, dibujando una confrontación militar que pareciera cada vez más cercana, sacrificando la verdad en el altar de la propaganda militarista.
De hecho, se muestran indiferentes a las evidencias, más bien al contrario, los medios corporativos siguen insistiendo en que el ficticio programa iraní de armas nucleares es un hecho firmemente comprobado, tanto por Israel como los Estados Unidos.
Así The New York Times escribía el 26 de enero de 2012:
“ El programa de enriquecimiento de uranio de Irán se ha convertido en el motivo más importante de discordia entre Irán y Occidente. Se sospecha desde hace tiempo que los iraníes están trabajando en la construcción de un arma nuclear a pesar de que lo haya negada numerosas veces”.
La CNN en sus informativos del 23 de enero de 2012 decía:
“Irán dice que su programa nuclear no tiene fines militares, pero los Estados Unidos y muchos de sus aliados sospechan que Irán tiene la intención de fabricar una bomba”.
Del mismo modo, Associate Press escribía el 1 de febrero de 2012:
“ Israel, al igual que Occidente, cree que Irán está desarrollando armas nucleares y señala que no se puede descartar ninguna opción, incluida la de la fuerza.”
Y por último, las noticias de NPR, el 31 de enero de 2012:
“Israel cree que irán está trabajando en la construcción de una bomba nuclear, y rechaza la afirmación de Irán de que su programa nuclear tenga exclusivamente fines civiles”.
Todas estas afirmaciones se oponen directamente a las evaluaciones de los Servicios de Inteligencia de ambos países. La última National Intelligence Estimate ( es la autoridad que evalúa la inteligencia estadounidense a partir de las 16 agencias nacionales de inteligencia) encontró que el programa nuclear de Irán sigue inactivo o en suspenso desde 2003.
El Director Nacional de Inteligencia, James Clapper, por otra parte, ha reiterado esto en dos ocasiones: una primera vez en su testimonio ante el Congreso la pasada primavera, y la segunda vez a principios de esta semana. En su último testimonio, Clapper dijo: “No sabemos si finalmente Irán se decidirá a construir armas nucleares”.
Mientras tanto, el periódico israelí Ha’aretz en sus informaciones del 18 de enero de 2012:
“La posición de Israel mientras Irán siga con su programa nuclear, que aún no ha decidido si derivará en la construcción de armas nucleares, o más concretamente, en la colocación de una cabeza nuclear en un misil…”.
Por supuesto, que estas afirmaciones no se limitan a los Servicios de Inteligencia. El Jefe de Defensa, Leon Panetta, de forma sucinta contestó en Face The Nation (8 de enero de 2012) : ¿Están los iraníes tratando de desarrollar un arma nuclear? No”.
Y cuando se le hizo la misma pregunta el mes pasado al Ministro de Defensa de Israel, Ehud Barak, respondió: “Para hacer eso, Irán tendría que anunciar que abandona (se refiere al Organismo Internacional de la Energía Atómica, perteneciente a la ONU) el régimen de inspecciones y que deja de atender a las inspecciones de la OIEA, y altos funcionarios de este organismo van a volver a Irán a finales de este mes, después de las conversaciones a principios de esta semana”.
Sin embargo, estas verdades se convierten en irrelevantes dentro del espectro bélico que se avecina en el horizonte. Y como el diario The Washington Post decía el jueves en boca de David Ignatius: “El Secretario de Defensa Panetta cree que hay una alta probabilidad de que Israel ataque Irán en abril, mayo o junio”.
Esto viene a raíz de un artículo que aparece en el New York Times Magazin, el 25 de enero, redactado por el analista israelí Ronen Bergman, que llega a la conclusión de que Israel va a atacar a Irán en el transcurso del año.
Huelga decir que en caso de que esto llegara a ocurrir, Estados Unidos se vería atrapado en un conflicto regional más amplio, incluso en un conflicto global. En consecuencia, Estados Unidos se ha apresurado en aumentar la presencia militar en el Golfo Pérsico en previsión del ataque israelí.
Por supuesto, si Israel falla en sus intentos de meter a Estados Unidos en una confrontación abierta contra Irán, la prensa norteamericana sí que puede. A través de sus continuos engaños y mentiras, todo gira en torno a lo que se conoce como la “amenaza iraní”, y en los estadounidense va ganando la idea de que se van a meter en una nueva guerra en Oriente Medio. De hecho, es sorprendente que el 50% de los estadounidenses apoye un ataque contra Irán. Canalizando su interior, y omnipresente, William Randolph Hearst, la prensa corporativa ha comenzado a preparar la guerra.
Quizás para entonces ya sea demasiado tarde. Tal vez Estados Unidos, finalmente, ejecutará su venganza por más de 30 años de intransigencia iraní.
Sin embargo, mientras se oyen los tambores de guerra, cada vez con más fuerza, se ha iniciado un movimiento popular que intenta evitar una confrontación contra Irán. Piden que “Ni guerras, ni sanciones, ni intervenciones, ni asesinatos contra Irán”. Las acciones de protesta comenzarán a nivel nacional este fin de semana. Y si hay alguna esperanza para la paz, en última instancia es lo que podemos hacer.
Ben Schreiner es un escritor independiente que vive en Salem., Oregon. Puede contactar con él en la siguiente dirección: bnschreiner@gmail.com
http://dissidentvoice.org/2012/02/sacrificing-the-truth-the-media-and-iran/#more-41834
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