Por Anthony R Mawson, Brian D Ray, Azad R Bhuiyan y Binu Jacob
Journal of Translational Science (pdf)
Resumen
Las vacunas han evitado millones de enfermedades infecciosas, hospitalizaciones y muertes entre los niños estadounidenses, pero los resultados a largo plazo de la vacunación todavía son un tanto inciertos. El Instituto de Medicina de los Estados Unidos ha recomendado la realización de estudios para abordar esta cuestión. Este estudio tiene como objetivo:
1.- Comparar diversos parámetros de salud entre los niños vacunados y los no vacunados.
2.- Y comprobar si existe alguna asociación entre la vacunación y trastornos en el desarrollo neurológico (NDD), y si de observarse dicha asociación ver si todavía persiste después de una corrección de otros valores medidos.
Se realizó un estudio transversal en colaboración con madres y asociaciones de padres de niños educados en el hogar, en cuatro estados de los Estados Unidos: Florida, Louisiana, Mississippi y Oregón. Se solicitó a las madres que rellenaran un cuestionario sobre sus hijos comprendidos entre los 6 y los 12 años, sobre cuestiones relacionadas con el embarazo, antecedentes de nacimiento, vacunaciones, enfermedades diagnosticadas por los médicos, medicamentos administrados y servicios de salud utilizados.
Los trastornos en el desarrollo neurológico, una medida de diagnóstico derivada, se definió en función de si presentaban uno o más de los tres diagnósticos estrechamente relacionados:
– dificultades en el aprendizaje
-trastorno por déficit de atención con hiperactividad
– trastorno del espectro autista.
Se evaluó una muestra de conveniencia de 666 niños, de los cuales 261 (39%) no habían sido vacunados. Se observó que los vacunados eran menos propensos que los no vacunados a ser diagnosticados con varicela y tos ferina, pero más propensos a sufrir neumonía, otitis media, alergias y trastorno en el desarrollo neurológico. Tras el correspondiente ajuste, la vacunación, el sexo masculino y el parto prematuro se observaron relacionados con los trastornos en el desarrollo neurológico. Sin embargo, en un modelo ajustado que facilite la interacción, la vacunación, pero no el parto prematuro, permaneció asociada con los trastornos en el desarrollo neurológico, mientras que la interacción del parto prematuro y la vacunación permaneció asociada con un aumento de 6,6 veces en las probabilidades de trastornos en el desarrollo neurológico (IC del 95%: 2.8, 15.5).
En conclusión: se encontró que los niños vacunados tenían una mayor tasa de alergias y trastornos en el desarrollo neurológico que los niños no escolarizados y no vacunados. Aunque la vacunación permaneció significativamente asociada con los trastornos en el desarrollo neurológico después de controlar otros factores, el parto prematuro junto con la vacunación se observaron asociados con un aparente aumento sinérgico de probabilidades de sufrir un trastorno en el desarrollo neurológico.
Es necesario un mayor número de investigaciones que tengan en cuenta una mayor cantidad de parámetros relacionados con la salud; se necesitan muestras independientes y diseños de investigación más sólidos que verifiquen y expliquen estos resultados inesperados con el fin de que el impacto de las vacunas en la salud de los niños sea el menor posible.
[Parte 1]
[…]
Discusión
Después de la recomendación del Instituto de Medicina para que se realizasen estudios que comparen los resultados relacionados con la salud de los niños vacunados y no vacunados, se invitó a participar en este estudio a las organizaciones que apoyan la educación en casa (homeschool). Los datos también pretendían determinar si la vacunación tenía una relación expresa con los trastornos de desarrollo neurológico, una característica de diagnóstico derivada que se combina con otros diagnósticos que incluyen las dificultades de aprendizaje, TEA y/o TDAH.
