Inquietantes huellas

Un toque de martillo sobre la roca indicada, abrió el registro petrificado en mitades casi perfectas. Hundido allí, en el borde del talón de un zapato en toda apariencia contemporáneo, el crustáceo fosilizado aún cuenta una historia a todas luces inquietante

Por Leonardo Vintiñi – La Gran Época
14.05.2009 19:43


Huella hallada en Utah, Estados Unidos. Puede apreciarse un trilobite inserto en el talón de una huella de zapato.


Detalle del molusco atrapado.

Marca en roca caliza de la era Terciaria. Muchos investigadores hallan en el fósil, un talón de zapato de doble costura.

“Se supone que uno de los primeros antepasados de nuestra especie recién hubo evolucionado en el período Terciario tardío”, escribe el estadounidense Brad Steiger, investigador y autor de más de 160 libros sobre hechos inexplicables. “Y tiene, por consiguiente, sólo aproximadamente un millón de años de antigüedad”.

“Pero pisadas semejantes a las humanas se han encontrado fosilizadas en rocas que abarcan desde el período Carbonífero al período Cámbrico”, remata el creador de ‘Worlds before our own’, “ofreciendo de este modo, un mudo pero dramático testimonio de que algunas criaturas bípedas andaban caminando hace alrededor de 250 a 500 de millones de años”.

Los primeros indicios fueron tomados con cierto grado de escepticismo; una huella de zapato sobre una roca de 300 millones de años de antigüedad por poco no significaba el completo desmoronamiento de todas las teorías antropológicas existentes.

Según lo conocido, la humanidad había nacido, como máximo, unos tres millones de años en el pasado. Ahora, el pequeño fósil de trilobite (una especie prehistórica) embutido en la huella de un zapato moderno, amenazaba con cambiarlo todo.
Antelope Spring, en los Estados Unidos, fue el escenario de tan amenazante hallazgo. William J. Meister, investigador profesional de restos fósiles, lo descubrió en junio de 1968, cuando un toque de martillo sobre la roca indicada, abrió el registro petrificado en mitades casi perfectas. Hundido allí, en el borde del talón de un zapato en toda apariencia contemporáneo, el crustáceo fosilizado aún cuenta una historia a todas luces inquietante: los humanos podrían haber existido y logrado un desarrollo tecnológico magnífico muchos millones de años antes de lo que pensaban la ciencia.

Sin embargo, la huella de Antelope Spring no sería el único hallazgo que haría reflexionar a los estudiosos sobre la realidad en la época de los grandes reptiles. Revelando una “doble costura delicadamente trabajada en las junturas”, según palabras del propio Steiger, muchos investigadores piensan que una marca sobre caliza hallada en Pershing County, Nevada, no es más que otro indicio de la existencia de zapatos modernos en la noche de los tiempos.

Según la data de la roca que contiene la pisada en Pershing County, el transeúnte prehistórico debía haber estampado su flamante calzado en el barro, no menos de 200 millones de años en el pasado.


Estrecho de Bering ¿es falsa la teoría del cruce?

Unos 14.000 años a. C., hombres y mujeres emigraban por la ruta congelada de Beringia, en busca de nuevos destinos. Eran los hombres del Asia, los futuros americanos.

Aunque los historiadores actuales disienten enormemente sobre la fecha precisa de migración hacia América, ninguno sitúa el suceso más allá de los 50.000 años a. C., teniendo en cuenta parámetros como el yacimiento de Monte Verde, en Chile, y rutas alternas al puente de hielo.

No obstante, el hallazgo de una huella humana en las cercanías del lago Titicaca, Bolivia, producido por un grupo de investigadores locales en mayo del 2008, no encuentra todavía lugar dentro del confuso puzzle construido por los estudiosos sobre la llegada del hombre al continente.

Desafiando los más osados esquemas de migración prehistórica, e incluso a la propia teoría evolutiva de la especies, el pie desnudo descubierto en La Paz por los investigadores Jorge Miranda y Freddy Arce, data de la friolera de 5 a 15 millones de años de antigüedad, cuando supuestamente el humano erguido no existía, y un ser de apariencia simiesca conocido como australopithecus vagaba en el otro lado del mundo.

Según los investigadores, muchos de sus colegas europeos se vieron alarmados ante las implicaciones de justificar la pisada de un hombre de 70 Kg. de peso, 1,7 de altura y andar erguido, en medio de la América prehistórica 5 millones de años antes de lo previsto.

“Nos preguntaron si sabíamos el significado de lo que estábamos proponiendo” comentaba Jorge Miranda respecto a la sorpresa despertada por la pisada en los demás antropólogos de la comunidad internacional.

“La teoría de la evolución se encontraría ante una gran dificultad con la evidencia que ahora estamos mostrando” decía por su parte Freddy Arce, luego de divulgar el fenómeno que los medios titularon “la huella humana más antigua del mundo”.

