El Informe Goldstone: boicot israelí y veto estadounidense

Por Richard Falk, 19 de septiembre 2009

“Entonces, ¿por qué el boicot del gobierno israelí a la Comisión? La respuesta es simple: sabían que la Comisión, cualquier comisión, llegaría a las conclusiones a las que llegó”.

Uri Avnery (activista de paz israelí y ex miembro de Knesset), en el Informe Goldstone, el 19 de septiembre de 2009


Richard Goldstone, ex magistrado de la Corte Constitucional de Sudáfrica, que fuera el primer fiscal en la Haya en la Corte Penal Internacional para la ex Yugoslavia, que participó en los informes de lucha contra el Apartheid, decía no ser uno de los más adecuados para investigar las denuncias por crímenes de guerra cometidos por Israel y Hamas durante las tres semanas que duró la Guerra de Gaza el pasado año.

Goldstone explica los motivos de su rechazo inicial por ser un asunto “con una fuerte carga política”, que finalmente fue superada por los miembros de la Comisión gracias a “unos profesionales con un claro objetivo, baśandose siempre en los hechos investigados”, y agregó que “por encima de todo creo profundamente en el Estado de Derecho y en las Leyes sobre la Guerra”, así como el deber de proteger a los civiles en la medida de lo posible en las zonas de combate. La Comisión estaba formada por personas altamente cualificadas, incluido el experto en derecho internacional Christine Chinkin, profesor de la London School of Economics. Goldstone mantiene profundos lazos emocionales y familiares con Israel y el Sionismo, y su relación con varias organizaciones israelíes.

A pesar de las impecables credenciales presentadas por los miembros de la Comisión, la gran reputación de Richard Goldstone como una persona íntegra y equilibrada políticamente, Israel desde el principio se negó. Ni siquiera permitió a los enviados de las Naciones Unidas entrar en Israel o en los territorios palestinos, siendo necesario la colaboración del gobierno egipcio para entrar en Gaza. Como señala uri Avnery, por mucho que Israel intente desprestigiar el informe de la Comisión como unilateral e injusta, la única explicación en su negativa a cooperación en la investigación de los hechos, y teniendo la oportunidad de contar su versión de los mismos, está la evidencia del fracaso de Israel en su ataque a Gaza de explicar que siguió el Derecho Internacional de Guerra. Ninguna Comisión Internacional creíble podría llegar a unos conclusiones distintas a las alcanzadas en dicho informe.

En sus aspectos principales, el Informe Goldstone no añade nada nuevo. Su principal contribución es la confirmación y el análisis de las prácticas militares israelíes durante la guerra de Gaza. Ha habido otros informes que también condenan la táctica de Israel como violaciones de las Leyes de Guerra y el Derecho humanitario Internacional, incluso los realizados por Amnistía Internacional, Human Rights Watch, y otros grupos de derechos humanos Israelíes. Periodistas y funcionarios de las Naciones Unidas habían llegado a similares conclusiones.

El material más crítico disponible anterior a la publicación del Informe Goldstone quizás fuese el documento denominado “Rompiendo el Silencio”, que contiene testimonios de treinta miembros de las Fuerzas de defensa de Israel que habían participado en la Operación Plomo Fundido (el nombre oficial de la guerra de Gaza). Estos soldados testifican diciendo el poco cuidado que se puso en la operación para evitar víctimas civiles. Estos soldados de la IDF no son críticos con la actuación de Israel, incluso con la guerra de Gaza como tal, sino que dicen que la política de Israel es una suma de esfuerzos para dar una lección a la población de Gaza por su apoyo a Hamas y mantener el número de bajas del Ejército Israel lo más reducidas posible, aunque eso implique la muerte de muchos palestinos inocentes.

En este contexto de consenso internacional sobre la ilegalidad de la Operación Plomo Fundido, nos debemos preguntar por qué este voluminoso informe de 575 páginas ha sido recibido con gran alarma en Israel y ha tenido la atención de toda la prensa mundial. Como decíamos, se añade poco a lo conocido con anterioridad. Se puede decir que la Comisión ha sido más sensible a las alegaciones de Israel, diciendo que Hamas es culpable de crímenes de guerra por haber disparado cohetes contra el territorio israelí. Y en muchos sentidos, el Informe Goldstone apoya está línea de argumentación falsa de Israel, diciendo que Israel actuaba en legítima defensa contra un adversario terrorista. El informe centra su crítica en el excesivo e indiscriminado uso de la fuerza por parte de Israel. Esto se hace mediante el examen de la abundante documentación existente en torno a una serie de incidentes relacionados con ataques a civiles y objetivos no militares. El informe también llama la atención sobre el bloqueo ilegal que restringe el flujo de alimentos, combustible y suministros médicos necesarios para la subsistencia de Gaza antes, y durante la Operación Plomo Fundido. Este bloqueo es un ejemplo flagrante de castigo colectivo, expresamente prohibido por el Artículo 33 del Cuarto Convenio de Ginebra, que expone las obligaciones legales de una potencia ocupante.