Situación de vacunación |
Sí (N=50) |
No (N=616) |
Total * (N=666) |
Chi-cuadrado |
Valor de p |
Razón de probabili-dades (95% CI)** |
Vacunados |
42 |
363 |
405 |
12,198 |
>0,001 |
3.7 (1.7 – 7.9) |
No vacunados |
8 |
253 |
261 |
Ref |
||
Raza |
||||||
No blanca |
9 |
71 |
80 |
1,8208 |
0,177 |
1,7 (0,7- 3,6) |
Blanca |
41 |
544 |
585 |
Ref |
||
En razón del género |
||||||
Niños |
32 |
283 |
315 |
5,9471 |
0,015 |
2,1 (1,1-3,8) |
Niñas |
18 |
331 |
349 |
Ref |
||
Efectos ambientales adversos |
||||||
Sí |
6 |
27 |
33 |
5,8706 |
0,053 |
2,9(1,1-7,4) |
No |
40 |
523 |
563 |
Ref |
||
Se desconoce |
4 |
66 |
70 |
0,8(0,3-2,3) |
||
Medicación durante el embarazo- Antiobióticos |
||||||
Sí |
10 |
61 |
71 |
4,950 |
0,026 |
2,3(1,1-4,8) |
No |
40 |
555 |
595 |
Ref |
||
Medicación durante el embarazo-Vacunación |
||||||
Sí |
6 |
32 |
38 |
3,965 |
0,057 |
2,5(1,0-6,3) |
No |
44 |
583 |
595 |
Ref |
||
Parto prematuro |
||||||
Sí |
12 |
37 |
49 |
22,910 |
<0,001 |
4,9(2,4-10,3) |
No |
38 |
578 |
616 |
Ref |
||
Ecografías |
||||||
No |
3 |
71 |
74 |
5,898 |
0,052 |
Ref |
De 1 a 3 veces |
30 |
419 |
449 |
1,7(0,5-5,7) |
||
< 3 veces |
17 |
124 |
141 |
3,2(0,92-11,5) |
Tabla 7. Análisis sin ajuste de los factores de riesgo potencial para la aparición de trastornos en el desarrollo neurológico.
* El total puede no coincidir debido a la ausencia de datos o que estos estén incompletos.
** La razón de probabilidades es la relación de las entradas de las tablas 2 por 2 , y son una estimación de la frecuencia relativa ( o riesgo) relacionada con el factor de exposición.
Modelo ajustado (Modelo 1) |
Modelo ajustado con interacción (Modelo 2) |
|
Situación de vacunación |
||
Vacunados |
3,1(1,4-6,8) |
2,5(1,1-5,6) |
No vacunados |
Ref |
Ref |
Raza |
||
No blanca |
2,3(1,0-5,2) |
2,4(1,1-5,4) |
Blanca |
Ref |
Ref |
En razón del género |
||
Niños |
2,3(1,2-4,3) |
2,3(1,2-4,4) |
Niñas |
Ref |
Ref |
Parto prematuro |
NS |
|
Sí |
5,0(2,3-11,1) |
|
No |
Ref |
|
Interacción entre el parto prematuro y la vacunación |
||
No interacción |
No disponible en este modelo |
Ref |
Prematuro y vacunación |
6,6(2,8-15,5) |
Tabla 8: Análisis de la regresión logística ajustada de los factores de riesgo y trastorno en el desarrollo neurológico*.
* Número de observaciones realizadas: 666; Número de observaciones útiles: 629; con trastorno en el desarrollo neurológico: 47; sin trastorno en el desarrollo neurológico: 582.
En cuanto a las afecciones agudas y crónicas, los niños vacunados eran considerablemente menos propensos que los no vacunados a padecer varicela y tos ferina, pero, al contrario de lo que sería de esperar, eran considerablemente más propensos a ser diagnosticados con otitis media, pulmonías, rinitis alérgica, eczema y trastornos en el desarrollo neurológico. Los niños vacunados también habían recibido mayor cantidad de antibióticos, medicación contra la fiebre y sufrían un mayor número de alergias; habérseles instalado tubos de ventilación en los oídos, visitas al médico por problemas de salud y haber sido hospitalizados.
La razón de las hospitalizaciones y la edad de los niños no pudieron ser determinadas, pero los últimos datos parecen consecuentes con un estudio de 38.801 informes recogidos en el VAERS (Sistema de notificación de eventos adversos relacionados con las vacunas) por hospitalizaciones o fallecimientos después de haberse administrado las vacunas. El estudio señala una relación lineal entre el número de dosis de vacunas administradas en algún momento y la tasa de hospitalizaciones y muertes [55]. La tasa de hospitalizaciones aumento del 11% cuando se habían administrado 2 dosis de vacuna hasta el 23,5% cuando fueron 8 las dosis administradas (r2=0,91), mientras que la tasa aumentaba del 3,6% si las dosis recibidas eran de 1 a 4, hasta el 5,4% si las dosis recibidas eran de 5 a 8.