Empero la repercusión mediática generada en su momento por los fósiles de Utah, Nevada, Bolivia y Texas (donde pisadas humanas y reptilianas parecen correr a la par), no existe en la actualidad hipótesis alguna seriamente considerada por la comunidad científica para explicar posibles asentamientos humanos previos a los escasos tres millones de años que se le atribuyen al hombre moderno.

Aunque las huellas de Antelope Spring y Bolivia son reconocidas a nivel internacional, frecuentemente resultan aisladas de todo marco histórico a la hora de hallar su lugar en las teorías convencionales; simplemente parecen no existir para los libros de texto.

El investigador Albert G. Ingalls, ya atribuía en enero de 1940 el rechazo a las huellas prehistóricas, en el artículo “El misterio del Carbonífero”, publicado por la prestigiosa Scientific American: “Si el hombre, o incluso su antepasado simio, o incluso ese primer antepasado mamífero de aquel antepasado simio, existió de cualquier forma que sea hace tanto tiempo como en el lejano Período Carbonífero, entonces toda la ciencia de la geología está tan absolutamente equivocada que todos los geólogos renunciarán a sus trabajos y empezarán a conducir camiones. Por lo tanto, por el momento, la ciencia rechaza la interesante explicación de que el hombre hizo con sus pies esas impresiones misteriosas en el fango del Período Carbonífero”.

La huella del inca

Al final del año pasado, Roberto Hidalgo, un científico boliviano de la UNAR (Unidad Nacional de Arqueología), descubrió por casualidad una huella fósil cerca de la ciudad de Jesús de Machaca, no lejos del lago Titicaca en el altiplano boliviano. En ese momento, él estaba recorriendo algunos lugares arqueológicamente relevantes de la región, trabajando en el proyecto de apertura de Jesús de Machaca al turismo. Inmediatamente,  él compartió la información con sus colegas en el Instituto e inició un curso de acción. En diciembre, mis colegas de la UNAR y yo viajamos al lugar del descubrimiento para tener una idea de la huella, tomar fotos y hacer video-grabaciones. Vale mencionar a los siguientes científicos de la UNAR que participan en este proyecto: Lic. Fernando Calderón, Dr. Jorge Miranda Luizaga, Ing. Ariel Infantes, Ing. Carlos Copa, Ing. Alejandro Copa, Arq. Javier Escalante y el autor mismo de este artículo.


El Altiplano Boliviano, donde la misteriosa huella fue descubierta.
© Marco Alhelm.

Entretanto están disponibles las opiniones profesionales de los científicos bolivianos que confirman la sólida suposición inicial de que la huella es de origen humano. Al final de este informe se incluye un breve resumen de las conclusiones de los expertos.

Visita al lugar del descubrimiento

El lugar de descubrimiento está situado en el Departamento de La Paz, provincia de Ingavi, en el municipio de Sullkatiti Lahuacollu de la ciudad de Jesús de Machaca (ubicación geográfica: latitud 16,768, longitud 68,715). La huella será encontrada a 4.024 metros sobre el nivel del mar, en una formación geológica que está compuesta de piedra arenisca rojiza  (sedimento clásico) que se encuentra a menudo en esta parte del altiplano boliviano.  Ésta no se halla en posición horizontal sino ubicada en diagonal (aprox. 15°-20°) y se ha conservado particularmente bien, lo que puede explicarse por una única exposición reciente del bloque oculto antes por otro bloque que lo protegió de ese modo contra los efectos de la intemperie.


¿Es esta sorprendentemente bien conservada huella de origen humano?
© Marco Alhelm.

Se ha evaluado que la formación geológica tiene por lo menos de 7 a 15 millones de años de antigüedad, remontándose por lo tanto al Período Terciario. Para ser más específico: el período terciario del Mioceno (1). También se supone que los primeros homínidos se hubieron desarrollado en partes remotas de África en ese período de tiempo (2). Los Andes también eran de naturaleza diferente y se dice que han sufrido un gran número de procesos adquiriendo la conformación que tienen hoy.

La edad exacta de la huella no puede fijarse, sin embargo, en base a la información a mano puede remontarse al Período Terciario que abarca aproximadamente 63 millones de años (2 a 65 millones de años a.C.) y se subdivide en varios segmentos de tiempo, por ejemplo, el  Plioceno, Mioceno, Oligoceno, Eoceno y Palaeoceno (2).

Algunas plantas fósiles encontradas a sólo unos metros de la huella pueden ser de alguna ayuda para determinar su edad. Ellas permiten hacer una evaluación geológica relativamente exacta que será seguida dentro de poco por una estimación de edad física llevada a cabo por los geólogos bolivianos. Hasta aquí la evidencia existente, sin embargo, pone de relieve su alta edad. Todavía, esto no puede confirmarse con las herramientas científicas disponibles, que significaría, por un lado, que los primeros humanos aparecieron en la Tierra unos pocos millones de años antes y, por el otro, que todos los hallazgos geológicos y los períodos específicos de tiempo deben ser revisados.


