«En este país se está estigmatizando a los ricos»

ENTREVISTA: ALMUERZO CON… JUAN SUÁREZ DE FIGUEROA

DAVID FERNÁNDEZ 09/11/2009, El País

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La vida profesional de este gestor ha estado marcada por dos crash. En 1987, recién licenciado en Dirección y Administración de Empresas, el colapso de Wall Street le hizo ver que los mercados eran lo suyo. Dos décadas después, coincidiendo con la Gran Recesión, recibe un premio por su trayectoria. «Lo que he aprendido de los mercados es que mutan. No vale de nada intentar predecir qué van a hacer las Bolsas. Sólo funciona adaptarse a ellas». Su trabajo le apasiona. Y hablar de él también. La conversación lo absorbe y sólo come algunos entrantes.

Curtido en sus primeros años en la contratación a viva voz en los corros, «una experiencia escalofriante de cómo un grupo de señores al son de una campana se transformaban en depredadores», ha vivido en primera persona la revolución del parqué español. Y ha sufrido experiencias laborales muy difíciles como los atentados del 11-S. ¿Cómo se puede pensar en esos momentos en rentabilidades? «Hay que dejar las emociones al margen. Como los militares debemos cumplir nuestra misión».

El patrimonio medio de sus clientes es de tres millones de euros. Suárez de Figueroa también es responsable de la gestión de las Sicav de su entidad. Estas sociedades son el vehículo de inversión favorito de los ricos y están siendo objeto de muchas críticas por su fiscalidad. «Hay mucha demagogia. En este país se está estigmatizando a los ricos. Parece que haber acumulado un patrimonio alto es un insulto. Detrás de estas personas hay historias de trabajo y esfuerzo». En contacto permanente con clientes, «a veces somos más sus confesores que sus gestores», reconoce que han empezado a estudiar alternativas por si se suben los impuestos a las Sicav. «Nos pagan por tener un plan B», reconoce mientras apura sus alubias.

Los más ricos del mundo (2009), según la revista Forbes

Fortuna en miles de millonares de dólares americanos (US$).

Lugar Nombre Ciudadania Fortuna
1 William Gates III Estados Unidos 40
2 Warren Buffett Estados Unidos 37
3 Carlos Slim Helu México 35
4 Lawrence Ellison Estados Unidos 22.5
5 Ingvar Kamprad Suecia 22
6 Karl Albrecht Alemania 21.5
7 Mukesh Ambani India 19.5
8 Lakshmi Mittal India 19.3
9 Theo Albrecht Alemania 18.8
10 Amancio Ortega Spain 18.3
11 Jim Walton Estados Unidos 17.8
12 Alice Walton Estados Unidos 17.6
12 Christy Walton Estados Unidos 17.6
12 S Robson Walton Estados Unidos 17.6
15 Bernard Arnault Francia 16.5
16 Li Ka-shing Hong Kong 16.2
17 Michael Bloomberg Estados Unidos 16
18 Stefan Persson Suecia 14.5
19 Charles Koch Estados Unidos 14
19 David Koch Estados Unidos 14
21 Liliane Bettencourt Francia 13.4
22 Príncipe Bin Talal Arabia Saudita 13.3
23 Michael Otto Alemania 13.2
24 David Thomson Canadá 13
25 Michael Dell Estados Unidos 12.3

¿Hay riesgo de que la triple A se le suba a la cabeza? «No contratan mis servicios por tener la razón, sino por hacer ganar dinero a mis clientes. En último lugar está mi ego». Aunque ojea la carta de postres decide pasar directamente al café. Su teléfono móvil parpadea con la llegada de información financiera. Toca volver a ponerse el mono y volver al parqué.

Comentario de Pascual Serrano en Rebelión:

Trabajo y esfuerzo

En la última página de El País del día 9 de noviembre entrevistan a un ejecutivo gestor de fondos de grandes inversores. El patrimonio medio de sus clientes es de tres millones de euros. Titulan con una declaraciones suyas: “En este país (en referencia a España) se está estigmatizando a los ricos”. Según él, “detrás de estas personas (las que poseen los tres millones) hay historias de trabajo y esfuerzo”. En España el salario mínimo mensual de una persona que trabaje cuarenta horas a la semana está en torno a seiscientos euros. Los clientes del entrevistado poseen, además de su patrimonio de uso, 3.000.000 euros para invertir. El que cobra el salario mínimo debería trabajar cincuenta mil meses para conseguir ganar (ni siquiera para ahorrar) ese dinero. Nos podrán convencer de que se consiguen esas fortunas de forma legal, pero con sudor y decencia no.