Para apoyar la posibilidad de que el número de dosis administradas de vacunas recibidas pudiera tener relación con el riesgo de sufrir enfermedades crónicas asociadas, se realizó una comparación entre niños no vacunados, parcialmente vacunados y niños totalmente vacunados en el presente estudio, y se obtuvo que los niños parcialmente vacunados tenían un aumento intermedio en las probabilidades de sufrir enfermedades crónicas, en relación con los no vacunados y los niños totalmente vacunados, específicamente rinitis alérgica, TDAH, eczema, deficiencias en el aprendizaje y trastornos en el desarrollo neurológico.
Las tasas a nivel nacional de TDAH y dificultades de aprendizaje (LD) son consistentes con las obtenidas en este estudio. La tasa en los Estados Unidos de TDAH para los niños de edades comprendidas entre los 4 y 17 años (2 veces el rango de edad comprendido en este estudio) es del 11% [31]. El rango de TDAH obtenido en este estudio para las edades comprendidas entre los 6 y los 12 es del 3,3%, y del 4,7% si se incluye sólo a los niños vacunados. La tasa nacional de dificultades de aprendizaje es del 5% [32], y las tasas obtenidas en este estudio es del 3,9% para todos los grupos, y del 5,6% cuando solamente se consideran a los niños vacunados. Sin embargo, la prevalencia de los trastornos en el espectro autista (TEA) es del 2,24% según los CDC, más baja que la obtenida en este estudio, que se sitúa en el 3,3%. Los niños vacunados tienen considerablemente más probabilidades que las niñas de ser diagnosticados con rinitis alérgica y trastornos en el desarrollo neurológico. El porcentaje de niños vacunados con un trastorno en el desarrollo neurológico obtenido en este estudio ( el 14,4%) es consecuente con las tasas a nivel nacional obtenidas mediante las respuestas a cuestionarios enviados a las familias, que señalan que el 15% de los niños estadounidenses de entre 3 a 17 años de edad presentaban trastornos en el desarrollo neurológico, entre los años 2006 a 2008 [28]. Los niños son más propensos que las niñas a ser diagnosticados con un trastorno en el desarrollo neurológico y trastornos en el espectro autista, en particular [29].
La vacunación parece tener una estrecha relación con la otitis en el oído medio y con la pulmonía, que se encuentran entre las complicaciones más comunes de infección por sarampión [56, 57]. Las probabilidades de sufrir otitis en el oído medio eran casi cuatro veces más altas entre los vacunados (OR 3.8, 95% CI: 2.1, 6.6) y las probabilidades de sufrir una miringotomía (una incisión en el tímpano) con la colocación de un tubo de drenaje eran 8 veces más altas que entre los niños no vacunados (OR 8.0, 95% CI: 1.0, 66.1). La otitis aguda del oído medio (AOM) es una infección muy frecuente en la infancia, produciéndose hasta 30 millones de visitas anuales al médico en los Estados Unidos y la mayoría prescriben a los niños antiobióticos [58, 59]. La mayor frecuencia de otitis en el oído medio alcanza su punto máximo a la edad de 3 a los 18 meses, y el 80% de los niños han experimentado al menos un episodio de este tipo antes de los 3 años de edad. Las tasas de infección en el oído medio han aumentado en las últimas décadas [60]. A nivel mundial, la frecuencia de infección del oído medio es del 10,9%, con 709 millones de casos cada año, afectando al 51% de los niños menos de 5 años de edad [61]. La infección en el oído medio es una importante preocupación en términos de utilización de la asistencia médica en los Estados Unidos, con un coste anual de 2,88 mil millones de dólares [62].