Plantas fósiles halladas cerca de la huella serán examinadas
para determinar la edad del estrato geológico.
© Marco Alhelm.

La razón es: en esa era, hace 7 a 15 millones de años, según los hallazgos científicos hasta la fecha, no existió ningún Homo Sapiens “anatómicamente moderno “que caminara erguido. El “hombre pensante“aparecíó en nuestro planeta hace solamente 130.000 a 200.000 años (3,4,5,6). Hay de hecho más hallazgos de huellas muy antiguas, por ejemplo, las huellas de Laetoli descubiertas por Mary Leaky en Tanzania que se parecen en gran medida a pies humanos “modernos “, no obstante, ellas no han sido aceptadas totalmente por los expertos. Como Cremo y Thompson dijeron en su libro “Forbidden Archaeology” ( Arqueología Prohibida) de 1996: “Como de fascinante puede ser esta posibilidad arqueológica que debe ser excluida en vista de la teoría actualmente válida de la evolución humana “(7).

¿Ningún caso individual?

Hace más o menos medio año otra huella sensacional fue noticia: En Egipto, en las inmediaciones del Oasis de Siwa, fue hallada una huella con una antigüedad supuesta de aproximadamente 2 millones de años. Según varios informes arqueológicos debe llevarse a cabo una investigación más a fondo para determinar su edad, incluyendo el examen de las hierbas encontradas en la capa de arcilla. Hasta donde yo sé ningún material sobre este tema se ha publicado hasta ahora (9,10).

La huella boliviana parece ser mucho más antigua y puede, por consiguiente, dar lugar a muchas discusiones y agitación en los grupos de expertos. Hasta ahora se ha aceptado que la población de América tuvo lugar en el lapso de tiempo comprendido entre el 23.000 al 18.000 a.C. (11,12). Si la huella andina realmente puede remontarse hasta el Período Terciario, toda la historia de la población del continente americano debe ser reconsiderada. Por lo tanto, sería necesario para los arqueólogos americanos revisar sus opiniones, lo que ya ha sido manifestado por Werner Müller, un historiador, teólogo, etnólogo y “experto en los indios rojos “en su trabajo “America – the New or the Old World?“ (América-¿El Nuevo o el Viejo Mundo?),  publicado en 1982: “Los arqueólogos americanos se enfrentarán con dataciones mucho más antiguas “.

Sin embargo, el descubrimiento boliviano debe publicarse primero sin especulaciones e intentos de interpretación. Las opiniones expertas e imágenes adjuntas son el primer resultado de la investigación que se continuará y se intensificará en el corriente año.  Entretanto, la huella ha sido cercada a su alrededor para protegerla de todo daño, lo que ha sido aceptado por los indígenas bolivianos. Se planea enviarla a un museo en La Paz o construir una cabaña directamente sobre el lugar. A finales del verano yo visitaré de nuevo el sitio y espero volver a casa con más información.


Izq: Dibujo de la huella andina. © J. Escalante. (publicado con permiso concedido al autor)
Der: El Dr. Jorge Miranda Luizaga durante la presentación oficial del hallazgo en La Paz, Bolivia,
el 29 de mayo de 2008. © Jorge Miranda Luizaga. (publicado con permiso concedido al autor)

Opiniones expertas

Las opiniones expertas han sido formuladas por:

Lic. D. Villamor Encinas (antropólogo)
G. Lazacano Morono (médico especialista en anatomía)
J. Escalante (arqueólogo, jefe del UNAR)

Los mencionados científicos están de acuerdo en lo siguiente:

el tamaño de la pisada corresponde a un zapato contemporáneo de medida 39
el área anterior tiene 90 mm de ancho
la huella indica una manera segura de caminar erguido
el individuo debe de haber padecido de múltiples dolencias del pie y articulaciones
caminaba descalzo
la huella hace pensar que la altura del cuerpo era de 170 cm a 175 cm y el peso de unos 80 kg

Nosotros esperamos atentos las conclusiones resultantes de más investigaciones.

Nota complementaria:

La huella ha sido presentada oficialmente al público por Freddy Arce Helguero y el Dr.Luizaga-Miranda en La Paz el 29 de mayo de 2008. (Marco Alhelm, junio de 2008.)

Anotaciones:

1. Unidad Nacional de Arqueología, Ministerio de Educación y Culturas, Viceministerio de Desarrollo de Culturas. Más información y contacto con el UNAR a través del autor o vía website: http:/www.arqueologiabolivia.com

2. En contra de la opinión de J.Escalante (ver http://larazon.glradio.com/irn.asp?ver=2186c=253&id=605367.) el peso de 70 kg se ha mencionado en las noticias actuales. Yo fui informado por el  Dr Miranda-Luizaga que la investigación posterior condujo a este resultado.