Israel ha rechazado las críticas internacionales por su actuación en las operaciones militares contra Gaza, diciendo que las fuerzas israelíes son las fuerzas militares con mayor sentido moral de toda la tierra. El Ejército israelí ha sido investigado en numerosas ocasiones por su conducta ilegal, alegando siempre que su táctica militar está firmemente comprometida en la protección de cualquier oficial del ejército o líder político que sea acusado de crímenes de guerra. En medio de estas críticas ¿ por qué ha caído como una bomba el informe Goldstone, que se ve como una amenaza de un Estado soberano?

El presidente de Israel, Shimon Peres, llama al informe “Una burla de la historia” por decir que no distingue entre el agresor y el agredido, un Estado que actúa en legítima defensa, insistiendo en que “legitima la actividad terrorista, buscando el asesinato y la muerte”. Han condenado el informe como unilateral, sesgado, que ha llegado a conclusiones de antemano y que emana de las posiciones anti-israelíes en el seno del Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Estas respuestas a cualquier crítica a la conducta de Israel en la Palestina ocupada, sobre todo si proviene de la ONU o de alguna ONG sobre derechos humanos, es un juego que trata de evitar entrar en el fondo de las acusaciones vertidas. Es un ejemplo de la política de la desviación, es decir, tratar de desviar la atención de la gente a otro punto distinto del mensaje que trae el mensajero. Desde este punto de vista el Informe Goldstone ¡ ha dado en el blanco!

Considerando más detenidamente, hay algunas razones por las cuales Israel puede reaccionar de la forma en que lo ha hecho. En primer lugar, viene de una persona que tiene un gran respaldo internacional y no sería creíble acusarle de anti-israelí, haciendo de este modo más difícil ocultar la atención de los resultados, no importando lo que fuerte que grite “juego sucio”. Cualquier lectura del informe muestra que es equilibrado, consciente de la argumentos de Israel en materia de seguridad, dándole en beneficio de la duda en algunas cuestiones clave.

En segundo lugar, hay resultados sorprendentes, dando recomendaciones que van mucho más allá que los informes anteriores. Dos de ellos causan mucha preocupaciones entre los dirigentes israelíes: el informe recomienda que si Israel y Hamas en 6 meses no realizan una investigación sobre el cumplimiento de las normas internacionales para el seguimiento de la violación de las leyes de la guerra, entonces el Consejo de Seguridad tomará cartas en el asunto, enviando esta cuestión al fiscal de la Corte Penal Internacional de la Haya. Incluso si Israel se libra de esta indignidad por el apoyo y bloqueo de la resolución por EE.UU, y posiblemente por algunos gobiernos europeos, las relaciones de Israel podrían tener consecuencias negativas por el incumplimiento de este informe.

En tercer lugar, pase lo que pase en las Naciones Unidas y en el Consejo de Derechos Humanos de Ginebra, el peso del informe estará presente en la opinión pública mundial. Desde la guerra de Gaza los apoyos que antes tenía Israel ahora se han debilitado, y es probable que todavía lo hagan más. Es posible un boicot y un movimiento de desinversión está cobrando fuerza desde la guerra de Gaza, y el informe Goldstone ha dado soporte a estas iniciativas. Hay un sentimiento creciente en el mundo de que la única posibilidad para los palestinos para alcanzar una paz justa y duradera es mediante la legitimidad, lo que se ha llamado una Guerra de Legitimad. Y en este sentido los palestinos están ganando esta guerra no militar. Esta guerra librada en un campo de batalla político es lo que socavó el régimen de Apartheid en Sudáfrica, y que se está convirtiendo en la mayor amenaza para la seguridad israelí, y que da fuerza a la resistencia palestina.

Una cuarta razón que debe preocupar a Israel, y que se deriva del informe, es la luz verde dada por los Tribunales Nacionales de todo el mundo para hacer cumplir el derecho Penal Internacional contra los militares israelíes sospechosos cuando viajen al extranjero, pudiendo ser detenidos para su enjuiciamiento o la extradición a un tercer país. Estos individuos pueden ser acusados de crímenes de guerra, derivado de su participación en la guerra de Gaza. El informe estimula la llamada “Jurisdicción Universal”, es decir, que los tribunales de cualquier país pueden solicitar la extradición y procesar a los individuos acusados por violaciones de la Ley Penal Internacional, independientemente del lugar de la supuesta comisión de los delitos.

Las reacciones observadas en los medios de comunicación israelí revelan ya cierta preocupación de los israelíes de ser detenidos en sus viajes al extranjero. Por ejemplo, esto se decía en un periódico israelí: “ De ahora en adelante, no sólo los soldados deben tener cuidado cuando viajan al extranjero, sino también los ministros y asesores jurídicos”. Es preciso recordar que el Artículo 1 de los Convenios de Ginebra insta a los Estado de todo el mundo a “respetar y hacer respetar” el Derecho Humanitario Internacional “en todas las circunstancias”. Recordemos que en 1998 varios tribunales europeos intentaron enjuiciar a Augusto Pinochet por crímenes cometidos cuando era jefe de Estado en Chile, recordando que las tribunales nacionales pueden enjuiciar a los dirigentes políticos y militares acusado por delitos, aunque no se encuentren en el país donde lo cometieron.