Los numerosos informes de otitis en el oído medio han sido archivados en el VAERS. Una búsqueda realizada en el VAERS de “casos en los que la edad es menor de 1 y el intervalo de inicio es de cero ó 1 ó 2 ó 3 ó 4 ó 5 ó 6 ó 7 días y síntomas de otitis en el oído medio” [63] reveló que los casos registrados fueron de 438.573 entre 1990 y 2011, a menudo con fiebre y otros signos y síntomas de inflamación y participación del sistema nervioso central. Un estudio [64] evaluó el transporte nasofaríngeo de S. pneumoniae, H. influenzae y M. catarrhalis durante una otitis en el oído medio en niños con inmunización completa, niños parcialmente vacunados con 0 ó 1 dosis de la vacuna conjugada neumocócica 7, y se encontró un aumento en la frecuencia de colonización de M. catarrhalis en el grupo vacunado en comparación con los niños parcialmente vacunados y del grupo de control (76% frente al 62% y el 56%, respectivamente). Unos mayores niveles de Moraxella catarrhalis implican un mayor peligro de otitis en el oído medio [65].
La vacunación contra la infecciones neumocócicas puede provocar la sustitución de este neumococo en el nicho nasofaríngeo por unos serotipos neumocócicos no vacunables y dar origen a enfermedad [66]. La vacunación con la vacuna conjugada neumocócica 7 (PCV-7) tiene un marcado efecto en la composición de la microbiota de las vías respiratorios superiores en los niños, yendo más allá de la distribución de los serotipos neumocócicos y potencialmente patógenos conocidos y dando como resultado una aumento de los microorganismos anaerobios, bacterias grampositivas y gramnegativas. La administración de la vacuna PCV-7 también tiene correlación con la aparición y expansión de especies orofaríngeas.
Estas observaciones sugieren que la erradicación del serotipo neumocócico contra el que va dirigida la vacuna puede seguirse de una colonización de otras especies bacterianas en el nicho nasofaríngeo que queda vacante, llevando a desequilibrios en la composición bacteriana (disbiosis) y un mayor peligro de contraer una otitis del oído medio. A largo plazo, esto ha permitido una mejor comprensión de las implicaciones inducidas por las vacunas en la estructura de la microbiota [67].
El segundo objetivo del estudio se centró en los resultados específicos relacionados con la salud y se trató de determinar si la vacunación estaba asociada con trastornos del desarrollo neurológico (NDD) después de controlar otros factores evaluados. Después del ajuste, los factores que están significativamente asociados con los NDD fueron la vacunación, la raza no blanca, el sexo masculino y el parto prematuro. La aparente fuerte asociación entre vacunación y parto prematuro y los NDD sugirió la posibilidad de interacción entre ambos factores. Esto se demostró en un modelo ajustado con interacción (controlando la interacción del parto prematuro con la vacunación). En este modelo, la vacunación, la raza no blanca y el sexo masculino permanecieron asociados con los NDD, mientras que el parto prematuro no se observó asociado con los NDD. Sin embargo, el parto prematuro combinado con la vacunación se vio asociado con un aumento de 6,6 veces en las probabilidades de sufrir NDD.
En resumen, la vacunación, la raza no blanca y el sexo masculino se vieron asociados significativamente con los NDD después de ajustar otros factores. El parto prematuro, aunque significativamente asociado con los NDD, en los análisis ajustados y no ajustados, se observó no relacionado con los NDD en el modelo final con interacción. Sin embargo, el parto prematuro combinado con la vacunación se vio fuertemente asociado con los NDD en el modelo ajustado con interacción, más del doble de probabilidades de NDD que sólo con la vacunación. Se sabe desde hace mucho tiempo que el parto prematuro es un factor importante para los NDD [68, 69], pero los neonatos prematuros son vacunados de manera rutinaria, y los efectos separados del parto prematuro y la vacunación no han sido examinados. El presente estudio sugiere que la vacunación podría ser un factor que contribuye en la patogénesis de los NDD, pero también que el parto prematuro por sí mismo puede tener un papel, aunque menor, en los NDD (definidos como TEA, TDAH y/o discapacidades en el aprendizaje) de lo que actualmente se cree. Los hallazgos también sugieren que la vacunación asociada con un parto prematuro podría aumentar las probabilidades de los NDD más allá de solamente la vacunación.
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