Bibliografía:

1.Dr.R.Miranda Luizaga. Huellas del pasado. PP-Presentation of the UNAR, November 2007
2.Richard Leakey. Die ersten Spuren, München 1999
3.Joachim Hermann. Die Menschwerdung, 4th edition, Berlin 1988
4.http:/de.wikipedia.org/wiki/Hominisation
5.Der Brockhaus. Sonderausgabe für den Weltbild Verlag GmbH, Augsburg 2000
6.Dietrich Mania. Der “erste Verständige“: Der Homo Sapiens. In: Die Zeit. Welt- und Kulturgeschichte. Anfänge der Menscheit und Altes Ägypten. Hamburg 2006
7.Michael A. Cremo/Richard L. Thompson. Verbotene Archäologie, Augsburg 1996
8.Peter Rothe. Gesteine, 2nd edition, Darmstadt 2005
9.Egypt: probably the oldest human footprint ever discovered. Report of 21 August,2008 on the www.shortnews.de
10.¿La huella más antigua? Report on: www.muyinteresante.es of 30 August, 2007 (here you can also see the picture of the footprint, remark of the author)
11.Axel Schulze-Thulin. Indianer der Urzeit, München 1995
12.Christian F.Feest/Peter Kann. Das Altertum der neuen Welt, Berlin 1992
13.Günther Stoll/Rüdiger Vaas. Spurensuche im Indianerland. Exkursionen in die neue Welt. Stuttgart 2001
14.Hans-Eberhard Thust. Altiplano, München 1983
15.Herve Chaumeton/Didier Magnan. Kleine Enzyklopädie der Fossilien, Tandem Verlag GmbH 2005

EL AUTOR es investigador especializado en culturas antiguas de América Central y Sudamérica. Es adscrito a la UNAR (Unidad Nacional de Arqueología Boliviana) y co- fundador de la AGRW – Arbeitsgruppe Geheimnisse und Rätsel dieser Welt  (“Grupo de trabajo secretos y enigmas de este mundo”).

http://www.antiguosastronautas.com/articulos/Alhelm01.html

Las pisadas de Homo erectus de 1,5 millones de años de edad halladas en Kenia revelan un pie semejante al actual

Matthew Bennett, junto a la hilera principal de huellas.M. B./BOURNEMOUTH UNIVERSITY


África ha regalado una nueva joya a los científicos para justificar su rango como cuna de la humanidad, un título que le otorgó Charles Darwin. A orillas del lago Turkana, en el árido norte de Kenia, un equipo internacional de investigadores ha descubierto las huellas más antiguas conocidas de un hominino –grupo que engloba a humanos, chimpancés y sus ancestros– que hace un millón y medio de años ya caminaba con pies de estructura y funcionamiento similar a los del Homo sapiens.
El hallazgo que hoy publica Science se ha producido en la región de Koobi Fora, un auténtico parque temático de restos fósiles que no ha dejado de rendir piezas del puzzle humano desde que comenzó a excavarse hace cuatro decenios bajo los auspicios de Richard Leakey, miembro prominente de un famoso clan de paleoantropólogos anglo-kenianos. Su madre, Mary, descubriría 10 años más tarde las huellas más antiguas de un hominino en Laetoli (Tanzania), un grupo de pisadas cuya edad se estima en 3,75 millones de años.


Campamento de verano

En 2005, un equipo de la Universidad Rutgers de Nueva Jersey (EEUU) comenzó a excavar uno de los yacimientos de Koobi Fora en 2005 bajo la dirección de John W. K. Harris. El codirector del estudio, Matthew Bennett, geólogo de la Universidad británica de Bournemouth, explica a Público que «primero se encontraron huellas de animales». El equipo excavó dos niveles de sedimento arenoso datados entre 1,51 y 1,53 millones de años. «En 2006 aparecieron las primeras pisadas de homininos», prosigue Bennett, «y el número de huellas aumentó drásticamente al año siguiente». Parte del éxito se debe a la participación de los equipos de estudiantes que cada verano integran la Escuela de Campo, una iniciativa coordinada por Rutgers y los Museos Nacionales de Kenia.

En total, se hallaron tres hileras de huellas en un nivel, además de otro grupo de dos pisadas y el rastro aislado de un pie más pequeño en un segundo nivel, cinco metros más abajo. Fue entonces cuando entró en acción la tecnología empleada por Bennett para escanear las huellas y digitalizarlas. «En comparación con los métodos tradicionales, es una técnica extraordinariamente potente, ya que nos permite realizar un análisis informatizado y reproducir moldes sólidos de las huellas empleando polímeros», dice Bennett.