Por supuesto, Israel se defiende. Ha iniciado en los medios de comunicación una campaña y ha tomado medidas diplomáticas para contener el informe. El Gobierno de Estados Unidos se ha prestado a esta decepcionante campaña, y ha repudiado las recomendaciones del informe Goldstone y que el Consejo de Seguridad le había encomendado la tarea de la aplicación de las conclusiones. La embajadora estadounidense ante la ONU, Susan Rice, en una sesión a puerta cerrada del Consejo de Seguridad el día 16 de septiembre de 2009, justo un día antes de la publicación del informe dijo que “están muy preocupados por las recomendaciones del informe”. La embajadora dijo que el Consejo de Derechos Humanos, que no tiene autoridad para aplicarlas, es la instancia donde las medidas recomendadas deben tomarse. Pero seguramente se siga la recomendación de enviar estas cuestiones a la Corte Penal Internacional, pero podría contar con el veto de EE.UU y otros países que son miembros permanentes.

Hay muchas razones para aplaudir la franqueza y la amplitud del informe, el cuidado con el que se ha hecho, una voluntad escrupulosa de obtener conclusiones que hagan responsables tanto a Israel como Hamas de comportamientos que parecen crímenes de guerra, si no crímenes de lesa humanidad. Aunque Israel ha logrado que cierta parcialidad en el enfoque parezca como agredido, también hay razones para pensar que el informe está a la altura de los deseos palestinos.

Por un lado, el informe da por hecho la dudosa propuesta de que Israel puede actuar contra Gaza en defensa propia, lo que excluye una investigación para determinar si los crímenes contra la paz en forma de agresión se produjeron por el ataque. En este sentido, el informe no da cuenta del alto el fuego temporal que fue interrumpido por el lanzamiento de cohetes contra Israel, meses anteriores al ataque, ni de los repetidos esfuerzos de Hamas para hacer cumplir un alto el fuego siempre que Israel levantase el bloqueo ilegal de Gaza.
Además, fue Israel el que parecía querer provocar el alto el fuego, cuando lanzó un ataque mortal contra militantes de Hamas en Gaza, el 4 de noviembre de 2008, diciendo que buscaba la seguridad en sus fronteras. El recurso a la guerra, incluso si los hechos demostrasen el derecho a la defensa, y si es de acuerdo al derecho Internacional, es un último recurso. El inicio de una guerra unilateral por parte de Israel, el Informe Goldstone acepta la dudosa legalidad de la Operación Plomo Fundido, y evita la legitimación de la agresión.

Es decepcionante el hecho de que el Informe no haga comentarios sobre la actitud israelí con la población civil refugiada en la pequeña Franja de Gaza. Israel cerró todos los pasos durante la guerra, permitiendo que únicamente los residentes en Gaza con pasaporte extranjero pudieran salir. Es raro en las guerras modernas que no se dé a los civiles la opción de convertirse en refugiados. Aunque no existen disposiciones concretas en las leyes de Guerra que digan que haya una guerra declarada para permitir a los civiles abandonar las zonas de combate, parece ésta una exigencia humanitaria primaria, y se debe llenar este vacío existente en el Derecho Internacional Consuetudinario.
La importancia de esta cuestión adquiere importancia por el choque traumático sufrido por la población de Gaza, especialmente por los niños, que componen en 53% de la población. El informe concede una atención considerable a Gilad Shalit, un prisionero del Ejército Israelí en poder de Hamas, que recomienda se libere por cuestiones humanitarias, pero al mismo tiempo no se hace ninguna sugerencia parecida a Israel, que mantiene a miles de palestinos en duras condiciones de detención.

Es poco probable que el Informe Goldstone acabe por romper la negativa de los gobiernos a desafiar el bloqueo israelí de Gaza o para cambiar de forma significativa la actitud de las Naciones Unidad frente a la impunidad israelí. En un juego entre bambalinas, Estados Unidos juega un papel muy importante protegiendo a Israel de la responsabilidad por su comportamiento durante la guerra de Gaza, con su negativa a acatar el Derecho Internacional Humanitario, y a obligar al levantamiento del bloqueo, que sigue afectado a la salud de toda la población de Gaza.

A pesar de estas limitaciones, el informe es una contribución histórica a la lucha palestina por la justicia, una documentación impecable de un capítulo crucial de esta historia de ocupación. Su impacto será más importante sobre los movimientos de la sociedad civil en todo el mundo, imponiendo boicots académicos, culturales, deportivos, desalentando la inversión, el comercio y el turismo con Israel. Puede ser, como ocurrió en la lucha contra el Apartheid, que el cambio en la relación de fuerzas a favor de los palestinos no se produzca mediante la diplomacia o como resultado de una resistencia armada, sino que el campo de batalla sea el de la legitimidad, que tiene un ámbito mundial de aplicación, lo que podría describirse como de relevancia política de la nueva globalización moral y legal.

http://www.transnational.org/Area_MiddleEast/2009/Falk_GoldstoneReport.html