Pies modernos

Para determinar qué homininos imprimieron sus huellas en el barro de Koobi Fora, «se compararon con las de Laetoli y con pisadas de la población local», explica Bennett. Los investigadores descubrieron que los pies eran «anatómicamente modernos», con un puente pronunciado y un dedo gordo próximo a los demás y alineado con el eje del pie, a diferencia del de los simios, más separado y en ángulo para trepar a los árboles. El patrón del paso es similar al de los humanos actuales y distinto del de los simios. Todo ello diferencia a estas huellas de las de Laetoli, atribuidas a un bípedo –el bipedalismo se remonta a seis millones de años– pero más simiescas, tal vez de un primitivo Australopithecus.

«Sabíamos entonces que las huellas debían pertenecer a una de las tres especies que convivían entonces en la zona: Paranthropus boisei, Homo habilis [ambos más primitivos] o bien H. erectus (o su forma temprana, H. ergaster)», dice Bennett. El geólogo concluye: «Lo que las huellas nos dicen sobre su masa corporal y altura apunta a los erectus», un hominino de gran estatura –sus huellas igualan en tamaño a las de un humano adulto actual– que fue, según se cree, el primer antepasado humano que abandonó la cuna africana en busca de otros territorios.

http://www.publico.es/ciencias/204600/descubiertas/huellas/humanas/antiguas

La huella encontrada en Siwa (Egipto)

Desde el Site de la revista Muy interesante, (de paso les recomiendo comprar la revista y/o visitar el site) me encontré con la noticia, aún extraoficial, de lo que podría ser la huella humana más antigua, se los traigo en su totalidad.
El homínido que se paseó hace varios millones de años por el desierto del actual Egipto no imaginaba que, mucho tiempo después, el hallazgo de los restos de una de sus pisadas iba a ser anunciado como “la huella humana más antigua del mundo”. La marca se habría grabado en el barro, que posteriormente se endureció hasta convertirse en una dura roca.

El descubrimiento de la pieza pilló por sorpresa a los arqueólogos egipcios que trabajaban en los yacimientos prehistóricos de Siwa, un oasis al oeste del país famoso por su oráculo de Ammon. Ahora es el turno de la datación con carbono-14, que determinará la edad exacta de la piedra. Podría haber sorpresas si, como sospecha el director de prehistoria del Consejo Egipcio de Antigüedades, Khaled Saad, se comprueba que la huella se remonta aún más atrás que la famosa Lucy, la Australopithecus afarensis de 3,2 millones de años cuyo esqueleto parcial fue descubierto en Etiopía hace tres décadas. Un gran salto teniendo en cuenta que la evidencia arqueológica humana más primitiva conocida en Egipto hasta ahora tenía 200.000 años.

http://enzodavid.wordpress.com/2007/09/12/%C2%BFla-huella-mas-antigua/

Huellas sobre huellas

OPINIÓN. Huellas sobre huellas. Por Eduardo Serrano

Arquitecto

23/04/09. Opinión. Al norte de Tanzania, en un lugar llamado Laetoli, se encuentra la que se ha calificado como “primera broma fósil de la historia”, una serie de huellas de homínidos de hace 3,6 millones de años muy bien conservadas cuya singularidad reside en que, dentro de ellas, hay impresas otras huellas similares, pero más pequeñas. ¿Una casualidad? ¿Un juego? ¿Un mensaje oculto? Un detalle extraordinario que ha despertado la curiosidad de la comunidad científica y la del arquitecto malagueño Eduardo Serrano, que inaugura con ‘Huellas sobre huellas’ una sección de opinión en EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com que llevará este mismo título. La de hoy es una sutil reflexión sobre los caminos, el territorio común, la conciencia individual, la necesidad del otro, y “la cadena de guiños inmateriales, de inventos sobre inventos, empezando por los primitivos hacedores de las pisadas famosas”.

Huellas sobre huellas

LOS caminos no son un invento humano. Mucho antes que nosotros ciertas especies de animales han construido auténticas sendas, bien marcadas sobre el terreno, mostrando los itinerarios más convenientes a sus descendientes. Podemos imaginar cómo surgen algunos de tales caminos terrestres: los adultos del grupo o manada abren paso y encabezan la marcha; les siguen los demás, en general los individuos menos experimentados, menos vigorosos, los jóvenes sobre todo, que transitan el terreno que los mayores han atravesado previamente pues ahí no hay peligro ni obstáculos, el suelo es firme y practicable. Después es posible que otros grupos aprovechen esta apertura consolidando la senda.

HAY pues, dos clases de acciones que a su vez corresponden a dos tipos diferenciados de sujetos sociales en ese modo colectivo de recorrer el medio. En primer lugar los individuos que lo exploran y guían a los demás con su ejemplo; ellos no hacen el camino, sólo se aventuran mostrando un paso más o menos expedito. Los que les siguen efectúan en apariencia el mismo tipo de acciones pero la acumulación de pasos sucesivos, hollan y aplanan el terreno, marcando y haciendo cada vez más fácil lo que puede ser una verdadera senda. Hay, por tanto, dos actos de diferente tipo, el primero es singular y efímero en su resultado directo, el segundo es colectivo y deja una huella permanente; pero ambos son necesarios para que algo permanezca, para construir su memoria. La senda es cada vez más cómoda y a la vez un signo más elocuente: territorio común.
COMENTO ahora un descubrimiento muy singular que sigue estando rodeado de misterio y que tuvo lugar en una región del norte de Tanzania llamada Laetoli. “Allí se encontraba un equipo dirigido por Mary D. Leakey buscando fósiles de los homínidos primitivos que ocuparon África oriental hace millones de años. En el verano de 1976, tras un largo día de trabajo de campo, tres investigadores externos al grupo de Leakey comenzaron a bromear arrojándose pellas de excrementos secos de elefante. Cuando el paleontólogo Andrew Hill se echó al suelo para esquivar una, observó lo que parecían ser rastros de animales en una capa de toba aflorante o, lo que es lo mismo, una roca sedimentaria formada por depósitos de cenizas volcánicas. Entregados a una inspección más sistemática, los científicos encontraron miles de rastros fósiles, con huellas de elefantes, jirafas, rinocerontes y muchas especies de mamíferos extintos. Pero el hallazgo más extraordinario llegó dos años después, cuando Paul I. Abell, geoquímico agregado al equipo de Leakey, encontró lo que parecía ser una huella humana en el extremo de un barranco erosionado por el río Ngarusi.” (1)

HE aquí lo que se puede leer en el artículo ‘Laetoli’ de wikipedia: Las huellas homínidas fueron producidas por tres individuos y están “[…] preservadas en ceniza de una erupción del volcán Sadiman, a 20 km. de allí. La lluvia liviana convirtió una capa de 15 cm. de grueso en tufa sin destruir las impresiones dejadas por los pies de todos los animales que caminaron por allí. Con el transcurso de años y siglos fueron cubiertas por otros depósitos de cenizas.”

EN este hallazgo un asunto extraordinario (pero no el único), abundantemente reseñado, es la posición erguida de los animales a los que se atribuyen estas huellas: “El estudio ha demostrado que los pies tenían un arco muy alto, talón redondeado, cabeza del metatarso desarrollada y dedo gordo orientado hacia el frente, es decir, bastante similar al actual pie humano. Toda esta información no deja prácticamente dudas acerca del bipedismo de los Australopitecos afarensis (3,5 – 3 m. a.) (2).
POR mi parte la primera noticia que tuve de estas famosas huellas fue a través de un divertido artículo de Jorge Wagensberg publicado en 1996 escrito después de conocer una reproducción de dichas huellas en el Musée de L´Homme en París. En dicho artículo, ahora reproducido en Internet, tras referirse al bipedismo y sus trascendentales consecuencias en el uso libre de las manos, añade:
“PERO nadie me había comentado nunca un detalle extraordinario de las huellas de Laetoli. Las huellas del paseante de tamaño medio están ¡todas! meticulosamente sobreimpresas en el interior de las huellas del adulto. Éste era el detalle entrañable. Entrañable… ¿por qué?


EL adulto va delante. La huella de tamaño intermedio es necesariamente posterior a la de mayor tamaño. Poco importa si su autor, llamémosle Lucy, iba sólo unos metros detrás o si pasó por allí al día siguiente (según los expertos, la diferencia no pudo ser superior a unas dos semanas). Lo que sí está claro es que Lucy caminaba mirando al suelo, atentísima a las huellas que la precedían y, dada su menor estatura, acaso se viera obligada a forzar el paso o incluso a dar graciosos saltitos. ¿Había alguna razón para un comportamiento así? Un peligro tipo campo de minas no parece muy verosímil, ni tampoco cierto raro automatismo, pues, en tal caso, el tercer individuo hubiera actuado de la misma manera. ¿De qué se trataba entonces? ¿De un juego?

SEGURO, pero de un juego muy especial. De hecho, los cachorros de muchos animales juegan y el juego les sirve para aprender a ser mayor. Pero el juego de Lucy tiene unas reglas demasiado rigurosas y caprichosas, casi obsesivas. Lucy no tiene ni un solo fallo en su absurdo juego. Y sobre todo eso: su juego no sirve para nada.
(…) HACE unas semanas le sugería a un eminente paleoantropólogo que en Laetoli quizá se había encontrado la primera broma fósil de la historia. ‘Lo sé por pura casualidad…’, respondí, ‘¡yo hacía exactamente lo mismo en la playa, cuando era un niño!” (3)

VOLVEMOS a ver en las huellas de estos supuestos ancestros el proceso enunciado al comienzo de este artículo: una primera acción seguida de otra de un tipo apenas diferente en la estela de la primera. No obstante un detalle minúsculo singulariza extraordinariamente estas huellas. Ya no hay dos actos sino tres, siendo el tercero de una naturaleza por completo diferente a los otros dos. Ahora esta segunda acción, consistente en colocar el pie exactamente sobre la pisada del individuo que marcha en primer lugar, se desdobla, apuntando más allá de lo que aparenta ser un trivial acto meramente casual. Nos encontramos aquí ante un caso paradigmático de un importante principio científico: cuanto más improbable es un acontecimiento mayor carga informativa porta. Si extrema es la improbabilidad de que unas pisadas sobre otras se dispongan de este modo, sumamente relevante será lo que nos muestran. Aquí la densidad de información es tan alta que nos llega a conmover, haciéndonos sospechar que un umbral ha sido traspasado y sentir que somos privilegiados testigos de un caso de emergencia de cualidades de comportamiento antes inexistentes en la evolución de una especie animal. Pero es que además esto nos atañe profundamente, tal como refleja la emoción que transmite Jorge Wagensberg en su artículo. Mensaje de la Inteligencia viva, hoy urgentemente apremiante, de hace nada menos que 3,6 millones de años.


SIN duda hay una relación intencional en estas huellas superpuestas de tan exacta e improbable manera. Hay algo más que pisadas sobre pisadas, una cosa muy distinta a la materialidad de las huellas aparece ahora; tal vez podríamos hablar de idea, pero para ser más prudentes nos quedamos en el neutro término de relación, cuya naturaleza es, aun así, de orden inmaterial. Lo confirma la exhaustiva repetición de la diferencia entre las respectivas huellas, tan llamativamente puesto de manifiesto.
HACIENDO alarde de su control sensoriomotriz ese individuo se afirma con un acto puramente gratuito, pues ninguna necesidad se lo ha demandado. Reduciendo al mínimo la variabilidad de los parámetros fisiológicos de su caminar en relación con los de aquel que le precede consigue un máximo de intensidad informativa y se asoma a un mundo completamente nuevo, el de los seres inmateriales (como las ideas, los conceptos, las fórmulas, los protocolos, los diagramas, los relatos, las imágenes literarias, plásticas o acústicas), todos hechos de formas, es decir, de relaciones, todos habitantes de lo que justamente hoy decimos es el cibermundo.
ASIMISMO podríamos arriesgar la hipótesis de que su ganancia es del orden de lo subjetivo; ese individuo por un momento es consciente de sí mismo a través de la relación que ahora construye con el otro.

EL OBSERVADOR me invita a participar en esta particular serie de artículos de opinión que ahora inicio y me sugiere que acompañe mis artículos con imágenes. Busco en Internet y después de examinar un montón de ellas selecciono algunas de las que supongo están más libres de lo que se enuncia en la advertencia genérica “La imagen puede estar protegida por derechos de autor” con la que el buscador se cura en salud.

AL final mi esperanza es que ninguno de los que han intervenido en esta cadena de guiños inmateriales, de inventos sobre inventos, empezando por los primitivos hacedores de las pisadas famosas, ejerzan algún amenazante derecho de propiedad que pudiera condicionar la libre difusión de alguno de los eslabones de esta sutil cadena de informes que con este texto me encantaría proseguir.

Nota (1): AGNEW, Neville y DEMAS, Martha. Conservación de las huellas de Laetoli. En Revista Investigación y Ciencia 266 (Noviembre 1998). Barcelona: Prensa Científica S.A.

Nota (2): En web ARTEHISTORIA REVISTA DIGITAL

Nota (3): En web Panfleto LAETUS

http://www.revistaelobservador.com/index.php?option=com_content&task=view&id=2378&Itemid=7

He aquí una lista no exhaustiva de otras huellas imposibles :

  • En el siglo XIX, el escritor americano Josiah Priest, en su libro « American Antiquities » página 150, relata el descubrimiento cerca de las fuentes del río Tennessee, a unos kilómetros al sur de Braystown ( Carolina del norte ) de un verdadero carnaval de huellas de caballos, osos, pavas y ¡ homínidos con seis dedos del pie !
  • En 1822, el científico H. Schooleraft, relató la observación de huellas humanas en calcáreo en las orillas del Mississippi a 5 kilómetros al sur de San Luis. ( 2 )
  • Durante el verano de 1882, unos detenidos de la prisión de Carson City ( Nevada ) al trabajar en una cantera, sacaron una capa de gres en la cual, entre huellas de animales fósiles como los mamutes, se encontraban seis series de huellas de homínidos gigantes. El 27 de agosto de 1882 un informe fue mandado a la Academia de Ciencias de California.
    Algunas de estas huellas ( de 50 centímetros ) revelaban que esos homínidos usaban sandalias.
  • En 1884, Earl Flint, representando el museo de Peabody y la universidad de Harvard, descubrió en una cantera cerca de Managua ( Nicaragua ), a orillas del lago Gilva, a 60 centímetros de profundidad, huellas de homínidos, unas con sandalias, otras indicando el uso de un bastón. Las mayores medían 40 centímetros de largo. Su antiguedad se estima a 200 000 años.
  • En 1885, en la cumbre de Big Hill en los montes Cumberland, en el condado de Jackson ( Kentucky ), una serie de huellas fue descubierta en gres carbonífero de unos 300 millones de años. Entre las huellas de osos y las de un animal parecido a un gran caballo, había dos huellas de homínidos de gran altura, con los dedos del pie bien separados. El Profesor J.F. Brown, del colegio de Borea examinó estas huellas. ( 3 )
  • En 1896, una piedra con una huella perfecta de pie humano de 37 centímetros de largo fue enseñada a los miembros de la Academia de Ciencias de Ohio. Esta piedra había sido hallada 20 años antes en los alrededores de Parkesbourg ( Virginia ), su antigüedad fue estimada a 150 millones de años. ( 4 )
  • En 1930, el Dr W. Burrough, jefe del departamento de geología del colegio de Berea ( Kentucky ), anunció el descubrimiento de diez huellas de homínidos, en gres carbonífero, en las colinas al norte del condado de Rockcastle.
    Las huellas medían 24 centímetros de largo sobre 15 de ancho. Las fotos micrográficas e infrarrojas que fueron tomadas no indicaron ninguna señal de talla artificial sobre y alrededor de las huellas. Además, el análisis microscópico indicó que las huellas se debían verdaderamente a un impacto de la presión del pie de un homínido. La roca que contiene estas huellas es estimada a 250 millones de años.
    Unos años más tarde, estas huellas fueron totalmente destruidas por vándalos, chocados sin duda que se puedan examinar pruebas que pondrían en duda lo que creemos conocer sobre la historia del hombre… ( 5 )
  • En 1959, una misión arqueológica dirigida por el Dr Chou Ming Chen, descubrió en el desierto de Gobi, la huella fosilizada de una suela estriada, perfectamente regular en una capa de gres de 15 millones de años. ( 6 )
En 1961, en Francia, sobre la meseta de Daüs en el municipio de Ailhon situado en Ardèche, una huella de homínido fue descubierta cerca de huellas de dinosaurios en asperón del triásico medio ( aproximadamente 220 millones de años ).
Según el Abate Albert F. de Lapparent, la deformación sería causada por una superficie sustentadora muy empapada de agua, barro demasiado líquido.
Trazado realizado por M. P. Bellin
7 )
  • En 1969, Troy Johnson, un geólogo con treinta años de experiencia sobre el terreno, encontró una capa de gres llena de huellas fósiles, en la cumbre de una colina al este de Tulsa ( Oklahoma ).
    Entre las huellas de especies animales desaparecidas desde 3 millones de años, algunas parecían perfectamente humanas con 5 dedos del pie . Enseñó los moldes de esas huellas a varios expertos que las rechazaron por las implicaciones que suponía su descubrimiento. ( 8 )
  • En los años 1970, el Dr Rex Gilroy, director del museo de Historia Natural de Mount York ( Australia ) descubrió, en el monte Victoria, una huella gigante de 200millones de años de antigüedad.Otras huellas de pies descalzos y zapatos, mezcladas con las de dinosaurios, de 100 millones de años de antigüedad fueron halladas en el valle de Carrizo en el noroeste de Oklahoma.

  • En 1984, el profesor Kourban Amanniazov, director del Instituto de Geología de la Academia de Ciencias de Turkmenía, dirigió una expedición en las montañas de Kouguitang-Taou al sureste del país. Entre las numerosas huellas de dinosaurios, encontraron también una huella, no muy clara pero bastante distinta, antigua de 150 millones de años, que se parece a la huella de un pie de homínido. ( 9 )
Huella de Ramona En febrero de 2002, James Snyder, un habitante de la región de Ramona, hizo un descubrimiento curioso durante un paseo en la selva nacional de Cleveland.Al buscar oro en el macizo de Gowers, salió de los senderos trillados y encontró una huella gigante de pie fosilizada en la roca granítica de lo que fue sin duda un río, hace mucho tiempo… mucho, mucho tiempo…

Snyder, que piensa que podría tratarse de la huella de un « Bigfoot », apreciaría que los científicos hicieran el esfuerzo de desplazarse hasta este lugar perdido, a más de una hora y media de caminata tras unos montes difíciles de acceso para examinar detenidamente esta huella…

Fuente: http://www.ldi5.com/e/paleo/e_prints2.php

Michael Tellinger muestra lo que podría ser una de las mejores pruebas de la existencia de seres humanos hace millones de años. Los geólogo se han sorprendido al ver esta huella gigante impresa en el granito, de aproximadamente 4 pies de largo. Se ha encontrado en Sudáfrica, cerca de la ciudad de Mpaluzi, cerca de la frontera con Swazilandia. Se estima que puede tener de entre 200 millones a 3 mil millones de años según nuestros conocimientos actuales sobre la formación de esta roca granítica.

 
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